Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El disco rojo
El disco rojo
El disco rojo
Libro electrónico15 páginas8 minutos

El disco rojo

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

…La triste noche de invierno había cerrado. El coronel y su joven esposa habían agotado en una larga conversación el tema de sus preocupaciones y esperaban los acontecimientos. Sabían que esta espera no sería larga; lo sabían demasiado... y este pensamiento hacía temblar a la pobre mujer. Mark Twain.
IdiomaEspañol
EditorialMark Twain
Fecha de lanzamiento25 ene 2017
ISBN9788826005010
El disco rojo
Autor

Mark Twain

Mark Twain, who was born Samuel L. Clemens in Missouri in 1835, wrote some of the most enduring works of literature in the English language, including The Adventures of Tom Sawyer and The Adventures of Huckleberry Finn. Personal Recollections of Joan of Arc was his last completed book—and, by his own estimate, his best. Its acquisition by Harper & Brothers allowed Twain to stave off bankruptcy. He died in 1910. 

Relacionado con El disco rojo

Libros electrónicos relacionados

Clásicos para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para El disco rojo

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El disco rojo - Mark Twain

    El Disco Rojo

    Mark Twain

    1

    La triste noche de invierno había cerrado.

    El coronel y su joven esposa habían agotado en una larga conversación el tema de sus preocupaciones y esperaban los aconteci-mientos. Sabían que esta espera no sería larga; lo sabían demasiado... y este pensa-miento hacía temblar a la pobre mujer.

    Tenían una criatura de siete años, Abigail.

    Dentro de breves instantes iba a aparecer para darles las buenas noches y ofrecer su frente cándida al beso de despedida. El coronel dijo a su mujer:

    -Enjuga tus lágrimas, querida, y en atención a ella tratemos de parecer felices. Olvidemos por un momento la desgracia que va a herir-nos.

    -Tienes razón. Aceptemos nuestro destino; soportémoslo con

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1