El gueto de Arkadius

Por Kevin M. Weller

El oráculo más respetado de la región ha tenido la maravillosa idea de crear un gueto que albergue a todos los sobrevivientes de aldeas exteriores que ya no quieran seguir viviendo con miedo a ser atacados por dragones. Puestos de acuerdo, se inicia lo que será el plan más importante de todos los tiempos: la construcción del único gueto que será la aldea favorita de varios héroes.

• Idioma: Español
• Editorial: Kevin M. Weller
• Fecha de lanzamiento: 25 oct 2023
• ISBN: 9781005034856

Kevin M. Weller

Kevin Martin Weller es un autor vanguardista, independiente y autodidacta, nacido en Bs. As. en julio del año 1994. Es un literato perfeccionista, amante de la filosofía, la ciencia y el arte. Ha estudiado la ciencia del lenguaje y la ciencia de la literatura desde su adolescencia y dedica gran parte de su tiempo a la lectura y la escritura, como si se tratase de una obsesión de la que no puede despegarse por nada del mundo. Trabaja como técnico en electrónica y refrigeración, aunque de manera independiente y esporádica realiza otros trabajos.

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Prólogo

Las reiteradas apariciones de invasores habían hecho que Mitriaria estuviese en constante disputa territorial, en la que no se podía poner oposición a menos que se tuviese el suficiente valor para enfrentarse a la muerte cara a cara. Así, criaturas inocentes de todas partes iban y venían sin rumbo, en busca de salvación y prosperidad. Viaje tras viaje, el riesgo a morir en combate no parecía cesar en ningún momento del año.

Como último recurso, algunos nativos habían pensado mudarse a una isla lejana a la que no tuviesen acceso los enemigos, lo malo era que eso dificultaba la comodidad de todo aquel que quisiese tener una vivienda digna y alimento abundante por tiempo indeterminado. Lejos del continente, el agua y la comida era más difícil de conseguir, además de que las comodidades de andar viajando no eran las mismas que en tierra firme.

Años y años pasaban y nadie hacía nada para solucionar los problemas de los nativos. Fue entonces que a alguien finalmente se le ocurrió una idea, una idea que trascendería con el paso del tiempo y marcaría un periodo crucial en la vida de los lugareños, siendo necesaria una restructuración en los planes de los oráculos.

I. Las invasiones y sus implicaciones en la vida de los nativos

Al igual que la caída del halcón negro junto con la redada de la Operación Serpiente Gótica, las estratagemas habían sido víctimas de una humillante derrota en los asedios septentrionales que había planeado el proscripto comandante Gargax con sus legiones devastadoras, posterior a la deshonrosa actuación de los centauros en Zurvenia. Dada la ineficaz defensa ofrecida por los aliados, entre ellos sáklios y sétrekes, los oráculos cayeron en la cuenta de que había que recurrir a otra alternativa, no más conflagración.

Las guerrillas en las regiones adyacentes de las aldeas septentrionales habían desatado un periodo de caos constante. Desde hacía más de un milenio que no paraban de llegar invasores desde Lesentia, Tranquetobia, Exklavitiamia, Trongladia, Branconia y Rantasia. Los nativos ya se estaban hartando de tanto pelear, sólo veían morir a sus allegados en injustas reyertas que ni sentido tenían, no anhelaban seguir perdiendo vecinos y familiares como consecuencia de la rebeldía ideológica.

Los planes maléficos de las legiones comandadas por los minotauros negros, los integrantes de la Tríada Oscura, fueron el detonante de una evacuación de emergencia. La consciencia social hizo que en los oráculos germinara la semilla de la perspicacia, siendo necesario un viaje extenso pero útil. Acorde a las cifras que había calculado uno de los estadistas de Klevisemia, la última punta del Sur que deslindaba con Kerush era lo suficientemente segura como para congregar a todos los sobrevivientes. El inconveniente era que quedaba lejísimos de donde estaban.

Dado que alcanzar de cuenta a Dáikron en el Norte era imposible con los pocos recursos que poseían, lo ideal era dar tregua, pausar el conflicto territorial de forma temporal hasta que se lograse armar mejor a los nativos belicosos. Los comités de crisis fueron puestos en acción ni bien se presentaron los emisarios de Mitriaria en el centro de Oprusia, al frente de una noticia que ponía los pelos de punta a los nativos que residían en regiones aledañas a Korozina.

Al parecer, Auselio, Kalishna y Rushmaj estaban planeando salir a conquistar tierras lejanas en poco tiempo, venían acompañados por una ingente horda de dragones, rifontes, quimeras, centinelas, kratsukes, kolosos, centauros, cancerberos, hienas, cíclopes y minotauros. Era de esperar que se diese otra masacre como la de la última vez en Argredia. Los novísimos comandantes tenían poca experiencia en conflictos armados, aún les faltaba cancha.

Al correrse la bola, otros supervivientes se apiñaron en el mismo sitio en espera de una ayudita. Un viajero experimentado, originario de Kanjalia, conocido entre sus pares como