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Descubriendo a Tesoro: Serie Valle de la Visión
Descubriendo a Tesoro: Serie Valle de la Visión
Descubriendo a Tesoro: Serie Valle de la Visión
Libro electrónico239 páginas3 horas

Descubriendo a Tesoro: Serie Valle de la Visión

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Es 1925 y París es la ciudad del romance y la moda exótica. Tesoro Gilroy es una modelo famosa que vive en el corazón de este deslumbramiento y trabaja entre Londres, Nueva York y Milán. Entonces, repentina e inexplicablemente, se desvanece de su opulento estilo de vida. Tras haber heredado los bienes de su abuela, Tesoro viaja de regreso a un hermoso valle al otro lado de las Montañas Azules, en el interior de Australia. Viaja con su mejor amiga, Bella, que es inglesa y trabaja como peluquera francesa. Han sido amigas durante algunos años, pero hay algo misterioso en Bella y ninguna de las dos puede explicar su vínculo misterioso. Cuando Tesoro se encuentra con el abogado de su abuela, Connor Latham, quien es un piloto de combate de la Primera Guerra Mundial que regresó, las pasiones se encienden; sin embargo, Connor alterna entre chisporroteo y hielo cuando están juntos. ¿Tesoro perderá su corazón hacia él? Se descubren los secretos de la familia y se revelan los esqueletos en el armario. Finalmente Tesoro gana comprensión de las muchas incertidumbres que enfrenta. A medida que forja nuevos comienzos, la tristeza en su corazón comienza a disiparse. ¿Dónde encaja la creencia en Dios? Tesoro ha sido criada sin ningún conocimiento de Jesús, por lo que no ve necesidad de él. ¿Llegará a un entendimiento sobre el amor incondicional de Dios hacia ella? ¿Ella recibe el obsequio ofrecido, o lo rechaza? Este romance cristiano despierta la magia en la mente y la música en el alma.
 

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento2 jun 2020
ISBN9781547518791
Descubriendo a Tesoro: Serie Valle de la Visión

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    Descubriendo a Tesoro - Crystal Mary Lindsey

    DESCUBRIENDO  a  TESORO

    Crystal Mary Lindsey

    No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19-21 (RVR 1960)

    ––––––––

    Gracias

    Padre, Hijo y Espíritu Santo por la inspiración.

    Contenido

    ––––––––

    1. Divertido misterio

    2. Damas profesionales

    3. En camino a nuevos comienzos

    4. Hermoso valle de la visión

    5. Un secreto bien guardado

    6. Conociendo a la gente del pueblo

    7. Tesoro aprende sobre la oración

    8. Mejoras emocionantes del pueblo

    9. La iglesia es una sorpresa, igual que la revelación del tío

    10. Causando conmoción

    11. El don especial de Tesoro

    12. Ganando más entendimiento

    13. Haciendo una importante decisión

    14. Lidiando con el temor

    15. Testimonio de Tesoro

    16. Esa otra carta

    17. Historias para alegrar el corazón

    18. Tío Marcos toma una decisión

    19. Conociendo al papá de Tesoro

    20. Frank se instala

    21. Sorpresas felices

    22. Bautismo y conociendo a Grace

    23. Más decisiones y cambios

    24. Preparaciones

    Epílogo

    Capítulo 1

    Divertido misterio

    Desaparecida - Extraviada – Desvanecida – Perdida

    Los titulares del periódico vociferaban estas palabras de alerta.  ¡Poco se dieron cuenta de que su anuncio no significaba nada porque la persona en cuestión había desaparecido por su propia cuenta!

    El rápido mundo como Tesoro lo conocía ahora estaba convirtiéndose en el pasado; porque de ahora en adelante, la vida para ella sería muy diferente. Necesitaba que fuera así porque ella estaba cansada. Cansada de ser mostrada como un espectáculo a la gente que sólo se preocupaban por ellos mismos y su apariencia. Cansada de mantener esas falsas fachadas. Ella se sentía como una flor marchita, cayéndose por el constante resplandor de ser observada bajo el foco de atención.

    Muchos se preguntaban donde se encontraba la hermosa modelo conocida solo por su primer nombre, desaparecida. Los chismosos de la sociedad estarían ocupados haciendo suposiciones y difundiendo rumores. Alguien tan conocida e idolatrada como Tesoro no podría estar fuera de la circulación sin una palabra, ya que era algo incomprensible. ¿Ella se había ido por causa de la súbita enfermedad de su tía? ¿O se había escapado con algún guapo casanova? Los medios tuvieron un día de campo, evocando los titulares de la primera página que apilaron el dinero de las narices entrometidas.

    El nombre de Tesoro estaba vinculado a muchos solteros adinerados y no tan adinerados casanovas quienes se encantaron de acompañarla a famosos eventos, esperando que ella cayera bajo su seducción. Nadie podía entender como ella se mantenía libre de cualquier compromiso. ¡Tesoro realmente era una rareza en esta acelerada sociedad! Ella era una gema rara y únicamente única como la tía Primavera siempre señalaba.

    Debido a esto, su tía siempre declaraba, que no había razón de que nadie, conociera el apellido de Tesoro.

    Mi sobrina no necesita otro nombre, porque ella es una perla apreciada; ella es una joya especial de su propio tipo, y nadie necesita saber más que eso. El misterio y la intriga son nuestro encantador tesoro.

    La dama Kingsley tenía una forma de hablar en un suave tono beligerante mientras alzaba una ceja que señalaba el fin de su conversación. ¡Cualquiera que se atreviera a cuestionar más allá, sufriría su larga y fría mirada! Y esto significaba que nunca conseguirían una segunda oportunidad ni nada parecido de un reconocimiento futuro de su parte. ¡Un destino desafortunado que nadie deseaba! Tan pronto Tesoro apareció en la portada de la revista de la revista mundial de moda Las damas en 1915 cautivando a cada hombre y mujer que observaba su rostro, ahora ella se había esfumado de París en septiembre de 1925. Esto sucedió sin decir ni una palabra o dejar ningún rastro. Después, ella regresó a Australia.

    Tan pronto como su tía fue sepultada en la pacífica serenidad del cementerio Waverley mirando sobre los acantilados de Bronte y hacia el mar, su sobrina desapareció de la vida pública para siempre.

    *****

    Tesoro observó y le sonrió a su amiga más cercana, Bella, sentada a su lado en el auto de su tío. Su señoría, o más conocido como el tío Marcus, el pomposo patán, se había ido sin prisa en un auto con chofer luciendo como la realeza, ¡lo que definitivamente no era en absoluto! Sin embargo, al igual que su esposa, a él también le gustaba mantener una apariencia distinguida. Por eso, la tía Primavera insistió en su lecho de muerte, que ella debía descansar en medio de reconocidos poetas y otros distinguidos notarios. Extravagante en vida y hasta en la muerte, nada menos se adaptaría a su estilo.

    Bien, ¿y ahora qué?, gritó Bella por sobre el ruido del motor. ¿Iremos al palacio después del funeral como niñas buenas o no?. Ambas irrumpieron en carcajadas conociendo la pompa y parafernalia de la que ninguna deseaba participar. Incluso habían incluido a un cuarteto de cuerdas.

    No veo la razón de porqué, respondió Tesoro. Mi devoción por la tía Primavera nunca se extendió hacia el tío Marcus, y no tengo idea de por qué permanecieron casados. El primer amor de mi tío siempre fue el banco y su dinero; él nunca demostró amor a mi tía mientras vivía, así que no voy caer en su pretensión ahora que ella ya no está. Mi tía nunca lo hubiera esperado. Los hermosos ojos de Tesoro brillaron con el recordatorio del amor que su tía le prodigó a ella.

    Sin hijos propios, Primavera había recibido a la hija de su amada hermana sin decir una palabra. Ella fue más una madre para Tesoro que la suya propia alguna vez haya sido. Con sus ojos ahora mirando delante de la carretera, con el debido cuidado de mantener el límite de la velocidad a 25 millas por hora, para no ser detenida y multada. Tesoro recordaba en voz alta.

    ¿Sabes, Bella? Yo siempre me he preguntado qué fue de mis padres cuando me dejaron con mi tía la última vez que los vi. Me dijeron que se habían ido a América, hasta que mi tía finalmente rompió el silencio un día y me informó, muy seriamente, que mi padre y mi madre se habían enlistado para ayudar en los esfuerzos de la guerra. ¿Por qué tanto misterio por eso?, ella observó de reojo a Bella y lo captó, aunque desde un ángulo diferente del que esperaba.

    Tú tienes la misma amabilidad en ti, como tu tía. ¿Sabes? Detrás de su fachada estrictamente frívola había un corazón cálido que te amaba por sobre todo y mucho más allá. Me pregunto por qué nunca tuvo un hijo propio. Bella miró fuera de la ventana abierta mirando pasar el campo mientras viajaban de vuelta hacia la casa del tío. Así que, dime de nuevo el plan, preguntó cambiando el tema. Volveremos con tu tío, dejamos su automóvil ahí, tomamos tu nuevo auto empacado con nuestras pertenencias, y partimos de la ciudad para siempre. Suena emocionante, y fuiste muy inteligente de conseguir un vehículo que nunca ha tenido ninguna conexión contigo. Aunque el color y diseño siguen sobresaliendo, dijo con una risita.

    Bella miró hacia Tesoro. Ella nunca dejaba de impresionarse con la belleza y serenidad de su amiga. Para Bella, Tesoro era su libertadora, la dulce muchacha que había venido a su rescate en Londres no mucho tiempo atrás. Ella había sido sacada de las calles y le fue dado un hogar y un futuro.

    Tesoro sonreía para ella misma, sin duda recordando algo sobre su tía que había estimulado su imaginación. Sin quitar su mirada de la carretera, ella comenzó a decirle a Bella algunos asuntos importantes que previamente habían discutido de manera casual. Ahora ella se había sincerado y le había hablado de la cercana relación con la mujer que había sido su madre sustituta, protectora y representante artística.

    Quince años, Bella, ella habló de sí misma, entrecerrando sus ojos en pensamiento.

    Yo estaba en una edad tan joven e impresionable. Recuerdo que mis padres me abrazaron y me dijeron que estaría a salvo con mi tía. Su rostro tomó una mirada distante. Mi madre vestía un precioso vestido carmesí y mi padre lucía muy guapo en su traje gris de rayas. Ellos no parecían temerosos de ir a una furiosa guerra. Tesoro ajustó sus gafas de conducción. Ellos se embarcaron a otra aventura tan pronto lo vieron. Fue un tiempo preocupante para muchos, no sólo para mí. Sino para todos los que tenían familia y que abruptamente fueron separados por necesidad. Los hombres se volvieron soldados y las mujeres usualmente se convertían en la fuerza restante detrás del frente doméstico. Su mano se apretó sobre el volante. Mi tía fue una persona positiva y nunca le gustó reconocer cualquier sufrimiento. Ella intentó mantener una vida normal e interesante para nosotras. Mi tío fue amable, pero siempre, como mi tía decía, tenía las matemáticas en su cabeza en vez del cerebro.

    Al decir esto, se rio a carcajadas.

    Ellos probablemente estuvieron enamorados alguna vez, aunque yo nunca presencié ningún tipo de afecto entre ellos. Ellos tenían lo que se dice, una relación de negocios; él conseguía el dinero y mi tía Primavera mantenía la casa corriendo como una máquina bien aceitada. Nada estaba fuera de su lugar, la cena se materializaba de pronto a las 6 de cada noche, y cuando un invitado aparecía, como sucedía debido al trabajo del tío, había conversación y alegría. Con un profundo suspiro, Tesoro sacudió su cabeza en maravilla. No sé cómo una pareja puede vivir juntos así sin amor, Bella. ¡No sé! No hay manera de que yo quiera eso. Ella volteó a ver a Bella y luego rápidamente a la carretera otra vez. Bueno mi querida, quien sabe lo que nos depare, pero me siento confiada en que nos sucederán buenas cosas. Yo sólo tengo un vago recuerdo de la casa de mi abuela, pero un pueblito rural suena atractivo lejos de las luces de la ciudad y de la decadente y egoísta gente.

    Bella asintió su cabeza en acuerdo, y las dos estuvieron en silencio por un momento. Tesoro se concentraba en su manejo, y Bella disfrutaba del conocimiento de estar aún con su amiga. Agradecidamente, no habría cambios inesperados con la muerte repentina de la tía Primavera.

    Las dos permanecerían juntas. Era difícil imaginar el paso de los años hasta ahora y los días, de Londres, y París, con Milán y Nueva York, lo mismo para Tesoro. Había sido un tiempo muy ajetreado planeando y había trabajado por ellas tres. Bella se recostó durante el viaje y dejó que los recuerdos la inundaran.

    *****

    Ella podía recordar la primera vez que conoció a Tesoro, fuera de un restaurante en el este de Londres a finales de otoño de 1918. La guerra comenzaba a mermar y una terrible epidemia de gripe había inundado la ciudad. Los chicos de los periódicos gritaban las temidas consecuencias y los periódicos estaban llenos de eso con gente muriéndose, causando terror en los corazones de todos. No era tiempo para las multitudes de aventurarse a salir fuera, pero debido a la necesidad, algunas como Bella no tenían opción.

    Ella estaba parada temblando del frío, mientras sostenía un pañuelo sobre su boca y nariz, mientras observaba pensativamente a la gente que pasaba corriendo a su lado. Su raído y ligero saco no le ofrecía mucha protección del helado viento. A los quince y habiendo gastado la última cantidad de dinero de su bolsillo, Bella conocía el verdadero temor de ser una indigente. Sus ojos observaron a través de las elegantes ventanas del restaurante, donde la gente vestida elegantemente estaba sentada comiendo y hablando en las mesas. No podía comprender su aire despreocupado. Un taxi se detuvo cerca, con una joven bajando del mismo. La luz de la lámpara brilló sobre su hermoso cabello peinado y mirando más lejos; Bella observó su traje de lana gris y sus zapatos que combinaban. Los ojos de ambas se encontraron y se sostuvieron por un largo momento en un desconcertante reconocimiento.  ¿Era eso o algo más? Bella había tenido un sentimiento de déjà vú, aunque estaba segura de que no conocía a la otra persona.

    En voz baja, ella oró: Por favor, Dios, no me abandones, tengo tanto frío y mucha hambre. Mirando hacia arriba, ella se dio cuenta de que esta joven mujer permaneció en la puerta, mirándola con una expresión interrogante. Forzando una débil sonrisa, Bella observó a los ojos de Tesoro y fantaseó con ella misma ante la presencia de su ángel guardián.

    Hola, señorita, repentinamente apenada, no pudo pensar en otra palabra. Y luego los perfectamente labios cincelados de la otra le respondieron de vuelta. No creyendo que una dama elegante le hablara a ella, Bella intentó aclarar lo que había dicho.

    ¿Me está invitando a pasar dentro con usted, señorita? Me temo que mis ropas no cumplen con el estándar de este establecimiento. De forma precipitada Bella guardó su pañuelo en el bolsillo de su saco. Tesoro sonrió y alcanzó la mano de Bella, haciéndola entrar hacia la calidez del lugar.

    ¿Nos hemos encontrado antes en algún lugar? Siento que te conozco desde siempre. El rostro de Tesoro mantenía una expresión perpleja; era extraño, aunque sabía que Bella debía permanecer con ella. Habiendo experimentado ese sexto sentido antes, Tesoro sabía que nunca debía negar esa provocación interna. Ahora significaba aferrarse a esta chica. No era momento de preguntarse por qué, ¡pero sabía que la razón sería revelada con el tiempo!

    Si la tía de Tesoro estaba sorprendida de ver a su sobrina con lo que parecía una delgada muchacha de la calle, no dio muestra de ello. Con la gracia de una verdadera dama de la realeza, todo lo que dijo fue: Bien, me alegra que hayas llegado bien al menos. ¿Y quién es esta amiga tuya?. Primavera tomó un sorbo de su taza de té, tomando el asa delicadamente entre dos dedos muy bien cuidados.

    Tía Primavera, me gustaría que conozcas, a.... Los ojos de Tesoro miraron a Bella esperando su respuesta.

    Bella Dittmar, respondió ella con una suave claridad.

    ¡Dittmar! Eso es alemán. Una vez conocí a alguien con ese apellido, ¡hace tanto tiempo atrás!. La tía Primavera observó los ojos de Bella; luego ella ondeó su mano ligeramente como si quisiera ahuyentar sus pensamientos.

    Oh, bueno, siguió con su parloteo, la guerra se ha terminado, así que olvidémonos de Inglaterra y Alemania y los problemas con todo eso, y prosigamos con nuestra comida.

    Tesoro no podía estar más de acuerdo. Ella no quería nada desagradable ligado a su nueva amiga.

    ¡Sí, Bella! Por supuesto, respondió ella como si su tía nunca hubiera hablado. Ella asintió al mesero que se detuvo en su mesa. Tendremos dos tazas más de té por favor y un menú también, en cuánto pueda manejarlo. Ella sonrió de manera dulce, poniendo un punto final a lo que había tenido lugar.

    El mesero asintió mientras le daba una mirada de sorpresa a Bella. De pronto, ella se dio cuenta de que podría parecer insolente a sus ayudadoras, se alisó la servilleta blanca sobre su largo vestido negro de manera agitada. Tesoro le sonrió a Bella, revelando un resplandor deslumbrante. Alzando una ceja le dio un guiño de complicidad. Bella cayó bajo su hechizo entonces y supo que había encontrado a una traviesa confidente.

    Sin preguntar, Bella permaneció con Tesoro. Al comienzo, ella tomó el rol de doncella, aunque ellas eran más como hermanas, con Tesoro tomando las riendas como la mayor, por tres años. Bella nunca se sintió como una sirvienta. Incluso la dama Primavera disfrutaba de su presencia, pero cualquier cosa que hiciera feliz a Tesoro, siempre parecía añadirse al gusto de su tía. Bella seguido captaba a la tía de Tesoro mirar a su sobrina con adoración. ¿Usualmente las tías hacían eso? Ni siquiera había tenido una ella misma, por lo que constantemente se preguntaba.

    Luego la ocasión más extraordinaria en la vida de Bella sucedió en París de ese mismo año. Todo esto fue debido a una de las ondas cerebrales de la señora Primavera, como ella los llamaba. Habiendo regresado al hotel luego de pasar horas peinando su cabello en rizos siendo la última moda, declaró cuan cansada estaba. Era un pecado, había declarado, para las mujeres desperdiciar años escuchando los ociosos chismes sin sentido. Y todo esto, mientras esperaban su turno entre champús, estilo y secado.

    Fue ridículo jovencitas, totalmente ridículo, anunció la tía dramáticamente mientras se recostaba en el sofá. Permaneciendo en la floja posición por un momento mientras las chicas la miraban, ella luego inesperadamente se levantó y agarró a Bella exuberantemente por los brazos.

    ¡Lo tengo! ¿Por qué no había pensado esto antes?. La tía observó el rostro de Bella. Porque tú serías maravillosa, Bella. Serías extraordinaria, de hecho. Eres natural con el cabello, inmediatamente como siempre; sus pensamientos saltaban más allá de lo que se quería decir. ¿Te gustaría ser una aprendiz del famoso Marcel, y aprender a peinar el cabello profesionalmente?. El entusiasmo de su tía sacudió al sorprendido par con quienes hablaba. Para alguien declarando estar cansada hace un momento, y luego jubilosa el siguiente, ninguna chica pudo entender su entusiasmo.

    Capítulo 2

    Damas profesionales.

    La idea de la señora Primavera había sorprendido a Bella. ¡Ella, aprender para ser una peluquera francesa! Ni en sus más locas fantasías se imaginaría esa admirable posición. ¿Pero, qué podría hacer una ratoncita como ella misma en tan elegante lugar? Sus ojos brillaron, y luego mirando a Tesoro, ella de pronto se dio cuenta de lo que esto significaba.

    Pero, señora Primavera, no podría dejarlas a Tesoro ni a usted, no podría quedarme en París sin ninguna de ustedes. El pensamiento de ser dejada sola en una ciudad extranjera, como ella pensó que sucedería, la alarmó. Las lágrimas se derramaron rápidamente, por sus mejillas. No importaba cuanto le gustaría aprender sobre la moda del cabello, no había forma de que quisiera estar sola sin Tesoro.

    Mi querida joven, la tía Primavera sonrió mientras agitaba sus manos y sólo pensando en su cabeza. Nunca sugeriría eso. Estarás bien, tú ya sabes tanto al respecto y todo lo aprendiste por ti sola. ¡No! Hablaré con Marcel yo misma y le sugeriré que te enseñe lo que necesitas saber en un año. Ellos siempre están ocupados; y estoy segura de que podría necesitar una ayuda extra. Y estoy en la posición de recomendarle la mejor.

    Sus ojos cayeron en una falsa modestia, antes de levantar su rostro con una

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