Quizás le llame Modagala
Por Anna Roig
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Mario Santiago Papasquiaro diría de Anna Roig que su delirio es su deleite. En este poemario están todos los cuentos que nos contaron de pequeños, y todas las verdades que aprendimos con el tiempo. Anna Roig es costurera. Teje, hilvana. No se da a sí misma ninguna ventaja. Construye una nave de palabras, conoce al iceberg y sopla sobre él hasta que aparece el agua.
Quizás le llame Modagala hace saber que la vida es gerundio, que solo se es siendo y que la lucha no termina nunca. También que en ese movimiento hay espacios de tiempo para contemplar el sueño. Porque Anna Roig es también alpinista, buscadora de cimas, persistente, tenaz. Entre escalada y puntada, aparece su poesía, su tristezalegría, su soliloquio risallanto. Tal vez se llame deshielo. (Rebeca Yanke)
Anna Roig
Anna Roig nació en Barcelona en 1976, aunque reside en Sant Boi de Llobregat. Quizás le llame Modagala (La Bella Varsovia, 2013) es su primer libro.
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Quizás le llame Modagala - Anna Roig
Índice
Portada
La mordedura
lobezno
miedo (1)
(2)
El cuadrilátero
nº 00
enjambre
sue cambray
cordura
dórico
sebkha
mondino
escupiendo…
perras
bateig
subasta
dreamhunter
(sobre) vivientes
sean
cuadrilátero
La carne dura
nómada
bohemia
mask
bromuro
semanal
paraula
in crescendo
terrassa
puntuación
dilema
y.o.s.o.y.
Las manos, el magnesio
alturas
torre
Triángulos, vértices, ángulos
maslow
(,,,)
estiu
fred
espejismo
lettre
sobre las ausencias I
sobre las ausencias II - ladrido
Titireteando
bautismo
lactancia
Notas
Créditos
Para los que están, no estando. A mi padre. A mi yaya.
LA MORDEDURA
LOBEZNO
(I)
me senté en la mesa del lobo
le expliqué
después cerré la caja de Pandora
la enterramos
nos fuimos a dormir
(II)
Hui de la casa materna en busca del lobo. Toda esa estepa, llena de óxido. Todos esos campos y tierras, abonados con seres humanos que iban acompañando mi paso, me dolían enormemente. No pensaba volver y el miedo empujaba hacia delante. Vértigo. De eso se trataba: de ir en búsqueda de la espiral y no soltarla, de conseguir domarla. Vértigo y más vértigo hasta conseguir vomitar las inquietudes estáticas y la aridez del alma.
Encontré al lobo.
Me estaba esperando.
(III)
El lobo olió toda mi concentración de adrenalina.
Pero no pudo sentir mi vértigo.
Tampoco mi miedo.
Y eso que rezumaba por todas partes.
____________________________ (vamos a devorarnos)
MIEDO
(1)
Miedo. Peligro. Peligrar. Jugar a trileros con los axiomas no fue fácil, en esos tiempos esquizofrénicos, donde nada era lo