Acosadores: Futuros Reyes, #1
Por Seth Giolle
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Angelina, Gordon y Simon son tres jóvenes magos nacidos en un mundo que ha sido invadido. La magia regresó al hombre un día fatídico trayendo regalos mágicos, pero el paso del cometa también trajo criaturas de otra dimensión que invadieron nuestro mundo y pusieron a la humanidad de rodillas. Cuando las criaturas fueron vencidas, los humanos se volvieron contra los magos culpándolos por el ataque, y los magos huyeron dejando al hombre reconstruirse a partir de los escombros. Ha pasado mucho tiempo desde aquel día y el hombre no ha reconstruido mucho. Básicamente vive de los humos del viejo mundo. Los magos y hechiceros son cazados y asesinados. Angelina sabe que un mago ha bajado del norte para rescatarlos, y parece digno de confianza, pero se enfrenta a algo muy similar a esas bestias oscuras de antaño, las que se suponía que estaban todas muertas, y el pueblo se está volviendo loco. Si los tres jóvenes quieren salir de la ciudad y dirigirse al el norte, hacia un lugar seguro, necesitarán mucho coraje e ingenio. ¡Y mucha magia!
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Acosadores - Seth Giolle
Acosadores
Seth Giolle
––––––––
Traducido por Christiane Guijon
Acosadores
Escrito por Seth Giolle
Copyright © 2024 Seth Giolle
Todos los derechos reservados
Distribuido por Babelcube, Inc.
www.babelcube.com
Traducido por Christiane Guijon
Diseño de portada © 2024 Seth Giolle
Babelcube Books
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Futuros Reyes
Primer libro : Acosadores
––––––––
Página 3 Velos de sombra
Página 7 Arañas o vuela
Página 13 Paredes
Página 33 Sombras de azul
Página 47 Flujo de recolección
Página 78 Algrineese
Página 87 Locura
Página 103 Astucia
Página 106 Distraida
Página 120 Suposiciones
Velos de Sombra
El olor a madera vieja.
Polvo en la nariz.
El eco de pisadas a través de las vigas.
Angelina dejó de caminar para observar su alrededor, las paredes del depósito no terminadas. La mayoría de los marcos de madera de las ventanas estaban atorados o agrietados, y la mayoría de los vidrios quebrados. Quizás idos por el tiempo.
Una brisa rozó el cabello de la adolescente, ofreciendo al edifico abandonado un pequeño respiro de su inquietante vacío. Conocía este lugar, pero, ¿de dónde? Y ¿cómo llegó acá?
Todo lo que Angelina podía ver era el delgado polvo sobre la raspada madera. Y dos juegos de huellas. De pronto fue consciente de que no estaba sola.
El joven hombre a su izquierda estaba mirando el lugar del que acababan de venir. Una capa marrón desteñida estaba atada alrededor de su cintura, con una cinta de cuero blanca. Su collar y mangas caían en amplios pliegues, arriba y abajo.
La bolsa en su espalda sugería que era un viajero debido a los pantalones sencillos y botas de suela plana hechas de algún tipo de piel de animal. Él ciertamente no venía de ni un lugar cercano, no vestido tan cómodamente, no con ropa en tan buen estado.
No veo nada
- murmuró el otro. Su voz transportaba un pequeño eco.
Asentimiento. No ella, no su compañero.
Angelina miró hacia abajo, encontrando que su propia ropa hacia juego con la del joven a su lado, pero las de ella eran demasiado grandes, como si estuviera utilizando la vestimenta de alguien más.
¡Como si fuera otra persona!
La catorceañera rápidamente dio un paso atrás, retirándose del cuerpo borroso con un fino rastro de color marrón corriendo tras ella. Ese marrón se quedó un momento antes de volverse algo sólido, otro hombre, mucho más viejo, vestido de la misma forma que el primero: el hombre cuyo lugar ella había ocupado un momento atrás.
Ahora alejada de ese anciano con su ralo cabello blanco, Angelina sintió un escalofrío. Él paró de asentir, para comenzar a observarla con una mirada penetrante. Su mano izquierda se movió a la espada en su cadera. Angeline se movió hacia la derecha, y sus ojos la siguieron, asique se detuvo.
Kee.Sowea.Ahille
- murmuró apresuradamente el anciano trazando un cuadrado inclinado en el aire agregando puntos descarriados.
Angelina sonrió. Era un mago. Tenía que ser un mago, quizás incluso un hechicero.
Tampoco quiero
- gimió suavemente el anciano, un momento después devolvió su mirada haciendo un escaneo general del edificio. La voz del anciano era casi irreal. Siento que algo anda bastante mal aquí
.
Quién debía ser su aprendiz sonrió arrogantemente. No me imagino que podría ser
– bromeó. ¿Podrían ser las marcas de quemaduras, el olor que eriza los vellos en la nariz o los rastros mucosos, quizás?
.
Angeline dio vuelta, siguiendo a donde apuntaba el joven. Conocía este lugar muy bien.
El segundo piso se había quebrado a su derecha, un poco más adelante. Donde el piso se había derrumbado sobre el primer piso de cemento, la madera cercana se había arrancado enviando postes y contenedores hacia afuera hasta la pared exterior que, por supuesto, estaba rota.
Arriba había un aleteo y una luz moteada que mostraba que el delincuente en realidad se había caído del tercer o cuarto piso, estrellándose en el primer piso, para continuar fuera.
Por la cicatriz negra alrededor y debajo del camino de destrucción, con salpicaduras de mucosa, era claro que había habido una pelea todo el camino hacia abajo y afuera.
Angelina había estado aquí una vez, pero no pudo quedarse dentro más de una hora. Los ecos de la madera y las paredes eran muy fuerte. Era como si el edificio le estuviera gritando a ella. De todos los lugares al que sus sueños la habían traído, nunca la habían traído aquí antes, y ¿quiénes eran estos hombres dispuestos a desafiar este edificio?
Esto definitivamente te hace querer retroceder
- refunfuñó el anciano con su voz grave, y está claro que no fueron exitosos matando la bestia, o habrían restos de la pira donde quemaron su cuerpo. Y el olor se mantiene al igual que la tradición más oscura y el miedo que sigue a este lugar. Te advertí que lo encontrarías
Su compañero sonrió tímidamente. Lo hiciste
Mantente alerta
– advirtió el anciano. Se que no hemos visto mucho más que esto, pero hay demasiadas preguntas, y hay algo de mérito en el viejo dicho de que un lugar puede ser demasiado tranquilo.
El anciano hizo un gesto al final del camino del depósito que había delante. Mantente invisible, incluso si encontramos un enemigo. Y no olvides lo que nos trajo al sur.
"¿Por qué estarían aquí, de todas formas?
En un lugar visto por el hombre promedio como contaminado e impío debido a su desagradable historia.
– estuvo de acuerdo el anciano, otra razón por la que se siente como una trampa
.
Asintiendo, el joven avanzó sigilosamente. El anciano caminó hacia la gran cicatriz negra. Angelina dio un paso atrás, y más hacia un lado para mantener su distancia. Arrodillado nuevamente, el anciano lentamente sacudió su cabeza.
Angelina circuló mientras el anciano escaneaba los pisos y paredes. Ella se detuvo a mirar por fuera de la ventana. El sol brilló en el cielo azul. Ella incluso podía ver el bajo muro construido alrededor de Iroquois Falls. Era de noche cuando se durmió más allá de esa línea de púas. Sus visiones nunca la habían llevado fuera de tiempo antes. Siempre le mostraban cosas que sucedían exactamente en ese momento.
¿Qué significaba eso?
Escuchando al anciano moviéndose suavemente, se dio vuelta y lo siguió, teniendo cuidado de andar más sigilosamente. Nadie la había escuchado en sus visiones antes, pero esta era diferente. Él se detuvo en la base de las escaleras que subían, dándose la vuelta y escaneando, después se detuvo a observar donde ella había estado un momento antes, más tiempo que en otros; después, frunció el ceño y subió al segundo piso.
Angelina lo siguió. O al menos lo intentó.
Su visión la tiró en una espiral, como si estuviera cayendo al piso, pero al mismo tiempo, sintió que estaba encima observando como el anciano se daba vuelta y se arrastraba al segundo piso. Podía sentir sus brazos restringidos y su respiración dificultosa. Su estómago estaba comenzando a darse vuelta. Después, todo era negro y sintió un intenso terror de un lugar desconocido, ¡despertando sobresaltada!
Un grito ahogado resonó a su alrededor y luchó por ralentizar su respiración. Alguien se dio la vuelta en el rincón más alejado y cuatro personas murmuraron en diferentes lugares detrás de ella, en las filas cuarta, séptima y duodécima. La luna llena brillaba a través de las ventanas sin cortinas del auditorio. La luz blanquecina cubría las paredes desnudas, el suelo del gimnasio mal marcado y las gradas deformadas.
Sentada, temblando donde estaba debajo de la octava fila, con la manta caída hacia atrás y la almohada enrollada boca abajo a su lado, Angelina dejó que la tenue luz que entraba a través de las tablillas de las gradas de arriba identificara los grupos individuales y dobles a su alrededor, que eran personas.
Era temprano en la mañana. A esta hora, ahora que todos se habían acomodado, nadie se movía mucho, excepto para aplastar una mosca imaginaria, o rascarse la nariz. Habían un par retorciéndose, pero todos volvieron a la tranquilidad y paz.
Sus otras visiones nunca la habían dejado sudando y asustada, como esta. Se abrazó con sus propios brazos a su camisa desteñida, sintiendo como temblaban. No tenía sentido. Decían que el depósito y esos edificios estaban poseídos. Ella sintió algo la vez que fue ahí. Por eso no se quedó. Era como que algo negro la hubiera estado observando.
Quizás estaba en lo cierto.
Y ahora algo negro estaba observando a esos dos hombres. Quería advertirles, pero ¿cuándo se estableció su misión? Fue durante el día. ¿Mañana o sería pasado mañana? Podría incluso ser en un par de semanas. ¿Y quienes eran ellos? Más importante, ¿cómo le explicaría a nadie del pueblo por qué ella tendría que ir a visitar un lugar que nadie visitaba?
Por eso es que debía advertirles. Incluso entonces, quizás sería demasiado tarde.
Araña o vuela
StarBen detuvo su paso para mirar atento y silenciosamente a su alrededor. Una ligera brisa entraba por las ventanas abiertas. La mayoría de los marcos de las ventanas de madera estilo contraventana estaban atascados o agrietados, y la mayor parte del vidrio estaba roto. Quizás haya llegado el momento.
No había ningún olor en esa brisa que agitaba su ralo cabello blanco y los mechones más rebeldes de su barba donde sobresalían.
No había nada que ver en todo el camino que había recorrido. Las paredes del almacén habían sido desnudadas para mostrar lo que quedaba del cableado industrial. Incluso el aislamiento que una vez había estado metido entre todas esas vigas, había sido removido en un punto, junto con cualquier clavo perdido. El suelo estaba muy raspado. De nuevo, sobre el tiempo. Una delgada capa de polvo yacía sin haber sido tocada, excepto para mostrar el lugar donde él y su aprendiz habían pisado. Sus aprehensiones eran solo viejas memorias que se negaban a morir, supuso.
No veo nada
, noto su aprendiz, viéndose decepcionado. Sonrió para hacer una broma, pero StarBen levantó un dedo, y su sonrisa se transformó en una expresión más respetuosa. Su respiración disminuyó y la contuvo al mismo tiempo.
Capas de color marrón descolorido estaban atadas a la cintura con una ancha banda de cuero. Las bolsas cosidas en la espalda unidas a esas bandas de la cintura, colgaban lo suficientemente bajas como para recuperar rápidamente artículos más pequeños cuando fuera necesario. Los cuellos y las mangas caían formando amplios pliegues arriba y abajo. Pantalones de viaje y botas de piel de animal con suela plana completaban su vestimenta actual. Los paquetes más grandes habían sido descartados afuera, asegurados bajo varias capas de hechizos protectores.
StarBen asintió pensativamente un momento antes de sentir un escalofrío. Se dio vuelta rápidamente, y vio alguien ahí. Había una silueta, la imagen de una mente, y la siguió dos pasos a la izquierda.
Después ya no estaba. ¿Estuvo si quiera ahí?
Malos recuerdos. ¿O podría haber sido?
Kee.Sowea.Ashille
, murmuró apresuradamente el anciano, mientras hacía una rápida serie de signos con su mano derecha. Su mano izquierda se mantenía en la espada mediana, en su cadera izquierda. Todavía incapaz de quitarse su mentalidad ansiosa pero segura, confiando en que los hechizos de ocultamiento seguían siendo válidos, StarBen suspiró y luego sacudió la cabeza. Yo tampoco
, gimió suavemente, hechizos de ocultamiento o no, pero presiento que hay algo malo aquí
.
Su mucho más joven aprendiz volvió a sonreír desafiante. No me imagino que podría ser
, bromeó vacilante el joven de veintidós años. Como esta vez no hubo objeciones, continuó hablando. ¿Serían las marcas de quemaduras, los olores que erizan los pelos de la nariz o tal vez los rastros de mucosa?
.
StarBen encontró una sonrisa comprensiva siguiendo el dedo índice del joven. El segundo piso había sido abierto a su derecha, justo delante.
Donde el piso se había derrumbado sobre el primer piso de cemento, la madera cercana se había arrancado enviando postes y contenedores hacia afuera hasta la pared exterior que, por supuesto, estaba rota.
Arriba había un aleteo y una luz moteada que mostraba que el delincuente en realidad se había caído del tercer o cuarto piso, estrellándose en el primero, para continuar fuera.
Por la cicatriz negra alrededor y debajo del camino de destrucción, con salpicaduras de mucosa, era claro que había habido una pelea todo el camino hacia abajo y afuera.
Habían tres marcas similares de pelea al otro lado de este y de los otros edificios cercanos, mientras rodeaban este depósito en particular, antes de atreverse a abrir una verdadera entrada.
Esto definitivamente te hace querer retroceder
, se lamentó StarBen con su voz grave, y está claro que no lograron matar a la bestia, o habrían restos petrificados de una pira abandonada afuera donde hubieran quemado el cadáver. Y el olor se mantiene al igual que la tradición más oscura y el miedo que sigue a este lugar. Te advertí que lo encontrarías
.
Su aprendiz sonrió tímidamente. Lo hiciste
.
Mantente alerta
advirtió StarBen. Se que no hemos visto mucho más que esto, pero hay demasiadas preguntas, y hay algo de mérito en el viejo dicho de que un lugar puede ser demasiado tranquilo.
El anciano hizo un gesto al final del camino del depósito que