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Espíritu Guerrero luchando contra los reinos de oscuridad
Espíritu Guerrero luchando contra los reinos de oscuridad
Espíritu Guerrero luchando contra los reinos de oscuridad
Libro electrónico181 páginas3 horas

Espíritu Guerrero luchando contra los reinos de oscuridad

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La madre de Serenity la abandona al nacer. Dejada para ser criada por su abuela, ella aprende los secretos de la medicina herbal. Cuando su abuela muere, su madre y su padrastro reaparecen en su vida, poniendo a Serenity en un peligro moral. Dándose cuenta de esto, escapa lejos de sus garras en la oscuridad de la noche. Sin imaginarse nunca que Dios la usaría de manera extraordinaria. 

La palabra dice en Efesios 6: 10-11 y nos llama a ‘fortalecéos en el Señor y en el poder de su fuerza’ y a, ‘vestirse de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo’. Luego se nos dan los detalles de cómo ponerse cada pieza de la armadura, se nos dice tomar el escudo de fe ‘con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno’. Los hijos de Dios deben ser espíritus guerreros. 

Sólo unos cuantos pueden ver el reino espiritual del bien y del mal. Serenity Charles es una joven a la que se le ha dado el don de la visión espiritual y con ello, se compromete a luchar contra los poderes de maldad. 

Los ojos espirituales de Serenity (Rena) son abiertos para ver el engaño malvado y observa a los demonios que viven entre los humanos causando una conducta destructiva. 

Portando la armadura sagrada, Serenity entra a la batalla para proteger a aquellos a quienes los demonios quieren fríamente dañar o aniquilar. Con su escudo ella se protege de los dardos de fuego mientras usa su espada de la palabra, ella los corta en pedazos enviándolos fuera mientras escapan lejos gritando de pánico. 

Tres de los ángeles guerreros de Dios, Avigdor, Ariel y Akim son sus guardianes y colaboradores apoyándola para lograr la victoria. 

Aiden Baker, un jefe minero conoce y es cautivado por la belleza de Rena. Él pelea contra la atracción que siente por ella, ya sea ignorando o expresando su reluctancia a perseguir una relación prometedora. ¿Seguirá este airado hombre en su terquedad o perseguirá a Rena cuando ella se va del pueblo para volver a su ciudad natal? 

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento2 jun 2020
ISBN9781386807704
Espíritu Guerrero luchando contra los reinos de oscuridad

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    Espíritu Guerrero luchando contra los reinos de oscuridad - Crystal Mary Lindsey

    Espíritu Guerrero

    Luchando contra los Reinos de Oscuridad

    Crystal Mary Lindsey

    Avance:Estaba oscuro y silencioso cuando Rena despertó con un sobresalto. Tres enormes ángeles dorados estaban de pie frente a su cama. Vestían de blanco y cada uno portaba su espada enfundada dentro una banda que portaban sobre el pecho la cual rodeaba sus cuerpos de bronce radiante. El ángel de en medio empezó a comunicarse con ella mentalmente. No hubo palabras dichas en voz alta a Rena, y la boca del ángel no se movía, aunque ella comprendió completamente cada palabra.

    En Australia cada temporada comienza:

    Primavera: 1 de septiembre.

    Verano:  1 de diciembre.

    Otoño:  1 de marzo.

    Invierno: 1 de junio.

    Prólogo

    Algunas personas no creen en el diablo ni en los demonios. Yo creo en ambos. Vivimos en un mundo físico con el reino espiritual rodeándonos. Somos un cuerpo (nuestra apariencia física exterior y terrenal), un alma (nuestra personalidad, quien somos) y un espíritu (la parte de nosotros creada a la imagen de Dios y que vive para siempre).

    He tenido muchas experiencias espirituales inexplicables, y es por eso que he decidido escribir esta historia ficticia.

    Oro para que seas consciente de la batalla invisible que se lleva a cabo para apartar a la gente de la vida eterna en el Cielo. También oro para que tú, querido lector no seas una de ellas.

    Crystal Mary Lindsey.

    ––––––––

    "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes."

    Efesios 6:12 RV1960Este libro está dedicado

    a mis cuatro nietas:

    Kirra Leigh Freedom

    Jessica Kim Elizabeth

    Sharny Crystal Star

    Serenity Grace Journey

    Los tesoros del Señor

    Tabla de contenido

    Capítulo 1: 1922

    Capítulo 2: Guías angelicales

    Capítulo 3: Una nueva casa y sabiduría

    Capítulo 4: Divulgando algo de su visión espiritual

    Capítulo 5: Visitando la realidad espiritual de maldad

    Capítulo 6: Recordando el pasado y sanando a Rex

    Capítulo 7: Salvando a una niña de la prostitución

    Capítulo 8: Intención malvada y enfermiza.

    Capítulo 9: El corazón de ángel misericordioso de Dana

    Capítulo 10: No al engaño de malos espíritus

    Capítulo 11: La actitud de Aiden confunde a Rena

    Capítulo 12: Una gran sorpresa

    Capítulo 13: Consciente de la maldad al acecho

    Capítulo 14: Denunciando al espíritu de temor

    Capítulo 15: En guardia contra el peligro

    Capítulo 16: Muchas sorpresas

    Capítulo 17: Buenas nuevas

    Capítulo 18: Milagros y bendiciones

    Capítulo 19: El amor está en el aire

    Capítulo 20: Revelando a los ángeles

    Capítulo 21: Ninguna oración queda sin respuesta

    Capítulo 22: Mucha felicidad

    Capítulo 23: Tristes despedidas y un canto espiritual

    Capítulo 24: Sorpresas

    Capítulo 25: Para siempre permanecerá

    Capítulo 1

    1922

    En una triste noche de septiembre, oscura y tormentosa, las luces iluminadoras de los rayos traspasaban los espacios de las pesadas cortinas de su dormitorio, Rena yacía acurrucada en su cama. ¿Sería seguro escapar esa noche de esa casa? Lo había planeado cuidadosamente durante esos días, todo, menos el salvaje clima.

    Su bolsa empacada yacía sobre el maletero del automóvil de su abuela, escondido lejos en el cobertizo que estaba detrás de la casa. Las lágrimas invadieron los ojos de Rena mientras recordaba el amor que ambas habían compartido en cada ocasión, y ahora ya no había más de esos momentos felices. Su abuela, en una ilustración de palabras que ella misma mencionó, se había ido a la gloria para reunirse con el amor de su vida, su Evan.

    Aunque sólo tenía dieciséis años en el tiempo de la muerte de su abuelo, la abuela Annie le había insistido a Rena que aprendiera a manejar su coche.

    Nunca se sabe, Rena. En una emergencia es prudente saber lo más que puedas, los ojos azules de la abuela brillaron mientras expresaba estas palabras y desde luego que ella siempre sabía que era lo mejor.

    Rena recordó con una sonrisa cuán rápido ella había manejado sobre los surcos del terreno de su abuela cuando tomó el control del volante. Ambas habían reído cada vez que brincaban arriba y abajo sobre esos asientos elásticos. Aprendió a operar ese vehículo y a conducirlo bien, bajo las instrucciones, algunas veces graciosas de su abuela.

    Desde la muerte de la abuela Annie, la semana pasada, y siendo hoy su funeral, Rena mantuvo el hecho de que sabía conducir en secreto de su madre y su padrastro. No muchas personas poseían un automóvil y mucho menos entendían como operar uno. Ni siquiera su padrastro Colin sabía cómo, por lo que ellos habían arribado a casa en un autobús turístico.

    Sé astuta como una serpiente y sencilla como una paloma, en todo lo que hagas y digas, le había aconsejado siempre la abuela. Y me refiero especialmente cuando lidies con tu madre, había enfatizado.

    Rena no estaba segura de porque no le platicó a su madre acerca del automóvil y de que sabía manejarlo. Ahora entendía la sabiduría detrás de las palabras de su abuela. Habían sido dichas para protegerla y evitar que la egoísta Shirley tomara ventaja de ella.

    La última vez que Shirley, la madre de Rena las había visitado, Rena era muy joven, como alrededor de los siete años. Shirley no había permanecido mucho tiempo, sólo había ido para quejarse por el dinero. Después de recibir cinco libras, le dirigió a su madre una mirada de repudio y salió enfadada de la casa. No hubo palabras de despedida ni un beso cariñoso. Ni un gracias por el dinero, nada, excepto su figura marchándose.

    Rena recordó verla con un dolor desconcertante y a su abuela mirándola con ojos tristes abriendo ampliamente sus brazos para recibir a la pequeña niña en un abrazo.

    Es una buena cosa que el abuelo no estuviera hoy en casa; ya que usaría el cinturón contra ella. Él siempre me dijo que yo la había malcriado, y ahora puedo ver que tenía toda la razón.

    Tres años después, cuando el abuelo cayó desde el techo y murió, Shirley no asistió al funeral. Un telegrama había llegado con sólo unas breves palabras y directas al punto. ¡Nosotros nunca nos llevamos bien en vida, y ahora porqué iría a perder mi tiempo y dinero en su muerte!.

    La abuela observó aquel pedazo de papel por siglos antes de romperlo y lanzarlo al fuego. Vamos, pequeña dama, mientras alcanzaba la mano de Rena, tenemos un funeral al cual ir, y queremos que el abuelo tenga una maravillosa despedida, ¿no es así?.

    Un predicador habló en el funeral, y muchos de los que viajaron desde lejos para mostrar respeto cantaron himnos antes de dirigirse al pequeño ayuntamiento donde la comida fue preparada por las damas del pueblo. Todos amaban a la abuela Annie por su naturaleza bondadosa y su espíritu servicial. Ella era la curadora del pueblo, con sus hierbas y ungüentos que trataban todo desde un dolor de cabeza hasta una intoxicación alimentaria. Su nieta se había sentido orgullosa de ser su estudiante y aprender esos talentos.

    La abuela nunca habló de tener una fe, decía que era algo que mantenías para ti mismo. Una hermosa pintura de Jesús sobre la pared del cuarto de estar lo decía todo con las palabras escritas debajo: ‘Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar’.

    Otro hermoso retrato de Jesús con niños reunidos a su alrededor colgaba en la pared de su dormitorio como un recordatorio de que ella nunca estaba sola. La inscripción de esa mostraba: ‘Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia’. Estas eran unas palabras extrañas para Rena, sin embargo, sintió que era irrespetuoso preguntar por su significado por lo que nunca lo expresó.

    • • • •

    Con la tormenta rugiendo por lo alto era difícil escuchar si los dos, su madre Shirley y su padrastro Colin estaban ahora dormidos. Su tiempo desde el entierro y la lectura del testamento ese día, había sido gastado bebiendo ellos mismos hasta el estupor, la música sonaba del radiograma y las risas borrachas abundaban como si fuera una fiesta. No hubo muestra alguna de remordimiento por el fallecimiento del miembro de la familia. Pero sí muchas observaciones mezquinas hacia Rena por parte de su madre luego de saber que Rena había heredado todas las posesiones de su abuela. ¿Qué era lo que Shirley esperaba? Ella había abandonado a Rena y dejado a sus padres para que la criaran luego de su nacimiento. La abuela nombró a la pequeña Serenity Grace Charles.

    Serenity era un nombre poco común, pero uno que su abuela había leído en una dulce historia. El abuelo había pensado que era un nombre muy elegante para ser pronunciado por lo que lo acortó a Rena y así se quedó. No había nadie más en la escuela con ese nombre por lo que, para ella, era único.

    ¡No! Su madre Shirley era una mujer que solo se preocupaba por ella misma. Ella incluso no había aparecido cuando sus padres se enteraron que su hermano David había muerto durante la guerra de Gallipolli en Turquía. Sus padres habían sido dejados solos llorando su muerte. La mente de Rena flotó de vuelta hacia esa vez. Su abuelo casi había sufrido un ataque cardiaco debido a la impresión y su abuela lloró demasiado que apenas habló durante unos meses.

    Cuántos recuerdos vivían en la memoria de Rena, algunos hermosos y otros horribles, aunque ella a sus diecinueve años suponía que de eso se trataba la vida. Siempre era mejor dejar atrás todo lo malo, en el pasado.

    Rena fue traída al tiempo presente y fuera de los viejos recuerdos, cuando la luz que brillaba bajo la puerta de su dormitorio se apagó. Contuvo la respiración esperando que no se repitiera lo de la última noche, cuando él deambuló dentro de su habitación. Agradecidamente, Rex, su gran pastor alemán dormía en el suelo cerca de ella. Temía que desapareciera como lo había hecho su abuela. Siendo un gran perro guardián le había gruñido a Colin haciendo que retrocediera y maldijera por lo bajo.

    Los animales percibían a la gente mala, y a Rex le disgustaron los dos nuevos y ruidosos visitantes que habían invadido su territorio.

    Ahora con la luz apagada, Rena observó la puerta pretendiendo estar dormida, mientras la manija se movía y la puerta se abrió lentamente. Rena sabía que Colin no podía ver los ojos de ella que lo espiaban a través de sus párpados ligeramente abiertos, aun así captó su oscura sombra que se colaba en puntillas dentro de su dormitorio.

    ¿Dónde estaba Rex? Ante este pensamiento, el perro gruñó y saltó sobre Colin haciendo que perdiera el equilibrio y cayera de espaldas hacia el suelo.

    Rena se incorporó en la cama. ¿Qué estás haciendo aquí Colin?, preguntó ella en voz alta, pretendiendo despertar del susto debido al ruido.

    Nada, murmuró él. Creo que confundí los cuartos. Él se sobó el brazo, donde Rex lo había agarrado. Suerte que ese perro callejero no hizo gran daño o lo enterraría mañana. Arrastró esas palabras de advertencia mientras se volvía y se retiraba de su dormitorio.

    Rena escuchó este mensaje alto y claro. No era seguro para ella ni para Rex permanecer en esta casa por más tiempo.  Dado que aún no era mayor de edad, no podía desalojarlos. Pero ella podría desaparecer y su mascota también. ¿Cuánto tiempo esperar? Calculó que en dos horas podría hacerlo, ya que para entonces esos dos visitantes indeseados estarían roncando ruidosamente.

    Toda su vida, Rena había visto el mundo espiritual. No era algo que pasaba de acuerdo a su voluntad; solo sucedía en momentos desconocidos. Esto nunca la había asustado ya que su abuela le había explicado que era un don que algunos recibían de parte de Dios. Ella lo había nombrado discernimiento de espíritus y que era algo exclusivo que Rena poseía.

    Nunca desperdicies tal don, Rena y no intentes volverlo en algo de lo cual sacar ventaja, cuando seas un poco mayor, hablaremos más de esto, aunque esta plática nunca ocurrió ya que su abuela partió antes de que pudieran hacerlo.

    Capítulo 2

    Guías angelicales

    Rena reflexionó ahora sobre su visión espiritual de la presencia

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