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Cyrus. El vigilante
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Libro electrónico263 páginas4 horas

Cyrus. El vigilante

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Cyrus no es un vigilante cualquiera; es el mejor. Cyrus está al mando de los operativos de una misteriosa agencia que trabaja para acabar con los criminales en todo el mundo. En esta ocasión, nos lleva con su equipo hasta Norteamérica y los países nórdicos para desmantelar las redes de delincuentes. Trata de blancas, tráfico de drogas y armas, terrorismo internacional… no hay delito que se resista a las operaciones de esta agencia o corporación que actúa a modo de policía mundial.
Suecia, Finlandia, Dinamarca, Islandia, Noruega y también Estados Unidos, México y Canadá son los escenarios de esta historia llena de acción, secretos, innovaciones tecnológicas, éxitos y fracasos. Porque incluso el más inteligente y valeroso vigilante del orden mundial, Cyrus, puede cometer errores. A partir de ahora, los delincuentes tendrán que enfrentarse a un peligro más, la agencia EICO que trabaja para ayudar a restaurar la paz y el bienestar.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 dic 2023
ISBN9788411818957
Cyrus. El vigilante

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    Cyrus. El vigilante - J. R. Vargas

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    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © J.R.Vargas

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Celia Jiménez

    ISBN: 978-84-1181-895-7

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    Prólogo

    La presente obra, a simple vista se leería como un thriller de acción y suspense con el que se emocionará y disfrutará el lector sin mayores complicaciones. Sin embargo, este libro expone temas sensibles de la vida actual que tiene a muchos países al borde de la «quiebra social» por la cantidad de problemas que los está abrumando y que pareciera no tener solución. Pese a lo anterior, existen corporaciones globales como el EICO (Escuadrón Internacional de Consolidación de Objetivos) cuyo empeño es combatir a las mafias que causan la destrucción de esas sociedades. Esta agencia impone el orden entre los ciudadanos, necesario para una sana convivencia; como lo ha hecho ya, desde años atrás en otros países y zonas geográficas del mundo. Algunos agentes destacados de esta corporación como Cyrus y su equipo, se entregan cabalmente —a través de lo más avanzado en tecnología armamentística e inteligencia— sin importar las consecuencias a perseguir, contrarrestar, pacificar y en todo caso a eliminar a delincuentes sin escrúpulos.

    En esta segunda obra sobre el tema, el alcance de la corporación será más contundente y no tendrá límites para su accionar en diferentes escenarios tan lejanos como los países nórdicos y tan distantes de estos como América del Norte.

    El deterioro de las naciones se debe a personajes que cada uno de nosotros conocemos y los vemos cotidianamente a través de las redes sociales en nuestros países; en el ámbito político, empresarial y criminal. Tras ellos, tarde o temprano irá el EICO y sus agentes.

    .

    Como la gota de agua que al caer sobre la roca la perfora al paso de los años, así escribí y terminé esta obra; observando y hurgando en los sucesos cotidianos de los diferentes países donde se desarrolla la historia, para así, plasmar mis deducciones y elaborar las teorías que construyó mi mente durante un par de años. No cabe duda que, la disciplina y constancia adquiridas a lo largo de más de cuatro décadas en el mundo del taekwondo rindieron su fruto.

    J.R.Vargas

    PARTE UNO

    Operación Hiroshima

    Operación Hiroshima I, Islandia

    Los dedos índice y medio de la mano derecha de Cyrus tocaron el tibio y vital líquido que emanaba de su costado izquierdo; incrédulo la levantó para observarla y convencerse de que ese fluido era sangre. Al no lograr ver claramente en la obscuridad, acercó sus dedos hasta su boca y nariz para lamerlos y percibir el sabor y el olor de lo que seguramente era sangre. Aturdido por el ataque, no podía creer lo que la realidad le hizo entender: estaba herido, no sabía cuan grave era. Se reprochaba haberse descuidado y por bajar la guardia, pero, sobre todo, por la manera en que sucedieron los hechos.

    Como pudo se arrastró unos metros, otros tantos se apoyó en la pared, y los menos, caminó o intentó caminar para obtener ayuda del hospital más cercano que localizó con su móvil a través de un buscador. Cierto era que estaba de vacaciones y franco para liberarse del estrés después de su intervención en varias misiones; especialmente en la de Corea del Norte y Venezuela en la que él y su equipo las ejecutaron con gran éxito meses atrás.

    Aun así, él sabía que, como miembro del EICO (Escuadrón Internacional de Consolidación de Objetivos, por sus siglas en español) como era su caso, jamás volvería a tener una vida ordinaria. Lo supo desde el inicio cuando decidió ser parte de esta agencia años atrás.

    Después del incidente se cuestionó ¿Quién se enteró de mi viaje a los países nórdicos además de la agencia? ¿Específicamente, quién supo que estaría en Oslo, en Noruega ese día y en ese lugar? ¿Quién estaría interesado en eliminarme y por qué?

    Tenía muchas preguntas y ninguna respuesta. Sabía también que si fue un ataque espontaneo de gente ebria y violenta la agencia no se inmiscuiría en asuntos personales. Por lo que el agente, por cuenta propia, debería investigar y concluir a qué se debió ese acto violento en su contra. Pero si fue un ataque dirigido hacia un miembro del EICO, seguro que habría sido perpetrado por la mafia local —esto lo investigarían y en todo caso comenzaría la acción para frenar la indeseable actividad criminal con todos los cuantiosos recursos con lo que contaba la agencia— que por lo visto existía en esa fría ciudad nórdica.

    Ya en el hospital, comenzaron a atenderlo para salvar su vida. Había perdido mucha sangre. Cyrus se desmayó y cayó en coma. Al despertar, se encontraba en un cuarto aislado. Todo en su cabeza le daba vueltas, como pudo, comenzó a abrir los ojos y con visión borrosa y alcanzó a distinguir dos siluetas que estaban cercanas a él. Eran colegas del EICO, de ese país nórdico; así se lo hicieron saber. Para esta agencia no hay secretos, dada la capacidad tecnológica e infraestructura que poseen, además de los contactos que tienen con todos los Gobiernos democráticos del mundo de donde obtienen información casi de inmediato. En este atentado no fue la excepción, la agencia había recabado toda la información del incidente y del agente, de la cual se dedujo que, efectivamente, el ataque fue dirigido hacia Cyrus por criminales nada comunes. El hecho fue un mensaje claro para el EICO, un reto y una amenaza para que no quedara duda de quién ponía las «reglas» en ese país. Cyrus había sido atacado por los miembros de la Hermandad Aria; grupo mafioso que aglutina a varias bandas de criminales que operan en Noruega y en otros países nórdicos desde hacía décadas, identificados como Los hijos de Odín, Dios de la guerra y la muerte, cuya imagen la usan en la espalda bordada en sus chamarras —con el rostro de ese Dios mítico sangrando de su boca—, eso daba la certeza de que los autores del ataque fueron ellos. De hecho, así lo comprobaron los agentes, ya que los criminales intencionalmente dejaron en el lugar de los hechos un pequeño aditamento que usan como arma consistente en una especie de pica hielo con el mango en forma de calavera del cual se sujeta y con el cual lo atacaron. Esta mafia controla, entre otros delitos, la trata de blancas, medicamentos apócrifos, extorsiones, armas y antidepresivos cuyo uso y abuso tiene en jaque a las autoridades sanitarias de algunos países de la zona.

    Los agentes del EICO nórdico le informaron a Cyrus e instruyeron sobre lo que vendría después de su recuperación. Le proporcionaron datos de las casas de seguridad en donde podría resguardase al salir del hospital, números de teléfonos y armas que estarían a su disposición para su protección.

    —¡Agente Cyrus! no dude en contactarnos para apoyarlo en lo que necesite —Le expresó quien parecía ser el jefe.

    —¡De acuerdo! —respondió el agente con amabilidad, al tiempo que daba las gracias por el apoyo recibido.

    El EICO no aceptaría que a uno de sus miembros lo quisieran sacar de circulación, ya que esto pondría en entredicho su capacidad de autoprotección y eficacia. Se implementarían acciones que planearían los altos dirigentes de la agencia y sus asesores —experimentados ex miembros perteneciente a diferentes cuerpos de seguridad de todo el mundo; MOSSAD, KGB, CIA y Marina Mexicana, entre otros— para liberar de las mafias a los cinco países integrantes del bloque nórdico, a los cuales asediaban desde hacía ya algunos años, según informes de inteligencia recibidos por la corporación por parte de los Gobiernos que conforman esa gran región del globo.

    Comenzaría un largo trabajo de inteligencia en cada país en el que integrarían a Cyrus dada su experiencia, para luego echar a andar una de las más grandes cacerías de la agencia para capturar o eliminar a líderes de la Hermandad Aria en cada país y de los cuales ya tenían sus nombres: En Islandia, Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia, los objetivos de cada nación eran; Baldur, Gunnar, Ansger, Hans y Norman respectivamente.

    Las semanas pasaban y el trabajo de la agencia rendía sus frutos: la acumulación de información general de cada país y de cada capo de esas mafias también. Al mismo tiempo, se conformaba un equipo híbrido del EICO, con agentes locales y los agentes más fogueados que habían participado en misiones previas donde habían salido airosos en el cumplimiento de los objetivos que se propusieron. Se analizaban fechas convenientes para el inicio de las operaciones; considerando estación del año, clima, y ciudades donde tenía sus centros de operación la mafia nórdica. Además, se seleccionaban cuidadosamente las armas a usar eligiendo las apropiadas del vasto arsenal con las que contaba el EICO para evitar sorpresas de acuerdo a cada circunstancia y enemigo a enfrentar pero, sobre todo, para impedir que tomaran la delantera los delincuentes. Se deliberaba si sería una operación simultánea en los cinco países o si la acción la ejecutarían país por país.

    En tanto, los criminales seguían haciendo de las suyas en el puerto más activo del mundo nórdico —al menos para los turistas— el de Helsinki, en Finlandia. Ahí, se concretó una inmensa descarga de antidepresivos provenientes de Rusia, vía Tallin, en Estonia. Para el consumo local y distribución principalmente a Suecia, Noruega y Dinamarca. Esta última, con el índice más alto en el consumo de esos antidepresivos en esa zona geográfica del mundo.

    En Estocolmo, Suecia, Los hijos de Odín, Thor Angels y las demás mafias locales, hacían transacciones de armas por dólares como pago por la compra de estas, provenientes de América y Rusia. Igualmente, en Islandia, en Reikiavik su capital, la trata de blancas provenientes de Asia se intercambiaban por droga y dinero, como si fueran mercancía. Esto no lo podía permitir el EICO y sus agentes cuyo compromiso y el de sus patrocinadores era mantener el orden mundial. Así había sido siempre desde su fundación y así lo prometieron recientemente los nuevos agentes al graduarse como miembros de esta agencia en el Palazzo di Malaspina, en Marina di Massa, en la región Toscana de Italia. Lugar donde se reunieron recientemente los principales Mecenas de la agencia.

    Comenzando por el Sr. Nasiff Assad, después de varias reuniones secretas en los diferentes países que conforman la zona nórdica, los altos jerarcas del EICO decidieron atacar y eliminar a estas lacras sociales paso a paso, país por país, mafia por mafia, ya que pensar en un golpe simultaneo sería extremadamente difícil de coordinar con éxito. En ese cónclave acordaron iniciar por Islandia, para después de mermar y desaparecer a la mafia local de ese país, seguirían con Noruega, Suecia, Dinamarca y al final irían contra los delincuentes asentados en Finlandia.

    El Comando Central del EICO, que coordinaría la mega operación, se instalaría en la isla de Utoya, en Noruega, en el mismo lugar donde esas mafias nórdicas habían cometido una masacre racista contra estudiantes de varias nacionalidades que participaron en un campamento escolar, como represalia a su Gobierno por la apertura de este país a refugiados, sobre todo del Oriente Medio.

    Esa apertura a refugiados no gustó a los supremacistas blancos, ya que a los acogidos por su Gobierno los consideraban inferiores y los nórdicos radicales no aceptaban la mezcla racial que con el tiempo seguramente ocurriría. Por lo que, con ese crimen, decidieron enviar un mensaje contundente a las autoridades. Razón suficiente para que el EICO decidiera actuar e instalar —en esa Isla de Noruega— su sede central temporal, ya que sería muy simbólico de presencia y poderío en ese país y demostraría a la mafia noruega quién dictaría y haría cumplir la leyes de ahora en adelante. El momento oportuno llegaría para que la corporación demostrara su contundencia.

    Pasaron los días, las semanas y con discreción comenzaron a arribar refuerzos de todo el mundo para integrarse a los agentes locales que combatirían a las mafias nórdicas. La planificación tardaría semanas, si no es que meses. Tendría que ser una operación contundente contra los delincuentes de la cual no podrían recuperarse ni reagruparse con ese devastador golpe que recibirían por parte de lo mejor del EICO. Dejarían tan menguados a los delincuentes, que no tendrían la fuerza ni los recursos para existir más. Por eso, a esta operación decidieron llamarla Hiroshima, en alusión a una de las ciudades japonesa que quedó destruida totalmente por el uso de la bomba atómica empleada en su contra. Así debían quedar los grupos contrarios a la ley y el orden: devastados y borrados del mapa por la intervención e imposición de la ley que impondría el EICO y sus mecenas.

    En el inicio de la Operación Hiroshima, el termómetro marcaba los menos veinte grados centígrados. Muy frío, pero tolerante y sin problema para el equipo del EICO que se entrenó a menos treinta grados en Alaska, en la región de Kaktovik —otro importante centro de entrenamiento y formación de nuevos agentes de la corporación que intervendrían en la misión— esperando lo peor al enfrentar a sus enemigos en las temperaturas de Islandia que podrían bajar repentinamente en dos dígitos y aun así, operar bajo esas condiciones con eficacia.

    El enorme navío Belafonte, se desplazaba en el mar semi congelado, rompiendo el hielo para abrirse paso desde que zarpó de Noruega rumbo al primer objetivo, Islandia. La nave serviría de centro de operaciones móvil, abastecimiento, transporte y coordinación con Utoya para el apoyo de todos los integrantes del equipo que se dirigía al objetivo después de decidirse que la mega operación nórdica Hiroshima I, iniciaría precisamente en Islandia. La participación del Belafonte, la embarcación táctica de la agencia fue diseñada y construida con dispositivos técnicos y bélicos camuflados; modernos, precisos y los más efectivos del mundo, imprescindible en el logro de los objetivos trazados.

    La niebla era espesa, tan así que no se veía a más de diez metros de distancia. Para la nave, esto no representaba ningún problema en su trayecto bajo esas condiciones climáticas, tampoco las aguas heladas del mar de Noruega con su espesura debido a trozos de hielo que alcanzaban varias pulgadas de grosor, ya que contaba con radares muy avanzados para visualizarlos al menos a quinientos metros antes de chocar contra estos y así evadirlos. Adicionalmente contaba con piloto automático de quinta generación que evadiría a los icebergs o cualquier obstáculo que se atravesase en su camino. Sin sobresaltos haría llegar la carga a su destino; compuesta por equipo electrónico de comunicación muy avanzado, armamento sofisticado y todo lo necesario para la intervención que ya estaba en marcha. El navío, además, fue construido con helipuerto en lo más alto, no habría problema para recibir apoyo aéreo en pocos minutos si las cosas se salieran de control.

    Pasaron varias horas de travesía y el Belafonte se desplazaba recorriendo cientos de millas náuticas surcando las heladas aguas del mar de Noruega, ya cercano de su objetivo. En el horizonte se divisaba la tenue luz del faro de Reikiavik, situado en la isla de Grotta —su imponente imagen se veía cercana—. Igualmente se dejaron escuchar los potentes y graves silbidos de los buques cargueros a punto de dirigirse altamar. Los agentes del EICO se preparaban para el desembarco. Algunos lo harían como turistas bajando del gran yate caminando por los muelles. Otros más buceando bajo los témpanos de hielo, alejándose del puerto donde los esperarían en tierra firme sus colegas locales para trasladarlos en furgonetas a las diferentes casas de seguridad de la nevada ciudad, en el país de los grandes volcanes y las impresionantes cataratas. Una de esas casas estaría en la planta baja del restaurant Perlan —reconocido por su alta cocina local; ofreciendo entre otros, platillos a base de ballena— dentro del Parque Forestal. Otra de las guaridas, se encontraría en el sótano del Sun Voyager en el malecón de Reikiavik, debajo de una escultura gigantesca de un barco de acero colindante con al mar. La ejecución de la operación se planeó para su inicio en invierno, considerando la obscuridad prevaleciente en la mayor parte del día, ya que, en esta época del año, solo había luz natural por seis horas máximo, ayudando esto a la movilización de los agentes y el traslado de armamento y equipos de comunicación.

    Después del desembarco total, los agentes llegaron a las dos casas de seguridad para instalarse. Un par de horas después, comenzaron a reconocer la zona y hacer trabajos de inteligencia que los llevaría con los días a la localización de los principales líderes cercanos a Baldur, el más grande líder mafioso de Islandia. El EICO sabía que sus reuniones las realizaba en el famoso public house gastro pub en la calle Laugavegur en la zona restaurantera de la ciudad, a la vista de todo mundo para no despertar sospechas y, en cierta forma, como una manera de mostrar su poder y su arrogancia.

    Algunos agentes, desde sus «aposentos» en Reikiavik, comenzaron con su trabajo, consistente en espiar a sus objetivos a través de las cámaras de seguridad de la ciudad, a las cuales los miembros del EICO tuvieron acceso gracias a la colaboración de un infiltrado suyo, que meses antes se unió a la corporación policiaca de la ciudad. A través de estas, observaban los movimientos de los cómplices de Baldur, las casas donde vivían, lugares a los que se acudían, trabajaban, se divertían, etcétera. Al tiempo que, de manera encubierta, varios agentes más comenzaron a conseguir empleos en lugares cercanos al sitio de las reuniones en que participaban los mafiosos: cafeterías, bares y restaurantes. La agente noruega, Elín trabajaría en una cafetería enfrente del public house gastro pub, para seguir de cerca los pasos del líder de la mafia islandesa y recabar evidencia fotográfica de todos sus cómplices. Páll, otro de los agentes con conocimientos de cocina, estaría trabajando en el restaurant italiano Lungo Mare a un lado de la cafetería donde lo haría Elín. Cyrus, por su parte, estaría coordinando al resto de los agentes desplazados en toda la ciudad desde la casa de operaciones del sótano del Sun Voyager. Cerca de ahí, se encontraba varado el Belafonte, por si se necesitase apoyo de cualquier tipo, estaría listo para proveer de todos sus recursos a los agentes que entrarían en acción en poco tiempo.

    Pasaron las semanas; cuatro, para ser exactos, y el centro de inteligencia del EICO instalado en la isla de Utoya, en Noruega, daba la alarma a las casas de seguridad de Reikiavik sobre una embarcación con todas las características de las naves que participan en la trata de blancas; bandera tailandesa, mismo modelo de embarcación a anteriores que confiscaron las autoridades locales y similares dimensiones, nudos de desplazamiento, etcétera.

    Horas después, a lo lejos, y cubierto por la bruma, se alcanzaba a ver a un gran buque que llamó la atención a la tripulación del Belafonte. Apoyándose en sus visores láser y sistemas de medición a distancia, se podía determinar las características de la embarcación con precisión, así como su procedencia de acuerdo a los materiales usados para su fabricación y ciertas características únicas que cada astillero les impregna alrededor del mundo. Algo así como su marca genética única e irrepetible. Por lo tanto, y sin lugar a duda, este era un buque procedente de Tailandia y con seguridad cargado de mujeres a las que les habían arrebatado su presente y su futuro, ya que seguramente habrían abordado la embarcación contra su voluntad y probablemente habían sido raptadas. Tailandia tenía mucho que hacer en este sentido: niñas y mujeres adultas por igual desaparecían constantemente de las ciudades para precisamente engrosar el negocio de las mafias mundiales con la trata de blancas. Por ahora, Cyrus y algunos agentes más observaban a la distancia, recogían información y con esto planeaban dar el primer golpe, devastador y contundente en la operación Hiroshima I.

    —No pierdan de vista detalle alguno —ordenó Cyrus a sus subalternos y miembros del equipo.

    Al unísono contestaron: «¡No señor!»

    Hasta ahora, Baldur seguiría con su vida criminal como si nada ocurriese. Pero esto no sería por mucho tiempo ya que, una vez armado el operativo, este sería contundente y demoledor y no quedarían vestigios de lo que algún día fue el padrino de la mafia islandesa y sus cómplices. En el Belafonte, se armaba el expediente criminal de la tripulación y se recopilaban datos de la embarcación con apoyo de un mini dron que lo sobrevolaba: velocidad de desplazamiento, dimensiones, número de tripulantes, armas con las que contaba, tiempo estimado de navegación desde su último contacto en tierra, etcétera. Información importante que sería muy útil por si se tomaba la decisión de interceptarlo en altamar con su envío criminal de helados (nombre en clave de las mujeres raptadas) y para rescatar y salvaguardar la «carga».

    El infame buque tardaría algunas horas en llegar al puerto de Islandia, para atracar y luego entregar los «helados». Esto daría tiempo suficiente a Cyrus y su equipo para echar a andar la operación que con tanto cuidado habían planeado los veinte agentes del EICO, con Cyrus y Elín a la cabeza.

    El jefe de la mafia islandesa disfrutaba de una fría cerveza en su lugar favorito; el public house gastro pub cuando recibió en clave un mensaje en su móvil: «los helados están

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