EL EVANGELIO DEL TÍBET
¿EL PRIMER MANUSCRITO SOBRE JESÚS DE NAZARET?
Hacia 1887, Nicolai Notovich habría emprendido un viaje hasta la India, un país por el que se sentía atraído desde su infancia. Sin una hoja de ruta planificada, el objetivo de su viaje era conocer sus costumbres, su naturaleza, así como su arqueología. Tal y como relata en su cuaderno de viaje: “Sin plan preconcebido y errante de un lugar a otro, llegué hasta el Afganistán montañoso, desde donde volví a la India por las travesías pintorescas de Bolan (paso de montaña en Pakistán hacia la frontera con AfganistánI y de Guernai. Después remonté el Indo hasta Raval-Pindi; recorrí el Punjab (región que comprende el este de Pakistán y el norte de la India), país de los cinco ríos, visité el templo de oro de Amritsa, la tumba del rey de Punjab, Randjid-Singh, cerca de Lahore, y me dirigí hacia Cachemira, ‘valle de la eterna felicidad’…”.
Cachemira era la última región que Notovich tenía intención de visitar antes de regresar a Rusia. Sin embargo, alguien debió relatarle una singular historia que le hizo cambiar de planes: “Cierto día –cuenta Notovich–, en el transcurso de la visita que realicé a un convento budista situado en mi camino, tuve noticias a través del jefe de los lamas, de que existían en los archivos de Lhasa (capital del Tíbet) memorias antiquísimas relacionadas con la vida de y las naciones de Occidente, y de que en ciertos grandes
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