El Pollo: Una Historia De La Vida Real

Por Rafael Zavala

Soy el hermano mayor de una familia de once hermanos y hermanas a quienes mi santa madre, M del Carmen Barrios de Zavala y que gracias a Dios al comenzar a escribir este libro todava la tenemos.
Con mucho amor, trabajo, valor, y mucho sacrificio, nos cuid, aliment, y educ, a todos, casi hasta la edad adulta.

Mi nombre es Rafael pero de cario me llaman "El Conejo", por un par de grandes, anchos, y muy hermosos dientes que sobresalen enfrente de mi dentadura superior, que son herencia de mi madre.

Quiero tambin de paso, darles a conocer los nombres y apodos de todos mis hermanos y hermanas. As que de mi sigue mi hermano Miguel alias, "El pato", despus mi hermana, Carmen alias "La negra", le sigue Gaby diminutivo de Gabriel alias, "La chiva" de el sigue Gonzalo alias "El pollo" despus viene Lupe o sea Mara Guadalupe, a la cual mi madre de vez en cuando llamaba "Mara Rodrguez" por parecerse en su modo de ser a mi abuela paterna. De Lupe sigue Carlos alias "El gato", por sus ojos verdes y un par de pelos que se empeaban en salir en su mejilla izquierda muy cerca de donde termina el bigote, y que el a fuerza de depilrselos finalmente erradic. De Carlos sigue Alicia que de cario todos le llamamos "Licha" a Licha le sigue Martn alias "El Caballo", despus sigue David alias, "El Sapo". Y por ultimo la ms chiquita que es Rosita a quien todos queremos muchsimo por ser la ultima que con mucho amor, coraje, trabajo, valor, y mucho sacrificio cuid, aliment, y educ, la mejor mam del mundo.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 12 jun 2013
• ISBN: 9781463359874

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Copyright © 2013 por Rafael Zavala.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2013910834

ISBN:        Tapa Dura                           978-1-4633-5989-8

                  Tapa Blanda                        978-1-4633-5988-1

                  Libro Electrónico               978-1-4633-5987-4

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Fecha de revisión: 26/06/2013

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476036

Contents

CAPITULO I

CAPITULO II

CAPITULO III

CAPITULO IV

CAPITULO V

CAPITULO VI

CAPITULO VII

CAPITULO VIII

CAPITULO IX

CAPITULO X

CAPITULO XI

CAPITULO XII

CAPITULO XIII

EPILOGO

AGRADECIMIENTOS

CAPITULO I

Unas Palabras acerca del autor:

Soy el hermano mayor de una familia de once hermanos y hermanas a quienes mi santa madre, Mª del Carmen Barrios de Zavala y que gracias a Dios al comenzar a escribir este libro todavía la tenemos.

Con mucho amor, trabajo, valor, y mucho sacrificio, nos cuidó, alimentó, y educó, a todos, casi hasta la edad adulta.

Mi nombre es Rafael pero de cariño me llaman El Conejo, por un par de grandes, anchos, y muy hermosos dientes que sobresalen enfrente de mi dentadura superior, que son herencia de mi madre.

Quiero también de paso, darles a conocer los nombres y apodos de todos mis hermanos y hermanas. Así que de mi sigue mi hermano Miguel alias, El pato, después mi hermana, Carmen alias La negra, le sigue Gaby diminutivo de Gabriel alias, La chiva de el sigue Gonzalo alias El pollo después viene Lupe o sea María Guadalupe, a la cual mi madre de vez en cuando llamaba María Rodríguez por parecerse en su modo de ser a mi abuela paterna. De Lupe sigue Carlos alias El gato, por sus ojos verdes y un par de pelos que se empeñaban en salir en su mejilla izquierda muy cerca de donde termina el bigote, y que el a fuerza de depilárselos finalmente erradicó. De Carlos sigue Alicia que de cariño todos le llamamos Licha a Licha le sigue Martín alias El Caballo, después sigue David alias, El Sapo. Y por ultimo la más chiquita que es Rosita a quien todos queremos muchísimo por ser la ultima que con mucho amor, coraje, trabajo, valor, y mucho sacrificio cuidó, alimentó, y educó, la mejor mamá del mundo.

MI QUERIDO HERMANO EL POLLO

A raíz de la muerte de nuestro padre que llevaba en vida el nombre de Martín Zavala Rodríguez, todos mis hermanos y hermanas nos reunimos en la ciudad de Anaheim, California donde el vivía, y donde viven muchos de mi familia.

Como es fácil de imaginar, hubo muchos abrazos, y muchos besos mezclados con lágrimas.

Bien, allí entre el ir y venir de los sobrinos, intercambiando todos nosotros, miradas de resignación y palabras de animo; se habló de mil cosas, se tocaron gran variedad de temas, se tocó también gran variedad de música, porque debo de mencionar que por un regalo de Dios; el esfuerzo de nuestra madre, y el gran sacrificio nuestro; aprendimos mis hermanos y yo, el bello arte de la música.

Hay entre nosotros compositores, arreglistas, pintores, escritores, poetisas y todos muy buenos músicos.

Todo se desarrollaba con el toque fúnebre de la ocasión, mas como buenos Cristianos; todos creemos en Dios, y siendo como ya dije, artistas y que dicho sea de paso, sin la intención de publicidad. David que es el pintor, tiene un mural en el pasillo de la entrada principal de la Santa Ana High School en la ciudad de Santa Ana California.

Como buenos artistas somos también muy alegres; creemos en la alegría, la paz, la vida eterna, y en las promesas de nuestro Señor Jesucristo; razón por la que también hubo canciones alegres, muchas risas, cuentos y chascarrillos, que poco a poco fueron ayudando a que secásemos nuestras lagrimas y al menos comenzásemos a olvidar la pena y el dolor que nos dejó la muerte de nuestro padre.

Como ya dije antes, se tocaron muchos temas y nos dimos cuenta que cada uno de nosotros tenemos diferentes experiencias, diferentes opiniones, y diferentes imágenes de nuestro padre.

Que cada uno de nosotros tiene su propia historia, como la tiene cualquier otra persona. Que cada uno de nosotros podría escribir su propia autobiografía con todos los detalles y experiencias de su vida intima como cualquier ser humano lo puede hacer, como muchos lo han hecho.

Es bien sabido que muchos de nuestros congéneres hasta han llegado a tener entre sus pertenencias, un librito al que llaman mi diario, en el cual escriben todas sus experiencias; cosas que hicieron hoy y cosas que piensan hacer mañana.

También es bien sabido que a causa de esos librillos muchos se han visto envueltos en grandes escándalos; han sufrido vergüenza, y algunos hasta han sufrido encarcelamiento.

Es por eso que todos estamos viendo el proceso de extinción que están sufriendo los mentados libritos llamados Mi Diario.

Mas yo mi querido lector, puedo asegurar casi con certeza, que si bien los diarios personales se extinguen, ya el hombre inventó la computadora con sus diskettes, claves, chips, y programas donde puede escribir, computarizar y almacenar todas sus experiencias; porque pese a la vergüenza e ignominia que el hombre siente desde tiempos adánicos, al ver descubiertos sus pecados, debilidades, y flaquezas; siempre tuvo, tiene y tendrá la necesidad de comunicarse; de contarle a otros sus experiencias, sus penas y sufrimientos; sus éxitos, sus logros, y virtudes; sus pecados, debilidades, y flaquezas.

Siempre habrá alguien que quiera escribir, y dejar plasmadas en un libro las experiencias de su vida íntima y privada.

Tal vez para dejarle a sus hijos, y a su familia, algún rastro, señal, o vestigio, de su paso por este mundo.

Después de la reunión, velorio, o lo que se llama en inglés wake, que celebramos en casa de mi hermana Lupe, mi querido hermano El Pollo me invitó a mi y a mi querida esposa, María Del Carmen Martínez Villaseñor de Zavala a quien cariñosamente todos llamamos Mela: la mujer a quien agradezco de corazón, la buena voluntad con que me acompañó, y las sinceras lagrimas que sobre el cadáver de mi padre derramó, por tal razón ahora siento quererla mucho mas.

A su residencia que tiene en la pequeña, preciosa, y limpia ciudad de Mission Viejo, California donde nos sirvió una exquisita cena con deliciosos entremeses o botanas como decimos en México, y el platillo fuerte que fue un riquísimo bistec a la Sau’tee porque mi hermano aparte de que ejecuta muy bien la mandolina, el órgano, la guitarra, el violín, saxofón, y clarinete; sabe también cocinar y es un poco panadero. Hace pasteles, conchas, chilindrinas y pan blanco.

Tanto que junto con su esposa Elena Mora de Zavala, a quien cariñosamente llamamos la güera, y de la que si vamos a llamar al pan, pan; y al vino, vino, tenemos que decir que es una persona lindisima, de un corazón muy noble.

Callada, limpia, buena cocinera y muy trabajadora. Buena madre, y buena esposa. Los dos son propietarios de un restaurancito muy limpiecito y cómodo, situado en la ciudad de Tustin, California llamado El Asadero.

Fue en esa cena en casa de mi hermano donde se tocó el tema de los diarios, las autobiografías e historias personales.

Mi hermano indirectamente sugirió que yo si podría escribir un libro, por ser yo quien gusta de escribir, y porque tengo fama entre todos ellos de ser el mas locuaz y explícito en todos mis temas y platicas.

Me dijo también que por dos o tres años había hecho el intento de escribir un libro acerca de su vida privada pero que por angas o mangas expresión muy mexicana que quiere decir -por una