‘DOMESTIC NOIR’
El impulso de escribir siempre viene conmigo. Soy amante del género negro, el el terror y de todos los sucesos escabrosos, sean o no leyendas», confiesa Pablo Rivero (Madrid, 1980). El célebre actor –le reconocerán, entre otras cosas, por su papel de Toni Alcántara en vuelve al oficio de escritor por segunda vez, tras su primera y esta vez desembarca en SUMA de letras con una obra con un estilo muy cinematográfico donde el se trabaja de una manera muy especial. La sinopsis comienza así: «Desde hace veinte años Jon, actor de éxito, interpreta a un asesino en la serie más longeva de la televisión española. Sin embargo, vive tan atormentado por el personaje que representa que decide dejarlo todo. No sospecha que librarse de su no será tan fácil». La pregunta es obligada, ¿cuánto hay de autobiográfico en su novela? «No concibo escribir sobre algo que no conozca, que no me toque de cerca o me llegue hasta un punto que necesite contarlo –y continúa–. nace de un conflicto que tuve con una vecina en el momento en el que yo buscaba paz y armonía. Ella consiguió sacar lo peor de mí y, pese a que lo pasé mal, me fascinaba el poder que tiene la gente de llevarte a un punto límite al que nunca imaginabas llegar. La fama de la que huye el protagonista le persigue y la paz que anhela se verá salpicada por una serie de sucesos escabrosos que ocurrieron en los bosques aledaños a su refugio. La realidad supera a la ficción y le pondrá al límite como ocurre en la vida real». Para el madrileño, donde reside el verdadero terror es en aquello que te puede llegar a suceder por escabroso que parezca, sin embargo, admite que la vida le ha sonreído y que la fama jamás le ha atormentado «porque no he llegado a sufrirla. Tampoco es que haya sacado mucho beneficio de ella en mi vida diaria. Digamos que considero que es un peaje que hay que pagar por hacer un trabajo que trascienda». Suspense, emoción, intriga, parricidio..., ¿hay un oscuro cuarto interior en la mente de Pablo Rivero? «Claro, te sorprenderías. Estoy lleno de contradicciones e impulsos que igual no estarían demasiado bien si se conocieran. En hablo de ello de una manera muy irónica. En clave de asfixiante pero también con dosis de humor reflejadas en la manera en la que retrato la vida del actor, la profesión, la hipocresía que existe en torno a nosotros…». Asegura que le llevó fácilmente entre ocho y diez años el punto de arranque de esta nueva novela y que no conoce otra manera de escribir que desnudando su alma: «Encaro la creación de personajes con la misma línea de pensamiento, contradicciones y demás que cuando preparo un personaje a fondo. Creo fervientemente que eso es lo que hace que la historia te cale de verdad y no sea una más en la que los personajes son clichés reutilizados. Los personajes de tienen muchas caras y contradicciones, unas se acercan más a mi realidad que otras, pero en el fondo son sentimientos que reconozco y por los que me he tenido que desnudar para poder plasmarlos en papel».
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