Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco
El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco
El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco
Libro electrónico76 páginas1 hora

El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Según la leyenda en 1820, el Ministerio de Recursos Naturales autorizó a dicha compañía a buscar ese botín, pero el convenio debe ser por la Procuraduría y la Contraloría General de la Republica.

El tesoro, supuestamente, está constituido por toneladas de oro y plata en lingotes, láminas de oro que cubrían las cúpulas de Iglesias, adornos, utensilios e imágenes de Lima. Ese botín, estimado en ochocientos millones de dólares, fue sacado de esa capital por el pirata inglés William Thompson, quien lo trasladó a la Isla del Coco en Costa Rica. En 1869, Guillermo Fucker hizo la búsqueda pero no tuvo éxito. Los siguientes que menciono también intentaron la búsqueda. En 1985 Augusto Gissler, En 1938 Milton Canham, En 1947 F. R. Johnston, presidente de la Archeological Sociciety of Southern California. En 1948 Zuria Marina Quirós de González. En 1983 mister Klaus Heydorn presidente de Alemania. En 1989 mister Charles Baldwin.

Todos estos personajes intentaron la búsqueda pero todos fracasaron.

En este libro, el lector puede ver como el hombre, con su fantasía de ser rico, conquistar el mundo con riquezas, tesoros, plata; viajes, mujeres; aquí descubrirán la respuesta.

P.S. Estos archivos se encuentran en el periódico La Nación, Costa Rica.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 nov 2019
ISBN9781643341750
El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco

Relacionado con El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco

Libros electrónicos relacionados

Ficción de acción y aventura para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco - Jorge Granados Loria

    cover.jpg

    El Guardián del Tesoro de la Isla del Coco

    Jorge Granados Loria

    Derechos de autor © 2019 Jorge Granados Loria

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING, INC.

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2019

    ISBN 978-1-64334-174-3 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-64334-175-0 (Versión electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    Tabla de contenido

    Capítulo 1

    Se cree que en el siglo dieciséis, los piratas acostumbraban a despojar los tesoros de las tribus indígenas, también asaltaban barcos que sorprendían en el mediterráneo. Los piratas eran hombres que no tenían corazón; atacar al enemigo y quitarle la vida, para ellos era como quitarle la vida a un perro. Lo que les interesaba eran las joyas y tesoros valiosos.

    El pirata Morgan fue un hombre con mucha historia, muy afortunado en tesoros que había despojado de muchas personas. Morgan era buscado por la ley, él fue avisado cuando viajaba en los mares de Centroamérica, en la Isla del Coco, perteneciente a tierra costarricense.

    El pirata Morgan decidió esconder un tesoro sumamente grande en esa Isla del Coco, para no ser capturado por la ley.

    Este tesoro ha sido sepultado por siglos; muchas personas han intentado encontrarlo, pero sin ninguna suerte. El gobierno de Costa Rica tiene planos como es la isla, pero ellos se oponen a que personas quieran adueñarse de ese lindo y grandioso tesoro. En 1987, Cousteau, el famoso explorador francés que viaja por todo el mundo, visitó la Isla del Coco con miras y pistas en busca del grandioso cofre que no se sabe dónde está sepultado.

    Cousteau regresó a su país para volver en un futuro.

    En ese mismo año llegó a Costa Rica un norteamericano de nombre Charlie Bromson. Después que arribó del aeropuerto se dirigió a la capital y se alojó en un hotel.

    Al siguiente día Charlie se dirigió a extranjería y pregunto: —¿Donde se puede conseguir planos y guías de la Isla del Coco?

    En esa oficina le respondieron que tenía que dirigirse a las oficinas de geología de la Universidad.

    Sin ningún atraso volteó, salió de la oficina, cogió su auto alquilado y se fue rumbo a la Universidad.

    Charlie es un hombre impaciente, no le gusta perder su tiempo. Cuando atravesaba por la ciudad de San José, el transito era lento con muchos carros y el tocaba la bocina de su carro y decía palabras intolerantes para que los demás se hicieran a un lado.

    Al ver la luz encendida en rojo de un semáforo, tomó el encendedor de su auto y prendió un cigarrillo, para calmar su inquietud. Minutos después llegó a la Universidad, entró a la oficina de geología, se presentó hacia las personas que se encontraban en ese lugar y dijo: —Soy Charlie Bromson, soy norteamericano y vengo a buscar guías en papeles y información sobre el tesoro de la Isla del Coco.

    Respondió el dirigente de la oficina: —Bienvenido a tierra costarricense mister Charlie. la aspiración que usted tiene es muy valiosa pero otros hombres han intentado esa búsqueda de ese tesoro, pero no han tenido suerte. El gobierno no da ninguna información, ni planos, ni guías respecto a la isla, se ha acordado tener en secreto los planos de esa isla, para que ese tesoro, si fuera encontrado, no salga de nuestro país. Yo le voy a sugerir algo mister Charlie, no intente ir a esa isla, esa isla es salvaje, ahí existe una tribu de indios canivales y si te secuestran le cortan su cabeza y la harán del tamaño del puño de su mano.

    »En la isla también hay unas cuevas ocultas que se encuentran a unos cien metros de profundidad hacia un lado dentro del mar, pero no intente buscar ahí porque es el lugar donde existen muchos tiburones. Hay pesqueros que han visto un tiburón blanco que mide seis metros de largo y si te metes ahí, serás devorado por los tiburones. Yo le sugiero mister Charlie, que tome sus valijas y regrese a su país con vida, antes de meterse a esa isla salvaje.

    En esa oficina se encontraba sentada ante un escritorio la secretaria del dirigente de geología; una mujer bella, con ojos negros, el cabello negro que colgaba hacia sus hombros y un perfil precioso. Usaba un vestido precioso con un escote, que aquellos senos excitantes, no dejaban a Charlie quitar su mirada hacia ella.

    Charlie caminaba dentro de la oficina, de un lado hacia otro, estaba impaciente con esa mirada profunda y ese rostro enojado, pensaba inquietamente en las palabras pronunciadas por aquel hombre.

    Charlie volteó y abrió la puerta, de la oficina para dirigirse al hotel, pero la preciosa mujer que se encontraba ante el escritorio dijo:

    —Espera Charlie.

    Charlie se detuvo y miró a la linda mujer. Ella dijo:

    —Tal vez puedo ayudarte en algo.

    Charlie caminó hacia ella, puso sus manos ante el escritorio, con esa mirada interrogante miró los ojos de esa preciosa mujer, luego bajó su mirada observando el exitoso escote que no dejaba de ser tentación para Charlie.

    Él, con esas palabras groseras que hieren sentimientos respondió:

    —Eres muy linda, preciosa, pero he venido en busca de un tesoro, no a conquistar mujeres. Agradezco su colaboración.

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1