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El Poder Interior. Tao Te Ching
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Libro electrónico154 páginas3 horas

El Poder Interior. Tao Te Ching

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Comprender la sabiduría y el poder que el Tao Te Ching encierra y hacerlo realidad en la vida diaria es la idea que inspiró este libro. Durante años he intuido que este "pequeño" compendio atribuido a Lao Tse, encerraba las claves para una vida más plena y la base para el desarrollo del poder que late y está presente en cada uno de nosotros. El Tao Te Ching es la voz que puede guiarnos en una senda muy diferente a la habitualmente transitada. Esa voz proclama que para desarrollar nuestras potencialidades y capacidades no es necesario luchar, que toda contienda debilita independientemente de que se gane o se pierda, que lo que llamamos "éxito" es en realidad un gran fracaso, que la flexibilidad es más poderosa que la fuerza y la imposición, que para obtener el liderazgo no hace falta el ego, la astucia y la competitividad, que la intuición es más efectiva que la programación. En definitiva, que el auténtico poder surge del interior y nunca es consecuencia de demostraciones y conductas puramente externas ni resultado de aplicar métodos memorizados, sino más bien la consecuencia de vivir en armonía con el Tao.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 nov 2014
ISBN9781311105349
El Poder Interior. Tao Te Ching
Autor

Inés M. Martín

Inés M. Martín es Licenciada en Derecho y Titulada superior en Griego Moderno. Tras diez años de ejercicio profesional de la abogacía centró su actividad en la investigación sobre el mundo psíquico y espiritual del ser humano. Escritora y entrenadora psico-emocional, formadora en el ámbito del Crecimiento personal y Desarrollo de Valores, ha acumulado años de experiencia en la divulgación de temas relacionados con el autoconocimiento, el desarrollo interior y la superación humana, impartiendo regularmente cursos, conferencias y talleres. Es editora y redactora de la revista digital gratuita "Conocimiento Interior". Libros publicados: "Practicando la Relajación", "Tao Te Ching, el Poder Interior" "Practicando Zen" y "Practicando la Sabiduría Hermética"

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  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    muy bien explicado el análisis del libro original. lectura muy agradable
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    Me encanto!, fue un placer de lectura, bastante ameno de leer para comprender mejor la profundidad del pensamiento taoista, muy recomendable

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El Poder Interior. Tao Te Ching - Inés M. Martín

"Usa la luz para retornar a tu interior.

Esto te mantendrá a salvo.

Eso se llama Tao"

(Tao Te Ching)

Comprender la sabiduría y el poder que el Tao Te Ching encierra y hacerlo realidad en la vida diaria es la idea que inspiró este libro. Durante años he intuido que este pequeño compendio atribuido a Lao Tse, encerraba las claves para una vida más plena y la base para el desarrollo del poder que late y está presente en cada uno de nosotros. El Tao Te Ching es la voz que puede guiarnos en una senda muy diferente a la habitualmente transitada. Esa voz proclama que para desarrollar nuestras potencialidades y capacidades no es necesario luchar, que toda contienda debilita independientemente de que se gane o se pierda, que lo que llamamos éxito es en realidad un gran fracaso, que la flexibilidad es más poderosa que la fuerza y la imposición, que para obtener el liderazgo no hace falta el ego, la astucia y la competitividad, que la intuición es más efectiva que la programación. En definitiva, que el auténtico poder surge del interior y nunca es consecuencia de demostraciones y conductas puramente externas ni resultado de aplicar métodos memorizados, sino más bien la consecuencia de vivir en armonía con el Tao.

Cuando este poder se descubre todo se transforma como tocado por un halo mágico. Empezamos a comprender que muchas de las técnicas aprendidas para vivir mejor son del todo inútiles, que perpetúan un estado de insatisfacción y empañan la visión interior, fuente de la cual procede cualquier logro. Aprendemos a vivir alineados con una energía que guía, alienta y protege; tomamos conciencia de que formamos parte de ella, somos su expresión y nuestra vida es su manifestación. A esa fuerza que todo lo puede y en todo está presente se le llama Tao. Por todo ello, y más, las enseñanzas del Tao Te Ching son revolucionarias y sus mensajes directos y concisos.

Este libro, El Poder Interior, Tao Te Ching es un acercamiento a esa fuente inagotable que es el Tao; su pretensión es hacerlo comprensible y aplicable. Cuando el lector se haya familiarizado con el Tao Te Ching irá descubriendo nuevas dimensiones, nuevas formas de vivirlo y hacerlo realidad en sí mismo. Y a medida que lo haga, comprobará como su vida se va transformando en todos sus aspectos, tanto en la relación que cada uno mantenemos con nosotros mismos, como en lo que concierne al ámbito de las relaciones interpersonales y a la comunicación con el entorno que nos rodea.

Todo empieza a tomar un matiz diferente, lejos de la angustia y el miedo, de la insatisfacción y el deseo. Así, empezamos a crear un núcleo alrededor del cual va tomando forma todo lo demás. Este centro, energía de luz, es nuestro poder interior que se proyecta en todo lo existente.

*****

INTRODUCCIÓN

El pensamiento chino ha sido considerado como una de las fuentes de espiritualidad más antiguas. Durante siglos ejerció su influencia en toda la zona de extremo oriente sirviendo de puente entre el mundo de las formas y las profundas esferas del espíritu, poniendo en contacto el mundo de los fenómenos aparentes con la trascendencia, lo visible y palpable con aquello que pertenece no a la esfera de los sentidos, sino a la intuición. Su origen histórico es incierto, pero su esencia y fundamento son antiquísimos y se encuentran entrelazados con las nieblas del mito. Cuando el Budismo llegó a China, aproximadamente en el siglo I de nuestra era, el Taoísmo tenía una historia de más de 2.000 años de antigüedad y había alcanzado ya toda su profundidad y madurez.

La sabiduría china, desde sus inicios se manifestó en dos aspectos: el social, relativo a las relaciones humanas, valores morales, gobierno y educación, y el trascendente, aquel que penetra más allá de lo formal y alcanza planos de conciencia más elevados. Su ideal se concreta en el hombre iluminado que ha logrado la unión mística con el universo.

Sin embargo, el sabio, utilizando la terminología del taoísmo, no mora exclusivamente en ese elevado plano espiritual, sino que unifica en sí mismo dos partes complementarias de la naturaleza humana: intuición y aplicación práctica de la misma. Ambos aspectos forman una unidad indisoluble tal y como viene expresado en la fuente conocida más antigua del taoísmo, el I Ching.

En Occidente la aplicación práctica en el diario vivir de los principios taoístas ha sido insuficiente debido al ánimo del occidental de incorporarlos a la mentalidad preestablecida como una especie de añadido, sin tener en cuenta que para la comprensión del Tao es imprescindible el olvido de todo cuanto se sabe, o se cree saber. La auténtica aproximación al Tao supone una revolución para la mente occidental porque socava y pone en entredicho las bases racionales que se consideran el sustento de la vida.

En la antigua China evolucionaron dos vías de desarrollo taoísta, sobre todo durante el siglo VI a.C., dando lugar a dos corrientes filosóficas distintas: el Confucionismo y el Taoísmo. El primero floreció en el ámbito de la organización social y de la practicidad, instaurando un sistema educativo basado en el desarrollo moral y estableciendo estrictas reglas de etiqueta social. Una de sus principales finalidades era dotar de una base ética al individuo que se reflejaría en la estructura familiar y social así como en la relación de cada persona con el estado.

El Taoísmo, por el contrario, no se interesaba tanto por lo socialmente correcto, como por el descubrimiento del Camino o Tao como vía de Iluminación. No hace uso alguno del pensamiento racional al que tacha de relativo y limitado. Su fundamento es el saber intuitivo, la capacidad de captación al margen de los conceptos e incluso de las palabras. Más tarde el Chan, más conocido por su denominación japonesa como Zen, recogería las principales enseñanzas de este vivir taoísta para fundirlas con el budismo y convertirse en un modo de vida que, basado en la meditación silenciosa, en la acción libre de programación y en la atención en el momento presente, se mantiene hasta nuestros días.

Cuenta la tradición que Lao Tse se encontró con Confucio, que era algo más joven que él, y que estuvieron discutiendo durante meses sobre el ritual y lo apropiado, pues Lao Tse se oponía a lo que consideraba prácticas vacías. Ningún discurso quizá podría contraponer mejor y distinguir los pensamientos de las dos escuelas, confucianismo y taoísmo, como el episodio, contado por Sema Ts'ien (el autor de Memorias históricas), del encuentro de los dos maestros; el episodio es legendario, sin embargo, tiene para nosotros un indiscutible valor, por cuanto caracteriza exactamente las expresiones asumidas por las dos direcciones del pensamiento desde sus comienzos:

"Habiendo llegado Confucio al estado de los Chou para oír la opinión de Lao-tse sobre los ritos, Lao-tse le responde: «Los hombres de que hablas han muerto y de ellos sólo queda hoy su palabra. Cuando el sabio encuentra favorables los tiempos, va adelante; en caso contrario, vaga errabundo de aquí para allá. A mi parecer, óptimo comerciante es aquel que, cargado de riquezas parece un pobre; sumo sabio, aquel que, aún siendo de perfecta virtud, parece un estulto. Deja estar a tus vanos espíritus, a tus muchos deseos, a tus formas exteriores y a tus licenciosos propósitos. Son cosas todas que no te podrán ayudar»

En las dos corrientes, Confucionismo y Taoísmo, se reflejan dos puntos de vista que se vienen apreciando en el desarrollo de la historia y la cultura humana hasta nuestra época contemporánea. El centro de atención del confucionismo era el individuo como integrante del ente social al cual debía subordinarse en base a la tradición, a la costumbre como herencia sagrada de los antepasados y a las normas. Por su parte, el Taoísmo, afirma el valor del individuo como germen espiritual del desarrollo familiar y social. Los valores que la persona no desarrolle en sí misma, nunca brillarán en ningún otro ámbito porque familia, sociedad y estado son extensiones y reflejos del individuo. Además considera que este desarrollo álmico no puede ser impuesto mediante normas ni aplicado por medio de la disciplina, sino que preconiza la superioridad de la espontaneidad consciente por encima de toda programación o norma preestablecida. El autoconocimiento, la superación personal y la excelencia espiritual son el resultado de una vida que se acomode enteramente al Tao de forma natural.

El Tao Te Ching, en su capítulo 19 dice: Repudiad a todos los sabios, echad a todos los doctores, y el pueblo será mil veces más afortunado; renunciad a todos los preceptos de la moral, y el pueblo reconquistará su piedad y su bondad; abolid todo artificio y todo lujo, y los ladrones y bribones desaparecerán de la faz de la tierra. Estas tres cosas que yo os aconsejo que abandonéis no son más que puro artificio y, por lo tanto, inútiles. He aquí, por el contrario, lo que hay que hacer: sed simples, tened pocos intereses particulares y poquísimos deseos.

Así pues, frente a la mentalidad política confuciana, para la cual el estado es lo más importante y el individuo una parte del mismo, el Taoísmo representa y sustenta la idea de que lo que realmente importa es el ser humano y su elevación espiritual y para llegar a ello no hay reglas, no hay normas. Es más, estas aparecen cuando el Tao ya no se proyecta en el mundo porque es desconocido en el corazón humano. Para el taoísmo la moral, tan ensalzada en el Confucianismo, es superflua y superficial, y las normas son un obstáculo para el desarrollo espiritual. Aunque estas dos tendencias de la filosofía china, social e individual, pudieran parecer extremos opuestos, no fueron considerados en contraposición uno de otro, sino como complementarias y en ningún caso excluyentes.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el Taoísmo agrupa corrientes de pensamiento de distinta índole y ha venido asimilando influencias de otras disciplinas espirituales dando forma a una de las vías de Iluminación y superación más completas y contribuyendo de manera importante al enriquecimiento espiritual de la humanidad. Su influjo no está limitado al ámbito puramente espiritual o trascendente, sino que se extiende a la moralidad, la organización social, las artes, la medicina y, en general, impregna todas las formas de comportamiento humano consideradas como manifestaciones de un único Principio invisible e innombrable.

Dentro del Taoísmo se suelen distinguir dos ramificaciones: el llamado Taoísmo Filosófico

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