Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La Carta Robada - (Anotado): Los Misterios De Poe Edgar Allan 3
La Carta Robada - (Anotado): Los Misterios De Poe Edgar Allan 3
La Carta Robada - (Anotado): Los Misterios De Poe Edgar Allan 3
Libro electrónico36 páginas28 minutos

La Carta Robada - (Anotado): Los Misterios De Poe Edgar Allan 3

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Los Misterios De Poe Edgar Allan 3
Incluye una biografía del autor, sus obras, cuentos, poesía, ensayos, críticas y sus frases más conocidas y no tan conocidas.
La Carta Robada es el tercer y último de los misterios de poe que tiene como protagonista el detective Auguste Dupin. Este misterio contiene un poco de del género policiaco y terror. Inspirada en hechos reales.

De Que Trata
La Carta Robada es un cuento de género policial cuya historia transcurre en París en los años 1800. Un prefecto de la policía recurre al detective Dupin y a su amigo, el narrador, con el objetivo de resolver el caso de una carta robada en las cámaras reales, la cual, el ladrón usa para obtener poder sobre él con fines políticos. El ladrón fue visto por la víctima y un tercero, robando la carta. Dupin se niega a tomar el caso, dando consejos al Prefecto de cómo revisar la propiedad del ladrón, a efectos de hallar la carta en cuestión, ya que han sido infructuosas las cuantiosas búsquedas efectuadas. El prefecto procede a realizar una serie de allanamientos en la mansión del ministro Danton, inspeccionando con microscopio cada rincón, mueble y objeto posible de la casa, donde la carta podría haber sido escondida, pero sus intentos, tal como la primera vez, fueron en vano. Sin saber qué más hacer o dónde buscar, el Prefecto vuelve por la ayuda de Dupin, ofreciéndole una gran recompensa por resolver el caso. Dupin acepta, para entregarle la carta que él ya había recuperado por sus propios medios, utilizando procedimientos más simples que los del prefecto. Dupin se puso en lugar del ladrón, lo analizó, y dedujo que éste no sería capaz de esconderla en lugares donde posiblemente la policía podría revisar, sino en el sitio más simple y visible, donde, por la naturaleza expuesta del lugar, la carta no sería buscada ni sospechada. Encontró la carta en un tarjetero, muy manchada y arrugada, se hallaba rota, casi en dos, por el medio, como si una primera intención de hacerla pedazos por su nulo valor hubiera sido cambiado y detenido. Dupin robó la carta y la reemplazó fácilmente por otra que había preparado cuidadosamente en casa, imitando el monograma de Danton, con mucha facilidad, por medio de un sello de miga de pan.
IdiomaEspañol
EditorialAlabanza
Fecha de lanzamiento15 dic 2020
ISBN9791220237543
La Carta Robada - (Anotado): Los Misterios De Poe Edgar Allan 3
Autor

Edgar Allan Poe

Dan Ariely is the James B. Duke Professor of Psychology and Behavioral Economics at Duke University. He is a founding member of the Center for Advanced Hindsight; a cocreator of the film documentary (Dis)Honesty: The Truth About Lies; and a three-time New York Times bestselling author. His books include Predictably Irrational, The Upside of Irrationality, The (Honest) Truth About Dishonesty, Irrationally Yours, Payoff, Dollars and Sense, and Amazing Decisions. His TED Talks have been viewed more than 27 million times. His work has been featured in the New York Times, the Wall Street Journal, the Washington Post, the Boston Globe, and elsewhere. He lives in North Carolina with his family.

Relacionado con La Carta Robada - (Anotado)

Libros electrónicos relacionados

Relatos cortos para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para La Carta Robada - (Anotado)

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La Carta Robada - (Anotado) - Edgar Allan Poe

    Poe

    Misterio 3

    Al anochecer de una tarde oscura y tormentosa en el otoño de 18..., me hallaba en París, gozando de la doble voluptuosidad de la meditación y de una pipa de espuma de mar, en compañía de mi amigo C. Auguste Dupin, en un pequeño cuarto detrás de su biblioteca, au troisième, No. 33, de la rue Dunot, en el faubourg St. Germain. Durante una hora por lo menos, habíamos guardado un profundo silencio; a cualquier casual observador le habríamos parecido intencional y exclusivamente ocupados con las volutas de humo que viciaban la atmósfera del cuarto. Yo, sin embargo, estaba discutiendo mentalmente ciertos tópicos que habían dado tema de conversación entre nosotros, hacía algunas horas solamente; me refiero al asunto de la rue Morgue y el misterio del asesinato de Marie Roget. Los consideraba de algún modo coincidentes, cuando la puerta de nuestra habitación se abrió para dar paso a nuestro antiguo conocido, monsieur G…, el prefecto de la policía parisina.

    Le dimos una sincera bienvenida porque había en aquel hombre casi tanto de divertido como de despreciable, y hacía varios años que no le veíamos. Estábamos a oscuras cuando llegó, y Dupin se levantó con el propósito de encender una lámpara; pero volvió a sentarse sin haberlo hecho, porque G… dijo que había ido a consultarnos, o más bien a pedir el parecer de un amigo, acerca de un asunto oficial que había ocasionado una extraordinaria agitación.

    — Si se trata de algo que requiere mi reflexión —observó Dupin, absteniéndose de dar fuego a la mecha—, lo examinaremos mejor en la oscuridad.

    — Esa es otra de sus singulares ideas —dijo el prefecto, que tenía la costumbre de llamar «singular» a todo lo que estaba fuera de su comprensión, y vivía, por consiguiente, rodeado de una absoluta legión de «singularidades».

    — Es muy cierto —respondió Dupin, alcanzando a su visitante una pipa, y haciendo rodar hacia él un confortable sillón.

    — ¿Y cuál es la dificultad ahora? —Pregunté— Espero que no sea otro asesinato.

    — ¡Oh, no, nada de eso! El asunto es muy simple, en verdad, y no tengo duda que podremos manejarlo suficientemente bien nosotros solos; pero he pensado que a Dupin le gustaría conocer los detalles del hecho, porque es un caso excesivamente singular.

    — Simple y singular —dijo Dupin.

    — Y bien, sí; y no exactamente una, sino ambas cosas a la vez. Sucede que hemos ido desconcertados porque el asunto es tan simple, y, sin embargo, nos confunde a todos.

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1