Coces y Aullidos

Por Javier Pascual

Este poemario está escrito entre 2009 y 2010 reflejando en sus versos muchas metáforas ambiguas,
aunque siempre evidenciando una realidad, según la visión del autor.
Si por algo se puede caracterizar COCES Y AULLIDOS es por esconder muy poco.

• Idioma: Español
• Editorial: Emooby
• Fecha de lanzamiento: 9 mar 2011
• ISBN: 9789898493453

Javier Pascual

Javier Pascual, nace en Aranda de Duero (Burgos) en el año 1983. Aunque su familia proviene de un pueblecito Soriano, la Villa de Almazán.Cursa sus estudios entre Aranda de Duero y la localidad Vallisoletana de Peña- fiel. Donde empieza su afición por la escritura y da sus primeros pasos en la música.En 2008, tras haber sido seleccionados sus poemas en varios concursos, se decide autoeditar su primer libro “ De mi puño y letra, con el corazón en la mano” realizando una tirada de 500 ejemplares, que fueron distribuidos mayormente en su localidad natal.Desde ese mismo año, realiza actualizaciones periódicas de su blog http:// javipascual.blogspot.com donde cuelga poemas propios o ajenos además de reflexiones, canciones o cualquier cosa que pase por su cabeza y crea que debe saberse.En 2010, aparece en la antología, editada digitalmente por Groenlandia, “Los rincones más oscuros” además de ser incluido en otras, aún pendientes de edición.También en 2010, ve la luz la primera maqueta musical del grupo NI VOZ NI BÓTOX, del que forma parte y donde escribe letras para muchas de las canciones.Durante estos años participa y organiza varios recitales, donde sus poemas tienen una buena acogida.

Vista previa del libro

Las alfombras impolutas lustran las mejores ocasiones, donde lucen otras palabras, siempre al amparo del glamour. Manifestarse, aparecer a la luz del día. El royo de siempre. Vivir. Buscar acomodo en tu cotidianeidad. Para el caso, una casa sin alfombras es siempre más acogedora.

Félix Javier Pascual, músico y escrivividor de noche (porque algo hay que beber), comercial y administrativo (aunque no es imprescindible, hay que comer) de día, por lo tanto, -y estaréis (aquellos que le conocéis) conmigo- persona inquieta, ha conseguido desenredarse de las redes pegajosas que conforman ciertos estados de ánimo; si acaso, porque esa inquietud suya de decir, de contar, de mostrarse, de hacer; en cualquier caso, de estar pendiente para así evitar que te atrape el bajón. No obstante, este nervio de ser al que aludo, porque sirve de ejemplo de amistad, el tomar alguna que otra caña de cerveza con el aperitivo del coloquio (¿hay algo más cotidiano para conocerse las personas?) rezuma improntas por los poros de su piel; -cosa que ya en su día intuí- y que ahora, en el reposo de los días pasados y al resguardo de la lectura de COCES Y AULLIDOS, puedo decir, qué es lo que le hace estar constantemente en guardia. Atento. Vigilante. Sabedor de que los jardines espléndidos, necesariamente, precisan de la mierda más exquisita para su esplendor en una primavera cualquiera. Reacciona y