La Verdadera Poesía Intimista
Por Gonzalo O García
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El libro fundamentalmente trata de la visión interior del poeta en un ambiente que a veces –y tal vez lo sea- sugiere ser ambiguo o casi de dos personalidades distintas; diríase que extremas. Esta dualidad será sin duda llamativa para el lector selectivo que podrá extraer sus propias conclusiones y recrearse en el submundo del alma del autor y quizá, verse un poco reflejado o reflejada en los versos contrastantes de la obra.
Además el libro ofrece en sus 72 poemas un pequeño tratado de psicología y más bien, en ciertos casos, de la filosofía de vida del autor que con frecuencia se interroga a sí mismo sobre el añejo tema de la muerte, la pasión y la distancia real e imaginaria del amor perdido. En el libro dos nombres de mujer están en el sustrato de los temas en medio del conflicto que la mayoría de los poemas despliegan. A ambas está dedicado el poemario. Por último, hay un toque de condena o de crítica a las dos circunstancias ambientales; dos países totalmente distintos en las cuales le ha tocado vivir al poeta.
Las eventuales referencias a la colombofilia –cría de palomas mensajeras para competencias o concursos de variadas distancias- al igual que al día sábado, pertenecen a hechos personales en la vida del autor.
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La Verdadera Poesía Intimista - Gonzalo O García
Cacerías Humanas
Llorarás un día por alguien querido:
por tu santa madre, por el hijo ausente,
por la mujer noble que dejó tu sitio,
por tus propios huesos enfermos de muerte.
Pero el llanto tuyo nunca será eterno
y vendrán los días de luz y de amparo,
te creerás gigante, gritará tu pecho
y un divino néctar mojará tus labios.
La vida ejecuta su gran sinfonía
en la que intervienen instrumentos miles,
la palabra es clara: compensación digna
en un mundo indigno de maldad y crimen.
Te persigue, hombre, la mano del tiempo
que te olvida un poco pero no te suelta,
llorarás un rato, pagarás tu precio
y verás destellos de la primavera.
Eres el condumio del vivir ufano
y víctima ingenua de un viejo calvario,
habrá días negros -fruto del pecado-
como noches bellas en regios palacios.
Grandes ilusiones, saldrás a buscarlas,
hallarás algunas, no todas, ya sabes,
las almas mejores y las turbias aguas
cruzarán en tandas tus céntricas calles.
Alcanzar la cumbre será tu consigna,
dejar una huella cuando Dios te cite,
pero bien recuerda que el triunfo en la vida
tiene gusto amargo y a episodios grises.
Caza hermano mío, caza hasta que puedas,
aunque ten cuidado de cazar con tino,
mira que no siempre vale igual la presa
ni es gratis la dicha ni tú eres el mismo.
Incertidumbre
Seguirá la vida cambiando matices,
evolución falsa y desarrollo torpe,
seguirán los tonos oscuros o grises
pues aquí nacimos a existir de golpe.
Ilusos y orates deambulan abajo,
nunca el cielo muestra la escondida carta,
los unos veneran su amor, su trabajo,
los otros procuran gozarse en sus ganas.
Nada se sostiene, los cambios ordenan
métodos distintos, adaptación cruda,
ni familia vale al sonar la trompeta
que rige el silencio de la piel desnuda:
un juicio postrero por ambas fronteras
y parte el extinto con su boca muda.
Los mitos
Son las ideas que se han transmitido
como dogmas sagrados sin disputa,
son las voces del coro confundido
apoyando lo erróneo de su ruta.
Hombres que se dirán providenciales
pero que son farsantes de tribuna,
muchos se jactan y se llaman tales
aunque engañan y engrosan su fortuna.
Es un mito que el pueblo es invencible
si el propio pueblo acepta el vasallaje,
mito es también clamar que un imposible
libertador nos saque del ultraje.
Seres que en sus esferas inflan globos
de fe para luchar contra la Bestia,
que deslumbran al viejo y a los bobos
con el falso sayal de la modestia.
Es un mito la libertad fingida
del hombre pisoteado por un clan,
mito al igual la frase repetida
de que los mitos nunca morirán.
Mito es que el muerto observa desde un cielo
las angustias y heridas de su gente,
eso es hacer de Dios un tiranuelo
que castiga al buen hijo eternamente.
El mundo de las letras rimbombante
transforma en genio máximo al chiquito
dentro de tres centurias, protestante,
yo volveré a negar que soy un mito.
La música
Depende del oído la confusión del mundo,
depende de la música que a los hombres nos llegue,
según los varios tonos el sapiens en sus tumbos
pensará a su manera, fabricará su mente.
En realidad la música gran influencia ejerce
sobre nervios enfermos, calma un dolor profundo,
nos trae paz al alma, sus compases nos vencen,
la emperatriz, la clásica de Strauss, Chopin, Caruso.
Pero existe otra música cuyo fondo es ambiguo,
que sin voces se impone, de instrumentos carece,
en ritmo acelerado con efectos de embrujo
que es interpretativa, que individual se entiende.
Si fuera por colores, la azul puede ser verde,
la rosada ser roja, la negra añil oscuro,
cada persona marca la que mejor conviene
a su realidad diaria, su fe que es bolso oculto.
Así ha habido guerras, odios,