¿Quién se comerá a los gallinazos?

Por Raúl Ortiz Bravo

La poesía dicen que es bella, pura y sublime. Y lo es, no cabe duda. Pero a veces bucea en zonas insondables de la condición humana, enfrenta el dolor, la oscuridad, el deseo de devolver mal por mal el simple sinsentido que dejan a su paso los desamores, los desencuentros y la desidia de luchar por algo mejor. Los gallinazos, aves carroñeras, también se alimentan de todos aquellos restos, pues su tarea, aunque no lo creamos, es la de limpiar el mundo y ayudar a mantener un equilibrio ecológico cuando la naturaleza funcionaba por sí misma y sin intervenciones destructivas. Sin embargo, cabe la pregunta que plantea, entre imágenes tan sugestivas como estremecedoras Raúl Ortiz Bravo: ¿Quién se comerá a los gallinazos? Y podríamos preguntarnos también ¿en dónde radica la verdadera fuerza de la belleza poética? Está hecha de restos, de retazos de corazones heridos. Pero quizá eso es lo que le da esa perturbadora hermosura: bucear en el fango, y encontrar el tesoro que es en sí misma la verdadera poesía. (Lucrecia Maldonado)

• Idioma: Español
• Editorial: CuerpodeVoces Ediciones
• Fecha de lanzamiento: 15 dic 2022
• ISBN: 9791222036779

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¿Quién se comerá a los gallinazos?

Raúl Ortiz Bravo

Colección Cuerpo y Niebla

Cuerpodevoces

E

diciones

¿Quién se comerá a los gallinazos?

© Raúl Ortiz Bravo

Cuerpodevoces Ediciones

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Teléfono: 0984172663

Manta

Diseño de portada: Isaac Vélez (Hidropixel Agencia)

Imagen de portada: Jonas Ferlin / Pexels

ISBN: 978-9942-7040-4-7

Primera edición: noviembre de 2022

Manta, Ecuador.

Engañaste a tu prójimo en vergonzosos mercados

No amabas más que el mal y ahí fuiste hábil...

Y el hombre apartaba su ojo sombrío y móvil.

Y dijo Dios El infierno para tu corazón desecado.

Boris Vian

Este silencio suspendido entre calañas de fractales

encantará las soledades de tus bajos instintos

obsequios a los cristales rotos que se alimentan

de los fragmentos de piel descalza.

Hay un pedazo de carroña, aún

no hablaré de tu orgullo, de tus labios cerrados

de tus apariciones en sueños

nunca me ves a los ojos

hablaré de tus marcas de nacimiento

de tus piernas y los puntos rojos que te dejaron las moscas

de mis vértebras que se caen por el sifón

de cómo abro los brazos para cazar

alguna gota de lluvia o de jugo amargo de raíces.

Antesala del dolor

I

Las larvas del sistema

fueron una llaga, una madriguera

que funde crías carnívoras

del hijo mercantil.

En el oleaje nocturno

de los rostros más humanos

nació la insignia de una lucha

y el fuego y las piedras

que caen como un escupitajo

erigido contra los dioses

y retorna con el trueno

para