“TRAS LAS HERIDAS”

Por J. Walter y R. Chaven

“No fue un día ni un mes ¡Fueron años de maltrato! Corriendo los límites por diversas razones; por amor, por lástima, por miedo, por lo que quieras y mandes, pero los corres y un buen día tomas conciencia de la realidad en que vives, te horrorizas y decides cambiar las reglas del juego”.
Michelle

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 19 oct 2023
• ISBN: 9781506551517

J. Walter

INGRID JOHANNA WALTER Coach empresarial, Consultora de Negocios y auditora de procesos de seguridad alimentaria. Su pasión: entrenar profesionales y mejores líderes que impacten positivamente la vida de los demás. Nacida en Guatemala (1969) Logros: fundadora de la Gremial de Food Trucks de Guatemala, aperturas internacionales de restaurantes y desarrollo de franquicias entre otros. RUBEN NORBERTO CHAVEN DUFAUL Educador, escritor, teólogo, artesano, libre pensador y empresario. Nacido en Argentina (1951) y guatemalteco por naturalización. Su pasión: el ser humano viviendo. Dentro de sus principales títulos se encuentran: “Canche Peroles”, “Nariz de Frijoles”, “El Reino del Pudo Haber Sido”, “De Hueso Colorado”, “El Papiro de Hobek Sorus” entre otros.

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Copyright © 2023 por R. Chaven & J. Walter.

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This is a work of fiction. All of the characters, names, incidents, organizations, and dialogue in this novel are either the products of the author’s imagination or are used fictitiously.

Fecha de revisión: 12/10/2023

Palibrio

1663 Liberty Drive

Suite 200

Bloomington, IN 47403

856020

ÍNDICE

PRÓLOGO

C UANDO RUBEN Y Johana me solicitaron que leyera Tras las Heridas pensé, en primera instancia, que se trataba de un tema con el que me relaciono casi a diario. Lo primero que noté, fue que no la solté ni ella me soltó y lo segundo: es que no sólo se devela el qué, sino se cuenta el cómo, cosa rara en estos días.

La impactante historia de una mujer que ha sufrido todo tipo de violencia, como consecuencia de un entorno familiar en el que hubo carencias de tipo afectivo por situaciones tales como el abandono o las adicciones. Las páginas de este entretenido libro reflejan las secuelas de ese pasado familiar permisivo ante la violencia física, de tipo psicológico o sexual, causada por múltiples razones, la cual se incrementó debido al alcoholismo manifestado a su alrededor.

Es impresionante comprobar cómo los mecanismos de defensa, léase: la negación o la evasión, promueven una conducta perjudicial y destructiva que provoca un daño físico y emocional y envuelven a la persona en un capullo del que es difícil salir, a no ser por complicados procesos de sanación.

Algunos de los factores que influyen son los rasgos de personalidad. De acuerdo con distintas teorías, la personalidad la conforman tanto componentes de tipo hereditario como del entorno. El que no sean favorables, repercute significativamente en el desarrollo de esta, en la conducta que se manifiesta y en lo que se recibe o se acepta del ámbito donde se desenvuelve.

Una mujer puede huir o defenderse ante una situación de violencia, pero también bloquearse, quedando inhabilitada para frenar la lamentable realidad a la que se enfrenta.

Los autores, Rubén Chaven y Johana Walter plasman de manera clara y amena una fuerte historia, que es frecuente en nuestras sociedades. Reflejan con destreza, mediante una narrativa fluida y muy particular, que Permite visualizar de manera profunda, la caótica situación de violencia hacia la mujer.

Espero que este libro impulse a toda mujer que se encuentra en circunstancias similares a tomar la enérgica decisión de dejar encerrado en un baúl que no debe abrirse jamás, esa violencia que tanto daño ha causado a su integridad, a su ser… y que surja entonces esa mujer valiosa y virtuosa, capaz de volar alto potenciando las competencias y los dones recibidos de su creador.

Licenciada

Ana Elizabeth Orrego de Llerena

Licenciada en Psicología

Master en Asesoramiento Educativo familiar

Magister en Educación en valores

Diplomado Superior en Psicología Forense

PRELUDIO

L A VIOLENCIA DOMÉSTICA es una agresión recurrente puertas adentro del hogar; casi convertida en una costumbre o un hecho frecuente, consumado en contra la mujer o el varón por su cónyuge, pareja sentimental o por un familiar. Un hecho social grave que quedaba y queda en la impunidad, debido al subregistro existente, en la mayoría de los casos, por la falta de denuncia de la víctima gracias a la presión del agresor o el entorno familiar y cuando existía denuncia, a finales del siglo pasado, las autoridades no hacían mayor caso y regresaban a las mujeres a sus casas, como si lo denunciado fuera parte de la vida diaria. Afortunadamente, el seguimiento a la denuncia va cambiando y las mujeres encuentran el respaldo y el profesionalismo de las autoridades. Generalmente, es un hecho ampliamente reconocido en todo el mundo y perpetrado por el hombre esgrimiendo su fuerza bruta, debido a la no existencia de límites que lo contengan por una infinidad de razones, como las que siguen.

Los golpes contundentes o daños con punzo cortantes, estrangulamiento puñetazos, y cualquier forma de agresión planeada o espontanea con la intención de causar perjuicio físico o no, ya que no se puede alegar falta de intensión. Además: lo que no deja marcas en el cuerpo, las deja en el alma.

Hay encierros forzados que minan la autoestima de la mujer agredida. La denigración de los principios y valores de la persona, su deshonra, el descrédito y la vileza con que es tratada, impacta psicológicamente de una manera negativa en la víctima.

La manipulación es el culmen del maltrato, pues la persona no sabe que está siendo maltratada, hasta que lo descubre; entonces se transporta el dolor a un plano espiritual por el desengaño manifiesto.

El impacto devastador, en base a carencias, de la salud física y mental de la víctima; así como su autonomía y dignidad. La persona, a su pesar, se va acostumbrando a su situación económica y termina creyendo que esa realidad es normal.

La coerción en el sexo involuntario por parte de la víctima y cualquier forma depravada de relación sexual para causar daño o afectar la dignidad de la persona. La violación bajo cualquiera de sus circunstancias, como todo lo antes descrito, no puede esgrimir el rótulo de NORMAL por mucho que las víctimas lo ostenten, incluso con cierto grado de orgullo. La normalización de la violencia nos dice a las claras que nos encontramos en el fondo del barril.

Michelle y James, recorren el sinuoso y tortuoso camino de la liberación, restañando viejas heridas que, al parecer, no habían sanado totalmente.

RCH & JW

Dedicado a todas las mujeres que han sido

maltratadas en su ambiente familiar y a

aquellas que son maltratadas en la actualidad

y que no se atreven a denunciar.

A nuestras amadas familias:

Kiara Anelisse, Johann y Ashley, Luz María, Juan

José, Silvia Paola y Julio Andrés, Perla Gabriela

y Edgard, Mario Alejandro, Ismael y Nora

DIME QUIÉN ERES

Capítulo I

E S MUY POSIBLE que, al hablar de cadenas, visualicemos la imagen física de eslabones engarzados unos con otros que sirven para inmovilizar cosas o personas. Aunque existen otro tipo de cadenas que nos sujetan más fuerte que las de acero. Sujetadores que nos ponemos nosotros mismos para amarrarnos a un sueño, a una ilusión, a una forma de vida, a una dependencia obsesiva o a una cosa. A partir de ese momento viviremos con nuestra vida condicionada al objeto de nuestra prisión volitiva. En las relaciones personales, esa tirantez de amor-odio, lleva a las personas o a las parejas a transitar por una vía de sufrimiento y dolor; diferente en cada uno de los individuos que la integran, pero dolorosa al fin. No se trata de que uno esté encadenado y el otro, no; los dos, de una forma u otra, están condenados a estar juntos, atados al otro. Las cadenas, invisibles en la mayoría de los casos, son fuertes y nadie se suelta porque crean una realidad ficticia. El único remedio, el más caro y difícil de conseguir porque desde lo más profundo de nuestro ser luchamos porque no queremos reconocer esa realidad, es la toma de conciencia y el perdón.

James regresó por el imaginario camino ondulado de su cabello que flanqueaba la curvatura de su oreja por enésima vez. Le seducía sentir su respiración cerca del rostro; tanto, que se confundía con la suya. Era una de esas nochecitas de fogata, fondue y una copa de buen vino… De charla profunda, de revelaciones, de pequeñas historias. De mirarse a los ojos y sentirse. De percibir el alma del otro a través de su mirada, del roce de sus manos, de la ternura encerrada en sus palabras. El amor, después de mucho andar, llegó a sus vidas y vivió entre ambos. Lejos están las noches de sufrimiento, del agónico y desesperado grito que imploraba comprensión; lejos, muy lejos los días de zozobra, de esa angustia que caminaba haciendo estragos de la garganta al estómago, ida y vuelta. Hoy, la vida se presenta en paz, entre el amor en pareja y el delicioso elixir: un vino Malbec, redondo, platicado y sincero.

Michelle: —¿No me veo rara, tomando vino? Eso es algo que no estaba en mi existencia.

James: —¿Tuviste problemas con el alcohol? Preguntó con todo el cuidado del mundo para no molestarla.

Michelle —Lamentablemente, sí. El hombre pensó que iba a ser un momento difícil e intentó una cara de Poker; su rostro, a pesar del esfuerzo para que no se notara, hizo dúo con el pensamiento y fue más que obvio. Ella continuó: —A ver: sí tuve problemas con el alcohol, pero no por mi culpa…

James: —No entiendo ¿Acaso te indujeron a beber?

Michelle: —No, nunca bebí licor hasta hace poco que, como ahora, sólo tomo una copa de vez en cuando y durante la cena.

James: —Ahora sí, definitivamente,