LAS AVENTURAS MÁS DESCONOCIDAS DE MIGUEL DE LA QUADRA EXPLORADOR DE LO OCULTO
Aunque de ascendencia vasco navarra, Miguel de la Quadra-Salcedo y Gayarre (1932-2016) nació en Madrid, siendo el primogénito de seis hermanos. Todos ellos se criaron en el seno de una familia acomodada, en la que la cultura, el deporte y la necesidad de aventura eran ya aficiones heredadas: su abuelo materno fue discípulo de Ramón y Cajal, mientras que un tío paterno había dado varias veces la vuelta al mundo. Cuando apenas tenía siete años, la prematura muerte de su padre, Estanislao, durante la Guerra Civil española marcaría profundamente su carácter: “Mi padre murió muy joven –recuerda en una entrevista– y yo me crié entre mujeres, eso quizá dulcificó un poco mi carácter”.
Aunque su timidez y humildad apenas le animaban a hablar de sí mismo, en una entrevista a La Actualidad Española en 1974, relataba: “Yo nací la noche del 30 de abril, la noche de las brujas, y cualquier relato que en mi casa se hacía de mi llegada al mundo estaba siempre ilustrado con historias de misterio. Mientras otros niños lo primero que oyen en su vida son cuentos fantásticos, yo escuché siempre leyendas e historias de miedo. Fue desde ese momento que empecé a sentir curiosidad por lo desconocido…”.
LA ÚLTIMA HECHICERA DE PASCUA
–relataba el propio Miguel en . Aunque había acariciado este viaje unos meses antes, aprovechando su estancia en Chile durante la celebración de los campeonatos de atletismo Iberoamericanos –en los que participaba en lanzamiento de disco–, unas fiebres tifoideas le obligaron a retrasar su viaje hasta enero de 1961. Fue entonces cuando partió desde Valparaíso en el
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