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El Gran Derrochador: Romance Billonario
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El Gran Derrochador: Romance Billonario
Libro electrónico86 páginas1 hora

El Gran Derrochador: Romance Billonario

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“¡Cielos!”, Maya increpó conteniendo la respiración mientras se alejaba de la ruidosa mesa de la esquina de la habitación.
 

“Juro que si tengo que alejar una mano más, esa mesa entera va a llevarse puestas las bebidas”, murmuró vehementemente a Andrea, su compañera mesera en el restaurante Valentino, generalmente lugar tranquilo. Sin embargo, esta noche, el Valentino era el anfitrión privilegiado de la fiesta de despedida de soltero de la década, de algún joven adinerado quien abandonaría su libertad al día siguiente generando una noche sorprendente para asegurarse de contraer nupcias con una resaca como ningún otro novio de la historia.

Aunque dado el lascivo estado del grupo, Maya no podía evitar suponer por qué no se llevaban su fiesta al club de striptease más cercano, como cualquier otro prometido inmaduro con un cerebro subdesarrollado…

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 may 2017
ISBN9781547500758
El Gran Derrochador: Romance Billonario

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    Vista previa del libro

    El Gran Derrochador - Kathleen Hope

    ROMANCE: ROMANCE BILLONARIO: El Gran Derrochador

    por Kathleen Hope

    ––––––––

    Descripción del libro:

    ¡Cielos!, Maya increpó conteniendo la respiración mientras se alejaba de la ruidosa mesa de la esquina de la habitación.

    Juro que si tengo que alejar una mano más, esa mesa entera va a llevarse puestas las bebidas, murmuró vehementemente a Andrea, su compañera mesera en el restaurante Valentino, generalmente lugar tranquilo. Sin embargo, esta noche, el Valentino era el anfitrión privilegiado de la fiesta de despedida de soltero de la década, de algún joven adinerado quien abandonaría su libertad al día siguiente generando una noche sorprendente para asegurarse de contraer nupcias con una resaca como ningún otro novio de la historia.

    Aunque dado el lascivo estado del grupo, Maya no podía evitar suponer por qué no se llevaban su fiesta al club de striptease más cercano, como cualquier otro prometido inmaduro con un cerebro subdesarrollado...

    Biografía del autor:

    Kathleen Hope es una autora de apasionados romances que tiene un gusto por todas las cosas románticas. Vive en Nueva York con su esposo y tres hijos. Cuando no está creando su próximo libro o su ardiente línea de trama, puede encontrarla pasando el tiempo con su familia, disfrutando una buena película o saliendo a cenar.

    Índice

    ––––––––

    Capítulo 1: Volcar su conciencia

    Capítulo 2: Regresar el favor

    Capítulo 3: Propuestas extrañas

    Capítulo 4: Imágenes eróticas

    Capítulo 5: Motivar al enemigo

    Capítulo 6: Demasiado cerca

    Capítulo 7: Fuego y llamas

    Capítulo 8: Secretos

    Capítulo 1: Volcar su conciencia

    ¡Cielos!, Maya increpó conteniendo la respiración mientras se alejaba de la ruidosa mesa de la esquina de la habitación.

    Juro que si tengo que alejar una mano más, esa mesa entera va a llevarse puestas las bebidas, murmuró vehementemente a Andrea, su compañera mesera en el restaurante Valentino, generalmente lugar tranquilo. Sin embargo, esta noche, el Valentino era el anfitrión privilegiado de la fiesta de despedida de soltero de la década, de algún joven adinerado quien abandonaría su libertad al día siguiente generando una noche sorprendente para asegurarse de contraer nupcias con una resaca como ningún otro novio de la historia.

    Aunque dado el lascivo estado del grupo, Maya no podía evitar suponer por qué no se llevaban su fiesta al club de striptease más cercano, como cualquier otro prometido inmaduro con un cerebro subdesarrollado.

    Andrea acarició la espalda de Maya consolándola y no obstante el aspecto de su rostro que le decía que empatizaba con Maya, podía sentir también cierto alivio, probablemente encantada de no ser la única atorada teniendo que tratar con el grosero grupo. Al regresar al bar, Maya repitió la nueva orden para la mesa del infierno y demasiado pronto, su bandeja se colmó con botellas y vasos. De mala gana regresó a la esquina más alejada del salón. Cuidadosamente colocó su cuerpo lo más alejada del más ebrio y mano libre del montón, distribuyó las bebidas tan rápido como pudo, haciendo el mejor esfuerzo para ignorar los lascivos comentarios y abiertas miradas de soslayo. Ella evitó una mano audaz que empezó a rozar sus pechos, pero la mano se retiró, esta vez agarrándola de la cintura y jalándola hacia su regazo. Al segundo siguiente, alguien más del grupo estaba de pie ayudando a Maya a levantarse.

    ¡Demonios! Basta, Jacob, el hombre habló en voz baja, apretando sus dientes.

    El hombre se había mantenido en silencio gran parte de la noche, observándose más molesto que entretenido debido a los adolescentes grandulones que lo rodeaban. También destacaba de otras maneras, al menos era varias pulgadas más alto que el resto, tenía el doble de musculatura que cualquier otro hombre en el lugar, de rasgos cincelados y de un cabello oscuro impecablemente recortado.

    Sus ojos de un azul cristalino eran expresivos; fríos como el hielo cuando parecía enojado, como lo estaba en ese momento. Al mirarlo, Maya se encontró preguntándose si esos ojos brillarían como fuego de cristal cuando se despertaba. Despabilándose, se apartó de la mesa, agradeciendo con un saludo al atractivo desconocido.

    Estoy seguro que mis amigos están bastante apenados por su comportamiento, se volvió hacia Maya. Pienso que hemos terminado aquí, habló en un tono autoritario, su mirada cayendo en cada miembro de la mesa. La transformación que ella vio ahí era sorprendente; cada uno de ellos parecía escabullirse en sus asientos con miradas que iban desde resignación hasta vergüenza, ninguno de ellos pronunció una simple objeción. 

    Él le recordó un rey poniendo orden a sus súbditos rebeldes, aunque de vez en cuando Maya divagaba hacia lo fantástico. Infantil, sí, pero era su único escape de las presiones de la vida diaria. Ella era responsable de su hemano menor desde que sus padres habían fallecido, un día después de cumplir los 19 años. Su vida había estado repleta con el tipo de estrés que hace que una joven mujer sea susceptible a fantasear con cuentos de hadas.

    Observó al hombre una vez más y pronunciando la palabra gracias se retiró a la cocina. Para cuando regresó, ni cinco minutos más tarde, la mesa estaba vacía, excepto por el sobre colocado junto a la copa medio llena de vino, la copa de vino del atractivo desconocido. Él había sido el único que no había tomado tragos perdiendo el estilo y en cambio había optado por un par de copas del vino más caro del restaurante. Ella tomó el sobre con su nombre garabateado rápidamente al frente. Había supuesto que era una breve nota de disculpa, un atento gesto, pero innecesario dado que el hombre no había sido responsable del comportamiento del resto del grupo. Pero el peso del sobre y su voluminosidad sugerían que había algo más adentro. Perpleja, escondió el sobre en su delantal, volviendo su atención en limpiar la mesa. Una rápida mirada a su reloj le indicó a Maya que ya no habría más clientes en la noche ocupando el lugar; el restaurante estaría cerrado en menos de 30 minutos, significando que estaría de camino a casa en menos de una hora.

    Y precisamente, 55 minutos más tarde, se aflojó el nudo que sostenía su delantal a la cintura. Lo colgó en el gancho de la pequeña área de personal al fondo del restaurante, recordando el sobre que había dejado el desconocido. No había nadie más alrededor, era su turno de cerrar por la noche y así sacó el sobre

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