Es un largo viaje hasta llegar a este paraíso privado de 65.000 hectáreas de naturaleza salvaje lindando con el mítico Parque Kruger al nordeste de Sudáfrica. Nuestro primer periplo de 13 horas y media de vuelo se hace muy llevadero en la magnífica Business Class de Turkish Airlines vía Estambul hasta Isla Mauricio. De allí, tras unos días de sol y playa, volamos durante cuatro horas y cuarto en el nuevo Airbus A350 “Le Morne Brabant” de Mauritius Air hacia Johannesburgo. Tras hacer una noche de escala en la capital por ajuste de horarios de los vuelos, aprovechamos para visitar el estadio de futbol donde España ganó el mundial, y en el barrio de Soweto, la casa donde vivió durante años Nelson Mandela en el 8115 de Vilakazi St.
Al día siguiente despegamos a las 10.20h en un Cessna Grand Caravan de plano alto, monomotor de hélice de Federal Airlines. Es ruidoso, la cabina estrecha, y hace frio. El regreso