Noches De Alcohol Sexo Y Piedra
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¿Quieres saber lo que oculta la noche, la rumba, la calle?
Hay dos maneras, hay dos caminos, tú eliges. Un camino te puede costar la vida, el otro lo puedes descubrir en este libro, aquí no hay poemas de amor, aquí la calle se hace verso y palpita en cada página, es cruel, voraz y sórdida.
No hay un momento exacto en el que la calle te atrapa, o quizás si, y con el pasar de las noches queda en el olvido, porque:
“Es simple:
Vienes acá
a fumarte una vainita en silencio
y se arma una fiesta
con uno,
dos,
tres,
cuatro o más muertos
que no tienen idea
de para qué sirve la vida
ni de para qué sirve un puente.”
La noche está mucho más cerca de lo que crees
Abrir los ojos ante una realidad que está a solo unos pasos de distancia, que se repite noche tras noche, una realidad de la que muy pocos salen con vida. Noches de Alcohol, Sexo y Piedra es la historia de una sobreviviente, de lo que vio, de las personas que conoció, de lo que vivió y de cómo fue su lucha para salir de ahí.
¿Por qué debes leer este libro?
Hay tres razones para leer un libro como este, quizás sea el único libro de poesías donde la noche es cruel, brutal e inmisericorde, aquí no hay noches de luna donde la brisa suave mece las hojas de los árboles.
La primera razón es querer saber, la curiosidad, el morbo, conocer el secreto que guarda la noche detrás de la rumba y el ron, detrás de una fumadita.
La segunda es porque conoces a alguien que vive noches de alcohol, sexo y piedra, no puedes entender por qué está ahí y sabes que no puedes ayudar si no entiendes su realidad.
La tercera es porque no crees que sea posible que alguien que vivió lo que tú vives pueda contarle al mundo tu realidad.
¿Es para ti?
- Si no puedes entender por qué una persona se sumerge en un submundo de fango e inmundicia, este libro está hecho para ti.
- Si estás viviendo alguna de las historias narradas en este libro, tú puedes superarlo, hay salida, hay personas que pueden y quieren ayudarte, porque te aman y aún pueden ver en ti a la persona valiosa que eres. Esa persona que tú olvidaste hace ya mucho tiempo.
¿Quién es la autora?
Yo soy Emilia Marcano Quijada, zuliana, hija de margariteños que migraron al Zulia en los tiempos de la Venezuela Petrolera. Al culminar exitosamente mi tratamiento de rehabilitación de drogodependencia, me dediqué a escribir e hice de las redes sociales la plataforma de lanzamiento de mi obra poética y literaria.
Las historias que encontrarás es este libro, son más realidad que ficción, son mis recuerdos, de una vida que dejé atrás hace ya varios años. Te cuento parte de mi historia, mi vida en las calles, cómo son las noches en la esquina, qué se esconde en los callejones...
Sordidez, noche, esquina, calle, sexo, drogas, alcohol, puedes leerlo como quieras, la historia está ahí. Encuentra y descubre la lucha interna que ocurre en cada poema, en cada relato. Si hay un camino para salir del abismo, no es fácil, es un terreno resbaloso y en cada paso puedes caer, pero con voluntad es posible alcanzar cualquier meta.
Emilia Marcano Quijada
"Jamás tuve dinero, no sé lo que es tener el 1er. auto, la casa, la pareja o la familia. En mucho, ha sido mi culpa. Pero, en rehabilitación decidí construir una obra poética que quedase como prueba de que pasé por aquí. Mi vida -eso sí- es la vida de una poeta."— Emilia Marcano Quijada.Emilia es una poeta que logró una rehabilitación exitosa de una condición de drogas y calle, ¿Cómo lo logró?, con mucho trabajo y esfuerzo en La Comunidad Terapéutica del Zulia perteneciente a la Fundación José Félix Ribas Zulia, en la ciudad de Maracaibo.Emilia Marcano Quijada nació el 27 de Diciembre de 1960 en Ciudad Ojeda estado Zulia, Venezuela. Se inició en la poesía de la mano de su madre, Hursulina Quijada de Marcano, admiradora del poeta Juan de Dios Peza.En febrero del 2005 llegó a la Fundación José Félix Ribas Zulia a la primera evaluación para dar inicio a su tratamiento de rehabilitación a la adicción a las drogas.Eran tiempos terribles, eran días de profunda confusión y tristeza. Días de sueños extraños y recuerdos que la atormentaban.Ingresó a La Comunidad Terapéutica del Zulia (así la llama siempre) el mes de marzo de ese año, que cambiaría su vida para siempre y le dio un nuevo rumbo a su pasión literaria."Mi estadía en Comunidad me marcó PARA TODA LA VIDA, gracias a ella aprendí a revisarme, a no perder seguimiento, a reportar, a asumir, a colocarme y colocar límites, a disertar, a escuchar, a valorarme, a establecerme propósitos en mi día a día, a colocar todas mis decisiones en una balanza, a construir en mi honestidad las bases que sustentan mi fuerza y mi voluntad de vivir sin drogas"— Emilia Marcano Quijada.Fueron muchos años en la calle, muchos años en los que su familia la dio por perdida...o muerta, y luego de más de 15 años "limpia", viene a contarnos su testimonio.
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Noches De Alcohol Sexo Y Piedra - Emilia Marcano Quijada
SARNA Y CALLE
El dueño de la cauchera de la Avenida Intercomunal siempre se quejaba a las 8 a. m. al abrir los portones de su negocio, por la cantidad de basura que encontraba en la entrada del local. Los clientes que ya lo esperaban a esa hora de la mañana se reían de sus accesos de ira.
—¡Voy a matar a esa loca! Todos los días es lo mismo. Llego a trabajar y tengo que limpiar este montón de suciedad.
—Hombre, Ernesto, que te va a dar algo– decían los clientes muertos de risa.
—No hay derecho, coño. Tengo que trabajar ¿y encima debo limpiar la mierda que deja esa hija de puta drogadicta?
—No eres el único —dijo un gordo de barba teñida y recortada que llegaba a alinear su Mustang—. La policía ha golpeado varias veces a esa borracha tratando de que se vaya de por todo esto, pero no. Es más fuerte que la piedra que fuma.
—¡Loca es lo que es! Mira todo esto... ¡Orín, botellas y papeles rotos!
—Parece que tu loca también escribe —el gordo recogió del suelo un pedazo de papel ennegrecido y lo leyó—:
"Para ti hay vida, para ti
hay abrazos, azúcar y pétalos,
para mí, sombras,
sarna,
calle."
TODO
Qué más puedo pedir, si ya lo tengo todo.
Mías son las bolsas llenas de basura,
míos son los perros bebiendo su sombra en los charcos,
mías son las uñas mordidas, los zapatos prestados,
y el pelo encanecido de un poema,
míos son los pies despellejados
y el horizonte de niebla,
las patas de las cucarachas
y los ojos sin llanto de la calle.
Qué más puedo pedir, si ya me ha dado todo
la vida en su ruindad más absoluta
y no logro mirar ni de noche, ni de
madrugada lo que ingenuamente soñara que me toca:
La esperanza.
Esa se fue a un hotel,
a pasar la mona
entre piojos borrachos de sangre.
VENUS DE AMAPOLAS
Te contaré un momento de la esquina,
el horror que vive en la calle, mirando al suelo,
habitante del mundo corrosivo.
Mi cuento es un pedazo de aluminio,
tapas de refresco, agujas,
bolsas de papel, fuego, llagas y ceniza.
Mi historia comienza tarde,
cuando nace la jungla, surge el nudo,
Venus de amapolas, calle y semen,
buscando mentiras.
El humo devora sus ojos,
una nube de insectos le maquilla la cara;
viste los despojos del incendio,
desfila, fuma, se esconde.
Mi cuento no termina,
todavía vaga por la calle.
TRAZOS DE CALLE
Al principio todo era confusión.
Por momentos la gente respiraba hierro fundido
que fluía libremente desde los acantilados.
Al principio de alguna parte surgió la manada
irradiando en sus ojos luces amarillentas
que predecían la muerte.
Era yo una cicatriz, unas pupilas rojas,
un temblor constante, una isla
que dio a luz muchos cuellos de botellas.
Al principio todo era callado,
solo la angustia se mordía las uñas
y daba gritos muy fuertes que se difundían
en todas las estaciones de radio,
en las lajas de la policía
donde la peste podía llamarnos
por nuestros verdaderos nombres.
Al principio todo era oscuro, y sin aviso
el papel aluminio llegó al final,
se cortaron las venas los ilusos,
murieron muchos esclavos
y se estrellaron contra el suelo
los restos de ceniza.
Al principio es mentira.
Al principio recuerdas.
Al principio.
LA OSCURA
Yo, la oscura,
provengo de insanos pasadizos
no disponibles en aparadores ni anaqueles,
ni cuentan con registro, marca o huella fósil
que no haya firmado yo,
con la pluma de todas mis heridas.
El dinero y las historias son tan grises
que es indispensable me presente, sórdida y desnuda,
para desenvolver del hastío
a decenas de escrotos salpicados de monogamia.
Algunos se pasman viendo
las llagas en mi cuerpo,
otros se sientan a ver el rosario
de penalidades y tragedias
que me cuelgan del pubis,
los demás miran la droga, miran la rumba,
miran la mesa llena de aluminio y ron,
miran