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Estrés laboral. Fundamentos teóricos, medición, investigación e intervención
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Libro electrónico731 páginas7 horas

Estrés laboral. Fundamentos teóricos, medición, investigación e intervención

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El estrés es la respuesta adaptativa que a partir de las cogniciones que se formula una persona acerca de su entorno, lo prepara a nivel biofisiológico para la acción cuanto el entorno es percibido como amenazante. Se trata de un estado de activación biológica resultado de una evaluación cognitiva que hace la persona (Valdés y Flores, 1985). Desde la psicología el estrés ha sido definido de muchas formas, sin embargo de acuerdo con Salanova (2009) destacan tres perspectivas: estrés como estímulo, como respuesta y como transacción. Adicionalmente, destaca la perspectiva del estrés como interacción.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 ago 2023
ISBN9786073074056
Estrés laboral. Fundamentos teóricos, medición, investigación e intervención

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    Estrés laboral. Fundamentos teóricos, medición, investigación e intervención - Juana Patlán Pérez

    Capítulo 1

    Estrés, salud ocupacional y psicología

    Dra. Juana Patlán Pérez

    Resumen

    El presente capítulo tiene como objetivo presentar las bases conceptuales del estrés. Si bien el estrés es considerado como un problema de salud, se requiere contar con los fundamentos teóricos que expliquen este fenómeno en las personas y en los trabajadores. En el estrés juega un papel muy importante la psicología y en particular la psicología de la salud ocupacional. Actualmente tanto la salud ocupacional como la psicología de la salud ocupacional enfrentan una transición al pasar de un modelo tradicional que se enfoca principalmente a la enfermedad o aspectos negativos en la salud de los trabajadores como lo es el estrés laboral, a un enfoque holístico e integral que toma en cuenta aspectos positivos tales como la calidad de vida laboral, la felicidad y el bienestar en el trabajo. En este sentido, el presente capítulo pretende sentar las bases del estrés a fin de que la psicología y la psicología de la salud ocupacional sean las disciplinas más idóneas para identificar, diagnosticar, evaluar e intervenir en materia de estrés y, particularmente, en estrés laboral.

    Palabras clave: estrés, strain, síndrome general de adaptación, fisiología del estrés, tipos de estrés, grupos de riesgo, salud ocupacional, psicología de la salud ocupacional.

    Introducción

    El estrés es un problema que está presente en todas las etapas de la vida de las personas: en los adolescentes, en los desempleados, en las personas que trabajan (estrés laboral o estrés producido en contextos de trabajo), en las personas de la tercera edad (Salanova, 2009).

    El estrés es un tema y un problema de salud y el estrés laboral es un problema de salud ocupacional en las organizaciones, generado un amplio número de investigaciones (Jex, 1998) y un alto acuerdo respecto a la necesidad de realizar investigaciones enfocadas a identificar las causas y los efectos que tiene el estrés en la salud física y mental de las personas y los trabajadores (Hofman y Tetrick, 2003).

    En la actualidad el estrés laboral es uno de los principales problemas para la salud de los trabajadores y el buen funcionamiento de las organizaciones para las que trabajan (Organización Internacional del Trabajo [OIT], 1986, 1992). De acuerdo con la OIT (2004) se generan altos costos por la presencia de un creciente número de trabajadores que sufren estrés en el trabajo y que presentan desánimo, cansancio, ansiedad, estrés, pérdida de ingresos y hasta desempleo que los puede llegar a presentar daños a su salud. Para los empleadores los costos se traducen en baja productividad, altas tasas de rotación laboral y mayores costos de selección de personal. Para los gobiernos los costos incluyen gastos de atención médica y seguridad social, el acceso a servicios de salud mental, pago de seguros y afectaciones en la renta nacional.

    El estrés continúa siendo una temática y problema de interés para los investigadores, directivos, organizaciones y países. Es por ello que en este capítulo se presentan los fundamentos teórico conceptuales del estrés con los que se sientan las bases para abordar el estrés laboral. Cabe señalar que el estrés es complejo y se trata de fenómeno multicausal y multifactorial por lo que su estudio es fundamental para los profesionales de la salud ocupacional.

    Levi (2010), atinadamente, señala un ejemplo que permite ilustrar las reacciones del estrés que pueden producirse en el trabajo y las consecuencias en la salud y la calidad de vida. Según este autor se trata de un ejemplo de programación externa que permite ejemplificar cómo reacciona un trabajador en su comportamiento, en su fisiología y en su vida social, volviéndose vulnerable, presentando daños a su salud e incluso la muerte. A continuación, presentamos el ejemplo textual de Levi (2010, p. 34.4):

    Imaginemos la siguiente situación con un hipotético trabajador varón: Sobre la base de consideraciones económicas y técnicas, la dirección ha decidido dividir un proceso de producción en diversos componentes muy sencillos y primitivos que han de realizarse en una cadena de montaje. A partir de esa decisión se crea una estructura social y se pone en marcha un proceso que pueden constituir el punto de partida de una secuencia de acontecimientos que causan estrés y enfermedad. Al principio, el trabajador percibe la nueva situación como un estímulo psicosocial. Esas percepciones pueden estar además influidas por el hecho de que posiblemente el trabajador ha recibido anteriormente una amplia formación, y por lo tanto espera que le asignen una tarea que exija más alta cualificación, no que se reduzcan los niveles de capacidad. Asimismo, la experiencia anterior de trabajo en una cadena de montaje fue muy negativa (es decir, sus experiencias en un entorno anterior influyen en su reacción ante la nueva situación). Además, factores hereditarios hacen que tienda a reaccionar a los estresores con una subida de la presión arterial. Como está más irritable, es posible que su mujer le critique por aceptar el nuevo puesto y por llevar los problemas a casa. Y como resultado de todos esos factores, acaso el trabajador reaccione a esos sentimientos de angustia aumentando su consumo de alcohol o experimentando reacciones fisiológicas indeseables, como un aumento de la presión arterial. Los problemas en el trabajo y en la familia continúan, y sus reacciones, que originalmente eran transitorias, se hacen habituales. Es posible que acabe padeciendo una ansiedad crónica, haciéndose alcohólico o siendo hipertenso crónico. Esos problemas incrementan a su vez sus dificultades en el trabajo y con su familia, y pueden incrementar también su vulnerabilidad fisiológica. Se pone así en marcha un círculo vicioso que podría terminar en un accidente cerebrovascular, un accidente laboral o incluso el suicidio (Levi, 2010, p. 34.4).

    Este ejemplo nos permite identificar la importancia del estrés y de su prevención a fin de evitar consecuencias negativas en la salud de las personas y de los trabajadores, en su calidad de vida y en su vida familiar. Por lo cual resulta importante que los profesionales de la salud ocupacional cuenten con los fundamentos teóricos y conceptuales en materia de estrés.

    Hans Selye y sus ratas estresadas

    En la actualidad, las primeras investigaciones científicas acerca del estrés se le atribuyen a Hans Selye (1956), considerado como el padre del estrés y pionero en el estudio de reacciones psicológicas ante estímulos físicos adversos. Una de sus aportaciones fue el Síndrome de adaptación general que consta de tres etapas (alarma, resistencia y agotamiento), el cual se explica más adelante.

    De acuerdo con Bértola (2010) el Dr. Hans Hugo Bruno Selye nació en Viena y terminó sus estudios en la Universidad de Praga en 1929. Emigró a los Estados Unidos de Norteamérica para realizar un postdoctorado en la Universidad John Hopkins en Baltimore y en la Universidad de McGill en Montreal. En esta última universidad dio origen a lo que ahora conocemos como Síndrome General de Adaptación y el surgimiento de la palabra stress.

    Selye (Bértola, 2010) realizó experimentos que estaban orientados a descubrir una nueva hormona sexual inyectando extracto de ovario en ratas. En sus estudios, Selye identificó cambios producidos en sus sujetos de investigación tales como hipertrofia de la corteza adrenal, atrofia del sistema retículo endotelial y la aparición de úlceras gástricas y duodenales. Dichos cambios fueron proporcionales a la cantidad de extracto ovárico inyectado. De igual forma, Selye inyectó otras substancias (extracto de hipófisis y placenta, hígado, riñón y otros órganos) comprobando los mismos resultados y verificando que la hormona que pensó inicialmente que había descubierto, en realidad no existía.

    Ante este fracaso aparente, Selye se puso en contacto con enfermos e identificó que muchos se aquejaban de síntomas generales (fiebre, dolor abdominal, artralgias, cefalea, pérdida de peso) de manera independiente a la enfermedad mórbida que padecían, denominando a este fenómeno como el ‘Síndrome de estar enfermo’ (Bértola, 2010). Con esto, Selye identificó una similitud con sus ratas enfermas. Es así como Selye fue desarrollando una nueva teoría la cual sustentaba la presencia de algún mecanismo en el organismo que determinaba una respuesta general a los agentes nocivos. Posteriormente, sometió a las ratas a temperaturas extremas, ejercicio extenuante, traumatismos y a la inyección de drogas para comprobar los resultados obtenidos (Bértola, 2010).

    Fue en 1936 cuando Selye (Bértola, 2010) publicó en un artículo (Un síndrome producido por diversos agentes nocivos) sustentando que independientemente de la naturaleza del estímulo nocivo, el organismo presenta una respuesta estereotipada, produciéndose un esfuerzo del organismo para adaptarse a la nueva situación a la que está sometido. A este hallazgo lo denominó Síndrome General de Adaptación (SGA) el cual se integra de tres etapas: alarma, resistencia y agotamiento.

    Más adelante, Selye utilizó el término estrés (stress) para definir la condición con la que el organismo responde a agentes nocivos (Bértola, 2010). El término estrés tuvo una amplia aceptación a nivel mundial, sin embargo Selye expresó posteriormente que el mejor término para definir su idea hubiera sido tensión (strain). No obstante, los planteamientos y las ideas de Selye, según señala Bértola (2010), forjaron un campo inédito no solo para la medicina sino también para la psicología.

    Definición del estrés

    El estrés es la respuesta adaptativa que a partir de las cogniciones que se formula una persona acerca de su entorno, lo prepara a nivel biofisiológico para la acción cuanto el entorno es percibido como amenazante. Se trata de un estado de activación biológica resultado de una evaluación cognitiva que hace la persona (Váldez y Flores, 1985).

    El estrés se define como una respuesta no específica del cuerpo a cualquier demanda hecha sobre éste que resulta en síntomas tales como aumento de la presión arterial, liberación de hormonas, la rapidez de la respiración, tensión de los músculos, la transpiración, y el aumento de la actividad cardíaca (Pender, 1996).

    También, el estrés puede definirse como la respuesta física, emocional y dañina que se produce cuando las exigencias del trabajo no igualan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador. Una exposición prolongada al estrés en el trabajo se ha relacionado con un mayor riesgo de trastornos musculo esqueléticos, depresión y agotamiento en el trabajo, y puede contribuir a una variedad de enfermedades debilitantes, que van desde enfermedades cardiovasculares hasta el cáncer (Lim, 1997).

    Desde la psicología el estrés ha sido definido de muchas formas, sin embargo de acuerdo con Salanova (2009) destacan tres perspectivas: estrés como estímulo, como respuesta y como transacción. Adicionalmente, destaca la perspectiva del estrés como interacción. De manera más específica las definiciones de estrés desde estas cuatro perspectivas se presentan en el siguiente capítulo.

    Tipos de estrés: positivo y negativo

    De acuerdo con Selye (1956) el estrés es relativamente saludable, sin embargo se requiere de una cantidad óptima de estrés para que no sea dañino o perjudicial a la persona. Según este autor existen dos tipos de estrés (Camarco, 2004):

    •Eutrés. Es el tipo de estrés considerado como bueno, esencial para el ser humano y saludable en una cantidad óptima. No es dañino y es esencial para la vida, el desarrollo y la supervivencia del ser humano. Se trata de un tipo de estrés que incentiva la vida, permite que la persona se enfrente a retos continuamente y así lograr buenos resultados y una adecuada adaptación a los cambios. Algunos autores denominan al eutrés como estrés positivo o estrés bueno.

    •Distrés. Es el tipo de estrés que se considera dañino, acumulable y patológico para el organismo porque provoca diversas reacciones: destruye neuronas del hipocampo, produce patologías mentales, afecta el proceso de envejecimiento, entre otros. Este tipo de estrés lo denominan también como estrés negativo o malo.

    Tipos de estrés de acuerdo con su duración

    La American Psychological Association [APA] (2019) señala la presencia de tres tipos de estrés que poseen sus propias características, síntomas, duración y enfoque de tratamiento: estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico. A continuación, se caracterizan estos tipos de estrés (APA, 2019, Posada, 2011):

    •Estrés agudo . Es la forma de estrés más común que puede presentarse en cualquier momento en la vida de las personas. El estrés agudo es más tratable y manejable y como es de corta duración no tiene suficiente tiempo para causar daños importantes como el estrés a largo plazo. Los síntomas del estrés agudo son los siguientes (APA, 2019):

    Agonía emocional: tres emociones del estrés: enojo o irritabilidad, ansiedad y depresión.

    Problemas musculares: dolores de cabeza, dolores de espalda, dolor de la mandíbula, tensiones musculares que provocan desgarro muscular, problemas en tendones y ligamentos.

    Problemas estomacales e intestinales tales como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento, síndrome de intestino irritable.

    Sobreexitación pasajera que genera elevación de la presión sanguínea, ritmo cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones, mareos, migrañas, manos o píes fríos, dificultad para respirar y dolor de pecho.

    •Estrés agudo episódico . Las personas que experimentan este tipo de estrés son desordenadas, siempre están apuradas, llegan tarde, asumen muchas responsabilidades, tienen demasiadas cosas entre manos y no pueden organizar las exigencias autoimpuestas ni las presiones que demandan su atención. El estrés episódico se presenta momentáneamente y no se posterga por mucho tiempo, desapareciendo cuando se enfrenta y se resuelve la problemática.

    Las personas con estrés agudo están demasiado agitadas, tienen mal carácter, son irritables, ansiosas y están tensas. Son personas con mucha energía, apuradas, son cortantes y a veces irritables, sus relaciones interpersonales se deterioras y el trabajo se convierte en un lugar estresante para este tipo de personas.

    En el estrés agudo episódico la personalidad Tipo A es más propensa a sufrir problemas cardiacos en virtud de que tienen un impulso de competencia excesivo, agresividad, impaciencia y un sentido agobiador de urgencia. Estas características de personalidad pueden crear episodios frecuentes de estrés agudo.

    El estrés agudo también se presenta de la preocupación incesante por las situaciones, problemas o demandas laborales. Las personas ven el entorno como peligroso, poco gratificante y punitivo en donde lo peor está por suceder. Las personas que todo lo ven mal tienden a agitarse demasiado y están tensos, ansiosos y deprimidos. Este tipo de personas no concientizan la forma en cómo se conducen sus vidas, culpan a otras personas y asignan a hechos externos las causas de sus males, son resistentes al cambio.

    Los síntomas de estrés agudo episódico son: dolores de cabeza tensos y persistentes, migrañas, hipertensión, dolor de pecho, enfermedad cardiaca.

    •Estrés crónico . Se trata de un tipo de estrés que agota o desgasta a la persona día tras día, año tras año. El estrés crónico genera un desgaste a largo plazo, se presenta de manera recurrente cuando una persona está sometida a un estresor de manera constante.

    El estrés crónico surge cuando una persona no encuentra salida a una situación deprimente o ante una problemática. En algunos casos el estrés crónico proviene de experiencias traumáticas de la niñez que fueron interiorizadas y se mantienen dolorosas y presentes constantemente. Algunas experiencias afectan la personalidad, se genera una visión del mundo o un sistema de creencias que provoca un estrés interminable para la persona.

    El estrés crónico está presente en la pobreza, en las familias disfuncionales, en un matrimonio infeliz, en un empleo que no le gusta a la persona, etc. En el estrés crónico muchas personas se acostumbran a él. Sin embargo, puede tener consecuentes negativos a través del suicidio, la violencia, un ataque al corazón, la apoplejía, etc. En este caso las personas se desgastan hasta presentar una crisis nerviosa debido a que los recursos físicos y mentales se ven consumidos por el desgaste a largo plazo por lo que las personas requieren de un tratamiento médico y psicológico.

    Síntomas de estrés

    De acuerdo con Inlander y Moran (1999, en Camarco, 2004) los síntomas de estrés que dan muestra que el organismo .no está manejando adecuadamente el estrés se clasifican en tres grupos:

    •Síntomas de comportamiento y emocionales. Se presentan principalmente aprehensión, cambios en el estado de ánimo, consumo de alcohol, depresión, desconfianza, disminución de la iniciativa, falta de satisfacción con experiencias agradables, indecisión, inquietud, ira, hostilidad, irritabilidad, negación, pánico, retraimiento, tendencia a comer rápido, tendencia a comerse las uñas, comportarse a la defensiva, fumar en exceso, tendencia a culpar a otros, tendencia a llorar, tendencias suicidas, deterioro de la memoria, entre otros.

    •Síntomas intelectuales. En este caso se presenta la falta de atención a los detalles, falta de concentración, olvido de eventos, fechas o datos, preocupación, reducción de la creatividad, tendencia a enfocar el pasado en ves del futuro, entre otras.

    •Síntomas físicos. Se presenta boca seca, anorexia, alteración de la capacidad motriz, contracciones musculares, diarrea o estreñimiento, dolor de cabeza, dolor de estómago, eczema, picazón del cuero cabelludo, estornudos, fatiga crónica, necesidad de orinar frecuentemente, indigestión, ingesta excesiva de alimentos, inhibición del deseo sexual, hiperactividad, insomnio, náuseas, vómitos, sudoración de las palmas de las manos, palpitaciones del corazón, pérdida del apetito, piel húmeda, pupilas dilatadas, temblores, tics nerviosos, aumento de los niveles de colesterol y lípidos.

    El Síndrome General de Adaptación

    De acuerdo con Selye (1956) el Síndrome General de Adaptación (SGA) es una respuesta fisiológica del organismo que se produce ante la presencia de estímulos estresantes. Esta respuesta contribuye a que el organismo se adapte independientemente del tipo de estímulo o estresor (positivo o negativo, placentero o aversivo) que lo provoca (Camarco, 2004). El SGA se caracteriza por presentar tres fases que a continuación se mencionan (Camarco, 2004; Nogareda, 1999):

    •Fase de alarma. Esta fase denominada de shock se presenta de manera inmediata ante la percepción de un estímulo estresante. En esta fase el organismo identifica la aparición de un peligro o un estresor y genera una fase de alarma en la cual la resistencia se ubica por debajo de lo normal. Es en esta fase en la que se producen reacciones para afrontar el estresor, las tareas o las demandas que se le presentan a la persona. En esta fase se genera la activación del eje hipofisosuprarrenal con la presencia de diversos síntomas tales como el aumento de la frecuencia cardiaca, la movilización de las defensas del organismo, contracción del baso liberándose gran cantidad de glóbulos rojas, se redistribuye la sangre hacia los músculos, el cerebro y el corazón y disminuyéndose en la piel y las vísceras intestinales. También se incrementa la capacidad respiratoria, se dilatan las pupilas, se incrementa la coagulación de la sangre y el número de linfocitos. En esta fase en el organismo se produce:

    Un proceso de congelamiento o paralización en el que la persona no hace nada, provocándose una excitación de la sustancia gris periacueductual del tallo cerebral.

    Activación cortical. Se produce a causa de la estimulación de la amígdala, generando una liberación de noradrenalina encefálica. Esta activación produce un estado de conciencia aguda en donde la persona identifica de inmediato su entorno y el estresor.

    Manifestaciones faciales, muecas además del congelamiento inicial que caracteriza al estado de shock.

    •Fase de resistencia. Es una fase en la que el organismo mantiene el periodo de activación fisiológica máxima con el fin de superar la amenaza o estresor a fin de adaptarse a el y de esta forma provoca que el organismo sobreviva. Esta fase puede tener una duración de semanas, meses o años cuando el estrés es crónico. Cuando la presencia del estresor termina el organismo vuelve al estado normal. Es una fase en la que el organismo se esfuerza por superar, adaptarse o afrontar la presencia de los estresores o factores que percibe como una amenaza, produciéndose en esta fase que los niveles de corticoesteroides se normalicen y desaparezcan sintomatologías.

    •Fase de agotamiento. Esta fase también se denomina de colapso. El agotamiento se produce cuando el estresor es continuo o se repite de manera frecuente. En esta fase el organismo agota sus recursos y pierde su capacidad de activación o adaptación. Una ves que se presenta el agotamiento es posible que el organismo presente diversos síntomas y trastornos psicosomáticos tales como insomnio, fatiga, falta de concentración, enfermedades inmunológicas, cardiovasculares, metabólicas, endócrinas, gastrointestinales, infarto al miocardio, infarto cerebral, además de ansiedad y depresión. Es una fase en la cual la persona presenta conductas agresivas con frecuencia o en un periodo de larga duración. Esta fase se presenta cuando los recursos de la persona para lograr un estado de adaptación no son suficientes por lo que entra a la fase de agotamiento que se caracteriza por presentar una alteración tisular y aparecen los síntomas o trastornos psicosomáticos en el organismo.

    Es deseable que, ante la presencia de estresores, el individuo no llegue a la fase de agotamiento porque en esta última fase se presenta una respuesta en el organismo dañando su salud. Lo ideal es que en la fase de resistencia exista un proceso de adaptación sin llegar a agotar la capacidad de respuesta de la persona (Camarco, 2004).

    Proceso de apreciación y respuesta al estrés

    Atinadamente Daza (1999) hace referencia a dos procesos que se presentan cuando el individuo se enfrenta a situaciones estresantes. Se trata del proceso de apreciación del estrés y del proceso de respuesta al estrés, los cuales explicamos a continuación (Daza, 1999):

    •Proceso de apreciación. La apreciación del estrés se presenta por medio de los mecanismos de recopilación cognitiva (percepción, interpretación y evaluación). De esta forma la percepción del estrés es una función psíquica compleja que elabora los datos sensoriales que van a la conciencia por medio de los sentidos. La percepción se realiza no solo mediante los datos sensoriales sino también mediante la percepción que tiene la persona de si mismo, de sus capacidades, expectativas, etc. De esta forma la percepción del estrés está en función de la experiencia de la persona, su formación, sus características individuales, etc. La interpretación y evaluación que hace la persona de las situaciones estresantes permiten explicar la complejidad de la situación y generar un juicio acerca de dicha situación. El resultado de la interpretación y evaluación da como resultado que la persona realice una valoración positiva (situación motivadora, estrés, ajuste, equilibrio) o negativa (emoción dolorosa, distrés, desequilibrio) de la situación estresante que enfrenta y le permite orientar o dirigir sus respuestas para enfrentarse a dicha situación.

    •Proceso de respuesta al estrés. Ante una situación estresante, un estresor o un cambio de situación que afecte a la persona (presión, demandas, exigencias) se desencadena una reacción orgánica (tensión). En esta respuesta el organismo produce un estado de alerta, de movilización, de preparación para enfrentar y controlar la situación. Por tanto, la respuesta de la persona no considera la naturaleza del estímulo sea este negativo o positivo, sino que se presenta una reacción orgánica y psicológica ante cualquier estímulo y que solemos denominar respuesta no específica. En general, la reacción orgánica que presenta la persona ante el estrés dará lugar al SGA en sus tres fases: reacción de alarma, resistencia y agotamiento.

    Procesos fisiológicos que se generan durante el Síndrome General de Adaptación

    De acuerdo con Camarco (2004) existe una secuencia temporal de los procesos fisiológicos que se producen en el organismo durante el SGA de acuerdo con el siguiente orden: 1º. Eje neural o nervioso, 2º. Eje neuroendocrino, y 3º. Eje endocrino u hormonal.

    •Primero. Procesos fisiológicos en el eje neural. Este proceso se activa en los primeros segundos posteriores a la percepción del estímulo estresante, produciendo: congelamiento o paralización, aumento del tono muscular, shock y reacción de alerta cortical, descarga masiva del simpático de noradrenalina y adrenalina.

    •Segundo. Procesos fisiológicos en el eje neuroendocrino. Es un proceso en el que la respuesta fisiológica se inicia posteriormente y tiene más larga duración. En este proceso se da una estimulación del sistema límbico donde el hipotálamo activa las neuronas preganglionares simpáticas que activan la medula adrenal, secretando adrenalina y noradrenalina.

    •Tercero. Procesos fisiológicos en el eje endocrino u hormonal. Es un proceso que puede durar horas o días. En este proceso el hipotálamo además de realizar una activación simpática y de la medula suprarrenal, activa el eje hipotálamo-hipófisis-corteza suprarrenal. Además, ente situaciones estresantes se activa el sistema límbico, la amígdala y se generan alteraciones en el ciclo sueño-vigilia, el tipo de alimentación, neurotransmisores como la Ach, la serotonina, la NA, la GABA y las endorfinas estimulan el hipotálamo para que se sinteticen y secreten la hormona liberadora de la coticotropina a la sangre del sistema portal hipotálamo-hipófisis. La corticotropina actúa a través de la sangre sobre la adenohipófisis estimulando la síntesis y secreción de la hormona adenocorticotrópica la cual se incorpora al sistema sanguíneo y actúa sobre la zona fascicular de la corteza suprarrenal. Por consecuencia aumentan los niveles de cortisol. Por acción de la hormona adrenocórticotropica se produce un aumento en la secreción de la aldosterona produciendo aumento renal de la reabsorción del socio, el agua y la excreción de potasio generándose una reducción en el deseo de orinar. El cortisol puede inhibir la secreción de la hormona adrenocórticitropica en la adenohipófisis y la corticotropina en el hipotálamo. Así también la hormona adrenocórticotropica puede inhibir la secreción de la corticotropina, generándose un mecanismo que protege de los efectos de un exceso de cortisol. Durante una reacción de estrés se hiperactiva el eje corticotropina-hormona adrenocórticotropica y el cortisol, permaneciendo durante largos periodos de tiempo elevados niveles de cortisol que producirán un daño al organismo. Sin estrés, el cortisol y la hormona adrenocórticotropica siguen un ritmo circadiano de secreción. El 75% del cortisol se libera diariamente de las 4:00 a las 10:00 am porque el cortisol prepara al organismo para luchar o huir ante situaciones estresantes. Su liberación máxima se da por las mañanas por lo que el organismo está posibilitado a enfrentar estímulos estresantes cada día. En general, se puede decir que el cortisol tiene acciones fisiológicas en diversos órganos del cuerpo y tiene funciones esenciales para la vida, sin embargo a largo plazo son dañinas para el organismo: en el hígado estimula la gluconeogénesis, aumenta el glucógeno hepático, aumenta las proteínas hepáticas y plasmáticas, y disminuye la síntesis y aumenta el catabolismo de proteínas, en todo el organismo disminuya la utilización de glucosa y aumenta la glicemia, en el tejido adiposo facilita la lipolisis, en el hipotálamo inhibe la secreción de la hormona adrenocórticotropica, en el riñón facilita la excreción de agua, en múltiples partes del organismo bloquea la respuesta inflamatoria, en los macrófagos y linfocitos suprime la respuesta inmune, y en el estómago estimula la secreción de ácido gástrico.

    Respuesta fisiológica del estrés

    La respuesta fisiológica del estrés es la reacción que tiene el organismo ante los estímulos que se presentan por medio de estresores. Ante un evento de estrés, el organismo presenta diversas reacciones de tipo fisiológico que son resultado de un proceso de activación del eje hipofisosuprarrenal y del sistema nervioso vegetativo (Nogareda, 1999). Estos sistemas producen la liberación de hormonas que al ser transportadas a través de la sangre excitan, inhiben o regulan la actividad de los órganos (Nogareda, 1999).

    •El eje hipofisosuprarrenal está compuesto por el hipotálamo. Es una estructura nerviosa que se encuentra ubicada en la base del cerebro y actúa como enlace entre el sistema endócrino y el sistema nervioso, la hipófisis (también ubicada en la base del cerebro) y las glándulas suprarrenales (ubicadas en el polo superior de los riñones). Este eje se activa ante agresiones físicas y psíquicas. Al activarse el hipotálamo se segrega la hormona denominada factor liberador de corticotropina que actúa sobre la hipófisis y provoca la secreción de la hormona adenocorticotropica. Dicha secreción se produce en la corteza de las glándulas suprarrenales y da lugar a la producción de corticoides que se transportan al sistema circulatorio para poder incidir en todos los órganos. Dentro de los glucocorticoides se encuentra el cortisol el cual facilita la excreción de agua y el mantenimiento de la presión arterial, además afecta los procesos infecciosos y produce una degradación de las proteínas intracelulares. También tiene una función hiperglucemiante, un aumento de calcio y de fosfatos liberados por los riñones, y de lípidos.

    •Sistema nervioso vegetativo. Es un conjunto de estructuras nerviosas que tienen como propósito regular el funcionamiento de los órganos internos. Este sistema se encarga de regular sus funciones de manera involuntaria e inconsistente y de mantener la homeostasis del organismo. Su activación simpática genera la secreción de catecolaminas como es la adrenalina y la noradrenalina. La primera se secreta en casos de estrés psíquico y ansiedad, en cambio la segunda se secreta en casos de estrés físico, en eventos y situaciones de alto riesgo o agresividad. Ambas hormonas se encargan de poner al organismo en estado de alerta, preparándolo para luchar o huir y enlazan el estrés con fenómenos psicofisiológicos de la emoción. Así también, dichas hormonas intervienen en procesos tales como dilatación de las pupilas, dilatación bronquial, movilización de los ácidos grasos, aumento de la coagulación, incremento del rendimiento cardíaco que puede generar hipertensión arterial, vasodilatación muscular y vasoconstricción cutánea, reducción de los niveles de estrógenos y testosterona, inhibición de la secreción prolactina e incremento de la producción de tiroxina.

    Consecuencias biológicas del estrés

    De acuerdo con Nogareda (1999) la respuesta del organismo al estrés es diferente dependiendo de la fase en la que se encuentre. Por ejemplo, en una fase de tensión inicial se producen alteraciones que son remisibles, en cambio en el estrés crónico o estrés prolongado los síntomas se vuelven permanentes y son capaces de desencadenar una enfermedad. Algunas de las consecuencias biológicas del estrés son las siguientes (Nogareda, 1999):

    •Cerebro. En su fase inicial existe una ideación clara y rápida. En cambio, en el estrés prolongado se presenta dolor de cabeza, tics nerviosos, temblores, insomnio, pesadillas, etcétera.

    •Humor. En su fase inicial existe concentración mental, mientras que en el estrés crónico se presenta ansiedad y pérdida del sentido del humor.

    •Saliva. En la fase inicial del estrés es muy reducida, en cambio en el estrés prolongado la boca está seca y se presenta un nudo en la garganta.

    •Músculos. En la fase inicial de estrés existe funcionalidad y mayor capacidad. Sin embargo, en el estrés prolongado existe tensión y dolores musculares.

    •Pulmones. En la fase inicial de estrés existe mayor capacidad en su funcionamiento, en cambio en el estrés prolongado se presenta hiperventilación, tos, asma, taquipnea.

    •Estómago. En la fase inicial se presenta secreción ácida aumentada y en el caso del estrés crónico se presenta acidez, indigestión, dispepsia, vómitos.

    •Intestino. En la fase inicial de estrés existe aumento de la actividad intestinal y durante el estrés prolongado se presenta diarrea, cólico, dolor, colitis ulcerosa, etcétera.

    •Vejiga. En la fase inicial de estrés existe un flujo disminuido, en cambio en el estrés prolongado se presenta poliuria.

    •Sexualidad. En la fase inicial de estrés existen irregularidades menstruales en las mujeres o pérdida del apetito sexual en los hombres. En la fase de estrés crónico se presenta impotencia sexual en los hombres, y amenorrea, frigidez o dismenorrea en las mujeres.

    •Piel. En la fase inicial de estrés la piel es menos húmeda, en cambio en el estrés prolongado se presenta sequedad, prurito, dermatitis, erupciones dérmicas.

    •Energía. En la fase inicial de estrés se presenta aumento del gasto energético y aumento en el consumo de oxígeno. En el estrés prolongado se presenta fatiga.

    •Corazón. En la fase inicial de estrés se presenta aumento del ritmo cardiaco, en cambio en el estrés crónico está presente la hipertensión y el dolor precordial. Además, puede presentarse infarto al miocardio.

    Es importante conocer las respuestas biológicas del organismo a fin de identificar la fase de estrés en la que se encuentra la persona.

    Grupos de alto riesgo de estrés

    De acuerdo con Iniesta (2016) los grupos de personas y trabajadores con alto riesgo de presentar estrés, principalmente en el trabajo son los siguientes:

    •Género. Si bien tanto los hombres como las mujeres están expuestos a presentar estrés en los hombres existe una mayor importancia de riesgos físicos y en las mujeres los riesgos psicológicos. Esto a consecuencia de que la mujer encuentra mayores dificultades para conciliar la doble carga de trabajo que tiene del trabajo remunerado y el trabajo en el hogar, la familia y el cuidado de los hijos. También, los hombres y mujeres están expuestos a agentes biológicos que dañen la salud reproductiva, demandas físicas de trabajos pesados, duración de la jornada laboral y diseños ergonómicos inadecuados en los lugares de trabajo. Es recomendable realizar análisis de riesgos en ocupaciones en las que predominan mujeres y hombres. Además, las mujeres y los hombres responden y gestionan el estrés de forma diferente (OIT, 2016).

    •Familias monoparentales. En varios países se ha incrementado el número de familias monoparentales en donde principalmente se ubican las mujeres a consecuencia de divorcios, falta de apoyo de la pareja, ser madre soltera, etc. La presencia de una sola persona que se hace cargo de su familia le genera mayor esfuerzo, responsabilidades, tareas, sobrecarga física y psicológica, así como hacer frente a desafíos para trabajar y sacar adelante su familia.

    •Trabajadores jóvenes. Recientemente existe un incremento de jóvenes en edad de trabajar. Los jóvenes están expuestos a estrés por falta de madurez física y psicológica, su falta de preparación y experiencia. Este tipo de trabajadores están expuestos a realizar trabajos precarios y peligrosos que a largo plazo pueden dañar su salud y la calidad de vida. Además, los jóvenes no tienen total conocimiento de sus propios derechos y obligaciones y de las responsabilidades del empleador, además de la falta de confianza para resolver problemas.

    •Trabajadores de edad avanzada. Este tipo de trabajadores son un grupo vulnerable a enfermedades infecciosas y trastornos del sistema osteomuscular. Pueden presentar accidentes y lesiones, por ejemplo caídas a consecuencia de un mal equilibrio, mayor tiempo de reacción y respuestas a estímulos, problemas visuales, lesiones a consecuencia de distensiones y esguinces por la pérdida de fuerza, resistencia y flexibilidad. En este tipo de trabajadores los periodos de latencia de las enfermedades pueden ser más largos, sus lesiones son más graves y pueden requerir mayor tiempo de recuperación.

    •Personas con discapacidad. Las personas con discapacidad o déficits sensoriales, problemas físicos o mentales implica un mayor esfuerzo para realizar el trabajo y adaptarse a los entornos laborales y las exigencias en el trabajo. En este grupo de personas debe generarse un ajuste persona-puesto de trabajo y persona-entorno laboral a fin de no generar fuentes de estrés y de frustración.

    •Trabajadores migrantes. El número de trabajadores migrantes va en aumento en muchos países por motivos políticos, económicos, sociales. Se trata de un grupo de personas que deberán adaptarse cultural y lingüísticamente a contextos sociales y laborales diferentes a su país o región de origen. Este tipo de personas enfrentan desafíos económicos, precariedad del empleo, etc. Se trata de un grupo de personas expuestos a un mayor riesgo de explotación, sin acceso a la atención a la salud o a la seguridad social, no están protegidos por la ley, realizan actividades de alto riesgo y trabajan en la economía informal, se ven obligados a trabajar largas jornadas y pueden tener una mala salud en general.

    Estrés, salud ocupacional y psicología

    La salud se define como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de afecciones o enfermedades (Organización Mundial de la Salud [OMS], 1948). También, la salud es definida como un proceso dinámico por el cual el trabajador se construye y encamina, es un proceso que deja grabado en el cuerpo de la persona las huellas del trabajo, de las condiciones de vida, de los acontecimientos, de los dolores, del placer y del sufrimiento, de la historia individual y colectiva por la influencia de los múltiples factores en las que está inserta (Thébaud-Mony, 1996).

    De acuerdo con Cox, Baldursson y Rial-González (Cox, Baldursson & Rial-Gonzalez, 2000) el término salud laboral normalmente se refiere a los temas de salud que son causados o están directamente relacionados con el trabajo. Como disciplina, la salud ocupacional (SO) se define en términos de la relación dinámica entre el trabajo y la salud del trabajador, en el contexto organizacional.

    La SO se refiere a la salud del trabajador en su ambiente de trabajo y fuera de dicho ambiente, incluyendo los accidentes de trabajo, las enfermedades ocupacionales, las patologías asociadas al trabajo y las derivadas de su vida fuera de su centro de trabajo (Gómez, 2007). Según agregan Cox et al. (Cox et al., 2000), gran parte de la salud en el trabajo se centra en el individuo y no en las organizaciones empleadoras, y en ocasiones el término salud de la organización se utiliza para referirse a la salubridad de esas organizaciones.

    Salanova (2009) define a la SO como el completo estado de bienestar físico, mental y social en relación al trabajo y el contexto laboral y no solo la ausencia de enfermedad o dolencia de origen laboral, teniendo como objetivos principales la mejora de la calidad de vida laboral así como proteger y promover la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores. La SO incluye la higiene industrial, la medicina del trabajo, la salud mental, los riesgos a la salud (Arias, 2012).

    Por su parte, la psicología de la salud ocupacional (PSO) se refiere a la contribución que hace la psicología a la salud ocupacional, e incluye las áreas de la psicología de la salud, la psicología organizacional y del trabajo y la psicología social y ambiental (Cox et al., 2000). La PSO involucra la contribución de los principios y práctica de la psicología aplicada a aspectos de la SO, es decir se refiere al estudio de aspectos psicológicos, sociales y organizacionales de la relación dinámica entre el trabajo y la salud (OMS, 1948).

    El National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) de los Estados Unidos de Norteamérica define a la PSO como la aplicación de la psicología para mejorar la CVT y para proteger y promover la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores (Schaufeli, 2004).

    Por su parte Cox et al. (2000) definen a la PSO como la contribución de la psicología aplicada a la salud en el trabajo. Como consecuencia, es la PSO un campo diferente al que podría denominarse como enfoque orientado medicamente en virtud de que muchos problemas de SO no son enfermedades en estricto sentido. Es por ello que la PSO juega un papel importante fuera del marco médico tradicional (como la medicina del trabajo o medicina de las ocupaciones y el medio ambiente).

    En la práctica, según señala Schaufeli (2004), la PSO adopta un modelo de enfermedad tradicional o de mala salud, por ejemplo se enfoca al estudio de accidentes laborales, estrés laboral, agotamiento emocional, violencia en el trabajo, interferencia o desequilibrio entre el trabajo y la familia, acoso laboral, entre otros. Por tal razón, tanto Schaufeli (2004) como Salanova (2009) destacan aspectos característicos de la PSO que superan el modelo tradicional y que coloca a la PSO en una perspectiva más amplia:

    1. Considera una perspectiva amplia de la salud mental ocupacional no solo en su dimensión afectiva, sino también en los aspectos cognitivo, motivacional y del comportamiento.

    2. No solo se enfoca a organizaciones con un amplio número de empleados, sino también a trabajadores desempleados y a la interferencia que tiene el trabajo con la vida familiar. La PSO va más allá del ámbito organizacional para enfocarse también al estudio del impacto del trabajo en la esfera de la vida personal. Aborda también aspectos clásicos de la administración de recursos humanos y necesidades emergentes de las organizaciones modernas y del cambiante mundo laboral actual.

    3. Toma en cuenta cinco niveles de análisis: el trabajador individual, los grupos de trabajos, el ambiente de trabajo, el ambiente organizacional y el ambiente externo.

    4. Es una disciplina científica y aplicada que se enfoca a estudiar los procesos psicológicos y busca mejorar la calidad de vida laboral, el bienestar, la salud y la seguridad en el trabajo.

    5. Tiene como objeto de estudio la SO, misma que es abordada desde múltiples perspectivas: el trabajador, el clima social del trabajo y el ambiente intra y extra organizacional.

    6. Además de ser una disciplina científica y una profesión con aplicaciones para el desarrollo de los recursos humanos, tiene como objetivo comprender los procesos psicológicos subyacentes y mejorar la seguridad y el bienestar de los trabajadores que, finalmente, repercutirá en la eficacia organizacional y la adaptación de la organización a su entorno.

    7. Entre sus acciones prioritarias, plantea el desarrollo de intervenciones, la identificación y desarrollo de ambientes de trabajo saludables y la identificación de factores de riesgo (Gómez, 2007).

    Las

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