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DM Sobrevivientes: DM Saga, #1
DM Sobrevivientes: DM Saga, #1
DM Sobrevivientes: DM Saga, #1
Libro electrónico363 páginas4 horas

DM Sobrevivientes: DM Saga, #1

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Información de este libro electrónico

En el año 3027 en un planeta sin ley, un grupo de fanáticos genocidas conocidos como 'El Clan de los Tey Wan', dando rienda suelta a su sadismo, comenzaron a cobrarse la vida de gente inocente y combatientes por igual; llegando incluso a provocar la extinción de clanes como, Los Perros de Guerra, Hermanos de la Espada, y muchos otros que no pudieron contra su abrumador poder.
Hasta que, un puñado de guerreros, los últimos en pie, deciden embarcarse en la misión más difícil de sus vidas, al intentar detener a los interminables ejércitos Tey Wan.
Y aún cuando las probabilidades de ganar son nulas, ELLOS PELEARÁN, convirtiendo sus puños, su poder y el filo de sus espadas en la última línea de defensa... la última esperanza.
Y nadie puede imaginarse lo que pasará, cuando se libre la batalla final entre los Tey Wan y los últimos...
DRAGONES METÁLICOS SOBREVIVIENTES
Elige un bando, pelea, SOBREVIVE.

IdiomaEspañol
EditorialASA
Fecha de lanzamiento13 abr 2024
ISBN9798224119035
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    Vista previa del libro

    DM Sobrevivientes - Asaichi Nakasone

    Asaichi Fernando Nakasone

    DM Sobrevivientes

    Primera entrega de la Saga DM

    La Saga de los Dragones Metálicos

    ––––––––

    (Facebook) Universo FAN

    (Instagram) universo.fan

    Autor:

    Profesor Asaichi Fernando Nakasone.

    Edición y maquetación de textos:

    Yamila Derganz, Asaichi Fernando Nakasone.

    Corrección:

    Yamila Derganz y María J. Toconáz.

    Arte conceptual:

    Asaichi Fernando Nakasone.

    Ilustración de portada:

    Asaichi Fernando Nakasone.

    Digitalización de arte conceptual y portada:

    Sergio Figueroa.

    Deposito legal:

    RE-2021-120383643

    ISNB:

    9798815984189

    ÍNDICE

    CÓMO COMENZÓ TODO

    PRÓLOGO

    EL SACRIFICIO

    SI ALGUIEN OYE ESTE MENSAJE, ¡SOCORRO!

    VIOLENTO COMBATE CONTRA EL MONSTRUO

    PROTOCOLO 2 2-0 2

    EL DÍA QUE DEMON NOS TRAICIONÓ

    ¡¿QUIÉN SUMA SU ESPADA A LA MÍA?!

    LOS HÉROES ME NECESITAN

    FANTASMA DEL PASADO

    Y, ¿SI FUERA CIERTO?

    ¡¡ESTE NO ES TU INFIERNO!!

    DAME FUERZAS PARA SER LO QUE ERA... Y, PERDÓNAME, POR LO QUE SERÁ DE MÍ

    DEMON, ¿QUÉ FUE LO QUE VISTE?

    GLADIADORES METÁLICOS

    FANTASMA DEL PASADO, 2DA PARTE.

    EL DEMONIO CONTRA EL DIABLO... DRAGÓN CONTRA DRAGÓN

    CAZADOR ASESINO

    BASTA... YA SÉ TODO

    EL ÚLTIMO ATAQUE

    EL BRILLO DEL CORMO

    QUÉDATE JUNTO A MÍ

    EPÍLOGO

    DESIERTO MIRAGE, 2 AÑOS Y 6 MESES DESPUÉS DE LA GUERRA

    AGRADECIMIENTOS ESPECIALES

    Cómo comenzó todo

    Mi nombre es Asaichi Nakasone, y esta es la historia de cómo y de dónde surgió la idea de hacer la Saga de los Dragones Metálicos.

    Cuando fui niño tuve una buena infancia; a pesar de que no tenía muchos amigos, de hecho, recuerdo que, cuando era muy pequeño veía a los otros niños jugando al fútbol o simplemente golpeándose, por diversión. Y la verdad, eso, a mí eso nunca me gustó; razón por la cual, fui objeto de burlas, e incluso llegaron a dudar de mi orientación sexual Al no poder empatizar con los demás me aburría mucho, ya que no había entretenimientos como el internet en casa (que en realidad no había en ninguna parte, porque estamos hablando de los 80s), y la televisión tampoco era una buena salida, ya que antes no había canales infantiles, solo bloques de programas infantiles y dibujos animados que duraban por lo general desde las 17:00 hasta las 19:00 horas, y al igual que otros niños, yo los esperaba ansioso. Sin embargo, algo que nadie sabía, era que, durante esos bloques de programación infantil, yo solo quería ver un comercial que llamaba mucho mi atención, tanto, que la verdad hasta lo disfrutaba más que a los dibujos animados: trataba de una gaseosa, en el que salía un niño y una niña corriendo por diferentes pasillos y habitaciones, sorteando obstáculos, evadiendo villanos, y siendo salvados por diferentes héroes. Amaba ese comercial, pero la parte que más me gustaba, era cuando un coro de niños cantaba VEN AL FANTÁSTICO MUNDO DE PIN Y PAN.

    Fue entonces que un día, al darme cuenta de la emoción que sentía al ver a esos niños en ese pequeño mundo de fantasía llamado Pin y Pan, entendí que yo también quería escapar por un momento, aunque sea, a un mundo de fantasía donde pueda vivir aventuras, razón por la cual, decidí crear mi propio mundo de Pin y Pan.  Armaba juguetes con cualquier cosa, tenía grandes aventuras en las que el patio de mi casa se volvía un planeta hostil, que me obligaba a usar mi astucia y valentía para poder sobrevivir.

    Las almohadas de mi cama se convertían en temibles oponentes, que terminaban sucumbiendo ante mis destrezas en combate.

    Pero, a pesar de mi habilidad creciente para hacer de mi entorno un planeta desconocido o el interior de una nave, continuaba sintiendo que algo me faltaba, hasta que un día, un maravilloso día cuando tenía 12 años, me hice amigo de un compañero de escuela, Sebastián, pero fue cuando supe que él era como yo, que comencé a llamarlo ‘hermano’.  Juntos, Seba y yo, imaginábamos aventuras emocionantes.

    Nuestro entretenimiento era simplemente sentarnos a narrar aventuras inventadas en las cuales, obviamente, éramos los protagonistas, los héroes que salvaban al mundo una y otra vez. Pero, lo que realmente marcó un antes y un después, fue una vez que visité a Seba, y él estaba ansioso esperándome para mostrarme unas viñetas que había dibujado. Me sentí tan fascinado con la idea, que comencé a dibujar con él, y así, a partir del día 24 del Julio de 1997 a horas 19:37, comenzamos a pasar las tardes dibujando cuanto se nos ocurría, hasta que, de a poco, todos esos dibujos comenzaron a convertirse en una sola historia; y durante mucho tiempo, esa historia fue modificándose para hacerse mejor, una y otra vez. 

    Pero, los años pasaron, adquirimos responsabilidades, conocimos chicas, y como a todos nos pasa, eventualmente la vida nos llevó por diferentes caminos, hasta terminar lejos de nuestra tierra natal, separados por una enorme distancia uno del otro. Y no se él, pero yo jamás olvidé las aventuras que imaginábamos y dibujábamos en aquellos días.

    Sin embargo, el tiempo siguió corriendo, me hice de nuevos y muy buenos amigos, y aun siendo adulto, era tal mi necesidad de mantener viva esa fantasía, que comencé a narrarles a mis amigos, con lujo de detalles, cada una de las historias que Sebastián y yo habíamos creado, y ellos, con santa paciencia, se sentaban a escucharme, hasta que, por azares del destino, conocí a una maravillosa mujer con la que me casé, y fue ella quien, al escuchar mis historias, me convenció de plasmarlas en un libro, por lo que, finalmente, el 24 de julio del 2018, comencé a escribir lo que ahora estás leyendo. 

    Y lo primero que hice, después de contemplar asombrado las primeras páginas, fue contactarme con mi querido hermano Sebastián, y puedo asegurar que, al menos por un momento, él volvió a ser ese niño que se sentaba a dibujar junto a mí, cuando lo puse al tanto de que aquellas aventuras que creamos juntos, aquellas aventuras que más de una vez estuvieron a punto de ser olvidadas, se estaban convirtiendo en un libro.

    Esa es la historia de cómo la necesidad de llenar un vacío, se convirtió en la Saga D.M. La Saga de Los Dragones Metálicos.

    Ahora, para concluir, quiero dirigirme a quien está leyendo esto.

    Por favor, no veas esto como un simple libro. Esta es mi gran aventura, este es mi mundo de Pin y Pan, un mundo que con el correr de los años se convirtió en un universo, un universo con protagonistas que cambiaron una y otra vez hasta llegar a ser lo que vas a leer.

    Y tal vez, estas páginas te sirvan para escapar un momento de los problemas de la realidad, o te inspiren para crear tus propias aventuras, tu propio mundo de Pin y Pan. Por eso ahora, sin más que decir...

    Te doy la bienvenida a...

    ¡MI UNIVERSO!

    LA SAGA DE LOS DRAGONES METÁLICOS

    DM Sobrevivientes

    Prólogo

    Los hechos narrados a continuación ocurrieron en el año 2602, en un planeta tan grande, que a cualquier persona le tomaría toda una vida recorrer.

    La humanidad, por alguna razón que nadie supo jamás, comenzó a nacer con el poder para controlar con la mente, fuerzas naturales y no naturales, tales como, los elementos, la electricidad, el hielo, y hasta poderes del mismo inframundo. Aprendieron a canalizar su energía mental en forma de afiladas hojas de metal, transformándolas en espadas. Estas espadas, tenían la capacidad única de replegarse, hasta quedar reducidas a un cabo con empuñadura, y este tipo de armas llegaron a usarse de tal forma, que se volvieron más letales que un arma de fuego. 

    Pero, todos estos poderes que los humanos aprendieron a blandir, podían llegar a ocasionar un daño terrible al frágil cuerpo humano. Y fue por ello, que encontraron la manera de depositar en sus espadas, parte de su poder y un poco de su propia energía vital, para utilizarla cuando fuera necesario, convirtiendo ese poder y esa energía en armaduras que cubrían sus cuerpos. Así aparecieron los primeros guerreros con armaduras protectoras y espadas que podían cortar casi cualquier cosa.

    Con el tiempo, los guerreros más experimentados descubrieron que todos nacían con una predisposición a ser cazadores o asesinos, llegando incluso a desarrollar la habilidad de identificar esta cualidad, tan solo mirando fijamente a los ojos de una persona por unos segundos. Los primeros, los cazadores, nacían con habilidades para aprender a manejar cualquier tipo de armas, rastrear personas a partir de la huella más pequeña y tenían una tendencia a pelear siempre con honor; la otra cara de esta moneda eran los asesinos que, si bien no podían aprender a manejar todo tipo de armas con fluidez, tenían habilidades especiales para matar de forma sigilosa, rápida e incluso a distancia, y el arma que decidían aprender a usar se volvía casi una extensión de su cuerpo, sin embargo, a diferencia de los cazadores, a los asesinos no les interesaba pelear por honor; peleaban para ganar.

    Con el correr de los años, los jóvenes buscaron a los guerreros más poderosos para aprender de ellos, hasta que se hizo común ver grupos de aprendices bajo la tutela de un sabio maestro, sometiéndose a rigurosos entrenamientos para poder recibir las armaduras de guerreros ya fallecidos, o en algunos casos, forjar las suyas propias. 

    De esta manera, se fueron formando pequeños grupos de poderosos y orgullosos guerreros, que luego se convirtieron en clanes, como ser, los Ángeles de Luz, los Jueces de las Sombras, los Hermanos de la Espada, los Dragones Metálicos, los Héroes Sónicos, y muchos otros. Y a pesar de que a veces había conflictos menores entre individuos o clanes, las personas vivían bajo una relativa paz, hasta que apareció un hombre llamado Wan Chi, que, sediento de poder, comenzó a entrenarse solo, con el afán de hacerse muy fuerte, y después de forjarse una armadura, anduvo por aquí y por allá, retando y venciendo a poderosos guerreros en peleas a muerte, ya que cada vez que ganaba una de estas peleas, sentía gran satisfacción. 

    Pero, todo empeoraría cuando, un día, un terrible día, un joven con la misma sed de poder y sangre lo buscó para aprender de él, y Wan Chi accedió a entrenarlo. Con el tiempo, se fueron sumando más y más aprendices, hasta que, años después, alguien, nunca se supo quién, acabó con la vida de Wan Chi, pero su primer aprendiz, ahora un maestro, dio inicio al clan de los Tey Wan, que en una antigua lengua muerta significaba los Seguidores de Wan.

    Después de eso, ellos, tomando el ejemplo de su maestro, comenzaron a desafiar a otros clanes, por el simple placer de medir sus poderes con los más fuertes, iniciando confrontaciones que con el tiempo se salieron de control. ¡Los Tey Wan mataban como desquiciados!, llegando incluso a provocar la extinción de algunos clanes que no pudieron contra su gran poder, hasta que, llegado un punto, los pocos y abatidos sobrevivientes de algunos clanes, se refugiaron en templos ocultos, y trataron de aumentar sus filas en completo secreto. Pero los sobrevivientes de los Jueces de las Sombras, los Ángeles de Luz, y los Dragones Metálicos, unieron fuerzas y juraron cuidarse unos a otros, dando inicio a lo que llamaron, La Alianza Nueva y Eterna, entrenando en secreto a nuevos Jueces, Dragones y Ángeles.

    Sin embargo, ante la necesidad de aumentar sus filas rápidamente, los nuevos aprendices tendrían la opción de entrenar para ser guerreros de cromo, con armaduras brillantes que cubrían casi todo su cuerpo, y con poderes de grado alto, o la opción de hacer un corto entrenamiento, y obtener lo que llamaban ‘armadura de acero’, una armadura pequeña, algo carente de brillo, y con poderes de grado medio. De igual modo, con el debido entrenamiento y la aprobación de un maestro, estos guerreros de acero podían ser ascendidos a cromo.

    De esta manera, la Alianza prosperó por años, permaneciendo siempre ocultos...  Pero, los Tey Wan nunca dejaron de buscarlos.

    Y es a partir de aquí donde comienza esta historia...

    Capítulo 1

    El sacrificio

    Corría el año 3027. La Alianza había logrado aumentar sus filas mientras continuaban ocultos... hasta ese horrible día.

    En el templo de la Alianza, un maestro hablaba con su emocionado aprendiz, cuando su entrenamiento había terminado.

    ―¿Cómo te sientes, Blink?

    ―Ansioso, maestro... ¡Mañana me darán mi armadura!

    ―Sé lo que se sientes, Blink, pero, ya es muy tarde, será mejor que te vayas a dormir.

    ―No sé si pueda, maestro.

    ―Yo sí me voy a dormir, y te sugiero que hagas lo mismo. No querrás bostezar mañana en la ceremonia cuando te entreguen tu armadura.

    ―Tiene razón, maestro. Buenas noches.

    Y después de darle a su maestro un respetuoso saludo, Blink se retiró, pero una vez recostado, le resultaba imposible dormir. Las ansias le habían robado el sueño, razón por la cual salió a tomar aire, y mientras todos dormían, él veía las estrellas y pensaba...

    «Voy a ser un Dragón».

    Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por unas sombras que llamaron su atención, por lo que se acercó sigilosamente a ver de qué se trataba, y cuando llegó hasta el lugar, el miedo se apoderó de él ya que avistó a un ejército de asesinos Tey Wan preparándose para emboscar a la Alianza, entonces, desesperado, comenzó a pensar...

    «¡Debo avisarle a los demás! ¡Nos encontraron! ¡Necesito un arma!».

    De inmediato, intentó salir corriendo, pero un Tey Wan lo había visto, de un segundo a otro, ya era muy tarde para escapar, Blink tenía un arma apuntándole a la cabeza, y lo último que escuchó fue...

    ―Adiós, niño.

    Pero, en un heroico acto, gritó tan fuerte como pudo...

    ―¡¡TEY WAAAAAN!! ¡RAYO DE...!

    De pronto, antes de que pueda defenderse, ¡Bang! Blink había caído con un disparo en la frente, pero todos los que escucharon su grito, saltaron de sus camas, solo para encontrarse con una horrible emboscada. Y el caos comenzó. 

    ―¡Tey Wan! 

    ―¡Nos encontraron!

    ―¡Maestro, son muchos asesinos y nos están ganando!

    ―¡Saben qué hacer!, ¡reúnanse con los miembros de su grupo y traten de llegar hasta la nave!... CUÍDENSE UNOS A OTROS, NADIE DEBE QUEDAR ATRÁS.

    ―¡Entendido, maestro!

    ―¡¡Váyanse!! 

    Sabiendo que ese día llegaría, los maestros de la alianza tenían un plan, si acaso los Tey Wan los encontraban: formarían pequeños grupos con el fin de cubrirse las espaldas unos a otros, de esta manera, se abrirían camino hacia una nave de carga modificada para viajar a mayor velocidad, la cual les serviría de vehículo para llegar a un segundo templo oculto.

    Pero a la hora de ejecutar ese plan, Tárkon Bates, el maestro de Blink, por una horrible casualidad vio a su aprendiz tendido en el suelo, sin vida, mientras huía junto a su grupo.

    Entonces, la ira lo invadió, razón por la cual, abandonó la formación y se lanzó a pelear solo, contra un ejército completo al grito de...

    ―SON UNOS INFELICES ¡AAAAHH, PESADILLA!

    Tárkon, del Dragón de la Mente, con su gran poder, la Pesadilla, provocó alucinaciones a todos y cada uno de los Tey Wan, y como consecuencia de esto, muchos de ellos comenzaron a verse unos a otros como enemigos, también hizo que algunos vean arañas gigantes, demonios, o cualquier cosa que les provoque el suficiente pánico como para que su corazón se detenga.

    Pero, aun su poder tenía un límite, un límite que había excedido al atacar tantos enemigos a la vez, y aunque, con su osado ataque había logrado que decenas de Tey Wan se mataran entre sí, o sufrieran infartos, su poder se hacía cada vez más débil, y las alucinaciones comenzaron a desvanecerse.

    Entonces, consciente de que el final se acercaba, sacó su espada, y a pesar de que le costaba mantenerse en pie, se preparó para el combate cercano, mientras pensaba...

    «Ya nada importa... los demás están a salvo».

    Al mismo tiempo, los otros miembros de su grupo asignado, los Jueces de acero, Rock de Quimera y Vándal de la Segunda Bestia, guiados por el maestro Biel, Ángel de Luz del Serafín, eran los únicos que marchaban en sentido contrario a la nave, intentando cortar el interminable cerco de asesinos Tey Wan, en un desesperado intento de encontrar a Tárkon, ya que abandonarlo allí no era una opción.

    Hasta que, en medio de la batalla, el maestro Biel logró avistar a Tárkon, notando de inmediato que claramente había excedido su límite, por lo que, sin titubear, les dio a Rock y a Vándal la siguiente orden...

    ―¡Rock, Vándal, cuando lleguemos hasta el maestro Tárkon, sujétenlo y llévenselo hasta la nave! ¡Es claro que ya no puede pelear!

    ―¡Pero maestro, no podemos dejarlo solo!

    ―¡¡HAGAN LO QUE LES DIJE!!

    Y entonces, una vez que lograron llegar hasta él, llenos de dudas, los dos Jueces de acero cargaron al agotado maestro Tárkon, para llevarlo rápidamente a la nave. 

    ―¿Dónde me llevan? ―preguntó Tárkon mientras intentaba recuperar el aliento, de inmediato Vándal, muy agitado le respondió... 

    ―A la nave, maestro... nos vamos. Usted ya hizo su parte.

    —Necesito saber algo. Demon Kane, ¿dónde está?, ¿alguno de ustedes lo conoce?

    ―Sí, maestro, todos conocen a Demon; la maestra Nabiki lo puso en su grupo junto con algunos asesinos, dice que tiene planes para él.

    Fue al escuchar eso, que Tárkon sonrió, y pensó...

    «Yo también tengo planes para él... Demon será el arma que destruirá a todos los Tey Wan».

    Mientras Tárkon sonreía y se llamaba al silencio, los dos jóvenes Jueces lograron llegar a la nave, e inmediatamente Rock gritó... 

    ―¡Llegamos, maestro!... ¡¡Despeguen!!

    ―¡¿Y USTEDES QUÉ?!... ¡¿ACASO NO PIENSAN SUBIR?!

    ―¡No podemos irnos aún, el maestro Biel sigue allá!... ¡Y está solo! 

    ―En ese caso, ¡los esperaremos!

    ―¡NO!, ¡USTEDES VÁYANSE! ¡CUANDO RESCATEMOS AL MAESTRO BIEL, HUIREMOS EN MI NAVE! Es pequeña, pero nos sacará de aquí.

    Era por todos sabido que Rock poseía una vieja nave, y llevaba tiempo reparándola junto a Vándal, razón por la cual, nadie objetó su osado plan.

    ―¡ENTENDIDO!... ¡BUENA SUERTE!

    ―Gracias... ¡VAMOS, VÁNDAL!

    Una vez que la nave despegó, los jóvenes Jueces de acero se quedaron en tierra, y aunque ambos estaban muertos de miedo, decidieron volver por el maestro Biel. 

    ―¡Vamos Vándal!, ¡CORONADOS DE GLORIA VIVAMOS! ―gritó Rock, y sin demoras, Vándal respondió completando la frase...

    ―¡O JUREMOS CON GLORIA MORIR!

    Acto seguido, ambos saltaron sobre un mar de Tey Wan, haciendo uso de sus poderes más fuertes.

    ―¡GARRA QUIMERA!

    ―¡DE LA BESTIA, LA PRESA!

    (La garra quimera, hace que las manos de Rock se llenen de energía sólida, dándole forma de unas garras desmesuradamente grandes, que usa dando zarpazos que arrasan a varios enemigos a la vez, rompiendo armaduras, desgarrando la piel, y provocando una muerte instantánea, si el oponente tiene suerte, si no, quedará vivo unos minutos, experimentando un dolor insoportable antes de desangrarse).

    (De la bestia, la presa, es la habilidad que posee Vándal de invocar una bestia del inframundo que, siguiendo sus órdenes, hace de sus oponentes, sus presas, atacándolos y arrojándolos a los abismos infernales o matándolos rápidamente)

    Y mientras los jóvenes Jueces peleaban contra cientos de Tey Wan, de pronto, Rock vio al maestro Biel. Estaba completamente rodeado, razón por la cual, en un heroico acto le dijo a Vándal...

    ―¡Vándal, ayuda al maestro Biel, yo te cubro!

    ―NO TE DEJARÉ SOLO, ROCK.

    ―¡Vándal, solo vete!... ya estoy muerto.

    En ese momento, Vándal se percató de que Rock había sido alcanzado por un poder llamado ‘tiro letal’, un rayo de energía de color naranja, que puede ser rechazado por una espada, incluso una armadura de cromo puede resistir varios impactos antes de romperse, pero la armadura de Rock, que era de acero, no pudo proteger la boca de su estómago. 

    ―Vete, Vándal, ayuda al maestro Biel; yo trataré de avanzar y alejarlos tanto como pueda, eso les dará tiempo de escapar.

    ―¡OLVÍDALO, ROCK! ¡TIENE QUE HABER OTRA MANERA!

    ―VÁNDAL, MÍRAME... tú sabes que no hay otra manera. Vive hoy, ya habrá otra oportunidad.

    Entonces Vándal, en completo conflicto consigo mismo, dejó a su amigo atrás, y corrió a cubrir al maestro, ya que, si Rock caía, no quedaría nadie más que ellos dos.

    ―MAESTRO BIEL... NO TEMA, AQUÍ ESTOY. 

    ―¡¿Por qué no se fueron con Tárkon?!

    ―Porque no podíamos perdernos la fiesta, maestro.

    E inmediatamente, Vándal se colocó a espaldas del maestro Biel, y juntos, comenzaron a vencer a los Tey Wan uno a uno. Ambos hábiles con la espada, se defendían de los ataques de sus enemigos, mientras les asestaban estocadas mortales cada vez. 

    Al mismo tiempo, a unos metros, Rock intentaba alejar la mayor cantidad posible de enemigos, poniéndose a sí mismo como carnada y haciendo que lo sigan.

    Mientras tanto, aunque los Tey Wan que luchaban contra Vándal y Biel, seguían siendo muchos, no podían vencerlos, por lo que, tratando de encontrar el problema, un Tey Wan analizó la situación fríamente, y pensó...

    «No podremos vencerlos con la espada... ¡Al diablo! Lo siento, compañeros, si salen de esta, no me guarden rencor».

    Entonces, saltó hacia atrás, elevándose en el aire, y cuando estuvo a suficiente altura, lanzó su poder más grande, al grito de...

    ―¡SÚPER NOVAAAA!

    Y de pronto, una luz blanca se intensificó, encandilando no solo a Biel y Vándal, sino también a los Tey Wan que los atacaban. Pero Biel, percatándose de lo que pasaba, lanzó un ataque directamente hacia arriba, gritando...

    ―¡LEGIÓN DE SERAFINES!

    (Los serafines son ángeles con seis alas en su espalda, armaduras brillantes y afiladas espadas. Dicho esto, no hay mucho que explicar sobre la legión de serafines)

    E inmediatamente después de liberar su poder, Biel se arrojó sobre Vándal para protegerlo, recibiendo todo el impacto de la explosión de supernova, mientras que los Tey Wan, que estaban a su alrededor, murieron casi instantáneamente.

    Sin embargo, aunque la armadura de Biel resistió el impacto de la explosión, su cuerpo resintió el daño; muchos de sus órganos colapsaron, causándole hemorragias internas, y muchos de sus huesos se rompieron.

    Y mientras que, el Tey Wan que los atacó con la supernova yacía en el suelo, abatido por la legión de serafines, cuando la explosión cesó, Vándal reaccionó, algo cegado y ensordecido a causa de las luces y el ruido de la súper nova, y se horrorizó al ver al maestro Biel agonizando, por lo que, sujetándose la cabeza con ambas manos, exclamó...

    ―No, ¡No!, ¡NO! ¡¿Por qué lo hizo, maestro?!

    ―Porque... no serviría de nada que muramos los dos, Vándal. Ahora vete, huye de aquí... todos sabemos que Rock tiene una vieja nave, y con tu ayuda... la estaba reparando... debes llegar hasta ella y...

    ―¡MAESTRO BIEL, ESA NAVE ESTÁ INSERVIBLE!... ¡JAMÁS PUDIMOS REPARARLA!... no hay forma de salir de aquí, y los Tey Wan que Rock intentó alejar de nosotros, ya vienen por mí.

    ―Vándal, los Tey Wan que quedaron aún

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