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Historias antirrománticas: Amores codiciosos
Historias antirrománticas: Amores codiciosos
Historias antirrománticas: Amores codiciosos
Libro electrónico77 páginas52 minutos

Historias antirrománticas: Amores codiciosos

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Historias satíricas de personas codiciosas que han tenido que atravesar por relaciones de odio, obsesión, venganza, avaricia, egoísmo, ambición, corrupción, intereses, envidia, infidelidades y más.

Historias antirrománticas que nos hacen reflexionar con un poco de humor, sobre situaciones cotidianas, donde se le da prioridad al dinero sin importar cómo deterioran nuestras relaciones y a nosotros mismos. Un libro para explorar las ambiciones y la naturaleza humana.

IdiomaEspañol
EditorialMagali Pool
Fecha de lanzamiento29 abr 2014
ISBN9781311504920
Historias antirrománticas: Amores codiciosos
Autor

Magali Pool

Soy psicóloga con un diplomado en RH. Siempre he querido tener un espacio para compartir mis ideas e intereses, pues me encanta escribir y sobre todo dar mi opinión.Actualmente estudio una maestría en el ámbito educativo, y he escrito los siguientes libros: : “El misterio de los hechizos”, “Historias antirrománticas”, “Cómo no tener novio”, “Acordándome de mí", entre otros.

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    Historias antirrománticas - Magali Pool

    Prólogo

    No hay corazón tan triste como una bolsa sin dinero.

    Refrán

    El amor y el dinero son poderosos, tal vez más que los deseos y la voluntad humana. Los placeres están ligados al amor y al dinero, y éste último atrae el amor como un imán.

    Muchos dicen que para saber si es amor hay que ponerle precio, ¿cuánto pagaría por él?, ¿cambiaría todas mis posesiones por amor?, ¿vale la pena?, ¿es el amor una pena?

    Para saber el precio del amor y del dinero, primero hay que tenerlos y no sobrevalorarlos.

    El dinero es un objeto material y abstracto a la vez. Aunque diez pesos son diez pesos, para cada persona tiene un valor diferente. Para un hambriento, una moneda puede ser una fortuna, aunque está claro que una moneda no se puede comer porque el dinero es un objeto de intercambio. Si no tiene con quien intercambiarlo o algo que comprar, mucho dinero puede ser insignificante.

    La codicia es definida como un deseo ansioso y excesivo de tener dinero. Es común amarlo, acumularlo, presumirlo, compararlo, obsesionarse con la riqueza, competir, divertirse, exagerar, querer tenerlo todo…Los seres humanos hemos llegado a ser billetes andantes y en muchos casos, el amor al dinero es simplemente insaciable. Lo que sí, el dinero es bueno siempre y cuando esté en buenas manos.

    En palabras de George Bernard Shaw: El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso ya es otra cosa.

    Qué cosas, qué cosas…

    En la historia El amor es caro, una mujer despilfarradora está dispuesta a pagar el precio que sea por el amor de un millonario tacaño, pero éste la humilla, y el precio es más caro de lo que pensó.

    En La jaula de plata, una señora es chantajeada por un par de strippers con los que le fue infiel a su influyente marido. Ella tendrá que decidir qué vale más: la vida, la libertad, el amor, o el dinero.

    Un deseo es la historia de una mujer insegura que desde su infancia ha querido ser rica por sus carencias económicas y emocionales, sin embargo, tendrá que decidir entre su obsesión por el dinero o el amor de un hombre que siempre la ha apoyado.

    En Agua y aceite, mezclar el negocio y el romance puede ser desastroso. Una pareja prefiere vivir el día a día, sin importar el mañana, y pasando por alto la ley.

    El dinero es sólo dinero nos muestra que hasta los sentimientos tienen precio y que el amor al arte puede ser más fuerte que el amor al sexo opuesto o el amor al dinero, pero tal vez, no por mucho tiempo.

    Billete por billete es una historia de esperanza y venganza, donde las desilusiones se cobran. Una mujer le cobrará una infidelidad a su marido por el resto de sus días. Él sólo quiere perdón, pero tarde o temprano, la amante quiere dinero.

    En Oferta y demanda, la envidia y la traición van de la mano. La generosidad no es apreciada, el éxito se convierte en una cruz que tienen que cargar, y el amor es un trofeo.

    El Poderoso caballero es un atractivo jefe adicto al sexo por el que sus empleadas hacen lo que sea, excepto una, que es adicta al trabajo. El choque es inevitable, el miedo a perder su trabajo la obliga a tener relaciones sexuales. Una historia donde el Poderoso Caballero es también Don Dinero.

    En general, estas historias antirrománticas nos hacen reflexionar con un poco de humor, sobre situaciones cotidianas, donde se le da prioridad al dinero sin importar cómo deterioran nuestras relaciones y a nosotros mismos como personas. Nos hacen ver que el amor existe, pero ¿el amor a qué exactamente?

    El amor es caro

    Ir de compras era una de las actividades favoritas de Claudia, la moda era su debilidad, había ocasiones en que antes de comprar comida, iba a las boutiques a comprar lo último en vestidos, bolsos y zapatos.

    Antes de que se inaugurara una nueva sucursal de Vanidosa, una de sus tiendas favoritas, corrieron rumores de que el dueño millonario estaría en la tienda, y que aún estaba soltero. Aquel hombre tenía alrededor de 45 años, el doble de su edad. Claudia quería llegar a ser algún día dueña de la cadena, tal vez hubiera querido tener la suya, pero no sabía qué significaba la palabra ahorro.

    Claudia vivía por encima de sus posibilidades, esperando que el dinero atraiga el dinero, o bien, que un millonario se enamorara de ella, y qué mejor que el dueño de su cadena de ropa favorita.

    El día de la inauguraciónón fue al salón de belleza para que le rizaran el cabello, con su mejor vestido entallado, sus zapatos de tacón más altos, su tarjeta de crédito lista para hacerla funcionar y aparentar que era millonaria. Claudia se propuso conocer al dueño y pedirle rebajas personalmente.

    La sucursal estaba saturada, cientos de personas no alcanzaban en un pequeño local, que por cierto, era la queja más frecuente de las clientas, el tener demasiada ropa en un lugar tan reducido, aún cuando había disponibles locales más grandes.

    Las compradoras asiduas solían ser damas de alta sociedad, quienes también querían conocer el dueño; según los rumores, éste vivía ocultando su identidad, supuestamente porque

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