Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

PRESENTE
PRESENTE
PRESENTE
Libro electrónico310 páginas3 horas

PRESENTE

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

PRESENTE,  Una guía para retrasar y revertir el envejecimiento..

¡Envejecer es opcional!..

En la actualidad, vivimos en una era de comodidades y tecnología, donde el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios están a la orden del día.

La disponibilidad generalizada de alimentos procesados y con bajo contenido nutricional ha llevado a un aumento en los problemas de salud y el envejecimiento prematuro..

Sin embargo, ¿Qué pasaría si te dijéramos que la enfermedad no existe y que es solo una etiqueta impuesta por un sector de la sociedad para justificar "LA INTOXICACIÓN" y por consiguiente la falta de bienestar del ser humano y poder diversificar las oportunidades de generar ingresos a través de nuevas especialidades médicas, medicamentos a precios inalcanzables, uso de aparatos tecnológicos y tratamientos costosos por un círculo muy selecto de la sociedad?

En este libro, te invitamos a ver la vida desde una perspectiva holística, donde el cuerpo no se ve como un ente físico aislado, sino como un todo que incluye aspectos mentales, emocionales, sociales y espirituales..

La verdadera salud comienza por la limpieza interior a través de la desintoxicación de cada componente de nuestro organismo para empezar a revertir el envejecimiento prematuro.

El proceso de intoxicación al que estamos expuestos diariamente por malos hábitos alimenticios, sedentarismo, metales pesados, gluten, azúcares, harinas, conservantes, colorantes artificiales, antinutrientes, contaminación medio ambiental, sustancias químicas, alimentos ultra procesados, falta de manejo del estrés, parásitos, falta de depuración de órganos, entre otros, nos lleva a envejecer a temprana edad y a desarrollar padecimientos crónicas.

Es por eso que en este libro nos enfocamos en cambiar hábitos alimenticios, eliminar sustancias que afectan nuestra salud y enfatizar la importancia de ver nuestra salud desde un punto de vista holístico.

Retroceder el envejecimiento no es solo una cuestión de cremas y tratamientos estéticos, sino de cuidar nuestro cuerpo desde adentro hacia afuera.

Retroceder el envejecimiento implica cuidar nuestra alimentación, hidratarnos adecuadamente, hacer ejercicio regularmente, gestionar el estrés, desintoxicar nuestro cuerpo y mantener una actitud positiva hacia la vida.

En este libro encontrarás herramientas y estrategias prácticas para lograrlo.

Retroceder el envejecimiento también implica desafiar las creencias limitantes y los paradigmas sociales que nos impiden vivir una vida plena y saludable.

Lo que llaman "enfermedad" no es una condena, sino una oportunidad para aprender y crecer.

En definitiva, "PRESENTE, como retrasar y revertir el envejecimiento es una guía para reconectar con tu bienestar y vivir una vida plena y saludable

Retroceder el envejecimiento no es solo una opción, sino una necesidad para vivir una vida plena y satisfactoria.

¡Es hora de tomar el control de tu salud y vivir en el presente y en la consciencia plena!
 

IdiomaEspañol
EditorialCarlos Farias
Fecha de lanzamiento16 may 2024
ISBN9798324629700
PRESENTE

Relacionado con PRESENTE

Libros electrónicos relacionados

Belleza para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para PRESENTE

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    PRESENTE - Carlos Farias

    La enfermedad no existe.

    Comenzaré definiendo el término enfermedad y el término síndrome. Los dos son términos médicos que se utilizan para describir diferentes condiciones de salud, pero tienen diferencias en su definición y alcance.

    La enfermedad se refiere a una condición médica específica que tiene una causa identificable, un conjunto característico de signos y síntomas, y a menudo un curso predecible. Las enfermedades pueden tener una base biológica, como una infección bacteriana o un trastorno genético. Y pueden afectar a un órgano específico o a todo el cuerpo. En la mayoría de estos padecimientos se puede revertir corrigiendo la causa.

    Un síndrome no necesariamente tiene una causa única identificable. Los síndromes pueden ser el resultado de factores genéticos y ambientales o una combinación de ambos. Aun así hay algunos tipos de  síndrome que pueden revertirse como el síndrome de trastorno metabólico, síndrome de fatiga crónica, síndrome de intestino irritable, síndrome de apnea de sueño, síndrome del túnel carpiano pueden mejorar mediante cambios en sus hábitos alimenticios, reducción del estrés, ejercicio regular, descanso, terapia  física, desintoxicación y desinflamatorios naturales etc.

    Crecí pensando que la enfermedad no existe, eso que la gente llama mi diabetes, mi presión alta, mi cáncer, es una etiqueta que inventó el hombre y la sociedad para referirse a la imposibilidad  de llevar una vida plena.

    Esta etiqueta es el efecto de algo que está sucediendo al interior del cuerpo que se llama origen o causa, y se le suele dar muy poca importancia en la medicina moderna, porque el enfoque es más hacia la reducción de los síntomas.

    Es como una cruda o resaca, apoco existe una enfermedad que se llama cruda, no verdad?. No es más que el malestar después de una noche de copas que suele manifestarse con sed, dolor de cabeza, diarrea o vómito, esto es un efecto de una intoxicación que pudo haber sido por drogas, alcohol, humo de tabaco o exceso de comida. Así son las enfermedades, la mayoría son intoxicaciones causadas por un agente externo.

    Hace unos días me encontré una persona, me dijo, te sigo en redes sociales, me gusta lo que publicas, pero no coincido con eso de que la enfermedad no existe, cómo explicas que un niño pequeño de escasos meses de nacido tenga cáncer.

    Le dije, si  tienes unos minutos te daré  mis argumentos.

    Mira, cuando entendamos que nuestro organismo es como un automóvil que debe llevarse a mantenimiento periódicamente, es cuando vamos a poner atención y cuidado a cualquier síntoma que tengamos, pensamos que somos eternos y que con bañarnos, lavarnos los dientes, dejar de tomar alcohol, dejar de fumar  y salir a caminar 20 minutos al día es suficiente para evitar padecimientos y vivir sanos. Estamos en un grave error,  porque la gente  con todo y eso, sigue teniendo múltiples padecimientos y muriendo  cada día más joven.

    Solemos muchas veces sobrevalorar nuestros autos y bienes materiales sobre la salud, en mis 63 años de vida jamás he visto una carroza fúnebre seguida por un camión de mudanzas, no nos vamos a llevar nada, ni lo que traemos puesto.

    Los factores como la alimentación, la búsqueda del éxito  material, el estrés, la comodidad  y la vida sedentaria suelen ser los detonantes de múltiples padecimientos que pueden impactar la salud.

    Cuando la gente reacciona a veces suele ser demasiado tarde y es cuando entienden que la salud posee un valor especial llegando a la consideración de que: La verdadera riqueza de esta época y de la vida misma es tener salud.

    Solemos prestar poca o nula importancia a los foquitos prendidos de nuestro organismo como molestias, dolores,  fiebre, malestares estomacales, y algunas ocasiones, solo  tomamos un analgésico para minimizar o disfrazar los síntomas,  sin enfocarnos en buscar las causas,  y  vamos al doctor cuando ya los síntomas son inaguantables y en ocasiones siendo demasiado tarde con un padecimiento más severo.

    De niño, tuve la curiosidad de los componentes de cada aparato que llegaba a mi casa y solía desarmar para entender su funcionamiento, entre ellos una camioneta que desarmé por completo y la volví a armar, nunca ví  instrucciones para armar algo, reconozco que a veces me sobraban tornillos pero afortunadamente mi papá me permitía hacer eso, decía que era muy curioso e inquieto y tuve la oportunidad de volverme el maestro reparador de los aparatos eléctricos y mecánicos de mis tías y algunos de mis vecinos.

    Cuando fui creciendo buscaba las respuestas y la explicación de todo lo que sucedía al grado que mucha gente se molestaba porque decía que era  muy preguntón, que no me conformaba con lo que me decían, que yo siempre quería saber el por qué y las causas de todo.

    De las primeras contradicciones con mi papá fue cuando me dijo que me iba a enfermar si seguía tomando hielo. ¿Apoco los niños del polo norte viven siempre enfermos? le dije, y  se me quedó viendo y dijo, pues no verdad,  y se sonrió. 

    Cuando mis hermanos o yo, teníamos algún síntoma o molestia, me gustaba investigar la causa y encontrar la solución, afortunadamente crecí rodeado de tías y vecinas que le sabían al tema de las hierbas medicinales, nos curaban de empacho, nos barrían con huevo para librarnos del mal de ojo, o sacar las energías negativas, nos ponían chiqueadores en las sienes con vicks para los dolores de cabeza, nos barrían con pirul, nos daban infusiones de pelo de elote para los riñones, estafiate para sacarnos las lombrices, canela para relajarnos y poder dormir, epazote para infecciones del estómago, y lo que más recuerdo en mi infancia era ver colgado en la regadera del baño un botecito de plástico con manguera y un bitoque, era como el último recurso que mi mamá utilizaba cuando teníamos fiebre, diarrea, gripe o el dolor de cabeza no cedía, eran las famosas lavativas, nos citaba en el baño, nos empinaba y nos metían un litro de agua por el rabo, sintiendo la mejoría de forma inmediata, y nos íbamos a seguir disfrutando nuestra niñez al patio.

    Recuerdo que no era solamente en mi casa, en todas partes era lo mismo, ese botecito colgado en la regadera era muy normal verlo en todas las casas en la década de los 60s y 70s. Así fue mi infancia, rodeado de mujeres sabias y hierbas  que curaban de cualquier cosa.

    Aprendí a temprana edad a escuchar y detectar las fallas del organismo a traves de esos focos amarillos que decían que algo sucedía al interior, y mientras la gente no aprenda esto, seguirá formando parte de las estadísticas de casos de múltiples padecimientos, dependiendo de pastillas, de doctores y tratamientos. 

    Te pondré un ejemplo, si un automóvil tiene los filtros tapados, utiliza combustible de mala calidad, un sistema eléctrico deficiente, no va a servicio de mantenimiento, ese vehículo no va a funcionar bien, ni responder cuando lo necesitemos.

    Algo similar pasa con el organismo, si le metemos comida chatarra, comida basura, bebidas alcohólicas, bebidas azucaradas, colorantes artificiales, conservadores, antinutrientes, azúcares añadidos, grasas trans, productos transgénicos, humo de tabaco, pesticidas, fungicidas, herbicidas, hormonas, alimentos ultraprocesados, aceites vegetales, gluten, difícilmente nuestra máquina funcionará bien.

    Me interrumpe y dice: si, entiendo lo que dices pero aun así con todas las fallas y toxinas que estamos comiendo hemos incrementado la expectativa de vida, hace 90 años las personas morían de 34 años, y hoy las personas mueren arriba de 75 años.  Tienes razón, le contesté,  hace 90 años la gente se moría de infecciones bacterianas, de infecciones virales y gracias al adelanto de la ciencia y a las vacunas, se pudieron erradicar muchas de las causas que ocasionaron esos decesos a temprana edad.

    Pero te voy a hacer una observación, hace 90 años la gente no moría de diabetes, de alta presión, de hígado graso, de fibromialgia, de artritis reumatoide, de esclerosis múltiple, ni  moría de cáncer de colon como mueren hoy, cuando la gente no se moría por esas infecciones virales o bacterianas se moría de vieja.

    Su alimentación se basaba en productos naturales libres de industrialización y modificación genética, tomaban agua de las norias, agua viva con minerales, productos agropecuarios sin hormonas, andaban descalzos en conexión con la tierra, respiraban aire limpio, utilizaban minerales, raíces y hierbas para curarse, acostumbraban salir a asolearse en las tardes,  no veían televisión ni escuchaban las canciones de hoy que hablan de violencia, infidelidad, venganza y narcotráfico. Vivían en paz y sin estres, sin depresión,  las películas que vieron cuando llegó la televisión eran cómicas y románticas,  el suicidio no se veía como una práctica común y recurrente.

    Tienes razón, le dije: hoy a la gente la sepultan después de los 75 años, pero empiezan a morir desde los 30 y se pasan 45 años con depresión, obesidad, sobrepeso, diabetes, alta presión, cáncer, dializados, amputados, incapacitados, medicados y con tratamientos costosos y dolorosos. Eso no es aumentar la expectativa de vida, eso es aumentar la expectativa de muerte". 

    Por más ciencia médica que exista, por más especialidades médicas creadas, por más tecnología, aparatos y medicamentos que existan, no hemos podido parar esta ola de dolor y sufrimiento de ver a esta generación con tantos jóvenes enfermos muriendo por algo que se puede evitar, y el problema es que no se le ve fondo a esto, no hay políticas públicas enfocadas a reducir los índices de obesidad y sobrepeso, que son la principal causa de la mayoría de los padecimientos, no hay programas de salud pública que regulen la venta y uso de azúcar en alimentos, ni minimizar su adicción que es la droga legal 8 veces más adictiva que la cocaína.

    Nos han hecho creer que después de los 30 años, de forma natural, vamos perdiendo nuestras capacidades físicas, mentales y sexuales año con año, y que pasando de los 50 inevitablemente será normal que la gente tenga  enfermedades propias de la edad como alta presión, diabetes, infartos, obesidad, artritis, colitis, menopausia, andropausia, prostatitis, tiroiditis,  gastritis, disfunción eréctil e  impotencia sexual, etc. y se resigne a vivir medicado y con tratamientos costosos hasta el día que se muera por  los supuestos achaques de la edad

    No señor, le dije, esas no son enfermedades, ni siquiera el envejecimiento es una enfermedad y mucho menos que no pueda ser reversible.

    Esos síntomas son producto de un origen, ese origen que suele ser la causa de estos síntomas, se llama  Intoxicación.

    La gente vive intoxicada.

    Esa es la verdadera enfermedad, La Intoxicación, que es un binomio perfecto de acidez y falta de oxígeno en el organismo.  A diferencia de un cuerpo sano que es alcalino y oxigenado.

    Le pregunté:  ¿Qué PH tiene la mayoría de medicamentos que usan para tratar enfermedades crónicas incluyendo el cáncer?

    Me contesta: ¡Pues PH ácido!. Ahí está el problema, por simple lógica y sentido común, ¿cómo pretenden curar un cuerpo ácido y falto de oxígeno si le siguen dando ácidos?, eso es como intentar apagar un bosque con gasolina.

    La acidez va de la mano con la falta de oxígeno y el deterioro de la salud.

    La alcalinidad va de la mano con el oxígeno y un cuerpo sano.

    Tenemos que ver nuestro cuerpo como un vehículo y darle mantenimiento, mientras sigan tomando químicos ácidos jamás se van a curar de esa intoxicación, al contrario, se van a intoxicar también por medicamentos. 

    -Las personas viven intoxicadas con intestinos repletos de desechos fecales que han estado ahí en el colon envenenando su torrente sanguíneo por días, semanas, meses, años o décadas.

    -La gente vive intoxicada con mocos en diferentes partes del cuerpo, como un signo de toxicidad y desequilibrio en el organismo.

    -Las personas viven  con el hígado y la vesícula intoxicados con cálculos que obstruyen los conductos hepáticos y biliares.

    -Las personas viven con riñones dañados o tapados por cálculos que impiden su funcionamiento.

    -Las personas viven intoxicadas de sus intestinos, piel, órganos en general, ojos, cerebro etc. con millones de parásitos de todo tipo en todo el cuerpo.

    -Las personas viven intoxicadas con triglicéridos y colesterol que impiden el libre flujo de la sangre en sus venas.

    -Las personas en silencio y rechazadas por la sociedad viven intoxicadas con virus que supuestamente son imposibles de erradicar como el VPH,  VHS, y VHS-2, VHB  y el VIH.

    -Las personas viven intoxicadas de su sistema linfático tapado, obstruido y lleno de toxinas, hinchados y con un sistema inmunológico deficiente.

    -Las personas viven intoxicadas con hormonas, colorantes artificiales, ultraprocesados,  sustancias químicas y metales pesados.

    - Las personas viven intoxicadas por alcohol que es una de las principales causas de mortalidad en el mundo.

    -Las personas viven intoxicadas con glifosato que a pesar de que en la mayoría de los países desarrollados está prohibido este herbicida que está asociado con problemas de salud como cáncer, enfermedades neurológicas, disrupción endocrina, defectos de nacimiento y problemas reproductivos, aún se sigue utilizando en algunos de nuestros países latinoamericanos.

    -Las personas viven intoxicadas por humo de tabaco y vapores tóxicos del medio ambiente o lugares donde trabajan.

    -Las personas viven intoxicadas mentalmente con miedo por lo que ven en la televisión y los medios de comunicación.

    -Las personas viven intoxicadas con gluten que proviene de los productos hechos con trigo, cebada, centeno triticale y avena ( por contaminación). y están padeciendo más de 80 enfermedades autoinmunes y poco se habla de este tema.

    -Las personas viven intoxicadas por tantos medicamentos químicos  tomados con la esperanza de remediar los padecimientos anteriores.

    -Las personas viven intoxicadas históricamente con preceptos religiosos que fueron utilizados hace más de 500 años por nuestros colonizadores y conquistadores para someter y legitimar sus acciones de abuso, explotación de nuestros recursos naturales y justificar la exclavitud de nuestros ancestros indígenas y después de siglos la gente vive intimidada con esas creencias.

    -Las personas viven intoxicadas con los más de 73 tipos de azúcares refinados que existen en el mercado al día de hoy.

    El azúcar es uno de los venenos que está aniquilando a la humanidad.

    Dejemos de romantizar el azúcar, hay que  llamarla por su verdadero nombre, el día que hagamos eso las personas van a entender la gravedad del problema.

    El azúcar de dulce no tiene nada.

    -El azúcar en el cerebro de un niño se llama déficit de atención e hiperactividad.

    -El azúcar en el cerebro de un adulto se llama demencia senil y alzheimer.

    -El azúcar en los ojos se llama glaucoma y retinitis.

    -El azúcar en los dientes se llama caries.

    -El azúcar en la piel se llama envejecimiento.

    -El azúcar en el sueño se llama  insomnio.

    -El azúcar en la sangre se llama diabetes.

    -El azúcar en los huesos se llama osteoporosis.

    -El azúcar en el hígado se llama hígado graso.

    -El azúcar en la apariencia física de un ser humano se llama obesidad y sobrepeso.

    -El azúcar en todo el cuerpo se llama hongo cándida.

    -El azúcar en exceso en el organismo se llama cáncer.

    -El azúcar en los pies se llama pie diabético.

    -El azúcar en Wall Street se llama negocio de billones de dólares.

    Dejemos de premiar con dulces a nuestros niños por su buen comportamiento o calificaciones,  basta de utilizarla para demostrar el afecto, el amor y la amistad con esta sustancia tan adictiva y dañina.

    El azúcar es una verdadera amenaza para la humanidad disfrazada de refresco, galletas, en forma de corazón de chocolate, de jugos de frutas, de pastel de cumpleaños, de bolos de dulces en las piñatas, de chocolates y bombones el día del amor y la amistad, de caramelos en navidad, en el contenido de una cerveza, en gelatinas, en alimentos enlatados, en un helado, en una copa de vino, en una salsa, en un yogurt, en un hermoso pastel en el día de la madre.

    Según un estudio de Foodwatch Holanda, el 56% de los productos del supermercado contiene azúcar añadida. La aplicación española para detectar ultraprocesados,  ElCOCO habla de un 53%.

    El azúcar es 8 veces más adictiva que la cocaína y que ironía que su venta no requiere  mayoría de edad, ni hay redadas, ni retenes en las carreteras ni en los aeropuertos, ni perros  para detectarla.

    La forma más ingenua de tratar de regular esta sustancia tan adictiva es utilizando el término nada con exceso, todo con medida y  con la muy trillada frase todos los excesos hacen daño. Con ninguna droga como tampoco con el azúcar aplica este término, porque aunque el veneno sea poco, no deja de ser veneno y tarde o temprano hará daño al organismo.

    A las adicciones hay que tratarlas desde la raíz y evaluar sus daños y un buen principio debe ser no tener esas sustancias  cerca de nosotros, en nuestras casas, en nuestras alacenas, en los cajones de nuestros niños,  y dejar de romantizar como algo muy dulce porque en realidad lo que estamos regalando es enfermedad. El azúcar de dulce no tiene nada, el azúcar es más amarga que la peor traición del mundo.

    Ya para terminar , le dije, seguramente me preguntarás qué tiene que ver todo esto con la pregunta original que me hiciste, de cómo explico que un niño recién nacido que nunca ha consumido ninguno de los productos que mencioné tenga cáncer.

    Mira, pon atención, así como se han ido modificando y adaptando evolutivamente las plantas y animales del universo a lo largo de los siglos, así también nuestro organismo ha ido modificándose y adaptándose a la contaminación ambiental, al alcohol, tabaco, a alimentos transgénicos, a contenidos tóxicos de medicamentos y vacunas, a  metales pesados como el plomo, berilio, cromo, níquel, antimonio, mercurio, cobalto, arsénico y cadmio que corren por las venas de madres intoxicadas por el medio ambiente, alimentos, agua y por los  tatuajes que lucen en sus cuerpos a través de los años. 

    En algunos casos estos cambios nos han vuelto resistentes pero en otros más susceptibles, y todo esto, ¿quién nos garantiza que no lo podamos heredar a nuestras futuras generaciones a través de  su sangre?

    La tercera ley de Newton establece que para cada acción, hay una reacción igual y en sentido opuesto. 

    Solo se me quedó viendo, encogió los hombros y me dijo:  pues tú sigue con lo tuyo, que yo seguiré en lo mío, le dije, - gracias por escucharme - , nos dimos un abrazo y nos despedimos (creo que era del sector salud porque traía un estetoscopio colgado del cuello).

    El azúcar no es un alimento.

    El término alimento puede tener diferentes interpretaciones dependiendo del contexto y del enfoque que se le dé. Desde una perspectiva puramente técnica, el azúcar es una sustancia orgánica que proporciona energía y nutrientes, por lo que podría considerarse un alimento

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1