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El Nacimiento de la República de Cuba 1899-1940: Reseña Histórica
El Nacimiento de la República de Cuba 1899-1940: Reseña Histórica
El Nacimiento de la República de Cuba 1899-1940: Reseña Histórica
Libro electrónico218 páginas3 horas

El Nacimiento de la República de Cuba 1899-1940: Reseña Histórica

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La fecha del nacimiento de la República de Cuba puede ser:

1. El 24 de febrero de 1895, inicio de la Guerra de Independencia como homenaje a todos los patriotas.

2. El 11 de agosto de 1900 por la orden militar 316 que convoca a elecciones a la Convención Constituyente el 15 de septiembre.

3. El 20 de mayo de 1902 cuando se proclama la República.

El mandato de la Declaración Conjunta establecía que la intervención solo tomaría el tiempo necesario para establecer una democracia de acuerdo con la Constitución, pero entre los empresarios había duda de que los cubanos pudieran mantener la democracia, por lo que el senador Platt elaboro una enmienda al presupuesto de defensa que establecía que Cuba debía ser una democracia, fue aprobada por la Asamblea Constituyente y el Congreso.

Durante los años que estuvo vigente sirvió para que EE. UU. mediara en las disputas políticas, hasta 1934 que por iniciativa de la parte cubana fue abolida, lo que fue un error pues Cuba lleva sesenta y siete años sin democracia.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 jul 2021
ISBN9781643343310
El Nacimiento de la República de Cuba 1899-1940: Reseña Histórica

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    El Nacimiento de la República de Cuba 1899-1940 - Nelson de los Santos

    cover.jpg

    El Nacimiento de la República de Cuba 1899-1940

    Reseña Histórica

    Nelson de los Santos

    Derechos de autor © 2021 Nelson de los Santos

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING, INC.

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2021

    ISBN 978-1-64334-330-3 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-64334-331-0 (Versión electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    Tabla de contenido

    Primera intervención estadounidense

    Tomás Estrada Palma

    Segunda intervención estadounidense

    José Miguel Gómez

    Mario García Menocal

    Alfredo Zayas Alfonso

    Gerardo Machado Morales

    Los gobiernos provisionales

    Extracto de la Constitución de la República de Cuba de 1940

    Prólogo

    Desde que era niño sentía curiosidad por conocer los orígenes del país en que había nacido, por lo que preguntaba a mis padres y a los demás mayores y ponía interés en las clases de Historia en la escuela, este interés siempre se ha mantenido en mí, por lo que me decidí a escribir el primer libro de cuando Cuba era parte de España, en este segundo libro es cuando Cuba emerge como una nación independiente, con todos sus problemas y posibilidades, que arrastra después de muchos años de lucha por lograrlo, pero creo con cierto orgullo, que el fruto del sacrificio y el trabajo de nuestros antepasados fue fructífero para que Cuba ocupara un lugar como nación independiente.

    Capítulo I

    Primera intervención estadounidense

    Una vez tomada posesión el Gobierno Interventor Estadounidense de Cuba el 1 de enero de 1899, el general John L. Brooks asume la función ejecutiva a nombre del Gobierno de EE. UU.

    Cuba había perdido en la guerra dos tercios de su riqueza y un tercio de su población, de unas 400 fábricas de azúcar en producción en 1894, solo alrededor de 100 pudieron comenzar la cosecha de 1899.

    Se designan los gobernadores civiles de las provincias, los generales:

    Demetrio Castillo Duany en Santiago de Cuba.

    Lope Recio Loynaz en Camagüey.

    José Miguel Gómez en Santa Clara.

    Pedro E. Betancourt Dávalos en Matanzas.

    Federico Mora en La Habana.

    Guillermo Dolz Arango en Pinar del Rio.

    Se crean 7 Departamentos Militares, dirigidos por los Generales:

    George W. Davis en Pinar del Rio.

    William Ludlow en la ciudad de La Habana.

    Fitzhugh Lee en la provincia Habana.

    James Wilson en Matanzas.

    George J. Bates en la Villas.

    L. H. Carpenter en Camagüey.

    Leonardo Wood en Oriente.

    Se crea el Primer Consejo de Secretarios, compuesto por destacadas figuras políticas cubanas:

    Domingo Méndez Capote, Gobernación y Estado.

    Pablo Desvernine, Hacienda.

    Adolfo Sáenz Yáñez, Agricultura, Industria y Comercio.

    José A. González, Justicia e Instrucción Pública.

    El gobierno de Brooks impulsa la ejecución de obras públicas y de saneamiento en toda la isla, se organiza la enseñanza superior creando la Universidad Nacional con Leopoldo Berriel como Rector, se crea el Poder Judicial y es nombrado presidente del Tribunal Supremo el doctor Antonio González de Mendoza; se organiza la Policía de La Habana asumiendo su jefatura el general Mario García Menocal, la jefatura de la Guardia Rural la asume el general Alejandro Rodríguez, compuesta por antiguos miembros del Ejército Libertador, su misión era mantener el orden en los campos y proteger las propiedades, y se prohíben las corridas de toros y peleas de gallos.

    Después de discusiones y ajustes, la dirección del Ejército Libertador aceptó los tres millones acordados por el general Calixto García, antes de su fallecimiento el 11 de diciembre y el gobierno estadounidense para su licenciamiento, siendo el número de miembros que podían demostrar su participación en la Guerra de Independencia de 33,390, recibiendo 75 dólares cada uno.

    El 12 de abril se dictó una orden para que se incluyeran como enfermedades transmisibles de declaración obligatoria el cólera y la tuberculosis, el 10 de mayo se pusieron en vigor en Cuba las leyes y reglamentos que regían en EE. UU. para la inmigración, pero ya el 17 de enero había quedado establecido el Servicio de Cuarentena por la Circular No. 8 del Departamento de Guerra, y el 30 de mayo se dictó un bando municipal en La Habana que prohibía escupir en ómnibus, tranvías y coches.

    El 17 de agosto fue dictada la Orden Civil No. 15, por la que se creaba la Comisión de Fiebre Amarilla, encargada del estudio de todos los casos sospechosos o confirmados de esa enfermedad, presidida por el Dr. Carlos J. Finlay y como vocales los doctores Diego Tamayo, H. R. Carter jefe de Sanidad Marítima y cirujano de los Hospitales de Marina de los Estados Unidos, William C. Gorgas jefe de cirujanos del ejército estadounidense y John G. Davis jefe de Sanidad de La Habana; el secretario de la Comisión era el Dr. George R. Plumer, médico del ejército.

    El 14 de septiembre se aprobó por el Ayuntamiento la Reglamentación de un Lazareto Municipal para el aislamiento de animales sospechosos de tener enfermedades transmisibles a los humanos. El 1 de octubre se puso en vigor el Reglamento Profiláctico contra el Muermo y el día 7 se dio a conocer el Reglamento de Establos de todas clases por el ayuntamiento habanero. En el mismo año fueron dictadas por el Ayuntamiento de La Habana otras disposiciones higiénicas, entre ellas las que prohibían la venta de pescado, mariscos y aves muertas en las ambulancias, el reglamento de las Casas de Socorro y el suministro de medicinas a los pobres.

    El 17 de octubre queda constituida la Chaparra Sugar Company por el congresista estadounidense Robert Bradley Hawley, que compró 2,010 caballerías de tierra en el municipio Puerto Padre, en el norte de la provincia de Oriente, delegando en el ingeniero civil cubano general Mario García Menocal el cargo de inversionista para la construcción del central azucarero Chaparra, que era la mayor inversión hasta entonces en la industria azucarera cubana.

    El 20 de diciembre el general Brooks renuncia como jefe ejecutivo del Gobierno Interventor, siendo designado para relevarlo el general Leonardo Wood, que organiza un nuevo Consejo de Secretarios como sigue:

    General Juan Ríus Rivera, Agricultura.

    Luís Estévez, Justicia.

    Juan B. Hernández Barreiro, Instrucción Pública.

    Coronel José R. Villalón, Obras Públicas.

    Enrique José Varona, Hacienda.

    Diego Tamayo, Gobernación y Estado.

    También se nombran a cubanos luchadores por la independencia en otros cargos:

    Javier Vega y José Rogelio, inspectores de Cárceles.

    Rafael Portuondo Tamayo, fiscal de la Audiencia de Oriente.

    Manuel Suárez, inspector de Bienes del Estado.

    Mario García Menocal, presidente de la Junta de Faros.

    José Manuel Capote, alcaide de la Cárcel de Santiago de Cuba.

    Carlos García Vélez, inspector general de Prisiones.

    Se crea el Departamento de Sanidad, que bajo la dirección científica del Dr. Carlos J. Finlay erradica la fiebre amarilla, se ubica en el Castillo de la Fuerza la Biblioteca Nacional, se establece la Enseñanza Primaria, las Juntas de Educación y los Juzgados Correccionales, se crean los municipios de San Luís, Puerto Padre, Niquero, Campechuela y Santa Cruz del Norte.

    Se realiza un censo de población que dio 1,572,577 habitantes, de los que 417,933 tienen derecho al voto por ser mayores de 21 años con instrucción, haber pertenecido al Ejército Libertador o tener bienes por más de 250 pesos.

    Desde la segunda mitad del siglo XIX se pensaba en la posibilidad de completar un ferrocarril central a lo largo de toda Cuba, pero diversos inconvenientes habían obstaculizado la idea. Con el establecimiento del Gobierno Interventor la idea toma fuerza y el consejero Porker del presidente McKinley le recomienda las ventajas de la vía central. En ENERO de 1900 llega a La Habana el canadiense William Van Horne, que había participado en la construcción de la vía férrea de Puerto Príncipe (Camagüey) a Nuevitas, el que a su regreso crea la Cuban Company in New York, cuya primera decisión es enviar un equipo de ingenieros para estudiar el mejor trazado de la vía férrea de Santa Clara a Santiago de Cuba, con el inconveniente que los terrenos había que obtenerlos sin concesiones oficiales, por traspasos voluntarios de sus propietarios, sin que mediase ningún tipo de presión legal.

    Resueltos los problemas legales de los terrenos para la faja de emplazamiento de la vía durante el año 1900, su construcción avanzó rápidamente desde Santa Clara y San Luís, los extremos, y también desde los puntos intermedios de Camagüey y Ciego de Ávila.

    La Orden Militar No. 164 de 18 de abril de 1900, convocó a la celebración de comicios municipales el 16 de junio para la elección de alcaldes, tesoreros y jueces municipales por un año, ejercieron el voto 110,156 personas que eligieron en su mayoría a exintegrantes del ejército Mambí; alcaldes electos en los principales municipios:

    Pinar del Rio: César Lancís.

    La Habana: Alejandro Rodríguez Velasco.

    Regla: José A. Clark Mascaró.

    Guanabacoa: José Valdés Valenzuela.

    Marianao: Francisco Leyte–Vidal.

    Güines: Jacinto Hernández Vargas.

    San Antonio de los Baños: Antonio Vivanco.

    Bauta: Ignacio Morales López.

    Matanzas: Domingo Lecuona Madan.

    Cárdenas: Carlos M. de Rojas Cruzat.

    Colón: Rafael de Armas Nodal.

    Santa Clara: Gerardo Machado Morales.

    Sancti Spíritus: Fernando Cancio Madrigal.

    Cienfuegos: Leopoldo Figueroa Martí.

    Trinidad: Charles Lynn Georoviche.

    Remedios: Enrique Malaret Jordán.

    Nuevitas: Aurelio Batista.

    Camagüey: Pedro Mendoza Guerra.

    Ciego de Ávila: Rafael Sánchez Pimentel.

    Morón: Macario Machado.

    Santiago de Cuba: Tomás Padró Griñan.

    Bayamo: José Rodríguez Domínguez.

    Puerto Padre: Manuel Lechuga.

    Manzanillo: Modesto A. Tirado.

    Guantánamo: Pedro A. Pérez.

    Holguín: Francisco Fernández Roldán.

    La Orden Militar 316 del 11 de agosto de 1900, disponía la celebración de elecciones a la Convención Constituyente para el 15 de septiembre, el total de electores fue de 185,501 de los que votaron 131,627. Las Juntas Provinciales proclamaron 31 delegados con sus respectivos suplentes. Tomás Estrada Palma y Máximo Gómez no aceptaron la nominación que le propusieron, quedando compuesta la Mesa de Gobierno de la Asamblea de la siguiente forma: Domingo Méndez Capote, presidente; Juan Ruis Rivera y Pedro González Llorente, vices; Enrique Villuendas y Alfredo Zayas, secretarios. También fueron elegidos delegados a la Asamblea entre otros: José Lacret, Emilio Núñez Rodríguez, Manuel Sanguily, Pedro E. Betancourt, José Miguel Gómez, José de Jesús Monteagudo, José Luís Robau López, Salvador Cisneros Betancourt, Rafael Portuondo Tamayo y Juan Gualberto Gómez.

    La Asamblea comenzó sus sesiones el 5 de noviembre hasta el 21 de febrero de 1901 que aprobó la Constitución, la que garantiza los derechos individuales de cada ciudadano, estableciendo la división de Poderes:

    Legislativo: compuesto por dos Cámaras, la de Representantes que se formará por uno por cada 25 mil habitantes elegidos por 2 años y la de Senadores que se formará por cuatro por provincia elegidos por 8 años. Son los encargados de elaborar las leyes y proclamar al presidente y vicepresidente una vez confirmada su elección por el voto popular.

    Judicial: es el encargado de administrar justicia, dirigido por el Tribunal Supremo de Justicia y todos los demás Tribunales que se establezcan.

    Ejecutivo: se ejerce por el presidente que es elegido por 4 años y solo en dos ocasiones, sanciona y ejecuta las leyes y reglamentos que sean necesarios.

    Durante el siglo XIX la población había disfrutado de la costa al norte de la ciudad de La Habana, entre el Castillo de la Punta y el Torreón de San Lázaro; el ingeniero Albear había pensado en una alameda o paseo que sirviera para el disfrute y defensa de la ciudad, pero la falta de presupuesto hizo desistir de la obra, pero en 1901 el Gobierno Interventor retoma la idea y se inician las obras en el Castillo de la Punta, construyendo quinientos metros hasta la calle Crespo, durante este Gobierno.

    Durante el gobierno interventor del general Leonardo Wood la corriente anexionista se vio apoyada por norteamericanos y por hombres de negocio españoles, que preferían entenderse con las autoridades estadounidenses que con un gobierno que surgiera de elecciones libres en Cuba, que se reforzó porque el senador por Connecticut Orville H. Platt propuso una enmienda, que se introdujo como una añadidura a una ley de presupuestos militares estadounidense, con el siguiente texto:

    "El Presidente de Estados Unidos queda por este medio autorizado a dejar el gobierno y control de la isla de Cuba a su pueblo tan pronto como en dicha isla se haya establecido un gobierno, bajo una constitución que, o bien como parte de esta, o como una ordenanza añadida a la misma, defina las futuras relaciones de Estados Unidos con Cuba, esencialmente de la manera siguiente:

    I– El gobierno de Cuba nunca suscribirá ningún tratado o acuerdo con alguna potencia o potencias extranjeras que deteriore o tienda a deteriorar la independencia de Cuba, ni de ninguna manera autorizará ni permitirá a cualquier o cualesquiera potencia o potencias extranjeras obtener por colonización o para fines militares o navales o cualquier otra manera, alojamiento en cualquier parte, o control sobre cualquier parte, de dicha isla.

    II– Dicho gobierno no asumirá ni contraerá ninguna deuda pública, para la cual, con el fin de pagar los intereses de esta y efectuar la razonable provisión del fondo acumulativo con vistas a su pago definitivo, los ingresos ordinarios de la isla, una vez deducidos los gastos incurridos por el gobierno, resulten inadecuados.

    III– El gobierno de Cuba consiente en que Estados Unidos pueda ejercer el derecho de intervenir con el fin de preservar la independencia de Cuba, mantener un gobierno adecuado para la protección de la vida, los bienes y la libertad individual, y para el cumplimiento de las obligaciones con respecto a Cuba impuestas por el Tratado de París a Estados Unidos, las cuales serán ahora asumidas por el gobierno de Cuba, y de las cuales este se hará cargo.

    IV– Todas las disposiciones legislativas dictadas por Estados Unidos en Cuba durante su ocupación militar quedan ratificadas y validadas, y todos los derechos adquiridos de conformidad con las mismas serán mantenidos y protegidos.

    V– El gobierno de Cuba ejecutará y, en la medida de lo posible ampliará, los planes ya concebidos, u otros planes que se establezcan por mutuo acuerdo, para el saneamiento de las ciudades de la isla, con el fin de prevenir la recurrencia de enfermedades epidémicas e infecciosas, de modo que quede asegurada la protección del pueblo y del comercio de Cuba, así como del comercio de los puertos meridionales de Estados Unidos y de las personas que allí residen.

    VI– La Isla de Pinos no será incluida dentro de los límites de Cuba previstos en la constitución, y el título a la misma será objeto de un futuro ajuste fijado por un tratado.

    VII– Para permitir que Estados Unidos mantenga la independencia de Cuba, y para proteger el pueblo de esta, así como para su defensa, el gobierno de Cuba venderá o arrendará a Estados Unidos los terrenos necesarios para el establecimiento de estaciones carboneras o navales en ciertos puntos especificados, que se convendrán con el Presidente de Estados Unidos.

    VIII– Para mayor seguridad, el gobierno de Cuba incorporará las mencionadas disposiciones en un tratado permanente con Estados Unidos".

    La Enmienda fue aprobada en la Cámara de Representantes por 159 votos a favor y 134 en contra, en el Senado tuvo 43 votos a favor, 20 en contra y 25 abstenciones. Esta aprobación de la Enmienda por el Congreso de EE. UU. daba una ley como arma a los enemigos de la independencia de Cuba, en contra de los independentistas que contaban con la Resolución Conjunta del 20 de abril de 1898, lo que equilibraba las fuerzas entre ambas tendencias, por lo que o se prorrogaba la intervención militar o se aceptaba la Enmienda. Este planteamiento se lo hizo el general Wood a Domingo Méndez Capote, Presidente de la Asamblea Constituyente de Cuba en el mes de marzo de 1901, para que se incorporara la Enmienda como un apéndice de la Constitución, alegando que dicha enmienda no limitaba la independencia de Cuba, sino que la garantizaba por Ley.

    La Asamblea aceptó la incorporación de la Enmienda por 16 votos a favor y 11 en contra, provocando una ola de protestas, opiniones, etc.; pero era una forma de salir de la ocupación militar y abrir el camino para la celebración de las primeras elecciones presidenciales.

    La Constitución aprobada establecía en su artículo 47.6 al Senado para aprobar los tratados internacionales, mientras que en el artículo 59 establecía que debía ser el Congreso en pleno para declarar la guerra y aprobar los tratados de paz que el presidente de la República haya negociado.

    En el año 1900 también se dictaron por el gobernador general las siguientes órdenes relativas a la Sanidad:

    113 de 16 de mayo, sobre la inscripción en el Servicio de Higiene Especial.

    170 de 24 de abril, prohibiendo la inscripción de mujeres menores de 18 años en el Servicio de Higiene Especial.

    120 de 20 de mayo, con el reglamento de inspección de caballos, cerdos, ganado vacuno y lanar y otros rumiantes que se importen a Cuba.

    Circular No. 7 de 19 de agosto, designando las sustancias que se deben considerar como oleo margarina.

    Circular No. 8, aclarando la anterior.

    346 de 6 de septiembre, traspasando el hospital Las Ánimas del Departamento de Beneficencia al de Sanidad, que facilitó atender debidamente a

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