CASO HERNÁNDEZ ALCOCER UN OPERADOR SINIESTRO EN LOS CORREDORES DE LA JUSTICIA
Durante más de 20 años Jesús Hernández Alcocer operó litigios y negocios ganándose fama de ser un abogado que, por las buenas o por las malas, conseguía lo que quería.
La presencia de Hernández Alcocer en cualquier lugar era notoria debido a su vestimenta: tirantes, corbata y pañuelo coordinados. Así se le conoció en las altas esferas del poder en las que se codeó con jueces, magistrados, ministros, políticos, jerarcas de la Iglesia católica y empresarios.
Sus atuendos, según quienes lo conocieron, incluían una pistola de oro incrustada con brillantes. Su gusto por las mujeres jóvenes y hermosas tampoco pasaba inadvertido.
El restaurante Suntory de la colonia Del Valle, en el sur de la ciudad de México, fue el lugar que le sirvió como oficina para realizar “tratos” en los que, de entrada, ponía el arma sobre la mesa para advertir que su misión era solucionar a toda costa un conflicto.
Aunque es conocido por estar vinculado con diversos asuntos que se ventilan en juzgados de la Ciudad de México, donde ejerció su influencia, su nombre no aparece en los registros judiciales.
Fraude procesal
De acuerdo con el Registro Nacional de Profesionistas, Hernández Alcocer tiene dos cédulas profesionales. Una, expedida en 1974 con el número 0304950, lo acredita como licenciado en ciencias políticas egresado de la UNAM. La otra fue emitida apenas en 2017, con el número 10700616, que lo acredita como licenciado en derecho egresado de la Universidad del Distrito Federal.
Donde si aparece su nombre es en el oficio número SIEDF/0374/2012 emitido por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delitos Federales de la extinta Procuraduría General
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