El ático

Por Derek Prior

En un rincón donde se almacenaban chatarras que nadie deseaba más: viejos juguetes, ropa para bebé, y secretos ancestrales de pasadas generaciones.

Pero cuando el contagio hizo perder la cabeza del mundo de Wesley Harding, el horror entró a su hogar, el ático es el último lugar para ocultarse.
Un niño de nueve años se encuentra solo en la oscuridad, en medio de amontonadas pilas de cosas familiares y cosas desconocidas.
Disparos y aullidos resuenan junto a la tormenta del exterior. Crujidos y gruñidos provienen de abajo.
No hay mucho tiempo y Wesley deberá descubrir los secretos del ático si es que piensa sobrevivir la noche.

• Idioma: Español
• Editorial: Homunculus
• Fecha de lanzamiento: 10 abr 2017
• ISBN: 9781507132487

Derek Prior

"Derek Prior always produces masterpieces of storytelling, with great characters full of life, relentless plots, and gripping and intense fight scenes." Mitchell Hogan"Like Bernard Cornwell on 'shrooms!" Dinorah WilsonInternationally bestselling and award winning author Derek Prior excels in fast-paced, high stakes epic fantasy adventure stories in which good ultimately triumphs, but always at a cost.Taking familiar fantasy tropes as a point of departure, Prior expands upon them to explore friendship, betrayal, loyalty and heroism in worlds where evil is an ever-present reality, magic is both a curse and a blessing, and characters are tempered in battle.Winner of best fantasy novel 2012 (The Nameless Dwarf: The Complete Chronicles)Fantasy Faction semifinalist for the SPFBO 2018 (Ravine of Blood and Shadow)

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EL ÁTICO

Mamá golpeaba, golpeaba y golpeaba la puerta, pero papá no la dejaría entrar. Llovía a mares. El plic-plic-plic en el techo era como un centenar de disparos, uno tras otro. Los truenos quebraban y se alejaban; Yo siempre decía que eran ángeles dejando caer carbón.

Dentro, el televisor parloteaba, y papá  clavaba tablas atravesadas por las ventanas.

Mi respiración eran jadeos, y mi corazón latía fuertemente en mi pecho. Entre todo aquello, pude escuchar los gemidos de los zombis, las sirenas sonando, y los bang, bang, bang provenientes de las pistolas de los policías. No podía hacer nada. Mis dedos se resbalaban por la cadena de la puerta.

''¡No!'' Papá dejó caer su martillo y me empujó fuera de su camino. El revisó el pestillo para asegurarse de que mamá no pudiese abrir la puerta desde afuera, después miró por la mirilla.

''Es ella'', dije yo. ''Tienes que dejarla entrar''.

Él gruñó mientras se giraba hacia mí y me tomaba por los hombros.

''No lo es. ¿No lo entiendes? No es ella. Oh, Dios, Lo siento Wes. No estoy...no estoy enojado contigo. Es solo que no podemos dejarla entrar, es todo. La han mordido''.

''Entonces déjala''.

Él apretó la punta de su nariz mientras torcía su rostro. Creí que comenzaría a llorar.

''No puedo, Wes. Mierda...no puedo''.

Esquivé su brazo rápidamente y fui por debajo. Él no podría detenerme.

''Wes...''

Apoyando mi rostro contra la puerta, miré a través de la mirilla. Mamá lucía gris y enferma, algo salía de su boca, algo repugnante y espumoso.  Sus dientes chasqueaban juntos, como si estuviese diciendo algo, pero todo lo que escuchaba eran gruñidos.

''Tú pequeño.... '' Papá me jalaba hacia atrás y apretaba una mis mejillas con una mano, así que tuve que mirarlo directamente hacia su rostro. ''Ella no está hablando, Wes. ¿No lo ves?, si fuese ella, ¿no crees que estaría gritando algo?,