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Entre Dos Mundos Paralelos
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Libro electrónico331 páginas4 horas

Entre Dos Mundos Paralelos

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Es de humanos desear hijos felices y saludables. Hijos poseedores de algn tipo de habilidad, genialidad, don o como quieran llamarlo. Pero que tal si dicha excepcionalidad no fuera aquello que esperamos? Que pensara usted si, por ejemplo, su nio de cinco aos le dice que ve y conversa con su abuelo u otra persona muerta que nunca conoci narrando detalles de ese inexplicable encuentro, irrefutables y controvertidos. Dicho sea de paso, situaciones de las cuales solo usted conoca. Atribuira usted este fenmeno a la muy creativa imaginacin infantil, proveniente de su subconsciente o simplemente, pensara que su pequeo necesita ayuda psicolgica? Que tal si esas experiencias persistieran, repitindose, una y otra vez, con personajes familiares y ajenos; produciendo pruebas contundentes e irrebatibles? Todas estas experiencias y sus escenarios son tan comunes como el nmero de los protagonistas que tratan de ocultarlos. Esta novela cuenta la fascinante historia de una familia que trata de sobrevivir al don de un nio que lo lleva a vivir Entre dos mundos paralelos.

IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento14 abr 2018
ISBN9781506524993
Entre Dos Mundos Paralelos
Autor

Mauricio Restrepo

Mauricio Restrepo es un autor colombiano, nacido un 27 de noviembre de 1962 en la ciudad de Medellín, quien desde su adolescencia ha residido en Miami, Estados Unidos y que en el presente pertenece a la facultad de Florida National University en el área odontológica. Aunque la escritura no es su profesión, ésta siempre ha sido su pasatiempo más preciado, habiendo escrito varios ensayos dentro del ámbito de la educación, la odontología, cuentos cortos y publicado con esta, cinco novelas. Mauricio Restrepo presenta en su quinto proyecto literario “Cuentos de mis abuelos”, una compilación de nueve cuentos costumbristas de fantasmas, como el bien lo manifiesta, heredados de sus abuelos, demostrando con esta obra su habilidad natural como relator de historias y su gran afición por este género.

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    Vista previa del libro

    Entre Dos Mundos Paralelos - Mauricio Restrepo

    Copyright © 2018 por Mauricio Restrepo.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:     2018904633

    ISBN:     Tapa Dura                      978-1-5065-2498-6

                   Tapa Blanda                  978-1-5065-2500-6

                   Libro Electrónico          978-1-5065-2499-3

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 13/04/2018

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    778311

    Índice

    Dedicatoria

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Capítulo 15

    Capítulo 16

    Capítulo 17

    Capítulo 18

    Capítulo 19

    Capítulo 20

    Capítulo 21

    Capítulo 22

    Capítulo 23

    Capítulo 24

    Capítulo 25

    Capítulo 26

    Capítulo 27

    Capítulo 28

    Capítulo 29

    Capítulo 30

    Capítulo 31

    Capítulo 32

    Capítulo 33

    Capítulo 34

    Agradecimientos

    Créditos y referencias

    DEDICATORIA

    Quiero dedicar esta obra, antes que todo, a Dios, a mi esposa, a mis hijos y a toda mi familia, y muy especialmente a mi madre, Norma Cárdenas Maya, quien desde que estaba en su vientre, me ha colmado de bendiciones y me dio esta vida que atesoro tanto.

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    No estamos solos, convivimos en la compañía de aquellos que moran entre nosotros, y para quien somos ciegos ante su presencia."

    Mauricio Restrepo

    CAPÍTULO 1

    Vida…Esta es una palabra de cuatro letras, dos vocales y dos consonantes, dos sílabas y en castellano es gramaticalmente una palabra grave. Es un vocablo muy fácil de pronunciar en todas las lenguas universales. Una de cada cinco obras literarias, narrativas coloquiales o simples documentos escritos, incluirán la palabra vida dentro de sus contenidos. Son incontables los escenarios del universo en que muchos han segado la vida de otros para mantener la suya propia, lo que nos lleva a concluir que todo lo creado funciona en pos de perpetuar este complejo fenómeno. Al mismo tiempo, y aunque con cierta resistencia, convivimos con su contraparte, la muerte. La muerte no es más que la hermana menor de la vida, así le demos un sentido siniestro. A la vida y a la muerte solo las separan fracciones de segundos, o bien se podría decir que solo un suspiro. Ahora, ¿no fue así, en la misma forma que se inició nuestra vida, en una fracción de un segundo y solo con un respiro? Si nos detenemos a pensarlo, la vida y la muerte llegan de la misma forma. Y, además, ¿nos hemos preguntado dónde y cómo estábamos antes de empezar a vivir?

    Lloramos y tememos a la muerte, ya que no sabemos absolutamente nada de ella, nos pasamos nuestro tiempo de existencia indagando sobre la vida, que, entre otras cosas, ya la tenemos. ¿Pero qué hay de la muerte? ¿Será que, al llegar la muerte de nuestros cuerpos, se esfuma todo y dejamos de existir?

    La vida puede ser maravillosa, puede ser trivial o intrascendente, sin embargo, también podría convertirse en un terrible martirio, al punto que algunos optan por acabarla y asumen a la muerte como el único medio de conseguir alivio y paz.

    Han sido pocos en la historia del universo, a decir verdad, contados con los dedos de la mano, aquellos que supuestamente regresaron de la muerte a la vida, pero que paradójicamente, no regresaron para quedarse en la ella.

    Todo lo anterior nos lleva a pensar en la idea que sí del otro lado nadie regresa, ¿podría ser que una vez allá, tal vez nadie esté interesado en volver?

    Dicen por ahí que dormir es como morir un poco, y si nos detenemos por un instante a reflexionar y a analizar esa frase, la pregunta obligada seria si en realidad esa frase pudiera tener algún fundamento. Cuando conciliamos el sueño y más aún, cuando este es de una absoluta profundidad, cruzamos el límite entre la conciencia y la inconsciencia; de una manera radical, y es en ese instante en que pareciera que estuviésemos ensayando el paso entre la vida y la muerte. Entramos en otro tipo de estado, que obviamente, no es la vida, en donde la inverosimilitud es el eje que lo gobierna, existiendo sin control de nuestro accionar, ni de nuestras ideas y menos aún de nuestro proceder. En ciertas instancias, nos vemos en otros cuerpos, los animales pueden tener habla y raciocinio, y hasta algunos objetos aparecen animados. Viajamos por el tiempo y a través de las distancias en segundos. El ruido de la caída de un alfiler sobre el piso podría aturdirnos, sin embargo, los truenos ser inaudibles. En ese mundo en nuestra inconsciencia, podemos ser reyes y en el minuto próximo mendigos. En ocasiones Podemos ser los personajes, generalmente protagónicos, de un feliz cuento de hadas y en otras los de una novela dantesca, a la cual comúnmente llamamos una pesadilla. No obstante, en nuestros sueños ocurre algo que toma ventaja sobre el estado de consciencia o la vida misma, y es que, dentro de este confuso estado de anarquía de nuestro inconsciente, somos inmortales y siéndolo nosotros, cualquier otro puede serlo.

    Siempre he pensado en el hecho, que, al momento de nuestro nacimiento, éramos criaturas indefensas, impotentes, y hasta podríamos decir que invalidas; que tuvimos que aprenderlo todo, hasta lo más básico, como aprender a hablar, comer, caminar, etc….Lo que nos indica que, con más práctica, también podríamos llegar a tener más control de nuestro proceder dentro de nuestros sueños o en nuestras muertes temporales. Todas las culturas, religiones y gente común, tienen una concepción diferente del más allá. ¿Cuál es la real? Todas y ninguna, pues todas son hipótesis, con teorías que podrían ser convincentes, aunque relativas y directamente proporcionales a las creencias espirituales o personales de cada uno, sin embargo, ninguna resulta concluyente, comprobable e irrebatible, por ejemplo: Algunos desvirtúan la idea de una posible forma de existencia después de la muerte, afirman que en el instante que el cerebro cesa de funcionar y de recibir oxígeno, la muerte significa el final de todo. Para otros, cuando se muere, se pasa a estar en un estado inanimado a esperas del juicio final y la consecuente vida eterna espiritual en un paraíso o en un infierno. Otros piensan que la muerte es solo una pausa entre una vida y el consecuente regreso a la siguiente. También hay quien piensa que los dos mundos, el de la vida y el de la muerte, coexisten paralelamente en un mismo espacio, aunque el estado de los vivos solo puede penetrar el de los muertos, precisamente mediante la muerte; con la excepción de algunos seres poseedores de un don especial, que tienen el poder de atravesar esa barrera para otros impenetrable.

    Cuando hablamos del don que poseen aquellos, que, de alguna forma, se comunican con seres que ya no son parte del mundo de los vivos, no necesariamente significa que tengan la facultad de solicitar la presencia de dichos seres o que puedan atraerle a voluntad, y menos aún que puedan traspasar el umbral entre los mundos paralelos. En realidad, lo que son, es como una especie de receptor, que, de un manera espontánea y no auto inducida, se sintonizan en la frecuencia de ese otro mundo que corre paralelo al nuestro, y logran ver, oír, oler y/o sentir ciertas manifestaciones de sus vecinos dimensionales.

    Algunas manifestaciones son simplemente como una especie de eco repetitivo, como un disco rayado, que se quedó atorado en un lugar del universo y perdido en el tiempo. Sin embargo, se producen otras con una sintonización perfecta y en una frecuencia con tal potencia, que, aunque en un principio se presentan holográficamente, se amplifican y modulan, llegando a lograr una aparente materialización e interactuando inteligencia con los vivos de forma coherente y con un propósito específico (inteligente), rebasando la barrera de la lógica. ¿Podríamos asumir entonces, que son ellos, aquellos que ya partieron, los que hacen posible la conexión entre su mundo y el nuestro? Si, definitivamente. Ellos son quienes emiten la señal y el dueño del don es el receptor, y dependiendo de la calidad y la proyección de su antena, la señal podrá recibirse de mejor o menor manera; esto en sentido figurado. ¿Cómo se puede adquirir ese don y/o existe alguna forma para llegar a convertirse en uno de esos receptores? La respuesta es no. Es imposible. Aquellos que lo tienen y/o lo tuvieron, y para no caer en aún más confusión, digamos que fueron escogidos al azar, por quien nos creó a todos todo, y hasta el momento, no se sabe y quizás, nunca se sabrá el motivo, ni el propósito. ¿Cuándo llega y cómo se manifiesta este don? Muy posiblemente lo tienen desde el inicio de sus existencias, sin embargo, puede permanecer dormido por largo tiempo y activarse en cualquier momento, o viceversa, sin motivo o razón.

    ¿Es este don reservado sólo para personas excepcionales? No, puede encontrarse en un genio o en una persona con los niveles más bajos de intelectualidad, en personas comunes, en adultos, en ancianos, adolescentes, niños y hasta en infantes, aún sin uso de razón.

    A medida que maduramos como seres humanos, vamos encontrando las herramientas adecuadas para solidificar nuestra personalidad, nuestra forma de pensar y la forma como expresamos nuestras ideas y pensamientos, y aunque lo anterior podría argumentarse con un sin número de excepciones, peros y bemoles, no deja de ser cierto que a medida que avanzamos en nuestro curso en la vida, nuestros niveles de credibilidad aumentan. Sabemos que, aunque lo que decimos no tiene necesariamente considerarse como un hecho indiscutible o inimpugnable, es evidente que la palabra de un adulto se aquilata con más peso que la de un niño o la de un adolescente. Con esto en mente, quė valor le damos a los testimonios de esos niños y adolescentes, que, según los adultos, aún viven en un mundo de sueños y fantasías, y que poseen dones tan especiales que contradicen a todo aquello que el mundo a su alrededor mide con la lógica y la factibilidad.? ¿Nos hemos preguntado cómo se enfrentan al escepticismo de su familia y de todos aquellos con quienes comparten sus vidas? ¿Cómo son vistos por la colectividad? ¿Y finalmente como consideran sus habilidades o sus dones? ¿Cómo una gracia otorgada por la divinidad o como una terrible maldición?

    La historia de Oscar Nash es un ejemplo fehaciente de lo que la vida de un vidente en esta etapa de la vida puede ser.

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    Deambulan incorpóreos como gitanos sin rumbo, sin patria, ni fronteras, silenciosos y taciturnos entre a luz y las tinieblas, invisibles y mudos para el mundo y acogidos solo en la casa de augures, herejes y dementes.

    Mauricio Restrepo

    CAPÍTULO 2

    Tom y Ann eran una pareja de profesionales universitarios. Tom era Abogado especializado en finca raíz y Ann una contadora. Se conocieron en la universidad en una asignatura que compartieron en el cuarto año. Desde el primer día que se cruzaron sus miradas fue amor a primera vista. Casi sin darse cuenta iniciaron una relación amorosa y todo se dio para que se convirtieran de inmediato en una pareja de novios feliz y con muchos sueños de formar una bonita familia.

    Tan pronto terminaron sus carreras y luego de emplearse cada uno en sus campos de estudio, decidieron casase, y fue así como el día veintisiete de noviembre de 1997 contrajeron matrimonio en la ciudad de Miami, lugar donde formaron su hogar.

    Después de innumerables esfuerzos por procurar sus descendencias, ello no les fue posible. Trataron otros métodos alternativos que la ciencia les ofreció en ese momento, pero todo fue inútil. Como un último recurso, les fue aconsejado adoptar un bebé, sin embargo, las exigencias de Ann hicieron del proceso algo complicado. Ella estaba empeñada en que fuese una criatura recién nacida, pues habiéndosele negado ser madre natural, aun quería experimentar todas y cada una de las facetas de la maternidad.

    Pasaron casi dos años en espera y cada vez los sueños de Ann parecían más y más lejanos, y ya estaba a punto de claudicar en sus condiciones y simplemente adoptar un niño con la edad que estuviese disponible.

    Tenían en su casa una habitación lista para recibir al futuro miembro de la familia Nash. No le faltaba nada, tenía desde la cuna, decoraciones, pañales, juguetes, biberones y mucho más; solo le faltaba el huésped de honor…un niño, y sus padres ya estaban impacientes.

    Un día, al llegar a casa, después de una tediosa jornada de trabajo, Ann recibió la llamada que tanto habían esperado. Un niño con las características que ella siempre había ansiado, necesitaba una familia.

    Después de una complicada batería de trámites y procesos legales, les fue entregado un bebé de tan seis semanas.

    Esto fue igual que el encuentro que unió a la pareja años atrás, amor a primera vista.

    Era un precioso varoncito de tan solo dos o tres semanas, supuestamente, de ascendencia hispana, aunque no había forma de saberlo a simple vista, y los Nash prefirieron no indagar absolutamente nada sobre ningún otro detalle acerca de los orígenes del bebé; solo les interesaba el hecho que sería de ellos, desde ese momento en adelante.

    Ann tomó una licencia de maternidad en su trabajo, con el fin de dedicarle toda la atención a su hijo.

    En la familia Nash todo era felicidad, Los rostros de los nuevos padres lucían como cascabeles, pues el sueño de la llegada del hijo que tanto desearon se hizo realidad.

    Tan pronto como el bebé cumplió los cinco meses de nacido y recibieron su registro civil, que los certificaba como padres permanentes del niño, le dieron bautismo católico y lo llamaron Oscar…Oscar Nash II (segundo), en honor al padre de Tom.

    Desde la misma noche del bautizo, todo cambió en hogar apacible de los Nash, ya que el pequeño Oscar, repentinamente, comenzó a tener un comportamiento muy diferente y extraño. Cuando llegaba su hora de dormir, el bebé permanecía tranquilo, se le escuchaba balbucear, reír y hasta juguetear…Luego, aun despierto, se quedaba en silencio y se le veía mirando con suma concentración en dirección de la baranda de su cuna y alrededor de la misma, hasta conciliar el sueño y dormir profundamente hasta el día siguiente. Durante el horario diurno, desde el mismo momento de despertase, lloraba inconsolablemente y con suma intensidad; al punto que tuvo que ser llevado por sus padres, en varias oportunidades, a la sala de urgencias de un hospital local en Miami. Nunca le fue encontrada ninguna molestia física evidente, que le causase ese llanto pertinaz.

    Tanto Tom como Ann, los padres de Oscar, después de cumplirse el periodo de pos maternidad, prorrogaron una y otra vez la licencia, hasta casi completarse un año, momento en que decidieron que lo mejor sería, que la madre renunciara definitivamente a su empleo y permaneciera en casa al cuidado del bebe. Esto mejoró enormemente el comportamiento del pequeño Oscar durante el día, más en las noches continuó de la misma forma, y quizás mucho más activo. A pesar del gran amor, atención y cuidado que el niño recibía de parte de Ann, Tom gozaba mucho más de su empatía, reaccionaba mucho mejor a sus comandos y enseñaba más progreso interactuando con él, al punto que el primer vocablo que pronunció fue papá. Con Ann, el bebé era mucho más frío, pasivo y no era reciproco a todo el afecto que ella le proporcionaba. Ello fue causa de gran aflicción y frustración para Ann, que pensando que su labor como madre estaba siendo insuficiente para su hijo, agotó todos los medios, para que le aconsejaran la mejor manera de conectarse con su pequeño. Tanto el médico pediatra, que estaba a cargo de la salud física de Oscar, como un psicólogo a quien consultó al respecto, le indicaron que el niño era aún muy pequeño para determinar sus preferencias afectivas y concluyeron que tal vez, su preocupación podía ser solo una creación de su propia imaginación y le aconsejaron que para que ella saliera de sus dudas y desecharan sus conjeturas, instalaran una cámara en la habitación del bebé o si fuese posible, adquirieran una portátil y grabaran sus actividades con él. Ann siguió la sugerencia de los especialistas al pie de la letra, y adquirió una cámara de video vigilancia para el cuarto de su hijo y otra de portátil, la cual mantenía instalada en un atril, llevándola de un lado a otro de la casa, por donde estuviera Oscar. La idea no era del agrado de Tom, quien se quejaba de sentirse vigilado y con su privacidad violada, sin descontar el hecho que veía a su esposa en todo momento, y ya de forma obsesiva, con dicha cámara, como una extensión de su rostro. Revisaban a menudo las grabaciones y no notaban nada en el comportamiento de chiquillo que se saliera de lo normal. Ann estuvo cerca de convencerse que sus temores eran infundados y decidió suspender el uso de la cámara portátil y solo utilizarla en ocasiones especiales, hasta que semanas más tarde, recibió la visita de Alice, su mejor amiga del trabajo, quien al saber de su decisión de convertirse definitivamente en una madre y ama de casa de tiempo completo, fue a saludarla.

    Entre los temas de conversación que tocaron fue el de Oscar y las conjeturas que ella había creado acerca de la escasa respuesta afectiva del niño hacia ella. Alice, una mujer muy analítica y observadora le indicó que tenía el tiempo y la disposición para que mientras conversaban, observaran los videos del chiquillo. Mientras tomaban una taza de café, charlaban amenamente de cosas triviales del hogar, amigos en común, etc….Los videos corrían en la televisión, sin que aparentasen prestarles atención. Aunque realmente era Ann quien hablaba, y Alice escuchaba, intentando compartir su atención entre su amiga y la pantalla. De repente Alice exclamó:

    —¡Ann! detén el video y devuelve la imagen unos segundos. Esta sorprendida cogió el control remoto e hizo exactamente lo que su amiga le indicó con tanto sobresalto.

    —¡Detenlo ahí!

    Y señalando en un lugar de la pantalla repitió una y otra vez.

    —Mira a un lado de la cuna de Oscar. Se ve claramente una silueta humana de color blanco traslucido, que se mueve, como si por momentos lo tocase.

    Volvió a exclamar Alice, prestando suma atención a las imágenes en la pantalla. Ann por su parte no salía de su asombro y aunque en un principio no la detectó, una ver la observó en detalle y con más detenimiento, estuvo de acuerdo con su amiga. Entonces continuaron viendo cada una de las grabaciones y para acrecentar su asombro, esa silueta repetía su presencia en un sin número de escenas, y no solo cuando el bebé estaba solo en su habitación, sino también en muchas ocasiones en que se encontraba con sus padres; especialmente con Ann, en las cuales parecía llamar la atención del pequeño, robándosela a su mamá. Al llegar Tom después del trabajo, las dos mujeres, a duras penas lo dejaron cerrar la puerta, para llevarlo a que viera lo que ellas habían detectado en los videos. Él no podía creer en lo que veían sus ojos y les dijo:

    —Yo conozco un hombre que trabaja en todo lo referente a tecnología de fotografía y cinematografía, tal vez él nos pueda aclarar un poco más las imágenes.

    A lo que Alice agregó:

    —Mi vecina y amiga, es una parapsicóloga muy reconocida y es la directora de una revista de temas concernientes a este tipo de fenómenos, y estoy segura que ella estará interesada en ver todo esto y darnos una idea de lo que se trata.

    Y así fue como en busca de una respuesta, quedó plasmado en film algo que ninguno de ellos esperaba, fueron testigos la presencia de un ser de una dimensión de donde los visitantes son pocos frecuentes, o simplemente no nos percatamos de sus visitas.

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    La idea de que te hayas convertido en un fantasma me atormenta y entristece, preferiría pensar que hoy eres un ángel que revolotea entre las nubes.

    Mauricio Restrepo

    CAPÍTULO 3

    Si lo visto en los videos fue motivo de asombro, lo que descubrió el amigo de Tom en su estudio de cinematografía fue aún más extraordinario; lo suficiente como para llamar la atención de alguien que presumía de haberlo visto todo a través del lente de su cámara.

    Tom disfrutaba de un desayuno al aire libre en el patio de su casa, de un día sábado muy soleado, en la compañía de su esposa y su hijo, cuando recibió una llamada. Ann contestó al teléfono y se lo llevó a Tom de inmediato:

    —Querido, es Gabriel, tu amigo el fotógrafo. Dice que le urge hablar contigo. ¿Puedes atenderlo o le digo que te llame más tarde?

    Tom atendió la llamada sin darle espera.

    Después del respectivo saludo, Gabriel fue al grano.

    —Tom, estuve examinando las imágenes, le hice una ampliación a aquellas en que se presentaba la silueta translucida. Transformé el filme de color a gamas de grises y rodé la proyección en cámara lenta hasta casi dejarla estática, y luego mejoré la calidad de las imagines, aumentando a todo lo que pude, la resolución de las mismas. ¿Y no te imaginas lo que surgió de entre la supuesta silueta traslúcida?

    —¿Qué? Dímelo.

    Tom preguntó impaciente.

    Gabriel se rio un tanto nervioso y respondió:

    —La figura de una

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