Decanta el tono, haz que sea un sutil compás,
que acompaña tu respiro.
Juega a respirar ese tono, que es más que música.
Que se vaya acompasando a tu sonido interno,
hasta formar tu más pulcro silencio.
Poco a poco,
ve acallando tu mente sin violentarla ni atacarla,
ni siquiera inhibirla o censurarla.
Haz que sienta la libertad que da respirar,
 meditar, encontrarse.
Percibe cómo te vas aquietando
 y cómo todo respiro te suma paz.
Haz que pensamiento, respiro y sentir,
alcancen quietud, sosiego.
¿Percibes que algo o alguien, te observa?
Y sería mejor que no.
Que no actives ninguna sensación
que te haga sentir compromiso alguno,
exigencia, compostura.
Si algo se te ocurre, que sea el disfrute
de lo que tu Ser, es.
Masa en control, mente despierta, alma activa, amor.
Considera cada uno de tus respiros,
tu más hermoso e inmenso acto de amor.
Llénate de amor, de ese amor tan propio.
Virtud, bondad, de Aquello que es.
Respirando así, cada vez más,
te sostienes en los espacios internos,
vacíos, silenciosos, abiertos,
en los que amorosamente coordinas, estar.
Con esa liviandad, tan divina.
¿Guardas alguna duda de la fortaleza y resistencias
de estos cuerpos, de tu cuerpo?
¿Has advertido cuánta fuerza requiere para
habitar este sistema, en el que tanto existe?
Y te encuentras instalado aquí, viviendo,
con todos tus recursos de adaptación, movilidad
y, lo que es más importante, comprensión.
Comprendes tu estado humano, tu forma,
reconoces tu fuerza, registras el amor alcanzado
y es inmenso, abarca aún más.
Expándete y valora tu manifiesto, tu inmensurable alma,
la que está dispuesta, la que se abre para tu alcance
y que es más fuerte aún, es más presencia.
La que bien estima lo que realmente eres
y, sabe permanecer, crecer y se regocija,
de este tu encuentro, de esta capacidad,
amorosamente adquirida, desarrollada, para amarte.
y, lo que eres capaz de brindarte
para extasiarte en ella.
Tu alma.
Un fabuloso compendio de ti.
Un fascinante sistema de circuitos que validan tu genética,
tus acciones, tu experiencia, tus atributos del Ser.
En la medida en que vayas aceptando,
asimilando, enriqueciendo, aquella tu alma,
persiste en la extraordinaria voluntad de ser
y alcanzarte en la más absoluta perfección,
de lo que el amor, es.
Quien creó, quién ordenó y quien perennemente ama
Aquello todo, todo Aquello,
que hizo posible lo que eres, lo que Es.
No te debatas más, ni te desconozcas, ni te desames.
Persiste.
Confía en tu fuerza, tu voluntad y, por sobre todo, tu amor.
Que no lo sientes, que no lo encuentras…
No te mientas, descarta la negación, que es un error.
Atiende lo que el amor es.
Aunque cueste, aunque te confundas, aunque no lo veas, existe.
Dirás, ¿aquí?
Sí, en ti y en todo aquel que se sepa.
Respira a profundidad, a conciencia,
agradeciendo el soplo, presintiendo tu verdad
y a vivir.
Respira agradeciéndote.
Respira.
Om Namaha Shivaya