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Atmosfear: El Inframundo
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Libro electrónico178 páginas2 horas

Atmosfear: El Inframundo

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Un ex – veterano de guerra deberá luchar contra un extraño ser de las sombras, su lucha lo llevará a viajar a China y a las montañas del Tíbet para buscar el objeto que lo ayudará a vencer a este mal.
Desgastado y con un final incierto deberá llevar su lucha hasta los mismos confines del inframundo donde lo esperan los peores designios del mal. ¿Quien vencerá al final?.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento6 feb 2015
ISBN9781291775563
Atmosfear: El Inframundo
Autor

Ariel Marcelo Gastaldi

Argentino, me he dedicado a estudiar la historia antigua y a escribir obras de ficción estilo epicas... hoy quiero llegar a ustedes para presentarles, a través de estas paginas, lo que la historia y el sacrificio de aquellos pueblos que han sido esclavizados a través de conquistas o imperialismos modernos han trazado la historia de vida de los distintos pueblos de la antiguedad..

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    Atmosfear - Ariel Marcelo Gastaldi

    ATMOSFEAR EL INFRAMUNDO

    ARIEL MARCELO GASTALDI

    Introducción.

    Un ex – veterano de guerra deberá luchar contra un extraño ser de las sombras, su lucha lo llevará a viajar a China y a las montañas del Tíbet para buscar el objeto que lo ayudará a vencer a este mal.

    Desgastado y con un final incierto deberá llevar su lucha hasta los mismos confines del inframundo donde lo esperan los peores designios del mal. ¿Quien vencerá al final?.

    EL DESAFIO COMIENZA…

    CAPITULO I:

    TORMENTO.

    La ciudad…Boston.

    Poblada por lujosos edificios gigantes de concreto que parecen tragadas por el cielo; son silenciosas, rígidas, guardianes hechos por el hombre.

    Abajo es donde esta el latido de la ciudad, la gente escapa de sus trabajos, algunos desearían… elevarse por arriba de todos.

    Su nombre Peter Ghorré, ex militar y combatiente de Vietnam, se encuentra en su oficina de investigador privado en el 4ª piso de los edificios de los barrios bajos en los suburbios, una verdadera vivienda de ratones que comparten alimento con la figura esbelta que se halla parado en las penumbras de la noche, observando como la enloquecida gente que salen de sus trabajos se apresuran en cruzar los húmedos y repugnantes callejones sin tenerles miedo a la noche.

    Es hora de actuar, el gobierno le paga un salario de U$S 100.000 al año por limpiar las calles de la escoria criminal, su trabajo es excelente, rápido, preciso, sin dejar huellas, un justiciero nocturno un héroe para la gente local. Pero nadie sabe su identidad, el anonimato lo mantiene con vida.

    Un sueldo muy elevado para una pocilga que posee, pero le gusta esos lugares, no llamar la atención, nadie lo molesta por impuestos, chiquillos que enloquecen por los pasillos, solo piensa en la paz del lugar que solo es interrumpido por el gentío de la noche.

    Ahora veremos al justiciero en acción…

    ¡Le dije que me diera esa cartera, anciana!

    La anciana se aferra a su bolso muy asustada sin soltarlo un segundo.

    No me obligue a golpearla otra vez, entregue el bolso.

    Por favor, déjeme en paz.

    estoy tratando de ser agradable, pero no me haga enojar. Dice otro de los jóvenes que la tenía aprisionada amenazándola con un cuchillo en la garganta.

    El otro joven más frívolo, asustado trata de apurar a su compañero, no quiere vérselas con el justiciero nocturno.

    Vamos Bill, podría llegar ese justiciero en cualquier momento.

    No seas tonto, ya te dije que eso es cuento de la poli para asustarnos.

    Es tiempo donde las sombras también se mueven, cuando hay cosas que se movilizan con lentitud, como los ojos brillosos de una figura que vigila a su presa esperando la oportunidad de atacar.

    ¡Tiren las armas, vagos, se los diré una sola vez!

    ¡Te lo dije Bill, es el justiciero…!

    Yo terminaré con ese justiciero, lo convertiré en comida de ratas. Dice el otro bandido, sacando su .38 apuntando hacia el lugar de donde salió la voz disparando una ráfaga de balas, pero su objetivo ya no estaba allí.

    ¡¿Dónde te fuiste maldito cobarde, da la cara cabrón?!.

    Como todo combatiente hace uso de sus reflejos para saltar desde una de las cornisas del callejón delante de los jóvenes y desarmarlos con un simple golpe de Kung Fu.

    Idiotas fueron las palabras del justiciero al verlos desparramados por el suelo.

    Los jóvenes pueden levantarse y empiezan la huida, el justiciero los observa y sin darle respiro, saca de su saco polvoriento dos pelotas de beisball lanzándoselos a gran velocidad y con una fuerza increíble, acertándoles en la cabeza y provocando que caigan desvanecidos. Así quedarán por un buen rato hasta que les llegue la policía.

    Ve con cautela anciana, fueron las palabras de justiciero un poco más calmado.

    Gracias hijo, que Dios te acompañe y proteja, te estaremos siempre agradecido.

    No hace falta, El es mi protector espiritual, ahora vaya con mucho cuidado.

    Boston, en un santuario oscuro el comienzo de un latir de tambores, el fuego sagrado que flamea en la oscuridad, la suplica a los espíritus, la lealtad a las cosas malignas, donde la magia comienza a levantarse y emerger, se juntan para dar forma al satánico acto de un puñado de fanáticos.

    Elévate, yo te convoco, dice una figura escondida en las penumbras del santuario, lo único que se le puede percibir son sus ojos rojos brillar de pura maldad.

    Lejos muy lejos, en las profundidades del mar, donde la oscuridad comienza a bullir, sus poderes son convocados y el demonio despierta de su lecho siendo atraído por el llamado de los tambores.

    Descansando en su lecho, lejos de los criminales y de la voracidad de la noche, Peter, nuestro justiciero nocturno seguido por los tormentos de su pasado espera consejos de su fiel compañera…

    Karen, linda me confundes, tú sabes a los peligros que me rodean, me pagan buen dinero por eso, el gobierno no puede contra aquellos criminales comunes que operan por la noche como fantasmas y yo me tengo que encargar de toda esa escoria criminal que invaden los barrios bajo, robando, asesinando sin escrúpulos a mucha gente inocente.

    Su compañera escucha atentamente…

    ¡No se dan cuenta que después de esa maldita guerra no soy más que un mercenario pagado por el gobierno para ser un justiciero ya que no puedo tener un simple trabajo o una vida normal por nuestra conducta violenta o alegando problemas de actitud o de convivencia, ya no podemos ser normales, entiendes?.

    Karen Janes escucha…

    Arriesgo mi pellejo cada noche cuando esos desnutridos sin almas salen de trabajar cada noche teniendo que cubrirles sus espaldas a cada paso y a cada segundo, ¡mierda! Todo esto me enloquece, maldita sea.

    Relájate cariño, ven recuestarte, te daré unos masajes para que te calmes.

    Luego él la mira y ella le responde con una suave caricia, Peter se levanta y toma la mano de Karen llevándola hacia la alcoba, lentamente la desviste a la vez que ella lo besa y lo desviste también para terminar en una armoniosa y cálida relación de amor en la cama.

    En un oscuro y repugnante callejón una figura demoniaca se desplaza entre los tachos de basura tratando de encontrar algo que aplaque su hambre, escarbando entre la putrefacción de la basura encuentra a su primera víctima que solo será un simple bocadillo de rata, por ahora solo eso hasta que descubra bocadillos mucho más grande…

    En la alcoba, donde una pareja puedo disfrutar de su amor a pleno desde que él volviera de la guerra hace unos años…

    Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien, tu eres una luz entre tanta maldad, ahora tengo que salir hacer mi ronda nocturna, traba bien las puertas y las ventanas, no les abras a nadie.

    Lo se cariño, cuídate. Le contesta despidiendo a su héroe con un beso.

    En los callejones a veces la vida es injusta…

    ¡Oh Dios!, aléjate

    No piensa, sólo atiende el resonar de los tambores, con la rapidez y el un instinto maligno, el demonio solo obedece las cosas para lo que fue creado, la máquina de matar imparable e invulnerable.

    ¡Te descuartizaré deforme! dice un pandillero disparándole con su automática, pero no le vale de nada, el demonio ya se cobra su tercera víctima de lo que va de la noche.

    En la oscuridad el ritmo de tambores otra vez resurge, desde un rincón incognito, el maligno ser que despertó a la criatura observa detenidamente; cuidadosamente saca un cuchillo puntiagudo de su bata y se hace así mismo un corte dejando caer su sangre a un recipiente de devoción a la maldad, dando así acto de fe a su gran poder.

    Peter, nuestro justiciero, recorre los oscuros callejones, los ve silenciosos, calmados, la oscuridad esconde solo maldad donde el demonio acecha, pero nuestro héroe no puede percibirlo, sabe que algo anda mal y eso lo inquieta, lo perturba, aún así sigue firme con su ronda nocturna.

    En uno de los callejones nuestro demonio ataca de nuevo…

    ¡Muévete hombre!.

    ¡¿Qué demonios es eso?!, una maldita pesadilla, ¡hay que encontrar al justiciero!.

    ¡No llores y usa tu arma!.

    ¡Por aquí Jimmy, junto al mercado, se muy bien que el justiciero ronda estos lugares!.

    Pero no tendrán oportunidad de dar aviso, porque aplacarán el hambre y la sed de nuestro demonio, ahora lleva cinco deliciosos bocadillos en la noche.

    Peter, desorientado vuelve a su departamento donde su compañera aún duerme, toma el periódico y se sienta en el sofá luego de servirse una taza de buen café, allí se entera de algo espeluznante, y de segura las respuestas a sus interrogantes que rondan por su cabeza en estos instantes.

    ¡Dios mío, que es esto!, una masacre en mi ciudad, que clase de maniático está haciendo esto, esas iniciales, creo haberlas visto en algún lugar….donde?.

    ¿Por qué estas tan preocupado, cariño?.

    Observaste las noticias de hoy, le contesta Peter pasándole el periódico a Karen.

    ¡Que es esta monstruosidad, y en tus propias narices!, que piensas hacer.

    No lo sé, ahora entiendo porque las calles han estado tan silenciosas y tranquilas estas últimas noches que siempre han estado plasmadas de gentío enloquecida.

    A medida que la noche se desvanece y la oscuridad se aleja, es donde la gente aterrada comienza a correr de un lugar a otro yendo a sus trabajos.

    Su nombre, Wang tei, también ex combatiente de Vietnam, pero combatiente vietnamita del vietkong, el bando contrario; va hacia su casa y siempre le gusta tomar el oscuro y tenebroso callejón para ahorrar tiempo. Degusta una taza de café antes de llegar a su trabajo, no muy usual, el callejón estaba bien iluminado y prácticamente las sombras eran débiles.

    Desafortunadamente para Wang, esas frágiles sombras oculta el horror, paseando tranquilo por el callejón donde han estado ocurriendo los distintos crímenes, queda helado al ver los pisos y las paredes manchadas de sangre humana. El anciano héroe para su país y aclamando por el vecindario por su voluntad y solidaridad, queda helado sin poder emitir una palabra por lo que acaba de ver.

    Debajo, en los alcantarillados de la ciudad, se arrastra la maldad, esperando hambrienta que su próxima victima llegue hasta el final del callejón para saciar su hambre, siguiendo así con las órdenes que su creador le inculco al crearlo.

    El anciano solo atina a correr lo más que puede para ponerse al resguardo de los edificios, pero la maldad de las sombras es más rápida que sus movimientos y la criatura cobra otra nueva víctima.

    El sol en el horizonte pronto dice que la noche termina y el demonio vuelve a descansar en su lecho, los tambores cesan, las sombras del santuario descansan, solo hasta que la noche regrese y la oscuridad vuelva a reinar.

    Peter toma su desayuno y intrigado toma el periódico para saber lo sucedido en la noche, observa los noticieros en los canales, se alimenta poco, ha estado entristecido desde que supo de la noticia de los crímenes y no puede saber qué o quienes hacen esto o por qué. Su compañera no puede encontrar el rumbo para poder sobrellevar la situación o como consolarlo, parece enfermo y desganado, nada lo reanima esta en otro mundo.

    No te desanimes querido.

    Estoy tranquilo, es que estoy descifrando las siglas que vi escritas con sangre en la pared del callejón, CNNR…; lo he visto en antes, pero no puedo recordar precisamente donde, lo tengo vagando en mi mente.

    No te exaltes, ya lo recordarás, salgamos de compras, te distraerás un poco, quizás te ayude a recordar más tarde.

    Ok vamos, tienes razón en ese punto.

    En el santuario maligno…

    Allí no se registra ningún movimiento extraño, el sacerdote realiza su misa como todas las mañanas del domingo, todos los fieles llegan al santuario con sus ofrendas a Dios para obtener su ayuda en el hogar. La maldad se aloja en el anochecer, la figura del mal se esconde en las penumbras de la sala de rituales sale durante el tocar de tambores a embocar al demonio.

    Peter se encontraba entre los fieles que acudían a la misa en un santuario que les parecía indefenso lleno de luz y paz sin saber lo que realmente escondía en su interior.

    Algo presentía, se encontraba nervioso, como si sus instintos de combate captaran una extraña presencia, Karen lo observa y le murmura al oído para que se quedara tranquilo, pero aún así no se convence del todo, siente una fuerza extraña y esta noche piensa en venir a descubrirla.

    Regresan a casa donde se pone mas tranquilo, pero no se saca de su mente las siglas ni mucho menos esa fuerza extraña que presintiera en el santuario; solo espera la llegada de la noche para conocer el acertijo, si fuera yo no me acercaría al santuario durante la noche.

    Querido sigues con tus incertidumbres, no sigas atormentándote, deberías considerar en pesar en renunciar a este trabajo.

    ¡Estas loca, renunciar!, es lo único que puedo desarrollar sin problemas desde que volví de la Vietnam, ¿en que podría trabajar sin que discriminen?, es para lo que estoy hecho y entrenado, ni lo menciones.

    "Tranquilo, solo trataba de ayudarte a que no te de un ataque de locura, además no quisiera

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