Un elefante sin circo
4.5/5
()
Información de este libro electrónico
Lee más de Alejandro Sandoval ávila
La travesía de los elefantes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Para despedir al abuelo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Relacionado con Un elefante sin circo
Libros electrónicos relacionados
Cuentos Infantiles: Good Kids, #10 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos para los días de lluvia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Silena y la caja de secretos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Gobi: Una perrita con un gran corazón - Bilingüe Calificación: 5 de 5 estrellas5/5No lleves hadas al cole Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Totó Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Zorrillo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Instrucciones para convertirse en pirata Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Estrella Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los Protectores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDonde vive Agnes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mi abuelita huele feo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las vacaciones de Sinforoso Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La magia de Azul Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Patitas y alas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Por favor, ¡no leas este libro! Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Quién quieres ser? Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El resfrío del Yeti y otros cuentos que aterran de risa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5María, la Ratoncita Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna mona en casa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mis padres son lo máximo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Rincones tenebrosos: Dos novelas para tener pesadillas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El misterio de los hijos de Lúa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMurciélagos en apuros Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Zum-zum, la mosca, y otras historias Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los piratas de Campeche Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El día que María perdió la voz Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orejas de cielo y otros cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos gemelos del metro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Alguien en la ventana Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Música y arte escénica para niños para usted
Pedrito y el lobo: Concierto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¡Qué chicos tan teatreros! (Vol.3): Teatro del Mundo para las Nuevas Generaciones Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Escrituras múltiples de la escena teatral latinoamericana Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa cabeza del dragón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl pájaro de fuego Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTeatro escolar representable 1 Calificación: 1 de 5 estrellas1/5El príncipe Cascanueces Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria del Rock: La música que cambió el mundo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5¡Qué niños tan teatreros! (Vol.1): Teatro del Mundo para las Nuevas Generaciones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe cómo Romeo se transó a Julieta Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La casa de chocolate Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Doña Semana, Canciones Infantiles Tradicionales Educativas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Teatro surtido, loco y divertido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa guitarra eléctrica (The Electric Guitar): Una historia gráfica (A Graphic History) Calificación: 1 de 5 estrellas1/5La Gigantona: Mi primer libro de folklore Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa flauta mágica: Ópera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCepillo de dientes. El velero en la botella Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMozart, el niño genio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBajo la influencia de Saturno Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesReflexiones sobre el danzar: De la percepción del propio cuerpo al despliegue imaginario en la danza Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Fuera de guión: (Going Off Script) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJuegos Tradicionales: Juegos que jugamos aquí Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAprender Portugués Jugando Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Teatro para niños y niñas: De cero a ciento y pico de años Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Confluencia de saberes: Institucionalización de la música popular en la academia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El secreto del escritor fabuloso: El secreto del escritor fabuloso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGuitarra para niños: Primeros pasos para aprender a tocar la guitarra con audio y vídeo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Entre las cuerdas: Consejos para orquestar conjuntos de guitarras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl gran mago Sirasfi Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Apesta a Teen Spirit Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para Un elefante sin circo
2 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Un elefante sin circo - Alejandro Sandoval Ávila
Un elefante sin circo
Alejandro Sandoval Ávila
Para Alejandra.
Para Ana Sofía, que en mucho me ayudó.
Desde luego, para Julia.
Y para Ernesto y Emiliano.
Un elefante no es una carga para un anciano
y para un joven tampoco.
POESÍA YORUBÁ
1 Se acabó el circo
ANTES de la función, a media tarde, se dejaron ver unas nubes grises por el oriente. Y cuando las sillas y las gradas estaban llenas, y los juegos de luces se movían por el centro de la pista a punto de iniciar el espectáculo, llegaron los presagios de tormenta con truenos y ventarrones.
El público, dispuesto a divertirse, no percibió lo que sucedía afuera de la carpa a pesar de que una racha de aire frío y húmedo levantó un poco una de las paredes de lona y refrescó el ambiente interior.
La representación de los diversos números dio inicio y todos se concentraron en reír, en aplaudir, en emocionarse.
Los payasos acababan de hacer el chiste ese de:
—¿Cuál es el verdadero nombre de Tribilín?
—Pues Bilín, Bilín, Bilín.
Y los trapecistas estaban ya arriba, cada uno en su sitio, listos para iniciar su número, cuando la ráfaga de viento se repitió: ahora más fuerte, venció por completo algunos amarres, recorrió toda la parte baja de la carpa, y el aire caliente del interior del circo, siguiendo las leyes de la física, tendió a elevarse.
El maquillaje de los payasos se deformó, dándoles un aspecto como para asustar.
La lona, durante unos segundos, pareció un globo contrahecho y se levantó un metro, que fue suficiente.
El estruendo fue pavoroso mientras la carpa caía. Los postes sobre los que estaba sostenida se resquebrajaron con fuertes crujidos y la gente intentaba correr, chocando entre sí, tropezándose con las sillas y arrojándolas sin mirar hacia dónde. Las gradas, hechas de madera y tubos, se tambalearon unos segundos y finalmente cedieron, agregando al desorden un fragoroso golpeteo de metal. Las luces se apagaron. La oscuridad hacía más insoportable el griterío. Cada quien clamaba los nombres de sus acompañantes, invocaba a los santos y a la virgen, vociferaba maldiciones o pegaba de alaridos por el pánico.
La carpa cubrió, al ras del suelo, el espacio