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Mi Vida Fue Guardada Para Cristo: No Puedo Callar Tanto Amor
Mi Vida Fue Guardada Para Cristo: No Puedo Callar Tanto Amor
Mi Vida Fue Guardada Para Cristo: No Puedo Callar Tanto Amor
Libro electrónico114 páginas1 hora

Mi Vida Fue Guardada Para Cristo: No Puedo Callar Tanto Amor

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Información de este libro electrónico

En este libro Lucila comparte su testimonio de su experiencia con Cristo que cambio su vida. Desde que Lucila acepto a Cristo en su Corazn se ha dedicado a promulgar la palabra de Dios y en esta oportunidad lo hace atravez de este libro y con el espera educar y sembrar la Fe en todos los corazones. Lucila espera poder llevar este mensaje atravez del mundo proclamando el Poder De Dios y sus maravillas.
Filipenses 2:11 y toda lengua confi ese que Jesucristo es el Seor, para gloria de Dios Padre.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento16 abr 2012
ISBN9781469196138
Mi Vida Fue Guardada Para Cristo: No Puedo Callar Tanto Amor
Autor

Lucila Matos

Lucila Matos es natural en Ponce, Puerto Rico. Actualmente reside en Rochester NY. En este libro Lucila comparte su testimonio de su experiencia con Cristo que cambio su vida. Desde que Lucila acepto a Cristo en su Corazón se ha dedicado a promulgar la palabra de Dios y en esta oportunidad lo hace atravez de este libro y con el espera educar y sembrar la Fe en todos los corazones. Lucila espera poder llevar este mensaje atravez del mundo proclamando el Poder De Dios y sus maravillas. Filipenses 2:11 y toda lengua confi ese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

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    Mi Vida Fue Guardada Para Cristo - Lucila Matos

    introduccion

    En este libro les contare mi testimonio de mi encuentro con Cristo, como lo perdi todo y como ahora lo tengo todo en Cristo.

    En este libro creado he inspirado por Dios les contaré lo que fue de mi vida un tiempo atrás. Como mi vida fue afectada por tomar decisiones a la ligera y sin pensar lo que me esperaba. Jamás pensé lo que iba a vivir y las tantas cosas que me fueran a pasar. Muchos consejos me fueron dados, pero esta experiencia la tenía que vivir de esta manera para hoy, poderla contar. Ahora, después de tanto tiempo, ya puedo hablar, perdonar y dejarlo plasmado en un papel para poder enseñar, educar y ayudar a personas que por alguna razón u otra, también pasen por lo mismo.

    Fue una experiencia que jamás se la desearía a nadie pero que tuvo una enseñanza. Ahora que miro atrás me acuerdo haber pensado una vez, esto tiene que tener un final pero, ¿cuál será?

    Ahora pienso y digo, mi Vida fue guardada para Dios. Muchas veces tuve preguntas para Dios, ¿por qué a mí? ¿Por qué? ¿Qué no hice? o ¿qué hice? por que se me hacia difícil entender, pero Dios sabe todas las cosas.

    "Porque yo sé los planes que tengo para vosotros—declara el SEÑOR— ``planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. Jeremias 29 :11

    Capítulo Uno

    Después de varias relaciones amorosas y haber fracasado en todas, ya estaba cansada de tanto fracasar. Mi madre siempre presente, aconsejándome. Pero yo no oia ninguno de sus consejos. No los necesitaba. Quería demostrar que yo sola podía salir adelante. Pero obviamente no era así.

    En el 1994 rompí mi relación con el padre de mis hijos. Quedé sola con mi hijo Eduardo y con tres meses de embarazo de Rafael. Fue muy duro permanecer sola en esa situación. Lo cierto es que no quería ser una estadística más de mujeres solas y embarazadas. Me negaba a aceptar esa situación y luché por regresar con el padre de mis hijos, pero fue inútil, la relación había finalizado.

    Los consejos de mi madre eran constantes. Continuamente me recordaba que nos había criado a mi hermana y a mí sola. Siempre decía –A mí no se me cayó el mundo encima por estar sola. Pero yo no era mi madre, yo no quería estar sola. Además, quería probarme a mí, a ella y a mi ex pareja, que yo sí podía tener y mantener una relación estable con un hombre. Deseaba dejarle saber al mundo que yo no necesitaba consejos de nadie, tampoco tenía la necesidad de suplicarle a ningún hombre para que estuviera conmigo.

    Más tarde en los meses, una tía con la que yo tuve buena relación me llamó y me dijo –Oye, el sobrino de mi esposo vino de Florida y está viviendo en mi casa, ven para que lo conozcas. Ella sabía que yo estaba soltera y conocía mi condición y quería que compartiera mi vida con alguien. Y para ella quién mejor que el sobrino de su esposo, que también era soltero.

    Pasaron varios días y un día cualquiera decidí pasar por la casa de mi tía a conocer al sobrino. Me hice acompañar por un amigo y mi hijo Eduardo. Cuando llegué, mi tía estaba preparando un Sancocho, así que me quedé a comer. Estuvimos allí un largo rato. Conocí al sobrino de nombre César. No era bien parecido, pero sí muy simpático y atento. (al menos conmigo.) Me llamó mucho la atención. La pasamos muy bien en la casa de mi tía. Allí también estaba Tito, el hijo de mi tia. Yo dije a mi tia –Titi tengo que ir al supermercado, y me despedí. Quedé con César en vernos otro día.

    Mi residencia se encontraba en un complejo de apartamentos en donde también, vivía mi madre. Ella vivía en el apartamento de abajo del mío. Al regresar del supermercado, me encontré con Tito y César esperándome en el estacionamiento del complejo de apartamentos. Me sorprendí mucho al verlos. César se me acercó y me dijo –Pensé que ibas a necesitar ayuda para bajar los paquetes.

    Comenzarón a ayudarme a subir la compra a mi apartamento. Cuando íbamos subiendo las escaleras, observé a mi madre mirándonos desde su ventana. De inmediato me llamó a su casa y me dijo –¿Qué hace Tito aquí con ese tipo? le contesté, – ese es el sobrino del esposo de tía y que me estaban ayudando a subir la compra. Ella me contestó –No quiero que hagas amistad con esa gente. Mantente lejos de ellos Tito usa drogas y quién sabe si ese con quien anda también.

    Le dije– Mami, eso no es así. Para ti, todo el que se acerca a mí es malo. Ella me pidió que por favor le hiciera caso. Le conteste –Ok mami, le dije para no entrar en discusiones.

    Me retiré y seguí para mi apartamento. Me alegré mucho al verlos en mi casa. Estuvimos hasta muy entrada la noche. Verdaderamente César me atrajo mucho y no me molestaba para nada compartir con él.

    En el tiempo que estuvo en mi casa, me contó parte de su vida. Que tenía dos hijos, una niña y un niño. También habló de su ex esposa. Que lo había dejado y escondio a sus hijos. Su madre tenía al varón, y la ex esposa la nena. y que había sido muy mala con él. La historia que me contó era muy triste. Me sentí muy mal pues el lloraba mientras me contaba todo lo que había pasado.

    Me fijé en su brazo, tenía una letra marcada. Sabía que era un tatuaje, pero no me pareció igual a los otros que había visto antes. Mi curiosidad fue tanta que le dije –¿Cómo te hiciste eso?.

    El contestó –con el cigarrillo me queme haciendome esta letra. Me quedé petrificada

    –Wow –¿eso no te dolió? Le pregunté mientras lo examinaba minuciosamente.

    Contesto–No. y le pregunté,– ¿Por qué no te lo hiciste normalmente?.

    Entonces me contestó –Ese dia estaba sufriendo mucho. Me di cuenta que él no deseaba hablar del tema en aquel momento. Esto provocó en mí una pena muy grande y me dije a mí misma, Ay bendito, pobre hombre.

    Llegó la hora de despedirse y se fueron los dos, mi primo Tito y mi nuevo amigo César. Quedamos en vernos otro día. Al día siguiente, César me llamó y me preguntó, si podía venir a mi casa. Le contesté que sí. Verdaderamente el me gustaba mucho. Yo veía en él un hombre maduro, un hombre que sabía lo que quería. Ya había sufrido mucho y tenía mucha madurez. Para mi entender, ya sabía lo que quería. Y un hombre así era lo que yo necesitaba. Pero sin embargo, no iba a ser yo la que diera el primer paso para comenzar una nueva relación amorosa.

    Según iban pasando los días César me visitaba más. Me obsequiaba cosas como pan, pasteles, y hasta flores. Comenzamos a tener una relación de amistad. Mi madre no lo soportaba cerca de mí. Cuando venía a visitarme ella también subía al apartamento y se quedaba un buen rato. Su actitud hacia él era terrible, pero yo no me atrevía decirle que se fuera de mi casa porque era mi madre y además ese era mi problema. La dejaba que se manifestara como quisiera. Siempre a la ofensiva, me recordaba, que ese hombre no le gustaba y hasta me lo decía enfrente de él (Que verguenza). Me sentía muy avergonzada por eso.

    Después del primer mes de amistad, César comenzó a quedarse en mi casa a escondidas de mi madre.

    César se llevaba muy bien con mi hijo Eduardo con el cual compartía muchísimo. Conmigo era súper bueno y muy complaciente. No podía pedir más, un hombre que me había aceptado embarazada de otro hombre era eso muy especial para mí.

    Ese día me levanté muy temprano. Había tomado la decisión. Me dirigí a casa de mi tía. Recogí toda la ropa de César y me la llevé a mi casa.

    Para completar mi felicidad, César comenzó a trabajar en una tienda dedicada a vender, alquilar y restaurar enseres eléctricos como lavadoras, secadoras y muebles.

    Yo me sentía completa con él. En varias ocasiones me habló de Dios. Me dijo que había visitado varias iglesias en sus momentos de tristeza. Yo le decía que era católica y que conocía a Dios y creía mucho

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