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Bernardo O'Higgins
Bernardo O'Higgins
Bernardo O'Higgins
Libro electrónico432 páginas8 horas

Bernardo O'Higgins

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O'Higgins no sólo se distinguió en los campos de batalla por su arrojo y competencia militar para liberarnos del colonizador extranjero. También en la vida cívica de la naciente república escribió una página ejemplar que, en no poca medida, ha influido en su estabilidad institucional. Es así como, habiendo sido O'Higgins electo como Director Supremo (Presidente) en 1818, después de cinco años de fructífero mandato, al asomar las primeras críticas populares, habiendo podido por la fuerza dominar fácilmente la situación y perpetuarse en el poder, prefirió, dando una incalculable lección de patriotismo cívico, despojarse voluntariamente de las insignias del mando y retirarse definitivamente del quehacer público. Así, se dio paso a quienes postulaban nuevas ideas y se cimentó el germen fructífero de un régimen democrático en forma y que, a pesar de algunos avalares, perdura inalterable hasta nuestros días.
En mi calidad de ex embajador de Chile en Colombia, agradezco a un hombre de la solvencia intelectual de Antonio Cacua, quien con perfiles muy propios, no sólo se ha destacado en estas importantes tareas históricas, sino además como brillante político en el parlamento de su país, en la diplomacia, la cátedra y también en el foro, luciendo con prestancia su condición de abogado.
Quiero por fin entender que la presente obra responde tanto a la importancia de su personaje, como también al propósito serio y responsable de colaborar a la más pronta integración de toda índole entre Colombia y Chile y de esta forma ayudar realmente a lo que fue el sueño lleno de esperanzas del Libertador Simón Bolívar.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 nov 2018
ISBN9780463526408
Bernardo O'Higgins
Autor

Antonio Cacua Prada

Antonio Cacua Prada nació en la ciudad de San Andrés, provincia de García Rovira, Departamento de Santander, República de Colombia, el 11 de febrero de 1932.Sus padres, educadores, periodistas y músicos, lo formaron en estas disciplinas.En la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá se doctoró en Ciencias Económicas y Jurídicas en 1958. También se graduó en periodismo y radiodifusión, 1953. Se licenció en Ciencias de la Comunicación, 1965 y se especializó en Cooperativismo, 1952, y Laboral, 1955.En la actividad pública desempeñó varios cargos en los Ministerios de Trabajo y de Gobierno, y en la Presidencia de la República de Colombia, de 1956 a 1960.Ocupó la Secretaría de Gobierno y la Gobernación del Departamento de Santander, como encargado, en 1959.Fue elegido miembro de la Cámara de Representantes, en cuatro períodos, por la circunscripción electoral del Departamento de Santander y senador de la República de 1960 a 1974.Se desempeñó como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en los gobiernos de los presidentes Misael Pastrana Borrero, Alfonso López Michelsen y Julio César Turbay Ayala, en la República Dominicana, Costa Rica, El Salvador y Guatemala, en 1971, de 1973 a 1979, y en 1982.Se ha destacado como profesor, catedrático, decano y rector universitario. Ha estado vinculado a las universidades: Javeriana, Santo Tomás, América, Industrial de Santander, Los Libertadores, Colegio Odontológico Colombiano, Escuela Superior de Guerra, La Gran Colombia, Universidad Tecnológica de Colombia y al Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior, Icfes. Es autor de varios textos universitarios.En el periodismo ha sobresalido como directivo del gremio. Es miembro del Círculo de Periodistas de Bogotá, fundador del Colegio Nacional de Periodistas; redactor, colaborador, corresponsal y director de diarios, semanarios y revistas colombianas impresas, radiales y de televisión y de publicaciones extranjeras. En la actualidad es columnista de Colprensa.Es miembro de número y directivo de la Academia Colombiana de Historia, de la Academia Colombiana de la Lengua, de numerosas academias nacionales y del exterior, de organizaciones culturales, centros cívicos y patrióticos de Colombia y del extranjero.Ostenta la Gran Cruz de la Orden del Quetzal de Guatemala, la Orden Bolivariana de Guatemala, la Orden Sanmartiniana, la Orden Simón Bolívar de Colombia y otras distinciones.Ha ganado varios concursos históricos y literarios realizados en Colombia. Conoce la mayor parte de los países del mundo.Escritor e investigador incansable, ha publicado más de cuarenta libros y centenares de ensayos, discursos y artículos.Casado. Padre de tres hijos varones, profesionales.Desde 1981 ocupa la rectoría del Instituto Universitario de Historia de Colombia, Universidad de la Academia Colombiana de Historia. Dirige el "Boletín de Historia y Antigüedades", órgano oficial de la Academia, que aparece en forma trimestral, desde octubre de 1980 y las publicaciones de esta prestigiosa entidad.En la actualidad es: presidente mundial de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Periodistas, FIAP. Asesor Jurídico de la Federación Iberoamericana de Periodismo Científico. Presidente del capítulo colombiano de la FIAP. Presidente de la Asociación Colombiana de Periodismo Científico y Presidente del Instituto Sanmartiniano de Colombia.Hace parte de las mesas directivas de la Academia Colombiana de Historia; de la Sociedad Bolivariana de Colombia; de la Sociedad Santanderista de Colombia; del Instituto Bernardo O'Higgins de Colombia; del Instituto Cultural Colombo-lsraelí; de la Asociación de Amigos de Corea; y de la Asociación de Amigos de China-Taiwan.Es miembro correspondiente de la Real Academia Española de Historia y de las Academias de Historia de numerosos países.

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    Bernardo O'Higgins - Antonio Cacua Prada

    Bernardo O´Higgins

    Vivir con honor o morir con gloria

    Antonio Cacua Prada

    Ediciones LAVP

    ISBN: 9780463526408

    Smashwords Inc.

    Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, foto-químico, electrónico, magnético, electro-óptico, por reprografía, fotocopia, video, audio, o por cualquier otro medio sin el permiso previo por escrito otorgado por la editorial.

    Bernardo O’ Higgins

    El libertador Bernardo O’ Higgins

    La vida de O´Higgins

    Chile y los O´Higgins

    Permanencia en Europa

    Estancia en Cádiz

    El retorno a Chile

    De alcalde a coronel

    General en Jefe

    El Ejército Libertador

    Director Supremo

    Cancha Rayada y Maipú

    Dominio del mar

    La llamada dictadura

    La expedición libertadora del Perú

    Naufragio del gobierno

    Renuncia y exilio

    Lima, Bolívar y O´Higgins

    De nuevo en el campo

    Los últimos años

    Bibliografía

    El autor

    El Libertador Bernardo O´Higgins

    Cumple la Universidad Central de Bogotá y su Instituto Colombiano de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, Icelac, con la publicación de esta interesante, documentada y ejemplar biografía del ilustre prócer chileno don Bernardo O'Higgins Riquelme, quien ostentó los títulos de Capitán General de Chile, Brigadier de los Ejércitos Argentinos, Gran Mariscal del Perú y Oficial General de los Ejércitos de la Gran Colombia, la tarea que se trazó, desde cuando iniciamos la Colección Pensamiento Latinoamericano.

    Para nuestra fortuna hemos contado con la permanente colaboración del doctor Antonio Cacua Prada, distinguido académico de la historia y de la lengua, rector universitario, periodista y patriota de múltiples ejecutorias en el servicio público, el parlamento y la diplomacia, quien con generosidad que lo honra, ha cedido al Instituto Colombiano de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, Icelac, varios de sus concienzudos trabajos de investigación histórica que llevan el sello de las publicaciones de la Universidad Central.

    La biografía que en mayo de 1993 editamos de El General José de San Martín Libertador del Sur escrita por el destacado historiador ya citado, llenó uno de los grandes vacíos en la integración cultural, literaria e histórica entre los pueblos hermanos que conforman este continente. El aislamiento a que hemos estado habituados nos impide conocer la historia y las acciones de los grandes personajes que han forjado la vida de los países que constituyen nuestro propio hemisferio. Sabemos más de otras latitudes que sobre nuestros naturales vecinos.

    En Colombia no se había escrito un libro sobre el itinerario vital y las ejecutorias del general don José de San Martín. La gente culta sabía a grandes rasgos los hechos sobresalientes del prócer argentino, pero desconocían los rasgos de su vida porque no había un manual que facilitara su conocimiento.

    Esta tarea la cumple nuestro admirado colaborador doctor Antonio Cacua Prada y la Colección Pensamiento Latinoamericano. Ahora nos obsequia con otras páginas apasionantes sobre la recia personalidad del fundador de la patria chilena el señor general don Bernardo O'Higgins Riquelme.

    Con su estilo sencillo, ameno, castizo y periodístico, el biógrafo del general O'Higgins, nos cuenta sobre la presencia de don Ambrosio O'Higgins en el país austral y el casi novelesco nacimiento y primeros años del niño Bernardo, su educación, viacrucis en Londres y Cádiz, su reintegro a Chile y su entrega a la independencia de su patria.

    Después narra las primeras actuaciones y derrotas, su destierro en la Argentina y su regreso victorioso a dirigir los destinos de la naciente república de Chile como Director Supremo. A continuación relata su empeño en la creación de la marina chilena y el envío del Ejército Libertador del Perú.

    Nos refiere sobre su conducta privada y amorosa; las traiciones y conspiraciones y la renuncia del mando para exilarse en el Perú. Reseña entonces su admiración y amistad con el Libertador Simón Bolívar y el epistolario cruzado con el Padre de la Patria, hechos poco divulgados y conocidos. Concluye su narración con el desempeño de don Bernardo como agricultor en las haciendas peruanas de Montalván y Cuiba, su vehemente deseo de regresar a su nativa tierra y los últimos años de su doloroso ostracismo en la ciudad de los Reyes.

    Similares y trágicas las vidas de nuestros Libertadores.

    Nuestra Universidad satisface a cabalidad los objetivos propuestos a través del Instituto Colombiano de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, ICELAC, al difundirlas biografías de quienes, como el general don Bernardo O'Higgins, hicieron realidad la libertad e independencia de nuestro continente.

    La nueva especialización y postgrado que la Universidad Central acaba de abrir sobre Integración Latinoamericana, busca, precisamente, rescatar las grandes figuras y valores de nuestra América y exaltar la identidad de nuestro pueblos y naciones.

    Estas páginas son una invitación formal y sentida a realizar el pensamiento de nuestros proceres sobre la urgente e inaplazable unidad latinoamericana.

    Jorge Enrique Molina Marino

    La vida de O'Higgins

    La inolvidable y sugestiva revista para niños, Billiken, que por los años cuarenta llegaba a Colombia procedente de Buenos Aires, Argentina, fue mi primer contacto con el nombre de don Bernardo O'Higgins. En sus páginas, entre las aventuras de El hombre de hierro y los escritos de Constancio C. Vigil, venían historias ilustradas sobre San Martín, Belgrano, Rozas y O'Higgins.

    Pasado el tiempo, cuando el 11 de octubre de 1982 el excelentísimo señor embajador de Chile en Colombia, don Francisco Fernández y el maestro Germán Arciniegas fundaron el Instituto O'Higginiano de Colombia e hicieron el honor de invitarme como socio fundador, decidí, ante la total ausencia de información en las librerías y bibliotecas colombianas sobre el personaje que nos congregaba, elaborar un folleto con los principales datos de su personalidad.

    Cuando estuve en Santiago de Chile en los años 68, 72 y 73 rastreando sobre la permanencia en el país austral del gran poeta de las epopeyas, el bumangués don Aurelio Martínez Mutis, tuve la fortuna de conocer y dialogar con el gran historiador chileno don Guillermo Feliú Cruz. El me interesó por tres ilustres personajes: el general O'Higgins, don Andrés Bello y don José Toribio Medina, el gran historiógrafo del periodismo latinoamericano.

    En su admirable biblioteca leí y consulté sobre estos prohombres, bajo su sabia dirección y tomé importantes notas. De igual manera, en 1971, en la ciudad de Lima, conocí y traté en la residencia del consagrado bibliófilo peruano, doctor Félix De Negri Luna, a donde fui a preparar un discurso sobre el ilustre cartagenero, don Juan García del Río, fundador de la Biblioteca Nacional del Perú, al erudito investigador chileno Luis Valencia Avaría, el más respetado autor, biógrafo y recopilador de la obra de don Bernardo O'Higgins, quien adelantaba investigaciones sobre el Libertador chileno. Desde entonces bajo esas tutelas bienhechoras inicié este trabajo.

    Cuando en alguna oportunidad le comenté al señor rector de la Universidad Central, doctor Jorge Enrique Molina Marino, quien tanto se ha preocupado por la causa de la integración latinoamericana, que tenía preparadas las biografías de San Martín, O'Higgins y Juan García del Río, y un ensayo sobre don Andrés Bello, me solicitó los originales para multiplicarlos por intermedio de su Departamento de Publicaciones y su prestigiosa Colección Pensamiento Latinoamericano, Icelac.

    Con especial gusto atendí su solicitud. Ya la biografía del general San Martín vio la luz pública en mayo de 1993. Ahora sale este volumen que recoge el itinerario humano y ejemplar, junto con el pensamiento abierto del creador de la república de Chile y auspiciador del Ejército Libertador del Perú.

    Es una vida de ideales, plena de amor patrio, salpicada de envidias, traiciones y amarguras; pero exuberante en valor, en sacrificios y en generosidad. La existencia del general Bernardo O'Higgins Riquelme es un dechado de virtudes, y una lección permanente que deja en el ánima un sustento de admiración, de gloria y de inmortalidad.

    Sirva este libro de cátedra de patriotismo y de homenaje al Instituto Bernardo O'Higgins de Colombia.

    Antonio Cacua Prada

    Directivo del Instituto

    Bernardo O'Higgins de Colombia

    Capítulo I.

    Chile y los O´Higgins

    El actual territorio de la República de Chile lo descubrió en 1536, don Diego de Almagro y lo conquistó don Pedro de Valdivia.

    Sus tierras las poblaban tribus indígenas, distribuidas así: súbditos incas al norte; mapuches en el centro-sur; huiliches en el sur y alacalufes, yaganes y onas en la zona austral. Entre todas sobresalieron los valientes araucanos.

    Don Alonso de Ercilla y Zúñiga, en el Canto I, del poema épico La Araucana, expresó:

    Chile fértil provincia y señalada en la región antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa; la gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido jamás por rey regida ni a extranjero dominio sometida.

    El famoso don Pedro de Valdivia, soldado de Francisco Pizarro, conquistó la región sureña y fundó a partir de 1541 a Santiago de la Nueva Extremadura, La Serena, Concepción, la Imperial, Villarrica, Angol, Los Confines y Valdivia.

    A fines de 1553 don Pedro de Valdivia afrontó una revuelta indígena acaudillada por Lautaro y entre las ruinas del fuerte de Tucapel, en el sector de Arauco, lo asesinaron.

    La incorporación de Chile a la corona española llenó una etapa de consolidación y formación que creó las bases de la sociedad y surgió el concepto de Chile como parte de la civilización occidental. Se desarrollaron las instituciones que regularon el funcionamiento del Estado, nació un nuevo grupo humano, el mestizo, mezcla de indio y español y apareció el sentimiento nacional del criollo, español nacido en Chile.

    Se dio inicio a un sistema económico basado en la minería, agricultura y ganadería, apoyado por un tráfico comercial regular entre Valparaíso y El Callao, principal puerto del Perú, y desde Santiago a Buenos Aires por los pasos cordilleranos de Los Andes.

    Durante la colonia, la vida cultural se inició con los primeros centros de educación, con una incipiente vida literaria, musical y plástica y con las formas tradicionales de la artesanía y las costumbres chilenas. La guerra de Arauco, entre mapuches y españoles, las devastaciones de piratas y destrucciones causadas por terremotos durante los siglos 16,17 y 18, hicieron que el Chile colonial viviera una situación diferente a la del resto de la América española, modelando su carácter y personalidad.

    Chile posee una geografía y un clima muy variados. Los contrastes de su suelo ─altas cumbres nevadas, amplias llanuras fértiles, selvas y pampas, extensas playas y abruptos arrecifes, desiertos calurosos, hielos polares─ por la diversidad de su gente, de origen, lengua, usos y costumbres, permitirían afirmar que el país es una verdadera síntesis de la tierra pero aunado en un cuerpo coherente, en una nación y en un sentimiento de patria.

    Chile se encuentra ubicado en el extremo sudoeste de América, limitando con Perú al norte, con Bolivia y Argentina al este, con el polo sur en el extremo austral y abierto hacia el Océano Pacífico al oeste.

    La superficie continental e insular, incluyendo las islas del Pacífico, es de 756.626 Km². Ocupa un área más grande que las dos Alemanias, Austria e Italia juntas sin contar la extensión del territorio antártico chileno, que comprende 1.250.000 km².

    En esa almendra dentro de su delgada nave de nieve y territorio, como definió a Chile el poeta Pablo Neruda, vio la luz primera, el primer soldado de la república y su fundador, don Bernardo O'Higgins Riquelme. (1)

    (1) Eugenio Covarrubias Valenzuela. Coronel Agregado Militar a la embajada de Chile en Colombia. Apuntes fotocopiados para la delegación colombiana del Instituto Bernardo O'Higgins de Colombia que viajó a Chile en septiembre de 1989.

    Don Ambrosio Higgins

    Don Ambrosio nació en fecha no precisada, posiblemente en 1720 en la aldea de Ballenary, Irlanda, en cuna de noble estirpe, cristianos católicos romanos, sin mezcla de raíz infecta. Sus padres se llamaron don Carlos Higgins y doña Margarita Higgins.

    De su infancia nada se sabe. El mismo reveló que en 1751 residió en la ciudad española de Cádiz donde permaneció hasta el año de 1756, fecha en que viajó a América, como dependiente de la casa comercial de don Jacinto Butler. Estuvo en Buenos Aires y en Chile, donde se conoció con el comerciante de origen portugués don Juan Albano Pereyra.

    Regresó a España y presentó una solicitud al Consejo de Indias pidiendo su naturalización. El 20 de noviembre de 1761 lo designaron Ingeniero Delineador y regresó a América con su jefe el ingeniero don Juan Garland.

    En la región de Valdivia levantaron un plano general para establecer fortificaciones. En 1764 participó en actos oficiales en Concepción y en 1765 presentó un informe "sobre la manera de hacer transitable durante el año el camino de Santiago a Mendoza".

    Al año siguiente volvió a España, donde gestionó asuntos personales adelantó varios negocios de exportación. Dejó el escrito Descripción el Reino de Chile, sus productos, comercio y habitantes; reflexiones sobre su estado actual con algunas proposiciones relativas a la aducción de los Indios Infieles y Adelantamiento de aquellos dominios de su majestad.

    En septiembre de 1 768 se embarcó a Buenos Aires y llegó a Santiago el 11 de abril de 1769. Como encontró el cargo de ingeniero delineador ocupado se hizo nombrar comisario de guerra. El 11 de diciembre de 1769, ante la sublevación indígena le dieron el empleo de Capitán de Dragones. En 1771, el 3 de septiembre, pasó a capitán de caballería. Viajó a Lima en 1773 y el virrey Amat y Junient lo ascendió el 19 de abril a comandante de caballería, con sueldo de teniente coronel. El 20 de marzo de 1776 está de Maestre de Campo Interino y el 7 de septiembre de 1777 tiene un nuevo ascenso a coronel de caballería y gobernador intendente de Concepción. (2)

    (2) Manuel Reyno Gutiérrez. El virrey don Ambrosio Higgins, Padre del Libertador, según las investigaciones del historiador don Ricardo Donoso Novoa. En Revista Libertador O'Higgins. Año II, No. 2, Santiago de Chile, 1985, pág.91 a 94.

    En su hoja de servicios están las campañas y acciones de guerra en que actuó, hasta 1777.

    "Hizo dos viajes encargado de comisión del real servicio a la plaza de Valdivia. Formó el proyecto de hacer transitable en todos tiempos del año las cordilleras nevadas de Chile: lo ejecutó dirigiendo sus obras personalmente, de orden del rey, mereciendo este famoso servicio el aprecio de S.M.

    En la guerra con los indios enemigos de este Reyno sirvió desde diciembre de 69 hasta noviembre de 77; en ella mandó un campo volante de 500 hombres; internó sobre los Pehuenches a las cordilleras de Antuco, y antes de construir allí el fuerte, fue cercado de fuerza muy superior; sostuvo el ataque vigorosamente; defendió con valor el puesto, rechazando muchas veces al enemigo; recibió dos heridas en esta ocasión.

    Fue después atacado dos veces por los indios de Llanos, unidos con los Pehuenches, sobre los ríos Bureo y Tolpán, logrando vencerlos. Hizo otra entrada por Villacura a los Pehuenches de los Piñales, logrando también su escarmiento. Desde que sirve el empleo de comandante de caballería deste Reyno y Maestre de Campo General, se ha mantenido frecuentemente al frente de los enemigos de Llanos, hasta reducirlos todos a la paz. Ha merecido le confiriese esta Capitanía General sus superiores facultades.

    Últimamente, en el año de 1778, las de inspector comisionado para la formación del último nuevo Reglamento de este Real Ejército, que ejecutó a entera satisfacción del capitán general, como asimismo el de las milicias del corregimiento de Concepción y fue nombrado su comandante general". (3)

    (3) José Toribio Medina. Diccionario Biográfico Colonial de Chile. Imprenta Elzeviriana, Santiago de Chile, MDCMVI, páginas 593-594.

    Los Araucanos

    Don Ambrosio hizo en Chile toda la brillante carrera, que le elevó en poco tiempo al más alto grado de gloria, a que jamás llegó un extranjero en los dominios americanos de su majestad católica. Después de pasar por los gobiernos militar y civil de la provincia de Concepción, consiguió el mando en jefe de todo aquel reino, con el grado de teniente general, y los títulos de barón de Vallenar y marqués de Osorno.

    "Cuando este hombre excelente comenzó sus servicios en Chile, los indómitos araucanos hacía cerca de dos siglos y medio, que sostenían la guerra más destructora contra las poblaciones españolas. Los cortos intervalos de paz, que había dejado gozar en todo aquel tiempo la inquietud de los aborígenes, sólo habían servido para llorar de nuevo los males de la guerra, que se volvía a emprender con mayor entusiasmo.

    Por esto, D. Ambrosio Higgins puso todo su empeño en ganarse el amor de aquellos enemigos, al mismo tiempo que les mostraba, con su valor y destreza, que su inclinación a la paz no era consecuencia del temor a la guerra, sino sólo un efecto de su genial humanidad.

    Las victorias, que le concedía su pericia, eran siempre engrandecidas por los actos más notables de clemencia. Sus prisioneros eran tratados como amigos; y de este modo, los que un día antes dejaban sus chozas para ir a buscar la muerte entre las armas de un enemigo odiado, volvían el seno de sus familias, llevando la gratitud y la reconciliación, en lugar de la enemistad y del odio".

    "Don Ambrosio Higgins mereció, tan bien como el que más, el renombre de héroe; porque él consiguió en pocos días hacer lo que en siglos enteros no consiguieron los mejores militares, que pasaron del antiguo al nuevo mundo.

    Él logró dominar a los araucanos del único modo, que podían ser dominados unos hombres, que habían humillado siempre el orgullo español, cuando estaban los pendones de Castilla tremolando victoriosos en los cuatro ángulos de la tierra. Cortés, Pizarra, Alvarado, Gaboto, Dávila, Ponce de León, y todos los demás conquistadores de América, vencieron a millones de hombres desarmados, y aterrados con la estupenda superioridad de sus enemigos; pero D. Ambrosio Higgins venció, sin más armas que las de su virtud, a unos guerreros, que temían muy poco a los cañones y a los fusiles, que eran muy superiores a los españoles en la caballería, y que estaban bien acostumbrados a escalar murallas, tomar plazas fuertes, y destruir ejércitos europeos de tres, cuatro, y cinco mil hombres, tomando en ellos hasta a los mismos capitanes generales".

    "Fue tal el respeto que los araucanos concibieron por las virtudes de aquel héroe, que no sólo mantuvieron una paz imperturbable mientras duró su gobierno, sino que lo hacían frecuentemente el árbitro de sus querellas particulares, y el juez de sus diferencias públicas, y recibían su decisión como si fuese dada por la boca de la misma justicia.

    Así fue como consiguió, con su sabia y humana política, asegurarla tranquilidad de las fronteras de Arauco, y reconquistar la ciudad de Osorno, que por muchos años había estado bajo el dominio de los indígenas, después de haber llegado a ser la más importante de las colonias españolas en aquel país".

    No contento con haber proporcionado a Chile las ventajas que quedan expuestas, quiso Higgins quitar todos los embarazos, que hasta allí habían impedido el adelantamiento de la población, del comercio y de la policía. Ordenó la formación de muchas villas y aldeas, en donde se reuniesen las familias dispersas por una vasta extensión de terreno: mejoró todos los caminos del reino, y principalmente los de la cordillera, y el que va de la capital a Valparaíso.

    No nos detendremos en dar una razón circunstanciada de todo lo que Chile debe a este ilustre extranjero, porque sería emprender una obra demasiado larga, y ajena de nuestro objeto; contentándonos con decir, que apenas se ve en aquel país una cosa útil que no haya sido hecha por Higgins.

    Así su nombre se oye siempre en boca de los chilenos, acompañado de los epítetos más gloriosos y lisonjeros: su memoria se conserva con amor y con respeto, y sus virtudes sirven de cargo a todos aquellos que tuvieron la desgracia de antecederle o sucederle en el mando". (4)

    (4) Andrés Bello. Noticias Biográficas del General D. Bernardo O'Higgins, Publicadas en Londres en 1819. En Andrés Bello y la Primera biografía de O'Higgins. Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago, 1978, págs. 47, 48 y 49.

    El rey de España para premiar los servicios que este hombre benemérito le prestó en Chile lo exaltó a virrey del Perú.

    Para 1796, ese deudor fallido había llegado a ser Teniente General de los Reales Ejércitos, Barón de Vallemar, Marqués de Osorno, presidente de Chile y virrey del Perú. (5)

    (5) M.L. Amunátegui y B. Vicuña Mackenna. La Dictadura de O'Higgins. Editorial América, Madrid, Biblioteca Ayacucho, Volumen XVIII, páginas 30 y 31.

    El niño Bernardo

    En 1777, en el pueblo de Los Ángeles, acampaba el regimiento de Dragones que comandaba el coronel Ambrosio Higgins, Intendente de Concepción.

    En la hacienda de Paipai situada en las afueras de la localidad de Los Ángeles, vivía el capitán de caballería don Simón Riquelme y Goicochea, regidor del Cabildo de Chillan quien había casado en primeras nupcias con doña María Mercedes de Mesa y Ulloa, fallecida pocos días después de dar a luz una preciosa chiquilla el 6 de marzo de 1758, a quien bautizaron con el nombre de María Isabel.

    Pasados doce años de viudez don Simón contrajo segundo matrimonio con doña Manuela de Vargas, quien se encargó de la educación de las dos huérfanas del primer casorio: Lucía y María Isabel. (6)

    (6) Graciela Toro de Zañartú. La mujer en la vida del Libertador don Bernardo O'Higgins Riquelme. En Revista Libertador O'Higgins, Instituto O'Higginiano de Chile, No. 1/1984, págs. 53 a 55.

    Al correr del tiempo, Isabelita "tenía apenas dieciocho años cuando pasó el coronel Higgins por la estancia del Paipai, y la contextura sanguínea del maduro oficial tuvo estremecimientos de adolescencia ante la muchacha ardiente de pelo de azabache y mirada azul.

    Las visitas comenzaron a menudear, y el irlandés, probado estratega al fin, puso sitio a la plaza, que acabó por rendírsele. Así se deshojó el honor de la ardiente e irreflexible Isabel en las manos de ese hombre terco, que excedía en más de diez años de edad a su padre y que la había halagado con promesa formal de matrimonio". (7)

    (7) Jaime Eyzaguirre. O'Higgins. Tercera Edición, Editorial Zig Zag S.A., Santiago de Chile, 1950, pág. 16.

    La hermosa criolla chillaneja, Isabelita Riquelme de la Barrera, al ver crecer su cintura durante nueve lunas se ocultó dentro del mayor sigilo y en el seno de una modesta familia de Chillan, dio a luz el 20 de agosto de 1778 un hermoso niño, a quien de acuerdo con el santoral correspondió el nombre de Bernardo. (8)

    (8) M.L. Amunátegui y B. Vicuña Mackenna. La Dictadura de O'Higgins. Editorial América, Madrid, Biblioteca Ayacucho, Volumen XVIII, pág. 33.

    Don Ambrosio no se casó con Isabelita porque acató la rígida disposición existente, en el sentido de que ningún alto funcionario al servicio de la corona española en sus vastos dominios, contrajese enlace con dama nacida en ellos. Por eso pudo acceder a todos los importantes cargos coloniales señalados y desplegar sus relevantes cualidades militares y de gobernante. (9)

    (9) Washington Carrasco Fernández. Paternidad y Bautizo del Libertador Bernardo O'Higgins. En Revista Libertador O'Higgins. Año Vil, No. 7, pág. 159.

    Primeros años

    "Enterado don Ambrosio del nacimiento de su hijo, encomendó a Domingo Tirapegui─ hombre de su confianza ─que ubicara al niño en Chillan y con mucho sigilo lo llevase a Talca. Tirapegui, acompañado del sargento Francisco Salazar y del cabo Quintero, cumplió en tres días su cometido. Recién nacido, Bernardo llegó a casa de mis padres, afirmó Casimiro Albano. Allí lo trataron con singular afecto. (10)

    (10) Graciela Toro de Zañurtú. La mujer en la vida del Libertador don Bernardo O'Higgins Riquelme. En Revista Libertador O'Higgins, Instituto O'Higginiano de Chile, No. 1/1984, pág.55.

    Efectivamente a los pocos días de nacido el niño Bernardo, por orden de su progenitor, lo llevaron a Talca y en el hogar del portugués don Juan Albano Pereira, gran amigo del gobernador Ambrosio Higgins lo cubrieron de mimos.

    Sin el calor maternal y sin el apellido de su padre, el 23 de enero de 1783 el cura vicario de la Parroquia de San Agustín de Talca, padre Pedro Pablo de la Carrera, puso óleo y crisma al infante, bajo de condición, e inscribió la partida en el libro V de bautismos, folio 24.

    Fe de bautismo de don Bernardo Higgins y Riquelme de la Barrera

    "D. Bernardo Higgins, Español".

    "Don Pedro Pablo de la Carrera, Cura y Vicario de la Villa y Doctrina de San Agustín de Talca, Certifico y doy fe, la necesaria en derecho, que el día veinte del mes de enero de mil setecientos ochenta y tres años, en la Iglesia Parroquial de esta Villa de Talca, puse óleo y crisma, y bapticé sub conditione, a un niño llamado Bernardo Higgins, que nació en el Obispado de la Concepción, el día veinte del mes de agosto de mil setecientos setenta y ocho, hijo del Maestre de Campo General de este Reyno de Chile, don Ambrosio Higgins, soltero, y de una señora principal de aquel Obispado, también soltera, que por su crédito no ha expresado aquí su nombre.

    El cual niño Bernardo Higgins está a cargo de don Juan Albano Pereyra, vecino de esta Villa de Talca, quien me expresa habérselo remitido su padre, el referido don Ambrosio Higgins, para que cuide de su crianza, educación y doctrina correspondiente, como consta de su carta, que para este fin le tiene escrita, y existe en su poder, bajo su firma; encargándole asimismo que ordene estos asuntos de modo que en cualquier tiempo pueda constar el ser su hijo".

    "Y lo bapticé sub conditione por no haberse podido averiguar si estaría baptizado cuando lo traxera; o si sabría baptizar el que lo baptizaría, ni quiénes serían sus padrinos de agua para poder tomar razón de ellos si estaría bien baptizado. Padrino de óleo y crisma, y de este bautismo condicionado, fueron el mismo don Juan Albano Pereyra, que lo tiene a su cargo, y su esposa Doña Bartolina de la Cruz; y para que conste di ésta en estos términos, de pedimiento verbal del referido don Juan Albano Pereyra, en esta Villa de Talca, a veintitrés de enero de mil setecientos ochenta y tres años, y lo anoté en este libro para que sirva de Partida de que doy fe".

    "(Fdo.) don Pedro Pablo de la Carrera (rúbrica)". (11)

    (11) Archivo del Obispado de Talca. Parroquia de San Agustín de Talca. Libro

    V de Bautismos, foja 24. Archivo Nacional. Archivo de don Bernardo O'Higgins. Editorial Nascimiento, Santiago de Chile, 1946, Tomo I, páginas 1-2.

    Por petición expresa don Ambrosio Higgins hizo constaren el registro eclesiástico que Bernardito era hijo suyo.

    Entre tanto la joven madre María Isabel, contrajo matrimonio en 1780 con el agrimensor general don Félix Rodríguez y Rojas con quien tuvo una niña, Rosa, que más tarde por amor o por orgullo, tomó el apellido de su medio hermano Higgins. A los dos años del casorio don Félix falleció.

    En 1790 doña María Isabel volvió a ser madre. Un vecino del Paipai, don Manuel Puga y Figueroa fue el padre de Nieves Puga y Riquelme. (12)

    (12) Graciela Toro de Zañurtú. La mujer en la vida del Libertador don Bernardo O'Higgins Riquelme. En Revista Libertador O'Higgins' Instituto O'Higginiano de Chile, No. 1/1984, pág. 58.

    Yi en edad escolar, don Ambrosio resolvió enviar a su hijo al Colegio de los Padres Franciscanos en Chillan, donde vivía su madre, doña María Isabel Riquelme viuda de Rodríguez.

    Bernardo de once años, ingresó como alumno interno al Instituto Franciscano. Entre sus maestros siempre recordó a los frailes, padres Francisco Javier Ramírez, Blas Alonso y Gil Calvo.

    Dos años permaneció en Chillan. Entonces su padre, ya presidente, Chile, ordenó trasladarlo a Concepción. Como apoderado de su hijo designó a don Tomás Delphin, y dio instrucciones para que se llamara Bernardo Riquelme y no Higgins como rezaba la partida de bautismo.

    Al cumplir 13 agostos, por disposición paterna, Bernardo levó anclas rumbo a Lima. En la capital virreinal don Ambrosio encargó al poderoso comerciante de origen irlandés, Juan Ignacio Blaque de la atención y cuidado de su heredero. En el Colegio del Príncipe, instituto para hijos de nobles, terminó los estudios primarios.

    Luego de acreditar la limpieza de sangre, buena crianza y costumbres y legitimidad de nacimiento, se matriculó en el Convictorio Carolino, donde aprobó cuatro cursos.

    Cuando Bernardo cumplió los 17 años el gobernador de Chile dispuso enviar a su hijo a Europa. En un navio que hacía la ruta Callao-Cádiz, por el Cabo de Hornos, se embarcó el muchacho atendiendo los deseos de su padre. (13)

    (13) Graciela Toro de Zañurtú. La mujer en la vida del Libertador don Bernardo O'Higgins Riquelme. En Revista Libertador O'Higgins Instituto O'Higginiano de Chile, No. 1/1984, págs. 58 y 59.

    Capítulo II.

    Permanencia en Europa

    Afínales de 1794 el hijo natural, Bernardo Riquelme, del Gobernador y Capitán General del Reyno de Chile llegó al puerto de Cádiz, provincia de Andalucía, España. El íntimo amigo de don Ambrosio Higgins don Juan Jacobo Albano Pereyra, padrino de bautismo del joven y su tutor en Talca, lo envió recomendado a su cuñado el talquino don Nicolás de la Cruz y Bahamondes, Capitán del Regimiento del Príncipe de Cádiz, hombre de dinero y comerciante renombrado para que le sirviera de curador en Europa.

    Días después el señor De la Cruz recibió instrucciones de don Ambrosio para enviar a su hijo a estudiar a Londres.

    Don Nicolás encargó a sus corresponsales en Inglaterra, los relojeros judíos que trabajaban bajo la razón social de Spencer y Perkins, para que lo recibieran, asistieran y ayudaran.

    A mediados de 1795 el joven Riquelme se embarcó en Cádiz rumbo a Londres.

    Ya en el Imperio Británico inicialmente se matriculó en el Colegio de los Padres Jesuítas en Stoneyhursr. Después pasó a la célebre Academia de Richmond. (1)

    (1) Ramón Azpurúa. Biografías de Hombres notables de Hispanoamérica. Tomo II, Caracas, Imprenta Nacional, 1877, págs. 195,196 y 197.

    Don Nicolás de la Cruz y Bahamondes tenía aficiones literarias y gusto por el arte. Tradujo del latín la Historia de Chile del jesuíta Molina y luego publicó en trece volúmenes, un relato de sus viajes por España, Francia e Italia. A Talca su ciudad natal la hizo objeto de variados regalos y la dotó de un hospital. Al cabildo de Santiago le obsequió los retratos de los monarcas. (2)

    (2) Luis Valencia Avaría. Bernardo O'Higgins. El buen genio de América. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1980, pág. 24.

    El rey don Carlos IV de Borbón le otorgó el título de primer conde del Maule, por Real Cédula del 21 de noviembre de 1804. (3)

    (3) Carlos Ruiz Rodríguez. Familias de Maule, Chillan y Concepción relacionadas con el Libertador O'Higgins. En Revista Libertador O'Higgins, Año III, No. 2, Santiago de Chile, 1985, pág. 117.

    O'Higgins

    Dadas las actividades desarrolladas en Chile por don Ambrosio, el Rey expidió en el segundo semestre de 1795 un decreto en San Ildefonso designándolo Virrey del Perú. Además le revalidó el título de Barón de Ballenary y lo premió con el título de Marqués de Osorno.

    Desde ese momento empezó a "usar su apellido irlandés, agregándole una O, con lo cual su nombre quedó como Ambrosio O'Higgins.

    El 9 de junio de 1796 llegó O'Higgins a Lima acompañado por su asesor don Ramón Martínez de Rozas y el 26 de julio hizo su entrada solemne y tomó posesión del virreinato. Tenía 76 años.

    El documento del marquesado dice:

    En atención al mérito y servicios de don Ambrosio O'Higgins, Barón de Ballenary, Virrey y Capitán General del Reyno del Perú, contraído en varios destinos que ha servido en América, y especialmente en el tiempo que desempeñó la Capitanía General del Reyno de Chile y Presidente de la Real Audiencia del mismo, he venido a hacerle merced del título de Castilla, para si, sus hijos, herederos y sucesores, con la denominación de Marqués de Osorno, libre de Lanzas y Medias Anatas durante su vida. Tendrase entendido en las Cámaras de Indias y se le expedirán los despachos correspondientes.

    En Badajoz, a 27 de enero de 1796. Al Gobernador del Consejo de Castilla. (4)

    (4) Manuel Reyno Gutiérrez. El Virrey don Ambrosio Higgins, Padre del Libertador, según las investigaciones del historiador don Ricardo Donoso Novoa. En Revista Libertador O'Higgins, Año II, No. 2, Santiago de Chile, 1985, págs. 99 y 100.

    Carlota Eeles

    En la ciudad de Richmond, a orillas del río Támesis, el joven Bernardo se hospedó en la casa-pensión de la familia Eeles.

    Lejos de la patria, huérfano de afecto y de cariño, en medio de una permanente soledad, se dedicó al estudio. Tomó clases de inglés, francés, matemáticas, historia, geografía, dibujo, música y esgrima. También mejoró el latín.

    Bernardo quería ingresar a una Academia Militar de Navegación, pues le atraía el mar y deseaba ser marino.

    En la Academia de Richmond se encontró de profesor de matemáticas a un personaje que desde el primer momento lo cautivó y se convirtió en su orientador y amigo: el general venezolano Francisco de Miranda.

    El célebre precursor de la independencia latinoamericana en sus permanentes charlas con su discípulo chileno le inculcó los ideales de Independencia.

    En esto, el fuego del amor prendió en el corazón del estudiante de veinte años. Las sonrisas, atenciones y el dulce mirar, con sus ojos azules, de la hija del dueño del hostal, Carlota Eeles, despertaron en el taciturno chileno los efluvios del amor, que estuvieron bien correspondidos.

    Cuando en

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