CONSPIRACIÓN OCTOPUS ¿PERIODISTAS MUERTOS EN EXTRAÑAS CIRCUNSTANCIAS?
En el mediodía del sábado 10 de agosto de 1991, en la bañera de la habitación 517 del Hotel Sheraton en Martinsburg (Virginia Occidental, Estados Unidos) era hallado, por la empleada de limpieza del hotel, el cuerpo sin vida de Danny Casolaro (1947-1991), periodista freelance de 44 años que se había especializado en tramas de conspiración. Se encontraba desnudo y con las muñecas ensangrentadas después de haber recibido al menos una docena de cortes (ocho en la izquierda y cuatro en la derecha). No había signos de violencia en la habitación. En el mismo cuarto de baño, entre una lata de cerveza vacía y una hoja de afeitar, fue hallada una nota manuscrita por el propio Casolaro: “A los que más quiero. Por favor, perdonadme. Sobre todo, lo siento por mi hijo. En el fondo sé que Dios me dejará entrar”.
A pesar de estos indicios, cuando dos días después, , de profesión médico recibió la noticia de la muerte de su hermano, este se negó a aceptar que se tratara de un suicidio.
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