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Clase de Arte
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Libro electrónico153 páginas2 horas

Clase de Arte

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Información de este libro electrónico

A veces, la vida te atrapa con los pantalones abajo.

Decidida a valerse por sí misma, Peni Rodgers, que abandonó la universidad, trabaja en un café durante el día y por la noche, modela desnuda en el estudio de arte de la universidad.

El profesor universitario de psicología, Doctor Riley Tucker, quiere comprobar de primera mano si los rumores sobre el profesor de arte con ciertos. ¿Está el hombre tan enfermo como dice la gente? Uniéndose a la clase toda de hombres, Riley está fascinado por la dinámica. Sorprendido de que el instructor acobarde a la pobre modelo desnuda, Riley la defiende y la alienta, haciendo lo que puede para inclinar la balanza de poder en la sala.

Pero en lugar de simplemente empoderar a la joven mujer, Riley se enamora de su espíritu indomable.

Y en vez de solo alimentar sesiones de masturbación, Peni encuentra satisfechas sus propias necesidades de compañía y afecto.

Pero después de un matrimonio de treinta y seis años, Riley desarrolló algunos malos hábitos de relacionamiento que no concuerdan con las expectativas de Peni.

¿Qué hará falta hacer para que su relación dure?

(Público maduro: contiene lenguaje y situaciones para adultos)

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 jun 2023
ISBN9781667458106
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    Clase de Arte - Caty Zorn

    Clase de Arte

    Caty Zorn

    ––––––––

    Traducido por Maria Cardoso 

    Clase de Arte

    Escrito por Caty Zorn

    Copyright © 2023 Caty Zorn

    Todos los derechos reservados

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    www.babelcube.com

    Traducido por Maria Cardoso

    Diseño de portada © 2023 Pacifika

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    Clase de Arte

    CatyZorn

    Derechos de Autor

    © 2018 HalfFastPress

    Todos los derechos reservados. No puede ser reproducida de ninguna forma parte de este libro sin permiso de la autora o publicista, excepto según lo permitido por la ley de derechos de autor de E.E.U.U. Para permisos, contacte:

    halffastwriter.wordpress.com

    Formateo de libros electrónicos HalfFastPress

    Portada © 2018 Julia Ward

    Descargo de Responsabilidad

    Esta es una obra de ficción. Las similitudes entre personajes y lugares, reales o imaginarios, vivos o muertos,sonuna coincidencia.No apoyamos que huyan con vuestros profesores.Sean adultos y piensen. Lo que podría funcionar para un personaje de ficción, no siempre funciona en la vida real.

    Este libro está dirigido al público adulto.

    Dedicatoria

    ADennis.

    Agradecimientos

    Estoy agradecida por el regalo de la Providencia.

    Además, agradezco a muchos profesores que a lo largo de mi vida alentaron mis pensamientos creativos.

    Muchas personas me han ayudado a armar este libro: Francisco Córdoba, D. de Carvalho, y Janet Reid. Ustedes son los mejores. Roxy y LP, ustedes también fueron de gran ayuda y estímulo. Muchas gracias.

    Gracias a Maria

    Muchas gracias a mi amiga Olga.

    Gracias a mi esposo también, por aguantarme mientras divagaba en medio de la noche, resolviendo los problemas con mis historias.

    Y muchas gracias a ustedes, mis lectores. Sin ustedes, esto no son más que palabras en una página. Ustedes le dan sentido y profundidad. Muchas gracias.

    Contenido

    Derechos de Autor

    Descargo de Responsabilidad

    Dedicatoria

    Agradecimientos

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Epílogo

    EXTRAS

    Muestra–Sanador de Corazones

    Acercade la Autora

    Capítulo 1

    E

    l escalofrío me llenó los ojos de lágrimas. Siete hombres, catorce ojos levantaron la mirada de sus cuadernos de bocetos.

    Uno de los más jóvenes se quedó mirando mis pezones puntiagudos y trató de disfrazar su erección con su cuaderno. Idiota.

    La sala estaba más fría de lo necesario. Había rumores acerca del Dr. Mandan. Él mantenía la sala helada porque adoraba ver a sus estudiantes masculinos excitarse e incomodarse por las tetas sobresalientes de sus modelos. Yo quería cubrir las mías, calentarlas por un momento, dejar que se relajaran, pero estaba decidida a ser profesional.

    El hombre de más edad de la clase debería estar al final delos cincuenta, tal vez incluso en los sesenta años. Guapo con su cabello canoso, me recordó a un comercial de viagra. Fue el primero en mirarme a los ojos. Me sorprendió, así que miré los suyos. Los mantuvo brevemente, luego me dio una sonrisa amistosa y alentadora, y volvió a su dibujo. Huba una pequeña conexión. Por un momento, me sentí humana en vez de un bloque de hielo escultural.

    De pie desnuda en el frío, me molestó notar que estaba un poco excitada. ¿Era porque estaba expuesta y vulnerable, siete hombres observándome, dibujándome? ¿O era porque estaba desnuda?

    Recuerden caballeros, el Dr. Mandan interrumpió mis pensamientos y el sonido del carvoncillo sobre el papel, hoy nos enfocaremos en la figura básica. Curvas exteriores, curvas interiores, luz y... Su voz se fue apagando, e hizo ademán de aprobación ante la erección del más joven. Buen trabajo, Ryan. Muy bien. Buena figura. Ok, quizá, solo quizás, fue el dibujo de Ryan lo que elogió.

    ... y sombras. Presten atención a las curvas ascendientes y descendientes y trabajen para obtener esas proporciones correctamente. Caminó por la sala, deteniéndose ante un hombre rubio y corpulento. Keith, interesante vista. Es rígido ese- ¿pene, Keith?Quedé decepcionada cuando terminó con, -ángulo. Quizás puedas esperar para la siguiente clase para trabajar en el cubismo. Queremos curvas suaves, redondas, acolchadas. Las manos del profesor flotaban alrededor de su muñeca inflable imaginaria. Me miró por encima de sus lentes y luego volvió a mirar a Keith. Mírala. Tienes una vista oblicua excelente. Se puso de cuclillas, mirando a Keith. Delinea esas curvas generosas desde la parte superior de su espalda bajando hasta sus pantorrillas.

    ¿Curvas generosas? ¿Acaba de llamarme gorda?

    Los ojos observaban al profesor mientras caminaba hacia mí. ¿Me iba a tocar? Se suponía que nadie debía tocarme a excepción del profesor para cambiar mi pose.

    Su cuerpo bloqueaba el aire frío, y mis músculos disfrutaron de un breve respiro por el temblor. Un toque sería incómodamente bienvenido, aunque fuera solo por la calidez.

    Pero no tocó. Su mano se cernió sobre mi piel, ofreciendo un calor radiante mientras deslizaba sus manos sin tocar justo detrás de mis hombros, por mi espalda, y a lo largo de mi curva lumbar. Yo necesitaba tacto ahora. Una conexión con otro ser humano. Pero lo que era peor es que el roce sin contacto me excitaba. Mi respiración se aceleró, mis ojos se cerraron mientras fantaseaba con el calor. Su voz zumbaba en algún lugar del fondo. Y mientras sus manos suavizaban el aire a lo largo de mi coxis, me estremecí. ¡Mierda! ¡Lo toqué! Mi trasero saltó y golpeó su mano. Aturdida, jadeé y miré a mi alrededor. Los estudiantes estaban estupefactos por las manos del profesor, no por mí.

    El profesor se volvió de su clase, con los ojos brillantes, las pupilas abiertas. Lamento eso. ¿Sientes un poco de cosquillas allí?

    Con la boca seca, asentí y lo miré mientras ambos dirigíamos nuestra atención a su clase que se movía incómodamente en sus asientos, sin disimular esas erecciones.

    Supongo que nos vendría bien a todos un rápido receso. Se alejó, desbloqueando la ventilación del aire acondicionado, dejando que el aire frío golpeara la ridícula acumulación de humedad entre mis piernas ligeramente separadas. Liberada de mi pose, permití que el Dr. Mandan me ayudará a colocarme la bata, ni suave ni cálida, antes que se dirigiera a su oficina mientras cuatro chicos se apresuraban para ir al baño. ¿Se masturbarían todos? ¿Juntos?Sacudí el pensamiento inquietante de mi cabeza. Eso no eraalgo que quisiera saber.

    Ryan, el Sr. D.E., y un chico que se sentó justo al borde de mi periferia fueron los que quedaron. La erección de Ryan probablemente no le permitiría caminar aún. El chico de mi periferiasiguió dibujando. El chico más mayor colocó su cuaderno debajo del asiento y se levantó para estirarse de un lado a otro. No tuvo erección del Sr. D.E.

    Había una silla cerca de mi plataforma, y mientras me movía hacia ella para descansar, la bata áspera erizó mis pezones. Estremecida, luché contra el impulso de quitarme la bata y tomar mis propios pechos. Mis pezones duros dolían, pero no era a causa de lo sexual. Ese dolor se había ido acumulando más abajo. Un viaje al baño para domar la tensión era tentador —Si, soy aliterada. Además, estoy aburrida. En cambio, dejé que mis ojos se fijaran en mis manos, abiertas en mi regazo.

    Cuando miré hacia arriba, el Sr. D.E. me estaba estudiando. Sus ojos se arrugaron mientras sonreía y caminaba hacia mí.

    Frío ahí arriba, ¿eh?

    ¿Se nota?

    Su risa profunda me hizo humedecer, y presione mis muslos, rodando mis ojos, tratando de ignorar su comentario y mi excitación.

    Aunque debe sentirse bien.

    Cuando no continuó, lo incité. ¿Qué? ¿Congelarse?

    Ahí estaba otra vez, esa risa profunda que humedecía mi entrepierna.

    Eres graciosa. No, el poder de tener a seis hombres bajo tu dominio.

    Disculpa, ¿cómo?

    Bueno, diría que ocho, pero el Dr. Mandan está viéndonos, viéndote, y a Jeff no le importa de todas maneras. Apunta con su cabeza hacia el chico de mi periferia, o Jeff como me lo acaba de mencionar, que estaba enfocado en su cuaderno de dibujo. Te quedas ahí arriba desnuda en una pose de poder. Sacudió su cabeza y cerró sus ojos. Increíble. Me miró de nuevo, un brillo en sus perfectos ojos azules. Como si estuviésemos viendo a Atenea en persona.

    Tragué, tratando de mojar mi boca super seca, mientras juntaba mis piernas, esperando no dejar marca en el asiento.

    "Magnífica, muy sexy y mucho más allá del alcance de los simples mortales. eres una mujer poderosa" Me lanzó más una sonrisa perfecta antes de regresar a su asiento.

    Mierda. ¿Cómo respondo a eso? Ser comparada con la propia Atenea fue bastante impresionante.¿Diosa virgen de la sabiduría y guerrera? ¡Por supuesto que sí! Chúpenlo, perras. Yo era poderosa.

    Cuando el receso terminó, tomé mi lugar en la plataforma y tiré esa bata de mierda como la basura que era. Mis ojos se posaron en el Sr. D.E. Hombre-Poster que me sonrió y guiñó el ojo, aumentando mi confianza. Yo era Atenea, la diosa ardiente de los guerreros, y estos hombres me adoraban. Yo era poderosa, yo era—

    Oye. Mete esa barriga, no estabas tan gorda hace un momento. ¿Qué hiciste? Y tus pantorrillas, ¿eran así de gruesas?

    Ante el tono áspero del Dr. Mandan, me derrumbé y metí mi barriga aún más. ¿Cómo pudo haber crecido? ¿Por encorvarme durante el receso? Mi madre siempre me advirtió que me sentara con la espalda derecha. Ahora entendí por qué. Y mis pantorrillas estaban gruesas por las clases de baile. Las botas hermosas eran mi sueño imposible.

    El Sr. D.E. aclaró su arganta, y yo automáticamente le miré. Él se sentó con la espalda derecha, levantó su barbilla y articuló, Atenea.

    Atenea. Es cierto. Me sentí orgullosa. Yo poseía a estos patéticos humanos. Todos ellos deseaban poder tocarme, pero yo era una diosa, mucho más allá de ellos. Sonreí e ignoré a ese perro malicioso, Mandan, por el resto de la sesión.

    Después de la clase, no me molesté con la bata. Completamente desnuda, con la cabeza en alto, caminé hacia el camerino.

    El salón de clases estaba vacío cuando ya estaba vestida. La voz amortiguada del Dr. Mandan me llegó en las puertas de entrada. Debe estar en su oficina. Sacudí mi cabello hacia atrás.Si él hubiera querido hablar conmigo, debería haberme llamado antes.

    El aire de la tarde estaba fresco cuando salí, pero aún estaba más cálido

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