LOS HOMBRES QUE ODIAN A LAS MUJERES INCELS, ARTISTAS DE LA SEDUCCIÓN Y OTRAS SUBCULTURAS MISÓGINAS ONLINE
Laura Bates
Capitán Swing, traducción de Paula Zumalacárregui Martínez, 392 pp., 24 €
Laura Bates, autora de bestsellers y fundadora del Proyecto Sexismo Cotidiano, se ha adentrado en la clandestinidad para sacar a la luz vastas redes y comunidades misóginas. Galardonada con la Medalla del Imperio Británico en 2015 por sus importantes aportacionesa a la igualdad de género, también recibió el Ultimate New Feminist Award de la revista Cosmopolitan en 2013.
En este libro presenta una inmersión profunda en el extremismo mundial. Las entrevistas con antiguos miembros de estos grupos y con las personas que luchan contra ellos ofrecen una visión única del funcionamiento de este movimiento. Las ideas se difunden desde los rincones más oscuros de Internet-a través de trolls, medios de comunicación y celebridades-hasta las escuelas, los lugares de trabajo y los pasillos del poder, pasando a formar parte de nuestra conciencia colectiva. Sin censura, y a veces tanto chocante.
Por cortesía de Capitán Swing, les ofrecemos la introducción.
Imaginemos un mundo en el que anualmente se viola, apaliza, mutila, maltrata y asesina a decenas de miles de mujeres por el mero hecho de serlo. Imaginemos un mundo en el que se fomenta de manera activa el odio hacia las mujeres mediante comunidades de hombres cada vez más numerosas especializadas en alimentar y avivar la causa. Imaginemos un mundo en el que ese odio se funde a la perfección con la furia racista: «putas» tachadas de contaminar linajes superiores; «salvajes» invasores, conjurados por imaginaciones enardecidas por el odio, a quienes se acusa de rapiñar el producto deshumanizado de las frágiles mujeres blancas. Imaginemos un mundo en el que miles de hombres, unidos por un código compartido de odio virulento, se alían para demonizar a las mujeres—a quienes tachan de malignas, desalmadas y codiciosas—, despotricar contra ellas y tramar de manera gráfica cómo violarlas y destruirlas en una gloriosa sublevación fanática. Imaginemos un mundo en el que algunos de esos hombres, queriendo materializar esas fantasías, cometieran feminicidios múltiples y escribieran manifiestos para explicar la ideología que los llevó a cometer esos atentados terroristas. Imaginemos un mundo en el que hombres vulnerables, niños perdidos y adolescentes confundidos y asustados se vieran presa de esas comunidades,