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Muerte en una Fiesta
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Libro electrónico257 páginas2 horas

Muerte en una Fiesta

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Cosette Whitlow es una matriarca de la sociedad... si el pequeño pueblo de Bradley, Carolina del Norte tuviera una. Amablemene se presta de voluntaria para todas las caridades del pueblo, pero no es ni parecidamente tan amable con su propia familia, vecinos, ni amigos. De hecho, Cosette es notablemente despreciada por la mayoría en el pueblo - incluyendo a la octogenaria Myrtle Clover. Y Myrtle sabe que el desprecio rápidamente puede volverse letal en Bradley.

Nadie pareció sorprendido cuando el cuerpo de Cosette es encontrado en una fiesta que ella está orquestando - fue golpeada en la cabeza con un mazo de croquet. Queriendo restaurar el orden en el pequeño pueblo, Myrtle se resuelve a buscar al asesino - antes que ataque de nuevo.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 jul 2021
ISBN9781667408088
Muerte en una Fiesta

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    Muerte en una Fiesta - Elizabeth Spann Craig

    Capítulo Uno

    ¿MILES? PREGUNTÓ MYRTLE, mirando de cerca a su amigo. ¿Estás invitándome a salir?

    ¡Por supuesto que no! respondió Miles, nervioso. Empujó sus lentes sin montura más alto sobre su nariz.

    Entonces, ¿Por qué estás invitándome a ir a una fiesta contigo, si no es una cita? Myrtle estaba muy aliviada de que Miles no estuviera invitándola a salir. Ella estaba en sus ochenta, viuda desde hace casi cuarenta añoCs. Estaba bastante segura de que ella no sería lo habitual en el protocolo de las citas.

    Simplemente no quiero ir solo a esta fiesta dijo Miles con un suspiro. Revolvió el hielo dentro de su vaso alto de té helado. Acababan de ver Tomorrow's Promise, una ópera suave de la que Myrtle de alguna forma logró dejarlo enganchado. El día de hoy se llevaba a cabo una prodigiosa fiesta. Él había estado pensando sobre su propia invitación, de la cual había pospuesto su respuesta.

    Es sólo una fiesta. Puedes ir, asegurarte de que Cosette te vea allí, y luego te vas. O, simplemente no vayas. Caso cerrado dijo Myrtle. "Ya eres un hombre adulto. Ya que estás en tus sesenta, ya estás bastante grande, la verdad. No tienes que ir a ningún lugar al que no quieras ir"

    Miles pasó su dedo por el mantel a cuadros que cubría la mesa en la cocina de Myrtle. He recibido millones de invitaciones a fiestas de parte de Cosette y he rechazado tantas de ellas que no creo que pueda rechazar una más

    ¿Por qué no quisiste ir a ninguna de ellas?

    Miles se sonrojó. "A Cosette le gusta coquetear. Nunca he sabido qué hacer al respecto. Y su esposo siempre está justo ahí cuando mientras ella está coqueteando"

    Eso sólo demuestra que a ella no le importa para nada. Es molesta, pero es simplemente la forma en la que ella actúa. Incluso a Lucas no le importa. Myrtle se encogió de hombros.

    Quizás así sea, pero me hace sentir incómodo. Pero no sólo eso, ella invitó a algunas de sus amigas viudas para que vayan y es seguro que está intentando emparejarme con alguna. Miles se revolvió en su asiento.

    Eso es porque eres un impresionante espécimen, explicó Myrtle, sonriéndole de forma malévola. Eres un tipo sofisticado de Atlanta que nos está honrando con su retiro en el pequeño pueblo de Bradley, Carolina del Norte. Eres un profesional calificado – un exitoso arquitecto...

    Ingeniero, le corrige Miles malhumorado.

    Lo que sea. El punto es que eres una buena opción para las arpías de por aquí. Además... aún puedes conducir.

    Miles resopla de nuevo. Desearía que dejaras de sacar eso como una razón de mi atractivo. Es algo hiriente para mi ego.

    Piensa en lo que la gente dirá de mí, dice Myrtle. Me llamarán pollera

    Miles piensa sobre ello un poco. Estoy confundido, ¿Qué es una pollera?

    Una de esas mujeres que salen con hombres mucho más jóvenes. Eres como veinte años menor, ¿Lo sabes?, dijo Myrtle.

    "Creo que te refieres a una asaltacunas, no una pollera. Hizo una pausa. ¿Entonces irás conmigo?"

    ¿Para protegerte de la horda de coqueteos? Oh, eso supongo. Puedo parecer algo intimidante, de eso estoy segura. Mido seis pies de altura y utilizo un bastón. Además, ciertamente no tengo nada más que hacer esta noche. Myrtle observó a Miles de forma malhumorada.

    Gracias

    Pero me debes una, dijo Myrtle. "No me agrada Cosette Whitlow ni un poco. Es extremadamente molesta. Cada vez que ve a Red, le cuenta lo maravilloso que es la Casa de Retiro Pastos Verdes y lo mucho que su confundida madre adora estar allí. Presume de su pequeño nieto como si fuera alguna clase de prodigio. Normalmente la evitaría como a una plaga. Sus ojos escanearon los gabinetes de la cocina. Ahora tengo que pensar en qué debería llevar a la fiesta. Quizás alguna clase de aderezo."

    Miles dijo de inmediato, Realmente no tienes que hacer eso, Myrtle. Ya estás haciéndome un favor al venir. Llevaré una botella de vino de parte de ambos y habremos cumplido con nuestra parte.

    Podría incluso llevar algo caliente. Recientemente probé algunos deliciosos champiñones rellenos en casa de Marybell Stuart, dijo Myrtle.

    ¿Qué tal algo simple, como una bandeja de quesos?

    Myrtle dijo, ¡Cualquiera pensaría que no te gusta cocinar, Miles!

    Miles apretó sus labios como si intentara forzar algunas palabras para que no salieran. Él probablemente estaba recordando que necesita mantenerse en el lado amable de Myrtle. Es sólo que no quiero que te molestes con eso, eso es todo. Se escuchó un golpe en la puerta frontal de Myrtle y Miles dijo, Ya tengo que irme, Myrtle. Atenderé la puerta por ti mientras me voy. Nos vemos como a eso de las seis y media

    Miró por la ventana del frente. Es Red, dijo y abrió la puerta para dejar entrar al hijo de Myrtle. Red le dio a Miles un alegre saludo, junto con una despedida al ver que se iba. Luego Red le sonrió a su madre, quien caminaba hacia la sala a su encuentro. El cabello rojo que le había dado a Red su apodo se estaba volviendo gris y ahora él se encuentra a mediados de sus cuarenta. Pasaba sus días patrullando el pequeño pueblo de Bradley, como jefe de la policía Y pasaba sus horas libres tratando de mantener a Myrtle a raya. Estaba convencido de que cuando Myrtle estaba aburrida, lo problemas pronto surgirían.

    Con toda seguridad, le tenía planes para su tiempo libre. Llevaba agujas de tejer y una bolsa con estambre. Myrtle lo miró con desagrado ¿De dónde demonios sacaste esas cosas, Red?

    Suspiró. De Elaine. Está planeando en traer más en la tarde

    Myrtle parpadeó en su dirección. No te creo. Tu esposa sabe bastante bien que no soy de tejer.

    "Sin embargo, ella sabe que tú sabes cómo tejer. Y ella tiene una amiga que le está enseñando a tejer. Al parecer, se supone que debe ser muy relajante", dijo Red encogiéndose de hombros mientras se detuvo frente a su madre en la sala. Debía estar haciendo calor afuera, ya que había gotas de sudor en su frente, aparte del hecho de que él sólo tenía que cruzar la calle para llegar a casa de Myrtle. Su pequeña sala de estar, de la cual ella prefiere pensar como acogedora, de repente parecía agobiante.

    ¿Viniste directo hacia aquí? preguntó Myrtle frunciendo el ceño. Si estás así de acalorado sólo por cruzar la calle, entonces de ninguna forma voy a salir el día de hoy.

    Red hizo una pausa, como si estuviera midiendo sus opciones. Debió estar tentado a decir que afuera estaba muy caluroso para Myrtle... entonces sabría que ella se quedaría en casa y lejos de los problemas. Pero aparentemente decidió decirle la verdad. No vine directamente hasta acá, no, aunque sí está bastante caluroso afuera. El trabajo ha estado pesado últimamente. Toda clase de locuras están ocurriendo.

    Los oídos de Myrtle se agudizaron. Días atareados para el departamento de policías podrían ser algo interesante de escuchar. ¿Locuras? ¿Qué clase de locuras? Quizás tendría que ver con el fascinante historial de la calle.

    La señora Marlson ha estado preocupada porque han robado prendas de su tendedero. Ha estado llamándome cada par de horas para preguntar si ya atrapamos al culpable. Justo en ese momento, sonó el celular de Red. Lo sacó de su funda y lo analizó con tristeza. Sep. Es la señora Marlson.

    Red inhaló profundamente y contestó la llamada. ¿Señora Marlson? Sí. Estoy trabajando en eso justo ahora, así es. Le estoy preguntando a mi madre si ha visto a alguien sospechoso merodeando por la calle. Sus ojos se trasladaron hasta Myrtle. Mamá, ¿Has visto a alguien extraño?

    Erma Sherman es extraña, murmuró Myrtle, estremeciéndose al pensar en su odiosa vecina de al lado.

    Red la ignoró y dijo, No, señora Marlson, mamá no ha visto a nadie. Seguiré investigando. Encontraremos al sujeto – no se preocupe. Mmm-hmm. Colgó con un suspiro. Adoro los pueblos pequeños. En serio, los amo. Debería darle gracias al cielo de que estoy en Bradley, Carolina del Norte, preocupándome por ropa robada y tendederos y no por grafiti, asesinatos y caos total.

    Myrtle dijo, Si a Mary Marlson le robaron algo, entonces soy el tío de un mono. Probablemente metió esas prendas en su armario y se olvidó de que estaban ahí.

    Oh, dijo Red, sonando sorprendido. ¿Ella tiene Alzheimer? Nadie se molestó en decírmelo. Esa es exactamente la clase de cosas que me gustaría saber para estar al tanto de la gente y asegurarme de que estén a salvo.

    No. Sólo es una simple vieja despistada. Era exactamente igual cuando era niña, dijo Myrtle. Dijo que yo había tomado su canica favorita. Mary insistió e insistió en eso, es una locura. Después, noté que el bolsillo de su vestido tenía un pequeño bulto, y ahí estaba la canica. Deberías ir a visitarla y hacer que busque esas cosas en su armario.

    La voz de Red sonaba pensativa ahora, Muy bien, mamá. Buena idea.

    "Ahora que te he salvado de una búsqueda infructuosa por los vestidos de algodón de Mary Marlson, ¿Por qué no me das las verdaderas noticias de lo que ocurre en el pueblo? Debes ser capaz de hacer algo mejor que las Travesuras del Tendedero", dijo Myrtle.

    Veamos, Red levantó la ceja. No pasa la gran cosa, no. Jim Weller insultó a Tony Pearson en la barbería. Algo sobre incompetencia mecánica. Se abalanzó hacia Tony y tuve que interferir. Yo estaba allí arreglando las cosas.

    ¿Incompetencia mecánica? ¿Es como la incompetencia médica?

    Supongo. Tony es un mecánico de autos y Jim piensa que causó más daños bajo el capó y ahora Jim tiene que realizar algunas reparaciones costosas. Calmé un poco a Jim y ayudé como mediador en la disputa. Red se encogió de hombros.

    Ser policía en un pequeño pueblo no es tan aburrido como la gente piensa, dijo Myrtle.

    En eso tienes razón. Red se estiró y se levantó de su asiento. Ya es tiempo de que me vaya. Aún tengo que lidiar con la señora Marlson.

    ¿Puedes regresar después a la tarde y llevarme a la tienda? Myrtle ya no tenía auto, aunque estaba orgullosa de todavía tener una licencia. Usualmente iría caminando, pero esta vez tengo que comprar un galón de leche. Y debo conseguir algo para llevar esta noche a la fiesta de Cosette Whitlow. Red le frunció el ceño y ella suspiro. Miles me está haciendo ir.

    Red dijo, Ah, Miles está detrás de esto. No puedo imaginar que vayas allí por cuenta propia. ¿No te estabas quejando de ella el otro día – de que siempre estás topándote con Cosette? No puedo entender dónde podrían cruzarse tu camino y el de Cosette.

    "En todas partes. Ella es omnipresente, como un espíritu maligno. Aparentemente, está involucrada en todas las actividades que el pueblo de Bradley tiene para ofrecer. Y aun así, sucede que siempre termino encontrándome con ella en la librería, la oficina postal, la farmacia, y en la tienda o donde sea, ella está siguiéndome", dijo Myrtle.

    Hmm, dijo Red.

    Myrtle estrechó sus ojos. Usualmente cuando él decía hmm, estaba ignorándola. Y tiene la osadía de usar un nombre Francés en Bradley, Carolina del Norte. Me comeré mi sombrero si esa mujer nació llamándose Cosette. Creo que era una Mary Elizabeth o una Darla Leigh o una Peggy Jo.

    Red miró hacia el cielo suplicándole a los dioses.

    Y se la pasa presumiendo constantemente sobre su nieto. Noah. El que tiene la edad de Jack

    Jack era el hijo de Red y Elaine. ¿Qué clase de cosas estaba diciendo sobre Noah?, pregunta Red con curiosidad.

    "Oh, ya sabes. El pequeño Noah puede leer todos los libros de mesa de su casa. El pequeño Noah puede contar hasta un millón. El pequeño Noah memorizó el Teorema de Pitágoras. Esa clase de cosas. Es tan molesto. Sobretodo porque sabemos que Jack está mucho más avanzado que Noah. Más avanzado que cualquier niño en Bradley".

    ¿Algo más?, preguntó Red. Deberías sacarlo todo de tu sistema ahora.

    "Ella es toda espinosa y puntiaguda. Rasgos puntiagudos, barbilla puntiaguda, codos y rodillas huesudas. Lengua afilada, también – ella siempre se está quejando de su pobre esposo. Él aún tiene algo de cojera desde su operación de rodilla, pero eso no la detiene de tenerlo corriendo por todos lados. Sí, punzante por todas partes. Cuando la miro, pienso auch".

    Red soltó una risa. Si tú lo dices, mamá. Bien, voy de salida. Su mirada cayó a las agujas de tejer y la bolsa con estambre. Disfruta tu tejido.

    Myrtle miró la bolsa con desagrado. Ciertamente no. Por mucho que ame a Elaine, le estaré regresando estas cosas de tejido en cuanto la vea. Me conoce mejor que esto.

    Elaine probablemente pensó que era una actividad que podían hacer juntas. Tejido de Abuelas, según recuerdo, y ella te tenía tejiendo justo a su lado, dijo Red con suavidad.

    Hace muchos años, dijo Myrtle con un suspiro. Hizo una pausa. Tejer me hace sentir vieja. Me hacía sentir vieja cuando tenía veinte y lo sigue haciendo.

    Se supone que es relajante, ofreció Red.

    Es estresante para mí.

    No puede ser posible, dijo Red rotundamente. Todo el mundo dice que es relajante.

    Quizás no todo el mundo termina con un montón de filas fuera de lugar. O quizás no terminan con puntadas realmente apretadas.

    Sólo piénsalo, mamá: Tejer te dará una excelente imagen de encubierto. La gente será envuelta por una falsa sensación de seguridad. Ellos verán a una anciana en sus ochenta tejiendo inofensivamente a la distancia, y soltarán toda clase de secretos. Piensa en todo el espionaje de encubierto que puedes hacer. Sé que te gusta husmear.

    Bueno, me gusta husmear más de lo que me gusta tejer, eso es seguro. Hizo una pausa. "¿Elaine es buena tejiendo?"

    Red rodó sus ojos y él y su madre compartieron una mirada de extraña solidaridad.

    Supongo que para este invierno tú y yo estaremos usando unos horrorosos sombreros y bufandas tejidos a mano, dijo Myrtle con un estremecimiento.

    Estoy rogando por otro cálido invierno, dijo Red fervientemente mientras caminaba fuera de la casa.

    Capítulo Dos

    ESA TARDE EN LA TIENDA, Myrtle se encontró nuevamente con Cosette Whitlow. Ahí estaba ella, justo en la sección de los lácteos, con su aburrido esposo Lucas a su completa disposición, como siempre.

    Red la había llevado en auto hasta la tienda, tal como lo prometió. Dijo en voz baja, Cosette está aquí ahora. ¿No es ella el foco de tu fascinación actual?

    Fascinación y repulsión, todo a la vez, susurró Myrtle. Ella tomó una bolsa de comida para perros.

    Dámela yo llevaré eso, dijo Red enérgicamente. "Debe pesar como unos veinte kilos, mamá. Espera. Tú tienes un gato, no un perro".

    Le estoy donando comida para perros al Refugio de Animales de Bradley. Leí en el periódico que están bajos de fondos.

    Bien. Bueno, recuérdame y se la llevaré mientras voy en patrulla, no necesitamos que cargues con veinte kilos de comida para perros a pie. Levantó la vista. Parece que Cosette viene hacia acá, susurró.

    "Oh ho-la, ¡Señorita Myrtle! ¿Abasteciendo tu despensa?", preguntó Cosette con una sonrisa condescendiente en su rostro y la clase de tono de voz que se usa para niños pequeños o mascotas estúpidas.

    Myrtle le mostró una sonrisa rígida en respuesta. Así es. Y aprovechando que estás aquí, quería avisarte que iré a tu fiesta de esta noche. Iré con Miles.

    "¿No es eso magnífico? cantó Cosette, dándole un amplio guiño a Red. Simplemente adoro cuando nuestros ciudadanos mayores aún siguen disfrutando de una vida amorosa. Es algo muy importante, ¿No lo crees, Lucas?"

    Lucas asintió rápidamente, sonriéndoles.

    Algo vital, creo yo, dijo Red, asintiendo y dándole palmaditas a su madre en la espalda. Los ayuda a vivir más tiempo, mejor, les da una vida más significativa. Sus labios se torcieron como si desearan romper en una sonrisa.

    "Miles y yo no tenemos ninguna relación, como bien sabes, Red Clover", soltó Myrtle.

    Esa es otra de las cosas que admiro de tu madre, dijo Cosette, parpadeándole de forma coqueta a Red. ¡Ella es simplemente intrépida! ¡Linda e intrépida!

    Myrtle se quedó mirándola y Red hizo un sonido de estornudo, lo cual Myrtle supone que fue su intento de contener la risa. Era muy molesto cuando las personas trataban a los mayores como si fueran niños. Myrtle nunca ha sido linda. Y ella prefería capaz o valerosa en vez de intrépida.

    Myrtle sonrió apretando los dientes. Trataría de ser paciente. Que curioso verte a ti y a Lucas aquí, Cosette. Te veo a donde sea que vaya, eso creo. Debes ser la mujer más ocupada en Bradley.

    Lucas respondió de forma tímida, Lo es. Disculpen mi presunción, pero Bradley no sería nada sin ella. Está a cargo del Club de Mujeres, el Club de Jardinería de Bradley, la Sociedad Histórica, y es voluntaria en muchos comités en la Iglesia. Sin incluir todas las cosas que hace en la casa – Cosette mantiene la casa meticulosamente limpia, y cocina como una chef profesional. Miró orgulloso hacia su esposa.

    Cosette sonrió en respuesta, ¿Todavía estás activa en el pueblo, Señorita Myrtle?

    Myrtle se encogió de hombros. "Escribo una columna para el Clarín de Bradley. Y, también, hago reportes de investigación especial para ellos a veces".

    Cosette estaba momentáneamente distraída al ver a Lucas tomar una bolsa de papas fritas de un estante cercano. Le dijo con dureza, Lucas – devuelve eso. Tienes que perder peso.

    Rápidamente regresó hacia Myrtle. ¿Escribes artículos para el periódico? ¡¿No es eso una ternura?!, Cosette sonrió. Debería reclutarte para algunas de las organizaciones que lidero. Podrías hacer cosas realmente buenas en este pueblo, ¿Lo sabes?

    Myrtle la miró frunciendo el ceño.

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