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Platón, Despertar a la Luz. Mitos Comentados
Platón, Despertar a la Luz. Mitos Comentados
Platón, Despertar a la Luz. Mitos Comentados
Libro electrónico175 páginas3 horas

Platón, Despertar a la Luz. Mitos Comentados

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Platón, a través de sus mitos y alegorías, nos conduce a profundizar en la propia psique, a descubrir nuestra auténtica identidad, a salir de los estados de conciencia más densos y oscuros y nos impulsa a emprender la senda hacia el Conocimiento que es Luz. Su mensaje es claro: no hay nada que aprender, ningún conocimiento auténtico procede de lo exterior ni puede ser transmitido, porque ya existe en las profundidades del alma. Conocer no es aprender. Conocer es recordar.
En este libro se recogen y comentan algunos de los mitos y alegorías de Platón que han constituido la base del desarrollo espiritual durante siglos:
"La alegoría de la caverna": Hace más de 2.500 años el escenario de una vida irreal y manipulada ya había sido creado. Platón lo llamó “caverna”.
Esta alegoría es una descripción de nuestro mundo interior, del estado en el cual vive el hombre común y del modo que puede salir del mismo y elevarse hacia estados de conciencia superiores, desarrollando las capacidades que le permiten despertar a otras realidades.
En forma casi teatral muestra el estado del alma o el sueño de la conciencia, así como el camino hacia el despertar, la empinada senda que conduce desde la sombría oscuridad de la Caverna a la Luz del Conocimiento.

"El carro alado" nos conduce al contacto con nuestra propia realidad material y espiritual, dando respuesta a los eternos interrogantes del ser humano que camina hacia la trascendencia.

Bajo el título genérico de "El viaje del alma al más allá" se incluyen en el libro tres relatos que tratan de una dimensión invisible para los ojos humanos pero que se hace perceptible tras la muerte del cuerpo físico. Se describe el más allá y lo que a cada alma, según su vida y desarrollo, le va sucediendo. Estos textos son "Er el Armenio", que relata una auténtica "experiencia post mortem", "El destino de las almas" y "El juicio del alma".

Por último, se ha seleccionado un relato muy controvertido, el que se refiere a "La Atlántida", que va precedido de una introducción sobre ciertos puntos relacionados con la existencia del continente perdido en los que coinciden mitologías diversas, haciendo especial referencia al llamado diluvio universal. El relato platónico es de importancia vital para los estudiosos del tema ya que constituye la fuente escrita más antigua sobre la Atlántida y su civilización.

Contenido del libro:
Introducción
Platón, el divino
La alegoría de la caverna: Los niveles de conciencia / La alegoría y sus símbolos
El Carro Alado: El alma y sus virtudes / Conocer es recordar / El mito y su enseñanza
El Viaje del alma al más allá: Hades / Er, el Armenio / El destino de las almas / El juicio del alma
La Atlántida: El Gran Diluvio / La Atlántida de Platón

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 sept 2015
ISBN9781310931598
Platón, Despertar a la Luz. Mitos Comentados
Autor

Inés M. Martín

Inés M. Martín es Licenciada en Derecho y Titulada superior en Griego Moderno. Tras diez años de ejercicio profesional de la abogacía centró su actividad en la investigación sobre el mundo psíquico y espiritual del ser humano. Escritora y entrenadora psico-emocional, formadora en el ámbito del Crecimiento personal y Desarrollo de Valores, ha acumulado años de experiencia en la divulgación de temas relacionados con el autoconocimiento, el desarrollo interior y la superación humana, impartiendo regularmente cursos, conferencias y talleres. Es editora y redactora de la revista digital gratuita "Conocimiento Interior". Libros publicados: "Practicando la Relajación", "Tao Te Ching, el Poder Interior" "Practicando Zen" y "Practicando la Sabiduría Hermética"

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    Platón, Despertar a la Luz. Mitos Comentados - Inés M. Martín

    "Sólo hay un bien, es el conocimiento.

    Sólo hay un mal, la ignorancia

    (Palabras atribuidas a Sócrates)

    El mito es un portal hacia la comprensión profunda de una enseñanza. Es intemporal y universal. Se dirige más hacia la intuición que hacia el raciocinio y tiene la habilidad de hacernos vivir internamente una realidad imposible de describir con palabras.

    Entrar en contacto con los mitos de Platón es descubrir a Platón, abandonar la idea forjada a través de siglos y propagada en base a intereses cuando menos sospechosos, de que la filosofía es incomprensible y ardua para el ser humano común. Con el pretexto de su dificultad, nos han alejado de la enseñanza filosófica que es la fuente de todo conocimiento. Antes de existir la especialización entre las ramas del saber, existía una única disciplina que englobaba y desarrollaba el resto: la Filosofía.

    En una época como la nuestra donde proliferan multitud de teorías y concepciones de todo tipo y valor sobre el ser humano y su desarrollo, se necesita una guía, algo que nos ayude a navegar en este rio turbio de confusión. Y para ello, no hay mejor elección que recurrir a la fuente primigenia de cualquier enseñanza.

    Platón, con sus mitos, nos ayuda a hacer de la existencia algo más bello, más justo, más armonioso y más profundo. Su campo de aplicación abarca lo que llamamos vida y lo que llamamos muerte porque nos habla del alma vestida con el ropaje del cuerpo y del alma desnuda.

    A partir de un momento de su vida Platón empieza a dar al mito valor e importancia y a utilizarlo de forma constante. Por ello ha sufrido la crítica de algunas corrientes de pensadores actuales que consideran este recurso un paso atrás en la filosofía de Platón. Son las voces que condenan al mito como inferior al raciocinio, como una fábula que no forma parte de la diosa razón ni se asienta sobre bases científicas. Por ello, no comprenden cómo un gran pensador como Platón, quizás el filósofo que más ha influido en occidente, se sirva del mito para transmitir una enseñanza. Olvidan quienes así piensan que el mito es capaz de comunicar con esa facultad humana que conoce y capta a través de la intuición y el símbolo, sin que para ello sea necesaria la explicación racional.

    Para el lector libre de prejuicios intelectuales, los mitos de Platón ayudan a explicar sus enseñanzas en niveles más allá del intelecto, entendido éste como puro razonamiento. Cuando la capacidad de razonar ha llegado a su límite, Platón utiliza el mito para, a través no ya del raciocinio, sino de la intuición, elevar el espíritu y familiarizarlo con la trascendencia.

    Esta idea de que los mitos de Platón corresponden a un modo de transmisión no dirigido al intelecto sino a la intuición, viene corroborada por el mismo Platón en su diálogo Fedón. Después de relatar uno de los mitos más bellos, que trata del destino de las almas en el más allá y que es analizado en uno de los capítulos de este libro, Platón escribe:

    Sin ninguna duda, afirmar que las cosas sean verdaderamente así, tal como las he expuesto, no es propio de un hombre que tenga sentido común; sin embargo, afirmar que esto, o algo similar a esto, es válido para nuestras almas y sus moradas, ya que resulta claro que el alma es inmortal, pues bien, esto a mi entender me parece oportuno y justifica el arriesgarse a creerlo, puesto que el riesgo es hermoso. Y es necesario que nos repitamos todo esto a nosotros mismos; esta es la razón por la que yo apelo al mito. (Fedón 114, d)

    Sin duda es más fácil, agradable y útil entrar en contacto directo con la obra de Platón que con los múltiples ensayos que sobre ella existen, muchos de ellos de escasa utilidad para aquellos no acostumbrados a perderse entre los entresijos del raciocinio abstracto que no conecta con la realidad de la vida.

    Platón nos sorprende por su actualidad. Sus ideas están totalmente vigentes hasta el punto de que en muchas ocasiones, el lector tiene la impresión de que se dirige personalmente a él. Esto es así porque logró conectar con lo universal e imperecedero. La lectura de los denominados mitos de Platón es una llamada a recuperar el significado genuino del término filosofía, amor por la sabiduría. Sin duda, nos abrirá nuevos horizontes y perspectivas, nos ayudará a profundizar en nuestra propia psique y nos conducirá a la reflexión sobre la época en la que vivimos y los valores que la alimentan. Los mitos platónicos no hablan exclusivamente a intelectos privilegiados, sino que son una llamada a la comprensión directa de verdades interiores y universales.

    En este libro se recogen algunos de los mitos utilizados por Platón, o para ser más exactos, creados o recreados por Platón. Bajo este término, se incluyen algunas historias que no son propiamente mitos, sino alegorías que utilizan el símbolo para la mejor y más profunda comprensión del significado a transmitir e incluso simples relatos. En otras ocasiones el mismo Platón comienza su discurso diciendo que no se trata de un mito, sino de una realidad, es el caso de La Atlántida o Er, el armenio. Por ello el término mito en lo que se refiere a Platón hay que entenderlo en un sentido muy amplio.

    De la ingente obra platónica se han seleccionado algunos mitos-alegorías-historias siguiendo un criterio puramente personal y sin que ello signifique dar mayor importancia al material seleccionado sobre aquel que no forma parte de este pequeño libro. En cada uno de estos relatos me he permitido la libertad de comentar y, en algunas ocasiones, interpretar. Comentarios e interpretaciones que no son exhaustivos ni comprenden la totalidad de las perspectivas desde las cuales se pueden abordar, pero que quizás sirvan de ayuda en algún caso para ir mostrando el camino que cada cual debe transitar de forma individual.

    La alegoría de la caverna es uno de los fragmentos más conocidos y representativos de Platón y admite interpretación y comprensión en diferentes niveles de profundidad. En forma casi teatral muestra el estado del alma o el sueño de la conciencia, así como el camino hacia el despertar, la empinada senda que conduce desde la sombría oscuridad de la Caverna en la que el hombre común vive a la Luz del Conocimiento.

    El carro alado nos conduce al contacto con nuestra propia realidad material y espiritual, dando respuesta a los eternos interrogantes del ser humano que camina hacia la trascendencia.

    Bajo el título genérico de El viaje del alma al más allá se incluyen tres relatos que nos hablan de una dimensión invisible para los ojos humanos pero que se hace perceptible tras la muerte del cuerpo físico. Se describe el más allá y lo que a cada alma, según su vida y desarrollo le va sucediendo. Estos textos son Er el Armenio, que relata una auténtica experiencia post mortem, El destino de las almas y El juicio del alma.

    Por último, he seleccionado un relato muy controvertido, el que se refiere a La Atlántida que va precedido de una introducción sobre ciertos puntos relacionados con la existencia del continente perdido en que coinciden mitologías diversas haciendo especial referencia al llamado diluvio universal. El relato platónico es de importancia vital para los estudiosos del tema ya que constituye la fuente escrita más antigua sobre la Atlántida y su civilización.

    Para la mejor comprensión del significado de cada mito, se explican en ocasiones conceptos básicos del pensamiento de Platón.

    Señalar que, precediendo a los mitos, se incluye un capítulo sobre Platón en el que muy brevemente se resume su vida y algunos aspectos de su pensamiento. Para ello se ha dado especial importancia a dos fuentes. Una de ellas es la llamada Carta VII perteneciente a una colección de cartas atribuidas al mismo Platón. De todas ellas, es precisamente la Carta VII aquella que para la mayoría de los investigadores no ofrece ninguna duda respecto a su autoría. La segunda fuente es la obra de Diógenes Laercio, historiador del s. III d.C. titulada Vida de los filósofos ilustres.

    Espero que la lectura de este libro sirva de estímulo y aliciente para profundizar en la riqueza e importancia de la enseñanza que Platón nos legó, y, principalmente, que sea de utilidad y ayuda para la mejor comprensión de uno mismo, del mundo en el que vivimos y de los valores a través de los cuales tanto la persona como la sociedad pueden elevarse a un nivel superior.

    *****

    PLATÓN, EL DIVINO

    Platón nació el 427 a.C. en Atenas o, según otra versión en la isla de Egina, en una familia aristocrática. Su auténtico nombre era Aristocles, pero debido a su fuerte constitución fue apodado por su propio entrenador de gimnasia Platón que quiere decir el de los hombros anchos aludiendo a su buena proporción corporal; según otros, el apodo fue debido a la anchura de su frente. Lo cierto es que con este apodo pasó a la historia y se le conoce hasta el día de hoy. Su padre, Aristo, procedía de antepasados ilustres y su madre, era descendiente del gran sabio Solón. Tuvo dos hermanos, Adimanto y Glaucón; y una hermana llamada Potona, que fue madre de Espeusipo quien tras la muerte de Platón pasaría a dirigir la Academia.

    En relación con su infancia y adolescencia, así como respecto a su educación, nos han llegado pocas referencias. Sabemos por Diógenes Laercio que tuvo la esmerada educación apropiada a un joven de su posición.

    El acontecimiento que marcaría para siempre la vida, obra e ideología de Platón fue conocer a Sócrates en el 407 a.C. Tenía 20 años y el maestro más de 60. La impresión que le causó fue profunda. Diógenes Laercio cuenta que Sócrates tuvo un extraño sueño en el que vio un polluelo de cisne sobre sus rodillas el cual, extendiendo las alas, se elevó por los aires entonando dulcísimos cantos. Al día siguiente conoció a Platón y dijo: He aquí el cisne.

    Durante su juventud Platón escribió algunas obras teatrales y de poesía épica. Cuenta la tradición que cuando entró en contacto con las enseñanzas socráticas rompió todo lo que hasta entonces había escrito. Sócrates, por su parte, no dejó nada escrito; no escribía, sus enseñanzas se transmitían de forma oral, mediante el diálogo. Sin embargo, conocemos mucho del pensamiento socrático a través de su discípulo Platón. En sus primeras obras también llamadas de juventud transmite por escrito las enseñanzas de su maestro. Posteriormente Platón irá madurando un pensamiento propio reflejado en sus obras de madurez y en los últimos escritos.

    Creció en una época social y políticamente turbulenta. Su ciudad, Atenas, estaba sumergida en el caos y en la pérdida de valores producida por la larga guerra del Peloponeso, una contienda que después de más de veinte años de duración, acabaría con la victoria de Esparta sobre Atenas.

    Platón era pariente directo de políticos influyentes en su época y su destino natural era dedicarse también él a la política. Sin embargo, el joven se sumergía cada vez más en la decepción y la amargura que le produjo contemplar como un régimen político sucedía a otro sin que ninguno de ellos fuera sustentado por los antiguos valores que habían hecho de Atenas en el pasado el milagro de occidente. Él mismo relata su desencanto de la política y de los políticos en la Carta VII. Este documento está considerado por la mayoría de los especialistas como auténtico y contiene una especie de autobiografía de Platón. A continuación se transcribe el fragmento en el que explica su decepción:

    Cuando era joven, tuve una experiencia similar a la de muchos otros: pensaba dedicarme a la vida política apenas me hubiera convertido en amo de mí mismo. Entonces ocurrió que en la ciudad pasó esto: el gobierno, atacado por muchos, pasó a otras manos, y cincuenta y un ciudadanos se convirtieron en gobernantes del estado (…) Entre ellos se hallaban algunos familiares y conocidos míos que me invitaron a tomar parte en la vida pública, como actividad digna de mí. Yo creía verdaderamente (y no hay nada de extraño, siendo joven como lo era) que purificarían la ciudad de la injusticia, llevándola a una vida justa, y por ello observaba atentamente qué hacían. Comprendí así que en poco tiempo hicieron lucir como oro al gobierno precedente: entre otras cosas, un día mandaron, junto con algunos otros, a Sócrates, un amigo mío más viejo que yo, un hombre al que no dudo en considerar el más justo de su tiempo, a arrestar a un ciudadano para hacerlo morir, tratando de esta manera de convertir a Sócrates en cómplice de ellos, lo deseara o no; pero él no obedeció, y prefirió correr algún riesgo antes que hacerse cómplice de tales despropósitos. Entonces yo, al ver todo esto, y aun otros despropósitos igualmente graves, me sentí indignado y me retraje de los males de aquel tiempo. Poco después cayó el gobierno de los Treinta y aquel régimen fue abatido. Y nuevamente sentí, si bien con menor intensidad, el deseo de dedicarme a la vida política. También entonces, en aquella perturbación, ocurrieron muchas cosas como para afligirse, (…) Pero luego ocurrió que algunos poderosos intentaron un proceso a aquel amigo mío, a Sócrates, acusándolo de un delito abominable, el más ajeno a su ánimo: lo acusaron de impiedad, y fue condenado, y lo mataron, (…) Al ver esto y al observar a los hombres que entonces se dedicaban a la vida política, y las leyes y las costumbres, cuanto más los examinaba y avanzaba en la edad, tanto más me parecía difícil participar en la administración del estado y continuar siendo honesto. (…) Las leyes y las costumbres se corrompían y se disolvían en modo extraordinario, por lo que yo, que una vez tenía gran deseo de participar en la vida pública, al observar estas cosas y al ver que todo estaba completamente trastornado, terminé por asustarme de ello. (…) Vi entonces que nunca terminarían las desventuras de las generaciones humanas a menos que el poder público estuviera en manos de hombres verdadera y puramente filósofos, o que los jefes políticos de las ciudades se convirtieran, por alguna suerte divina, en verdaderos filósofos (Carta VII)

    En el 399 a.C, Sócrates es sometido a juicio y condenado a muerte mediante la toma de la cicuta. En el proceso al que fue sometido, Sócrates se defendió a sí mismo. Platón recogió su discurso en su obra "Apología

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