La sabiduría de los idiotas

Por Idries Shah

En La sabiduría de los idiotas, los "idiotas" son los Sufis, llamados asà­ debido a que su sabiduría penetra a una profundidad que la transforma en inaccesible para el conocedor meramente acadà©mico o inteligente. Los cuentos-ejercicios de los Sufis son herramientas preparadas para propà³sitos especà­ficos.

En este nivel, los movimientos de los personajes que forman parte de los cuentos retratan procesos psicolà³gicos internos, transformà¡ndose el relato en un plan de trabajo, en un retrato perfecto de dichos procesos.

La sabiduría de los idiotas ha recibido muchos premios, incluyendo dos medallas de oro, una de ellas por ser "El Mejor Libro" como parte del Aà±o Mundial del Libro patrocinado por la UNESCO.

• Idioma: Español
• Editorial: ISF Publishing
• Fecha de lanzamiento: 9 mar 2019
• ISBN: 9781784793166

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La sabiduría de los idiotas

Idries Shah

Título original: Wisdom of the Idiots

Publicado en inglés por ISF Publishing

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Traducción de ISF Publishing

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Copyright © The Estate of Idries Shah

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El derecho de los herederos de Idries Shah a ser identificados como los dueños de este trabajo ha sido reivindicado según la ley 1988 de copyright, diseños y patentes (Reino Unido).

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ISBN 978-1-78479-316-6 ePub

ISBN 978-1-78479-317-3 Mobi

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Primera edición en inglés: 1969

Edición actual: 2018

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En asociación con The Idries Shah Foundation

Índice

Nota

1. La fruta del Cielo

2. Arrogantes y generosos

3. El joyero

4. Ahrar y la pareja adinerada

5. Bahaudin y el vagabundo

6. Comida y plumas

7. El vislumbre de poder

8. Para el humano, nada excepto lo que se ha ganado

9. La leche y su suero

10. Talismán

11. Discusión con académicos

12. La historia de Hiravi

13. Algo que aprender de Miri

14. El ídolo del rey loco

15. Dos lados

16. Bienvenidas

17. Ajmal Hussein y los eruditos

18. Timur y Hafiz

19. Repleto

20. Charkhi y su tío

21. El prisionero de Samarcanda

22. El libro en turco

23. Mendigos y trabajadores

24. Inalterado

25. Diagnóstico

26. El kashkul

27. La vaca

28. Individualidad y calidad

29. El paraíso de la canción

30. El tesoro de los custodios

31. El apego llamado gracia

32. Corrección

33. El santo y el pecador

34. Los sheikhs de los casquetes

35. El secreto de la habitación cerrada

36. El milagro del derviche real

37. La prueba de Ishan Wali

38. Milagros ocultos

39. La entrada a un círculo Sufi

40. La historia de Ibn Halim

41. La mujer Sufi y la reina

42. El asistente del cocinero

43. ¿Por qué lo mojado no está seco?

44. Libros

Sin título

45. El Sufi y el cuento de Halaku

46. Peces en la luna

47. Kilidi y las piezas de oro

48. Trigo y cebada

49. El frasco de vino

50. Bahaudin Naqshband dijo

51. La esponja de problemas

52. El pez de cristal

53. El portador del sello

54. Lleno

55. Voz en la noche

56. Percepción

57. Sobras

58. La mosca dorada

59. Promesa de taberna

60. El cuchillo

61. Caravasar

62. Fantasías

63. Irrelevancia

64. Fidelidad

65. El santuario de Juan el Bautista

66. El significado

67. El método

68. Abu Tahir

69. Contención

70. Tamizando

71. El Maestro perfecto

72. Dar y tomar

73. La prueba del zorro

74. Oportunidad

75. El préstamo

76. Tejiendo luz

77. Explicación

78. Día y noche

79. La fuente del ser

80. Manchada

81. Wahab Imri

82. El pillo y el derviche

83. Esperanza

84. Querer

85. El arquero

86. Mahmud y el derviche

87. Etapas

88. Lo que hay en él

89. Sano y enfermo

90. Estofado de cordero

91. Encontrando los defectos

92. Oír

93. El elefante bebé

Acerca de Idries Shah

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Un pedido

Nota

Los Sufis, que por lo general consideran como una locura aquello que los pensadores de mente estrecha imaginan que es sabiduría, a veces se refieren a sí mismos como Los Idiotas.

También por una feliz casualidad, la palabra árabe para santo (wali) tiene el mismo equivalente numérico que la palabra para idiota (balid).

Entonces tenemos un motivo doble para considerar a los grandes Sufis como nuestros propios Idiotas.

Este libro contiene parte de sus conocimientos.

1

La fruta del Cielo

Había una vez una mujer que oyó hablar de la Fruta del Cielo; la codiciaba.

Le preguntó a cierto derviche, a quien llamaremos Sabar:

¿Cómo puedo encontrar esta fruta, para así lograr el conocimiento instantáneo?

Lo mejor sería que estudiases conmigo, dijo el derviche. Pero si no lo haces, tendrás que viajar con determinación y a veces incasablemente por todo el mundo.

La mujer lo dejó y buscó a otro, Arif el Sabio; y después encontró a Hakim el Docto; luego a Majzub el Loco; más tarde a Alim el Científico y muchos más…

Ella pasó treinta años buscando, al cabo de los cuales llegó a un jardín. Allí se erguía el Árbol del Cielo, de cuyas ramas pendía la resplandeciente Fruta del Cielo.

De pie junto al Árbol estaba Sabar, el primer derviche.

"¿Por qué no me dijiste que tú eras el Custodio de la Fruta del Cielo cuando nos encontramos por primera vez?", le preguntó.

Porque entonces no me habrías creído. Además, el Árbol solamente produce fruta una vez cada treinta años y treinta días.

2

Arrogantes y generosos

Los Sufis, al contrario que otros místicos o supuestos poseedores de conocimiento especial, tienen fama de ser arrogantes. Esta arrogancia, según ellos mismos, se debe solo a una malinterpretación de su comportamiento por parte de la gente. Una persona, dicen, que pudiese encender un fuego sin frotar palos y que lo dijera, le resultaría arrogante a alguien que no pudiera hacerlo.

También tienen fama de ser extremadamente generosos. Su generosidad, dicen ellos, está en las cosas que realmente importan. Su prodigalidad con los bienes materiales es apenas un reflejo de su generosidad con la sabiduría.

La gente que desea estudiar el camino Sufi practica a menudo la generosidad con objetos, como un intento de alcanzar una forma superior de generosidad.

Sea como fuere, se cuenta una entretenida historia acerca de tres hombres generosos de Arabia.

Un día hubo una disputa entre los árabes sobre cuál era el hombre vivo más generoso. Los debates se prolongaron durante varios días y finalmente los candidatos fueron de común acuerdo reducidos a tres.

Como los partidarios de los tres candidatos estaban a punto de llegar a las manos, se nombró un comité para que tomara la decisión final. Decidieron que, como prueba eliminatoria, se enviaría el siguiente mensaje a cada uno de los tres hombres:

Tu amigo Wais se encuentra en grandes apuros. Te ruega que lo ayudes con bienes materiales.

Tres representantes del comité fueron enviados para localizar a estos hombres, entregar el mensaje e informar de lo sucedido.

El primer mensajero llegó a la casa del Primer Hombre Generoso y le dijo lo que el comité le había encargado.

El Primer Hombre Generoso dijo:

No me molestes con semejantes nimiedades. Agarra todo lo que quieras de lo mío y dáselo a mi amigo Wais.

Cuando este emisario regresó, la gente reunida pensó que seguramente no podía existir una generosidad mayor que esta... ni tampoco semejante arrogancia.

Pero el segundo mensajero, tras comunicar su mensaje, recibió esta respuesta del criado del Segundo Hombre Generoso:

Dado que mi amo es realmente muy arrogante, no puedo molestarlo con ningún tipo de mensaje. Pero te daré todo lo que tiene y también una hipoteca sobre sus bienes inmuebles.

El comité, al recibir este mensaje, imaginó que seguramente este debía de ser el hombre más generoso de Arabia.

Pero todavía no habían considerado el resultado de la misión del tercer mensajero.

Este llegó a la casa del Tercer Hombre Generoso, quien le dijo:

Empaca todas mis pertenencias, lleva esta nota al prestamista para liquidar todos mis bienes y vuelve aquí para esperar a una persona que llegará de mi parte.

Dicho esto, el Tercer Hombre Generoso se marchó.

Cuando el mensajero hubo terminado esa tarea, se encontró con un agente del mercado en la puerta de la casa; este le dijo:

"Si tú