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Israel Jihad in Tel Aviv
Israel Jihad in Tel Aviv
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Libro electrónico366 páginas4 horas

Israel Jihad in Tel Aviv

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Información de este libro electrónico

Este es un viaje en las periferias exteriores de la ley, que comenzo en 2014, antes de la Guerra de Gaza. Es el trabajo de un grupo de amigos, que se convirtieron, en el espacio de unos meses, en uno de los mejores equipos operativos de Mossad.

Para evitar volverse loca y encontrarse a si misma nuevamente, decidio escribir este libro. Para contar todas sus experiencias, miedos, esperanzas, amores, y verdades no contadas, escogio la forma de una novela. Empezo a escribirla en 2014, antes de la ultima guerra en Gaza. Esta novela ha sido publicada en hebreo, ingles, arabe, ruso, frances e italiano. En un corto tiempo se ha vuelto viral con mas de mil descargas. Su servidor se cayo debido a la cantidad de solicitudes de acceso.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento10 mar 2018
ISBN9781547518586
Israel Jihad in Tel Aviv

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    Israel Jihad in Tel Aviv - Ariel Lilli Cohen

    ISRAEL

    JIHAD IN TEL AVIV

    Una novela de Ariel Lilli Cohen

    Copyright © 2017 por Ariel Lilli Cohen

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida en ninguna forma o por cualquier medio, sin previa autorización por escrito.

    www.ariellillicohen.co.il  www.ariellillicohen.com

    ariel@ariellillicohen.co.il

    Nota del Editor: Este es una obra de ficción. Nombres, personajes, lugares e incidentes son un producto de la imaginación de la autora. Las configuraciones regionales y los nombres públicos son usados algunas veces con fines atmosféricos. 

    Paper Book

    Ebook

    Isbn:

    Print in Israel - Tel Aviv 330033

    Translate by Alexandra Jimenez

    Original series Israel Jihad🕎

    Indice

    Cita

    Dedicatoria

    Prefacio

    Prologo – Noora

    Capítulo 1 – Yael

    Capítulo 2 – Muhammad 

    Capítulo 3 – Yossi Kadosh 

    Capítulo 4 – Yael – Avner 

    Capítulo 5 – Taqwa 

    Capítulo 6 – Avner 

    Capítulo 7 – Feliz Cumpeaños

    Capítulo 8 – Resiliencia 

    Capítulo 9 – Dulce como la sal

    Capítulo 10 – Mi amor

    Capítulo 11 – La paz estalla

    Capítulo 12 – Una rara perla

    Capítulo 13 – Mainstream 

    Capítulo 14 – Todos somos americanos

    Capítulo 15 – El sol en el atardecer

    Capítulo 16 – Mi primer dia

    Capítulo 17 – Hadas – Aisha

    Capítulo 18 – Vamos a jugar 

    Capítulo 19 – El que está sin pecado 

    Capítulo 20 – Como una oveja entre lobos

    Capítulo 21 – Olor a frescura

    Capítulo 22 – El final del principio

    Capitolo 23 – Generacíon de fenómeno 

    Capítulo 24 – El amanecer de un nuevo dia 

    Capítulo 25 – Todos somos europeos 

    Capítulo 26 – El buen musulman 

    Capítulo 27 – Mucho gusto en conocerle, soy Monique

    Capítulo 28 – Los quiero

    Capítulo 29 – El beso de Jiudas 

    Capítulo 30 – El hijo favorito 

    Capítulo 31 – Los invisible 

    Capítulo 32 – El olor a sexo

    Capítulo 33 – Yael-Youssef 

    Capítulo 34 – Oro negro

    Capítulo 35 – Hasta que hay guerra hay esperanza

    Capítulo 36 – Mi amigo es pakistani 

    Capítulo 37 – Dos buenas chicas  

    Capítulo 38 – La embajada americana

    Capítulo 39 – Yamas

    Capítulo 40 – Immunodeficiencia 

    Capítulo 41 – Tel Aviv

    Capítulo 42 – Viejos amigos

    Capítulo 43 – Epilogo

    Cita

    ––––––––

    En Israel, nadie realmente muere.

    En Israel nadie realmente vive.

    Ariel Lilli Cohen

    Dedicatoria

    Esta novela está dedicada a...

    Hadar Cohen

    (Or Yehuda 1997 – Jerusalén 2016)

    Hadas Malka

    (Ashdod 1994 – Jerusalén 2017)

    Solomon Gavriyah

    (Be’er Yaakov 1997 – Har Adar 2017)

    Que nuestros fallecidos y héroes heridos que se han sacrificado para defender nuestra libertad y seguridad sepan la profundidad de nuestra gratitud.

    Su sacrificio será recordado.

    Ariel Lilli

    Prefacio

    Los judíos han sobrevivido a través de los siglos. Los judíos han sufrido a través de esos mismos siglos, pero eso los ha hecho más fuertes.

    -Anne Frank

    ¡Como extraño el frio y amargo viento de Haifa en las primeras horas de la mañana, como extraño Haifa! Tener un Coeficiente Intelectual de 164 es una maldición. Mi inteligencia robo mi juventud. Pude haber hecho muchas cosas: jugar voleibol o tocar el piano, ser una modelo... En vez, aquí estoy, en uno de los equipos de operaciones más prestigiosos del Servicio de Seguridad Nacional.

    Escribir en blanco y negro y expresar todos mis sentimientos no ha sido fácil. He vivido muchas vidas en una. Para evitar enfadarme y encontrarme nuevamente, para contar todas mis experiencias, miedos, esperanzas, amores, y verdades no contadas, he decidido escribir este libro. Vivir encubierta por meses, y a veces años, sin descanso, alejándome de las relaciones que mantengo en mi verdadera vida, mintiéndole a mis amigos, familia, y a veces a mí misma, crea conflictos en las relaciones con las tengo, encubierta. Este cambio de estilo de vida cambia como percibes tu vida real. Un día, mientras jugaba billar en un club aquí en Montreal, un caballero comento que mi juego era mejor de lo que aparentaba por mi edad. Edad, esto no se mide en años, pero en millas. Yo he viajado muchas millas y ahora estoy cansada. Cansada de siempre jugando rigurosamente. Cansada de mentir. Cansada de sentirme asustada. En una misión nunca sabes lo que puede pasar. Hace dos meses, Shani y yo nos arriesgamos a que nos atraparan. Fuimos violentamente golpeadas. Con un sabor a sudor y sangre en mi garganta, sentía que mi corazón salía de mi pecho, y en mi mente, pensaba en las razones que tuve para unirme al Servicio Secreto Israelí. El terror que sentí lo siento cada que siento que algún extraño me mira. ¿Por qué sacrifico mi vida? Recuerdo un episodio unos años atrás cuando nos informaron que una célula terrorista de Hamas había entrado a Israel y planeaba atacar el  Centro Dizingof con ataque bacteriológico. Esa vez logramos neutralizarlos a tiempo. Unas horas después regrese al centro comercial a comer un helado con mis amigos, Shani, Shlomit, Zoe y Aviv. Todas esas familias hubiesen muerto sin nuestra intervención. Por eso hago este trabajo: para defender a mi pueblo y, así como suena de ambicioso, defender la democracia mundial. Ahora, mientras que mi lápiz escriba mis pensamientos, estoy sentada en un café en la calle Richardson en Montreal, donde debo encontrarme con una fuente. Espero que todo salga bien también esta vez. ¿Cuándo terminara todo esto? ¡Tanto trabajo realizado y tanto que falta por hacer! Recuerdo Milán hace seis meses, San Diego y Búfalo, Tel Aviv y Madrid hace tres meses y la tienda de discos entre la calle Pitt y el redondel Quay en Sídney el mes pasado. Recuerdo todos los ataques que contribuí a neutralizar con mi equipo. Pienso en todas aquellas estrellas sin nombre y sin cara, en la entrada de la sede de la Agencia en Tel Aviv, quienes solo viven en la memoria indeleble de quienes los conocieron. Pienso en todos aquellos agentes que sacrificaron sus vidas en la línea del deber para también salvar tu vida. Por favor asegúrate que sus muertes no hayan sido en vano. Deseo un mundo en el que mi trabajo no sea necesario, un mundo sin conflictos debido a los extremismos religiosos. Mientras escribo, pienso en mis colegas en Jerusalén que son el último bastión de la democracia, por los leones y leonesas de Magav, en Shira peleando cada día, en Heli que dejo el servicio operativo en la puerta de Damasco después de tres largos años. Gracias por el gran privilegio de proteger al pueblo de Israel en el sitio más sagrado del mundo. Pienso en Hadar y Hadas que sacrificaron sus vidas por Jerusalén y en Salomón que murió en Har Adar. Pienso en su novia, Betty, y sus parientes. ¿Cuántas más personas, madres, padres, hermanos y hermanas, novios y novias serán privados de sus seres más queridos y  abandonados debido a acciones terroristas? No siento que tengo que condenar solo las manos del autor de estos crímenes. Mi ira, rabia, y desprecio se dirige hacia quienes dan armas para sus ideologías. Sus discursos, llenos de odio y resentimiento, llenan como el agua en el desierto la vacía vida de esas personas que han sido educadas con una absurda ideología extremista. Ahora, ellos tienen sangre en sus manos. Mientras se mantienen sanos y salvos en sus casas, envían a jóvenes a morir después de haberlos criado con pan y cegados con odio.

    ––––––––

    Siento que acabare, tarde o temprano, en esa pared, una pequeña estrella entre las demás.  Finalmente, me uniré a mis camaradas, hombres jóvenes enamorados de una vida que no lograron vivir. A veces, de verdad deseo estar entre ellos. Este trabajo consume tu consciencia –tienes que ver y hacer cosas que nadie soñaría en hacer. Tarde o temprano, yo también cometeré una imprudencia, un error al juzgar, o simplemente un error que me costara la vida- una vida que siento vacía.

    Espero que este libro sea agradable y te haga pensar. Tuve que cambiar varios nombres y camuflaje algunas situaciones, que al no hacerlo podrían en peligro la seguridad de Israel. Mis experiencias han sido traducidas en forma de novela. Espero que leas mi mensaje de esperanza y amor entre líneas. Este es un viaje a los límites de la ley, que inicio en 2014, previo a la guerra de Gaza. Es un trabajo de un grupo de amigos, que se convirtieron, en el espacio de unos meses, en uno de los mejores equipos operativos de Mossad.

    Ariel Lilli

    Prologo – Noora

    Enero 2014 – Hotel Kempinski, Ginebra

    Noora está sentaba en el bar del hotel. Seguramente es el color purpura que aparenta envolver todo a su alrededor desde el bar hasta el techo y las sillas, o la luz del anochecer que emite el gran lago frente a ella, dándole un aire melancólico al ambiente, pero Noora está perdida en pensamientos de lo que alguna vez fue.

    Siente algo que revuelve su estómago y piensa de los maravillosos años en Eton con gente de alrededor del mundo y jóvenes de las familias más ricas, que no eran mejor que ella como ella se dio cuenta rápidamente... Fueron años maravillosos.

    Ella sentía nostalgia también por sus profesores, muchos de ellos que ella pensó que odiaba en aquel momento. Y después su Maestría en Ciencias Sociales de la NYU, como extrañaba Nueva York...especialmente los días que hacía mucho viento, cuando el aire se arremolinaba en las avenidas haciendo que fuera difícil mantener la ropa puesta. Después estaba el frio, ese mismo frio que hacía que en Ginebra el aire fuera tan transparente y que el lago reflejara las miles de luces del Quai de Mont Blanc como un espejo. Casi todos los que nacieron en el Medio Oriente como ella detestaban ese frio; lo veían como malo y antinatural. Pero a Noora le gustaba: le hacía desear poder estar abrazada con alguien, alguien que le diera calor.

    ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Quince? Si, hace casi quince meses que dejo Qatar. Este viaje a Ginebra es su primer escape después de haber estado mucho tiempo en un lugar que no sentía más como un hogar para ella. Después de todo, eso era lo que debió haber esperado cuando acepto convertirse en la tercera esposa del Emir de Qatar.

    Inicialmente, ella estaba encantada y descubrió cuantas buenas acciones podría hacer con organizaciones como UNICEF para poner en práctica sus estudios y ayudar a todos esos niños huérfanos y desamparados... Seguidamente, la realidad del día a día volvió todo muy diferente. Muchos eventos mundiales, fiestas, cenas, pero muy poca concretización de esa naturaleza. Se convirtió en una embajadora de UNICEF, pero sabía muy bien que era la inmensa riqueza de la Familia Real para volver todo una realidad, y no sus habilidades.

    Las otras dos esposas estaban mucho más cómodas con su rol, pero eran primas del Emir y pertenecían a la misma familia. Ella nació en los Emiratos Árabes Unidos como la hija de un embajador y ahora era una Sheika, ¿entonces por qué quería escaparse con tanta desesperación? 

    La batalla de nostalgia de Noora fue interrumpida cuando un hombre elegante se acerca al bar; tampoco se ve muy contento, pero aparenta estar más decepcionado que melancólico. Él es muy guapo y atlético, y hay una mirada extraña en sus ojos, pero Noora no puede dejar de verlo y voltea su mirada hacia otro lado, mientras sus guardaespaldas definitivamente están observándola y quien sabe que le reportaran al Emir. Con una última mirada de reojo ella nota un detalle que chocaba con el resto de su apariencia. En vez de tener un pañuelo en su bolsillo de la chaqueta, tenía una placa con su nombre y un símbolo que ella no supo reconocer.

    Un whiskey por favor, dijo el hombre sentado a cuatro sillas de Noora, quien no es ya la única clienta del bartender. El deja de alinear las copas de vino y se acerca al recién llegado.

    ¿Alguna preferencia?

    Glenlivet si tiene

    El bartender le sirve al hombre lo que pide Aquí tienes...Jamal, dice, señalando la placa en su bolsillo.

    Noora quedo medio desorientada tratando de entender de lo que hablaban, pero el claro acento de Medio Oriente de Jamal le da curiosidad.

    Usted debería saber, exclamo el bartender, el póker es estático pero al menos 60% es suerte.

    Me lo dice a mí, responde Jamal inmediatamente, de eso vivo.

    Siempre me lo he preguntado, ¿se puede vivir del jugando torneos de póker?.

    ¡De eso hablaban, póker! Y por alguna razón Noora percibe una sensación de peligro pasado.

    Claro, bueno, tienes que ser bueno pero también puedes hacer buen dinero. El problema es que te toca viajar todo el tiempo.

    ¿De dónde eres, Jamal?

    Noora está casi segura que la vacilación de Jamal antes de responder la pregunta del bartender está basada en el hecho de que la mira a ella y tal vez la está evaluando.

    De Beirut, Líbano, dice Jamal, pero parece distraído. He aquí otra confirmación, piensa Noora, luego el continua, Voy a estar saliendo para Hong Kong mañana, y si todo sale bien continuare hacia Tokio, Honolulu y Vancouver.

    Noora cruza sus piernas y deja caer el tacón de su zapato Jimmy Choo y lo cuelga de los dedos de sus pies. Mirando de reojo ella ve que el gesto ha llamado la atención de Jamal; ella siente como sus ojos recorren su cuerpo de arriba abajo, y su corazón empieza a latir más rápido.

    Wow, la voz del bartender traiciona un toque de envidia, ¿y adonde estabas antes de venir a Ginebra?

    Estaba en Nueva York por dos semanas por un torneo importante por dos millones de dólares.

    ¿Y ganaste?

    Inconscientemente, Noora fija su mirada en Jamal y pasa su lengua por su labio superior, como si el lápiz labial no solo tuviera el color de las cerezas, pero también el sabor de cerezas. Luego se levanta, recoge su cartera de mano y sale. Una figura en las sombras comienza a moverse pero es detenida por alguien mientras Noora entra al cuarto de baño en el lobby del hotel.

    Uh... No llegue a las finales, solo gane doscientos mil... Jamal responde, pero es como si un fantasma hablara.

    ****

    En el baño, Noora está sentada en el baño, temblando. Esta tan caliente que siente como si alguien está soplando aire caliente sobre ella. ¿Por qué ha hecho eso? ¿Qué tal si lo guardias notan? Ahora que puede hacer, tiene que calmarse. ¿Qué tal si Jamal acepto su invitación y la ha seguido? No, él no podría, se repite a si misma mientras los latidos de su corazón parecen no detenerse. Cuando finalmente logra bajar la velocidad de su respiración, se levanta y abre la puerta, lista para reponerse frente al espejo. Jamal la está esperando. Ella empieza a temblar nuevamente, pero una parte de ella que no sabía que existía toma el control.

    ¿Y cómo estaba Nueva York? Se escucha a si misma decir con una voz ronca que no parecía la suya.

    Estaba muy ventoso, Jamal responde mientras la atrae y la hala hacia él. A Noora le gusta como siente sus manos en su espalda, un placer que se da cuenta que no ha sentido en demasiado tiempo.

    Es un largo y profundo beso. Mientras tanto, las manos de Jamal levantan el liviano vestido de seda y la empieza a tocar, y ella quiere que lo haga. Luego, la aleja su mirada hacia sus ojos, y Noora se da cuenta que él tiene algo raro: sus ojos son diferentes, uno es color verde oscuro profundo y el otro azul resplandeciente, como un ojo de gato. Le da vuelta y Noora sabe lo que viene. Ella siente como se agacha y le quita la ropa interior, luego parándose y levantándole el vestido. Noora descansa sus brazos sobre el lavabo y abre las piernas ligeramente, gimiendo mientras el entra en ella. Todo explota en la cabeza de Noora; y tan pronto se recupera, él se detiene, se inclina hacia adelante y susurra en su oído,

    Puedo...

    Ella no lo deja terminar el pensamiento y dice Haz lo que quieras.

    ****

    El Emir regresa al hotel unos minutos antes de medianoche. Él se mira melancólico y cansado. En cuanto entra a su habitación, él se encuentra con la mirada de Faysal, su consejero personal y amigo –tal vez la única persona en la que confía totalmente.

    Mi querido Faysal, no hay esperanzas. Me pregunto porque nos molestamos en venir aquí. El obstinado de Assad jamás aceptara las condiciones de los americanos, esos perros. Yo tampoco lo haría, luego se detiene porque se da cuenta que Faysal tiene el ceño fruncido, la cara que hace solamente cuando algo serio ocurre, y ahora tenía que ser una situación muy seria porque en vez de tener un puro grande en sus manos como usualmente, esta noche tiene la tableta.

    ¿Faysal, que sucede?

    Su Alteza, tengo que mostrarle algo, pero por favor, primero, tome asiento.

    El Emir se sienta y Faysal le entrega la iPad con la evidencia de la traición de Noora. El soberano explota furioso.

    ¡Puta sucia! Apenas me case con esa perra hace tres meses, dice, ¡y mira lo que hace la primera vez que salimos de Qatar! Es follada como una puta en el baño del hotel, la matare con mis propias manos... Él está apunto de levantarse, cuando las manos fuertes de Faysal lo detienen.

    Hay algo mucho peor, Su Alteza. El Emir mira hacia arriba a Faysal con incredulidad y consternación.

    La persona, el perro, que cometió este ultraje es un agente israelí. Todos en la habitación esperaba otro sobresalto, pero el viejo Emir guarda silencio, cuando finalmente habla, su voz es tan fría como el hielo.

    Es hora. Finalmente ha llegado la hora. Con la ayuda de Allah, ninguna piedra del maldito Estado de Israel continuara a existir. Es hora de que finalmente arreglemos la historia. Faysal, amigo mío, por favor convoca aquellos de Hamas y llama a Khalid, quiero que venga aquí inmediatamente. Y ahora, ¡salgan todos! Los guardias, que permanecían en silencio, salieron de la habitación; cuando todos habían salido, y saliendo Faysal susurro a él,

    ¿Y Noora, Alteza?

    Yo me hare cargo de ella, respondió el Emir con un destello de su ojo.

    Recuerde de quien es hija, Alteza

    No la matare si es lo que quieres saber, ahora ve y llama a Khalid.

    Capítulo 1 – Yael

    Demasiada luz.

    Esas dos palabras hacían eco constantemente en la mente de Yael mientras esperaba con el resto de su familia a Stern, su rabino, para comenzar la oración ceremonial. Excepcionalmente, el memorial este año no sería celebrado en Monte Herzel – típica ubicación dedicada a los obsequios militares, pero en lo plano de lo alto de Yad Vashem, la tan llamada Colina de la Memoria, que era solemnemente decorada para la ocasión. El escenario, adonde el rabino  iba ahora, está ubicada frente a un gran edificio de ladrillos y vidrio, donde, cada año, Yael va con sus compañeros de escuela a honrar a los muertos del Estado de Israel. Las sillas estaban organizadas  en dos grandes alas con un paso a la mitad; el estado mayor del ejército está sentado a la derecha, detrás hay dos filas de hombres vestidos como civiles, que son soldados, como Yael sabe. De hecho, ellos son los ex colegas de su padre y, sin ella saberlo, pronto serian suyos. El lado izquierdo está reservado para parientes, amigos, y cualquiera que desee ser parte de la celebración.

    De la misma manera ella siente el calor creciendo en su cuerpo de dieciocho años cubierto con ropa demasiado caliente para un día tan caluroso pero ciertamente apropiada para la ocasión, Yael siente un sentimiento físico de fraternidad que la conecta con toda esta gente.

    Detrás de las sillas, una gran mesa, preparada por su madre con vasos y platos, está lista para la recepción que seguirá a continuación. Más allá de las paredes marcando el perímetro de la terraza, uno puede ver los tejados de Jerusalén.

    Los ojos de Yael arden...

    Finalmente, el rabino  aparece en el escenario y empieza su discurso: Estamos hoy aquí juntos para conmemorar el décimo aniversario de Eran desde su desaparición. Él es uno de los hijos que escapo de Shoah, una de las primeras generaciones del Señor, después de mucho sufrimiento y tribulaciones, decidiendo devolver... El rabino  habla del padre de Yael. Ella conoce de memoria los pasajes del discurso: una feliz infancia, sus años formativos en el Kibbutz Zikim – unos cuantos metros de donde es la actual Franja de Gaza, sus reconocimientos deportivos, y finalmente, su carrera militar. Él fue el oficial de servicios especiales más joven de su generación, y así, hasta su muerte en la guerra de Líbano donde se sacrificó para salvar a su equipo durante la operación Filoso y Suave contra el atentado terrorista en Zar’it Shlom.

    Todos esos nombres de guerras y batallas han estado fijas en la memoria de Yael desde ese día, hace diez años, cuando un joven oficial toco a su puerta  en su casa estilo Bauhaus en el barrio de Rotschilda de Tel Aviv y pronuncio esos nombres por primera vez. En aquel inquietante día, Yael, quien recién cumplía ocho años, estaba en el pequeño jardín frontal con su amiga de toda la vida Zohar jugando a  ser mayores embarrándose con el maquillaje de su mama en sus mejillas.

    Ese hombre, saliendo de la limusina, se acercó a ella y, inclinándose sobre ella, la invito a seguirlo a la casa, donde vio a su madre, Hodaya. Ella vio  a su madre colapsar en el sillón con su vientre abultada habitada por los últimos sietes meses por su próxima hermana pequeña, Ariel, que su padre jamás conocería. Yael recuerda, una vez más, que su hermano mayor de casi trece años Avner se encerró por tres días en su habitación, y un sentido de vacío interior que no ha podido llenar en aquellos diez años.

    La pérdida de su padre dejo un vacío en ella. Ella extrañaba su preciosa presencia en su niñez; sus momentos de cariño en aquellas pocas veces que tomaba descansos del servicio para compartir las tardes con su familia; sus respuestas a todas sus muchas preguntas; él era el hombre que ella recién acababa de conocer. Posiblemente debido a ese gran vacío, esa niña pequeña, que tuvo que crecer antes de tiempo, decidió seguir la carrera militar siguiendo los pasos de su padre para conocer y sentirse cerca de él.

    Por años, ella paso horas preguntando sin descanso a su madre y su hermano con preguntas sobre anécdotas y memorias de la vida de Eran y ahora, que algunos de los ex colegas de su padre eran sus tutores,

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