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Buscando a Dios En Las Tinieblas
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Libro electrónico220 páginas3 horas

Buscando a Dios En Las Tinieblas

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En esta novela el autor trata por medios racionales de explicar la existencia de esa poderosa y desconocida fuerza que gobierna el universo. Este tratado es un esfuerzo racional por explicar lo inexplicable, lo que no tiene forma, ni olor, ni est condicionado por el tiempo ni el espacio. Es un esfuerzo racional por tratar de averiguar si la conciencia divina o inteligencia suprema puede ser encontrada y experimentada por los seres humanos mientras respiramos y caminamos sobre la tierra.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento14 nov 2008
ISBN9781477173251
Buscando a Dios En Las Tinieblas
Autor

Max Alberto Moya

Nacido y criado en Costa Rica, uno de los paises latinoamericanos con más estabilidad económica y política, el autor aprendió desde muy joven a valorar la democracia y la paz. Durante sus años escolares y de colegio, el autor llegó a conocer en detalle la realidad política de otras naciones latinoaméricanas que vivían bajo el yugo de juntas militares y dictaduras. Esto lo llevó a profundizar sus estudios en las ciencias políticas con énfasis en Política Comparada Latinoamérica. Posteriormente, obtuvo su Bachillerato en Ciencias Políticas en la Universidad de California, Los Angeles (UCLA). En esta novela, el autor nos hace ver la lucha de la cual han sido protagonistas los pueblos latinoamericanos por alcanzar la democracia, la libertad y la paz. La lucha aún continua. La revolución es permanente.

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    Buscando a Dios En Las Tinieblas - Max Alberto Moya

    Copyright © 2008 by Max Alberto Moya.

    All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage and retrieval system, without permission in writing from the copyright owner.

    This is a work of fiction. Names, characters, places and incidents either are the product of the author’s imagination or are used fictitiously, and any resemblance to any actual persons, living or dead, events, or locales is entirely coincidental.

    To order additional copies of this book, contact:

    Xlibris Corporation

    1-888-795-4274

    www.Xlibris.com

    Orders@Xlibris.com

    49087

    Dedicatoria

    Dedico esta novela a mis padres ya fallecidos por las buenas enseñanzas y la motivación por el estudio que desde niño me dieron. También la dedico a mi esposa e hijos por su paciencia y comprensión al igual que a todos aquellos familiares, amigos, vecinos, maestros, escritores y cantores que de alguna forma me sirvieron de inspiración y me motivaron a terminar este trabajo.

    La ignorancia espiritual es una enfermedad. Quizás la peor que azota nuestra humanidad. Es esa misma ignorancia, la que convierte El Reino de Dios en un verdadero infierno. Pareciera que el mundo entero es indiferente a La Verdad. Nadie la busca por sí mismo y en lugar siguen ciegamente todo tipo de doctrinas, dogmas, mitos, creencias, filosofías, teorías, opiniones, prejucios y otro tanto igual de conceptos estúpidos que sólo tergiversan la realidad. Esto no ayuda en nada a la superación espiritual. El conocimiento religioso ha venido a significar la aceptación emocional de ideas, reglas y normas de conducta antiguas, lo mismo que la ciega obediencia a la autoridad religiosa existente. La religión, a sido reducida a puras superticiones, fanáticas creencias y misteriosos rituales. La cura a todo este fanatismo irracional es el conocimiento de tu propio ser. Tu eres La Luz. La Luz se encuentra dentro de ti. No necesitas buscar ni pedir para que La Luz llegue a ti porque La Luz ya está en ti. El Reino de Dios está dentro de ti. The Kingdom of God is within you. Lo único que tienes que hacer es reconocer esta realidad, aceptarla y vivirla. Tienes que romper el velo de la ignorancia espiritual que cubre tus ojos, tu mente, tu alma y tu conciencia y así vivir y disfrutar La Ultima Realidad… La Verdad Absoluta…

    Mahatma Chandra Bala

    POEMA DEL AUTOR

    BUSCANDO LUZ

    "No sé por qué amigos, pero a veces me siento totalmente liberado… , lleno de vida y con ganas de dejar que mi espíritu se eleve muy alto… , que se remonte hasta lo alto del firmamento más allá donde nunca ave alguna antes volara. Quiero volar allá bien alto donde la altura el mal depura y cuando esté bien alto… , encontrarme con La Gran Lumbre y contarle todo lo que cuesta llegar hasta su Alta Cumbre. Quiero volar bien alto y dejar que mi espíritu se convierta en lo que quiera para poder seguir volando aún más alto y llegar hasta donde se encuentra La Verdad Absoluta… , La Eterna… , La Infinita… , La Inmutable… , la que todos quieren atrapar pero pocos han visto pasar…

    "Quiero llegar allá donde sólo hay brillos celestiales, donde no hay fulanos, ni tal tal por cuales, donde el alma más no se entristece, porque al contrario al ver tan Grande Luz de su Gloria se fortalece. Quiero recibir esa energía cristalina que todo ilumina y cuando esté allá bien alto buscar entre las estrellas sus divinas huellas…

    "Quiero que El Verdadero Guía encienda mi vela, para que ya se acabe esta sofocante agonía que todas las noches neciamente me desvela. Quiero sentir su abrazo caluroso para que mi rostro se ponga alegre y el corazón venturoso. Quiero conocer las columnas de Su Imperio y descubrir dónde se esconde tanto Misterio…

    "Huella lejana como me ufanas, eres mi guía quizá mi hermana. Déjame apreciar Tu Imponente Corona que aún al más soberbio en la soledad nunca abandona. Tu copa llena de luz serena en noche fría es mi alegría…

    "Quiero que sepa que hoy vengo a verle con actitud sumisa aunque parezca algo indecisa. Quiero que me diga por qué cuando le llamo siento que no responde, mas al contrario creo que se esconde. Quiero preguntarle cuál es el propósito de esta vida que a veces nos parece algo fallida o como el sueño de una criatura dormida…

    "Vamos amigo hazme algún gesto, que a tu llamado yo ya estoy presto. Quiero que me libres de todo espíritu malvado y que no me dejes seguir comiendo de este plato sabroso lleno de pecado. Quiero que me enseñes cómo eliminar de la mente, el alma y del mundo tanta amargura, cómo terminar de una vez por todas con tanta noche oscura…

    "Solo en mis noches… , toco… , invoco y aún así siento que te conozco poco. De pronto te noto algo remoto. Busco tus huellas voy con un foco. Sigo el sendero, solo y con frío… , no llevo abrigo, sigo buscando tus huellas con el alma helada… , mas no hay respuesta en la inmensa soledad y la nada…

    "A veces me siento en un puerto muerto donde el antiguo enemigo me engaña y llama, mas yo le resisto lo más que puedo hasta quedarme dormido algo rendido mas no vencido. A veces me miro ya sin aliento y siento que se me escapa hasta el pensamiento. Entonces te recuerdo y de pronto siento que todas mis penas se las lleva el viento…

    "Eterna lucha… , ya nadie escucha sólo me queda darme una ducha. Quiero que sepas Amigo Eterno que a pesar del quebranto te reconozco como mi Padre Santo. Corona de púas así son mis dudas, alegrías me diste mas aún sigo triste. Mira este corazón que en ti confía, no me dejes solo, acompáñame, protégeme, yo sólo quiero que seas mi guía…

    "Contigo al lado avanza la confianza y crece y crece sin descanso la esperanza. Quiero que sepas que todos los días necesito de tu amparo y que en medio de la noche necesito que Tú seas mi faro…

    "Día tras día yo iba y volvía y todos los días las misma historia se repetía siempre muy solo sin ninguna guía. Entre tanta gente y mi alma impaciente Tú estás presente… , Tú eres El Puente. Después de verte quiero regresar mucho más contento aquí a la tierra donde lo que reina es odio y la feroz guerra. Quiero regresar en un carruaje encendido, tan sólo disponible a unos pocos escogidos…

    "Voy por el mundo con el corazón deshecho, quiero que en mi pecho Tú seas un hecho… , ayúdame a caminar triunfante por este angosto trecho. Angel caído de porvenir difuso… , voy por el mundo agobiado y confuso. Extiende tu mano aquí bien profundo y ya sácame de este horrendo mundo donde la codicia acecha y la paz interna nadie aprovecha. Ven Padre Eterno sácame pronto de esta ardiente hoguera, quiero conocer Tu Luz… , Tu Primavera…

    "Ya estoy cansado de juegos mundanos, pasiones infernales… , son tan fatales. Aquí parece que nadie sabe que en esta vida todas las metas son puros sueños… , sueños de humanos, sueños sin dueño, sueños paganos que nos retuercen como gusanos…

    "Se van los años y más engaños, todos seguimos causando daños. Universo perverso todo va inverso. Seguimos metidos sin esperanza en este lodo, Tú la salida… , no hay otro modo. Tú esperanza viviente… , aquí te llevo clavado como un clavo ardiente sobre mi frente… .

    "Se ve… , se siente. Tú el camino. Estoy conciente. Ahora todos esconden sus manos… , miran para otro lado, ya no hay humanos sólo tiranos. Perros rabiosos muy presurosos caminan ciegos derecho al foso. Oigo tu voz que me dice espera… , no te detengas… , sigue… , sigue… , persevera…

    DE CARNE Y HUESO

    SOY UN HOMBRE DE CARNE Y HUESO

    IMPERFECTO, IMPURO E IGNORANTE…

    CAMINO POR EL MUNDO SOLITARIO

    COMO UN LOBO EN LA TUNDRA

    CARGANDO EN LA MENTE, EL CORAZON Y EL ALMA

    TRES SACOS SATURADOS DE AGUDAS DUDAS

    FRUSTRACIONES Y PASIONES,

    CONGOJAS, ANGUSTIAS Y PENAS,

    EXPERIENCIAS, TRAJEDIAS Y GOZOS,

    EXITOS Y FRACASOS,

    ALEGRIAS Y SONRISAS, DOLOR Y LLANTO.

    CAMINO EN BUSCA DE LA VERDAD.

    Y ES QUE A VECES LA VERDAD ES COMO

    UN TESORO ESCONDIDO BAJO TIERRA

    QUE NO LOGRAMOS DETECTAR.

    Y ES QUE A VECES LA VERDAD ES COMO

    UN TESORO SUMERGIDO EN EL FONDO DEL MAR.

    LA VERDAD ME HAN DICHO LA ENCONTRAMOS

    EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS Y EN EL TESTIMONIO

    Y LAS OBRAS DEL REDENTOR DEL MUNDO-EL HOMBRE DIOS

    JESUS-EL CRISTO.

    ENTONCES PIENSO QUE LA VERDAD ESTA AL ALCANCE DE TODOS,

    LO UNICO QUE TENEMOS QUE HACER ES ESCUDRIÑAR

    LAS SAGRADAS ESCRITURAS Y VIVIR ESA VERDAD Y

    DEJAR QUE LA VERDAD NOS SIRVA DE LUZ

    EN ESTE MUNDO DE TINIEBLAS.

    Y CUANDO CRUCEMOS EL UMBRAL,

    SEGUIR DISFRUTANDO DE ESA VERDAD

    AL LADO DEL CREADOR POR UNA ETERNIDAD.

    QUE ASÍ SEA Y ASÍ SERÁ. AMÉN, AMÉN Y AMÉN.

    MAX MOYA

    ENERO 11, 2008

    ÍNDICE

    1.   CAPÍTULO PRIMERO: TRAFICANTES, LADRONES Y ASESINOS

    2.   CAPÍTULO SEGUNDO: EL ORIGEN DE LA FUERZA CREADORA

    3.   CAPÍTULO TERCERO: EL DIABLO Y DIOS

    4.   CAPÍTULO CUARTO: DIOS-MUJER

    5.   CAPÍTULO QUINTO: EL DESACUERDO DE LAS RELIGIONES

    6.   RECAPITULACIÓN

    TRAFICANTES,

    LADRONES Y ASESINOS

    Era una tarde nublada, lluviosa y fría. Por más de dos horas, mientras hacía cálculos en su máquina sumadora tratando de balancear las cuentas que nunca parecían concordar con los ingresos y gastos realizados en el último trimestre, Alejandro había estado pensando en aquel extraño sueño que había tenido la noche anterior y que una y otra vez se le repetía quitándole la concentración.

    En aquel sueño, se miraba caminando solo, cansado, desnudo, y descalzo sobre un camino pedregoso en un inmenso valle tratando de llegar hasta un imponente castillo que apenas y se divisaba allá a lo lejos en lo alto de una loma el cual estaba construido de oro blanco y adornado de diamantes, zafiros, rubíes, esmeraldas, turquesas y muchas otras piedras preciosas. A veces se miraba orando sentado al pie de la loma sobre una especie de grada o escalera. Y con cada oración emitida, automaticamente subía un peldaño. Y a veces se miraba caminando rápido y por más rápido que caminaba, el castillo parecía alejarse más y más.

    Cuando caminaba de noche, miles de luciérnagas se postraban sobre los árboles para alumbrarle el paso. De vez en cuando, Alejandro miraba hacia atrás y era entonces cuando divisaba aquel enorme perro negro casi del tamaño de una vaca que le seguía como a cuatro caballos de distancia. Y es que ese es el perro ravioso que todos los días nos persigue y atormenta a todos los seres humanos y que va lleno de lujuria, avaricia, codicia, mala fe, mala voluntad, odio, celos, rencor, miedos, ansias de poder y otro montón de porquerías más que corrompen el espíritu, el alma y el corazón. Y cuando Alejandro paraba de andar, el perro también paraba y se echaba al suelo mirándolo con aquellos penetrantes ojos rojos como si tuvieran fuego por dentro. Y cuando Alejandro emprendía el camino, el perro le seguía a una distancia prudente sin interrumpirle el paso tal y como el tigre sigue a su presa esperando el momento propicio para lanzarse sobre ella y aniquilarla… Y al romper el alba, el perro desaparecía y se escondía entre la maleza y al irse el sol, el perro aparecía de nuevo y se confundía entre las sombras de la noche.

    Mas Alejandro seguía su rumbo hacia el castillo sin distraerse, ni prestarle demasiada atención al perro. Ya entrada la luz del alba, Alejandro se deleitaba con el trinar de las aves que volaban todas juntas rumbo al castillo. Y era entonces cuando al lado del camino divisaba aquellos árboles que en vez de frutos tenían colgando en sus ramas cabezas de animales y seres humanos los que al verle pasar repetían con angélicas voces: ¡Gloria al Dios Padre y al Dios Madre en los cielos celestiales y en los cielos internos! . . . . ¡Gloria al Dios vivo y eterno que nunca muere! . . . . ¡Gloria a todos los seres vivos y la naturaleza que refleja el espíritu de Dios!

    Cuando Alejandro trataba de concentrarse en su trabajo, el cadencioso caer de la lluvia lo distraía. Era entonces cuando él se arrimaba a la ventana a mirar como los carros al pasar chapoteaban fuertemente el agua y la hacían saltar a los pies de los transeúntes; quienes muchas veces muy airados se volvían lanzando todo tipo de improperios contra los desinteresados automobilistas a quienes les importaba poco mojar con aquella agua sucia los pantalones bien almidonados de un caballero o las hermosas y bien torneadas piernas de una dama.

    De cuando en cuando, Alejandro había estado observando y escuchando la inenterrupida caída del agua sobre los ventanales de la oficina; lo que producía un armonioso sonido que incitaba al bostezo y al sueño. Poco antes de marcharse, echó una última mirada hacia la calle, sólo para cerciorarse que tan fuerte caía la lluvia. El cielo estaba parcialmente nublado y allá en la calle era difícil distinguir el color de los carros que transitaban por aquella alameda. Aún más difícil era distinguir la gente que caminaba al otro lado de la calle.

    Alejandro miró lijeramente su reloj de pulsera. Eran las cinco y media de la tarde. Sin mucho apuro, caminó hacia la puerta y de un perchero agarró el paraguas que aquella mañana su esposa sabiamente le había recomendado que trajera. Se puso la gabardina color crema que ella le había regalado el año anterior para el día de su cumpleaños y salió rápidamente de la oficina. Dobló hacia la derecha del saguán y caminó hacia el final del pasillo. Luego, igual que acostumbraba todos los días hacerlo, abrió la puerta de emergencia y lentamente bajó las gradas hacia la primera planta. Alejandro prefería bajar las escaleras que tomar el elevador. Sin haberlo nunca admitido, había algo en aquel sofocante y reducido espacio de acero que no le agradaba. El ascensor le ponía nervioso. Cuando Alejandro cursaba la escuela primaria, su papá lo llevó a ver un médico para saber por qué cada vez que lo dejaban solo en el baño lloraba desconsoladamente y después de tan sólo unos minutos a solas, salía corriendo diciendo que le hacía falta el aire. Pedía que lo sacaran al patio o a la calle porque sentía que se asfixiaba. El médico le dijo a su padre que aquel comportamiento eran síntomas de claustrofobia. Alejandro va a ser siempre un hombre libre, decía su tío Carlos. Alejandro nunca podrá vivir en una cárcel porque no puede resistir vivir entre cuatro paredes, afirmaba su tío. Va a ser como el quetzal… , tiene que ser libre, vivir en libertad, si no se muere de pena-aseguraba.

    Cuando llegó a la planta baja, caminó lentamente hacia la puerta principal. Cuando le vio venir, el guarda en turno se puso de pie y vino a despedirle, no sin antes advertirle que manejara con cuidado porque la tarde estaba nublada y la lluvia estaba cayendo muy fuerte. Alejandro le sonrió y díjole:

    -Pierda cuidado Don Antonio. Hoy no manejo. Tengo el coche en el taller. Le están arreglando el carburador. Hoy me voy en el colectivo.

    -Así está mejor—respondió el guarda-. Bueno, que le vaya bien Don Alejandro.

    -Gracias, ahí nos vemos mañana Don Antonio.

    Alejandro se dirigió rápidamente hacia la entrada principal del edificio y con su hombro izquierdo empujó una doble puerta de vidrio que servía de entrada a aquel moderno edificio donde él trabajaba. En cuanto trató de abrir la puerta, sintió la fuerza del viento golpearle la cara. En la calle, pequeños remolinos de viento levantaban los papeles olvidados por los transeúntes y los iban a depositar debajo de los carros, en los balcones de los edificios o en las ramas de los árboles que adornaban la alameda. En cuanto pudo medioabrir la puerta, agarró el paraguas con ambas manos y trató de abrirlo cuidadosamente para que no se lo volara el viento. Cuando dio los primeros pasos sobre la acera, sintió un penetrante escalofrío en la

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