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Los Prisioneros de la Maestra: Los Mascotas de la Maestra, #3
Los Prisioneros de la Maestra: Los Mascotas de la Maestra, #3
Los Prisioneros de la Maestra: Los Mascotas de la Maestra, #3
Libro electrónico453 páginas11 horas

Los Prisioneros de la Maestra: Los Mascotas de la Maestra, #3

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Información de este libro electrónico

Investigo un asesinato en una prisión paranormal y termino tras las rejas con cuatro reclusos psicópatas.

Flynn
Nativo Americano, mitad vampiro, mitad león metamorfo, en prisión por doble homicidio (y mi estudiante)

Ronan
Negro, pelo plateado, ojos violetas, fae traicionero, en prisión por robo de identidad y posible asesinato

Marco
Peligrosamente sexy, el demonio bisexual italiano, y uno de los hijos bastardos del diablo, en prisión por robo a mano armada

Aedan
Gran dragón irlandés dorado, en prisión por incendio provocado

Me usarán de formas que nunca pensé que fueran posibles. Pero no saben quién soy realmente. Lo que realmente soy.
Mi familia ha jugado con el diablo y yo he heredado la oscuridad.
Cuando estoy en peligro, cuando mi familia está en peligro, no sólo muerdo, no sólo mato, soy más psicópata que todos ustedes y no dudaré en poner el mundo de cabeza.

Disfruta de este standalone de 110k palabras (550 páginas). No tienes que leer los libros anteriores en este universo primero para leer Los prisioneros de la maestra
Si te gustan los vampiros, los metamorfos, los monstruos, los demonios, los faes, los dragones y las historias oscuras, esta novela paranormal romántica es definitivamente para ti.

IdiomaEspañol
EditorialN.J. Adel
Fecha de lanzamiento9 sept 2020
ISBN9781071565056
Los Prisioneros de la Maestra: Los Mascotas de la Maestra, #3

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    Vista previa del libro

    Los Prisioneros de la Maestra - N.J. Adel

    Este es una obra de ficción. Todos los incidentes, diálogos, así como los personajes son productos de la imaginación del autor. Cualquier parecido con personas vivas o fallecidas es pura coincidencia.

    LOS PERSONAJES AQUÍ DESCRITOS SON MAYORES DE 18 AÑOS.

    ADVERTENCIA

    ESTE LIBRO PRESENTA ESCENAS DE SEXO EXPLÍCITO Y OTRO MATERIAL QUE PUEDE OFENDER A ALGUNOS LECTORES.  POR LO TANTO, ESTÁ DIRIGIDO SOLAMENTE AL PÚBLICO ADULTO.

    Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, distribuida o transmitida en forma alguna ni por ningún medio, incluidos la fotocopia, la grabación u otros métodos electrónicos o mecánicos, sin el permiso previo por escrito del autor, excepto en el caso de breves citas incorporadas en reseñas críticas y algunos otros usos no comerciales permitidos por la ley de derechos de autor. Para solicitar la autorización, escriba al autor a la dirección de correo electrónico que figura a continuación.

    N.J.adel.majesty@gmail.com

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    Darkness Between Us

    NINE MINUTE LATER

    Nine Minutes Xtra

    Nine Minutes Forever

    I Hate You then I Love You Erotic Suspense Box set

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    ANTES DE LEER

    ––––––––

    La historia está en tiempo presente, así que algunos flashbacks están contados en tiempo presente mientras que algunos están en pasado para crear un mayor impacto. Como el autor, elijo este estilo.

    Espero que disfruten de este viaje conmigo. Ciertamente disfruté creando cada palabra y emoción en él.

    De parte del autor

    Aquí no hay ninguna frase llamativa, tan solo una advertencia. Esto es una prisión.

    Hay sangre. Mucha.

    Hay crimen. Secuestro. Tortura. Intento de violación. Asesinato.

    Por mucho que me guste que estés leyendo, me gusta más cuando te cuidas.

    ¿No te estarás echando para atrás? Bien, porque hay sexo. Mucho.

    CAPÍTULO 1

    DIVINA

    Cuanto más tiempo miro las fotos de los asesinatos, más fuertes son mis bestias que me aúllan y me arañan. Muerdo la punta de mi bolígrafo y mastico mi labio inferior, moviéndome inquieta en mi asiento, mientras estudio el ángulo desde el cual el asesino había liquidado a la novia de su amigo. 

    En lugar de estudiar el olor de Derek y el latido de su sangre.

    Torcí mi cuello y froté la espalda en un débil intento de aliviar la tensión. Derek se inclina en su silla lejos de mi escritorio y mira hacia arriba desde el archivo. Luego me muestra una tierna sonrisa. Entierro mi mirada en los cuadros sangrientos, pero siento sus ojos sobre mí.

    Huele tan rico. Tan delicioso que quiero comérmelo. Literalmente.

    —Te ves tensa —dice finalmente.

    —Es porque lo estoy. —Nunca es fácil, trabajar en las escenas de crímenes, interrogar a delincuentes sanguinarios, mientras un lobo y un reno luchan constantemente por liberarse de mi jaula humana.

    Especialmente con la sangre. El reno se pone aprensivo El lobo tiene hambre. Es un desastre.

    Pero amo mi trabajo como psicóloga criminalista, lo que las películas y los programas de televisión llaman un perfilador, incluso más que mi enseñanza. Darle un buen uso a mi título de psicóloga, encerrar a los asesinos y violadores donde pertenecen, me hace... Humana. La forma en que debería ser.

    —¿Quieres que te dé un masaje? —pregunta.

    Parpadeo ante él, ante la sonrisa que siempre me derrite las entrañas.  La idea de tener sus grandes manos frotando mi piel... —Yo....—Niego con la cabeza, queriendo decir que sí a gritos—. Estoy bien. Gracias.

    Derek deja el archivo en el escritorio y viene a mi asiento—. Es solo un masaje en el cuello, Divina, de un amigo.

    Un amigo que quiere ser mucho más que un amigo.  Un amigo con un olor que me da escalofríos en la columna y endurece mis pezones.

    Mis manos se mueven solas y tiran mi cabello hacia un lado, dejando que todo cuelgue y descanse en mi muslo—. Bien. Solo por esta vez.

    ¿Qué carajos?

    —¿Alguna vez te dije que tu cabello es hermoso?

    Es el cabello castaño oscuro de papá. Lo llevo largo y mantengo los rizos naturales, pero mataría por el cabello rubio y suave de mamá. Ahora, ese sí era realmente hermoso.

    Eso no viene al caso.

    Lo que importa ahora es cómo Derek murmura esa pregunta en mis oídos. Me tenso un poco más, mi corazón late con fuerza.

    Antes de que pueda decir algo, sus manos encuentran la parte de atrás de mi cuello.

    —Dios mío. La palabra tenso se queda corta. Tu pobre cuello se siente como un enorme nudo.

    Cierro mis ojos y retengo un suspiro. Sus fuertes y cálidas manos se sienten tan bien sobre mi piel. Si no tengo cuidado, se me escapará un gemido y le dará una idea equivocada. Desde que el tío Carter me ayudó a conseguir este trabajo, Derek y yo hemos trabajado juntos. Nos hemos convertido en buenos compañeros y amigos a pesar de la tensión sexual que nunca disminuye entre nosotros. Es tan guapo, con su cabello rubio oscuro y esos amables ojos grises. Nunca me canso de ver su rostro. Puede que incluso protagonice algunos de mis sueños húmedos, pero eso es lo más lejos que llegará la fantasía.

    Aparte de los encuentros casuales de una o dos noches, he estado soltera la mayor parte de mi vida. Y eso no va a cambiar pronto. Hace mucho que he renunciado a mi lado metamórfico, lo que arruina mis posibilidades de encontrar a mi alma predestinada.  Y como humano... ser un metamorfo no ayuda exactamente al proceso de citas. Por mucho que intente esconder mis bestias y actuar como un ser humano normal, el lobo y el reno siempre estarán ahí, tendidos bajo la superficie, esperando liberarse. Y lo que es peor, a ser encontrados.

    Es un riesgo que no puedo correr.

    Derek es agradable, increíble y muy guapo, pero debe quedarse para siempre en la friendzone.

    Además, entre mis dos trabajos, no tengo tiempo para tener citas. Resolver casos como analista y desacreditar falsos incidentes paranormales y teorías como parapsicóloga son las cosas que realmente me importan.

    Puede sonar raro que ridiculice a la parapsicología en lugar de apoyarla, considerando que toda mi familia y yo somos sobrenaturales. Solo porque lo seamos, no significa que tenga que estar de acuerdo con ello. De hecho, he adoptado plenamente mi lado humano. A veces, incluso olvido que soy un metamorfo.

    Hasta que el lobo o el reno imploran ser libres.

    Lo que pasa con la bestia es que si la mantengo enjaulada demasiado tiempo, se vuelve salvaje y me vuelve loca, hasta que cedo y la dejo salir. Eso no cambia el remordimiento que siento después. Siempre soy un desastre de emociones después de volver a mi forma humana, librando una batalla con mi lado sobrenatural que aún no he ganado.

    —¿Te has dormido sobre mí? Los dedos de Derek se deslizan a lo largo de mi cuello—. Estuviste muy callada durante un rato.

    Abro los ojos, vuelvo a la realidad—. No, todavía estoy despierta. Solo pienso en el perfil, el motivo, los pasos que debemos dar mañana para obtener el resto de las respuestas que necesitamos.

    —El asesino está en custodia con una confesión por escrito, Divina. No es necesario hacer más perfiles. Es solo otro loco del montón con el que nos tropezamos todos los días. Todo lo que tenemos que hacer ahora es conseguir las pruebas para el fiscal del distrito. Relájate un poco.

    Por eso Derek no es analista de perfiles. El sospechoso ha descrito el crimen con detalles precisos y consistentes, pero su motivo no cuadra. Las puñaladas en el cuerpo de la víctima no se realizaron en la euforia de un crimen pasional. Son lentas y deliberadas. Un hombre que ama en secreto a la novia de su amigo, se lo confiesa y se ríe de eso no la torturaría así, lenta y despiadadamente, hasta la muerte. Sería rápido, violento e imprudente.

    —Me estoy relajando—miento—. Ya me siento mucho mejor. Gracias.

    Mi móvil suena y da un paso atrás—. Es un placer.

    Me inclino hacia adelante y miro la pantalla. Luego la deslizo para ignorarla y me enfoco en las imágenes.

    —Déjame adivinar —hace un gesto al teléfono—. ¿Tu familia?

    Aprieto los labios y gruño.

    —No puedes ignorarlos para siempre, D.

    Odio ese apodo, pero cuando viene de él se oye lindo.

    —Puedo y lo haré.

    El teléfono de mi oficina suena

    —Beastly —respondo.

    —Antes de que me cuelgues, tengo que hablarte de algo importante. —La voz de papá me hace poner los ojos en blanco.

    Pongo una mano sobre el micrófono, sacudiendo la cabeza.

    —Derek, ¿te importaría darme unos minutos para atender esto?

    —Seguro. Es tiempo de una pausa para el café de todos modos. ¿Quieres algo?

    —Lo de siempre, gracias.

    Lo veo salir con una sonrisa, apreciando lo bien que se ve su trasero en sus pantalones. Pero apenas cierra la puerta, frunzo el ceño mientras quito la mano del teléfono

    —¿No podías enviarme un mensaje en vez de romper la regla de no llamar a mi oficina?

    —No tendría que hacerlo si realmente lo cogieras o me mandaras un mensaje. Pero la única forma de contactarte es llamar a la línea que no puedes revisar y que no tiene identificador de llamadas.

    —Como sea. ¿Qué es lo que necesitas? ¿Ayudar a un prospecto de los Demonios de Sangre? ¿Cubrir un asesinato? Porque no voy a hacer nada de eso Creo que hemos dejado claro que no respondo llamadas familiares porque no quiero tener nada que ver con bestias o el club motero o...

    —Tú siempre tan dulce. No sé cómo actuaría si fueras amable de vez en cuando.

    Enrollo el cable del teléfono en mis dedos—. Me pregunto de dónde lo saqué.

    Suspira—. No llamo por el club, Divina. ¿Ya te has enterado del asesinato de hoy?

    —Vas a tener que ser un poco más específico.

    —El de la penitenciaría de Forest Grove.

    —No me suena. ¿Qué tiene que ver eso conmigo, Terror? —. Lo llamo por su nombre de motociclista porque ya sé de qué se trata. Dice que no está relacionado con el club, pero el capitán de la carretera solo llama cuando sí lo está. Los Demonios de Sangre cazan a los villanos del mundo sobrenatural. Este nuevo asesinato debe interesarles. Si no son ellos los que lo han hecho en principio.

    —Creemos que tuvo lugar en una sala secreta en donde encerraban a sobrenaturales. Por lo que hemos reunido hasta ahora, tiene toda la pinta de ser un encubrimiento. Espero que puedas entrar en el equipo que se ocupa del caso. Necesito ojos dentro de la penitenciaría para ver de primera mano lo que está pasando. Necesitamos saber si el asesino es humano o sobrenatural, y por qué razón cometió el asesinato.

    —Qué... no hay... nadie que sepa sobre nuestra especie como para encerrarlos, papá —susurro—. ¿Cómo sabes sobre la sala secreta?

    —Ese es asunto del club motero.

    ¿Eso es todo? ¿Eso es todo lo que obtendré? Bien, comenzaré—. ¿Por qué importa quién o qué los mató?

    —Importa —dijo en voz baja— porque el gobierno está construyendo una nueva prisión en Mount Hood que está siendo especialmente equipada para albergar a sobrenaturales. Varios ya han sido arrestados y desaparecidos misteriosamente. Creemos que han sido llevados a esa prisión y este asesinato está preparado para hacer que los nuestros parezcan peligrosos. Una excusa para arrestar ilegalmente a todos y cada uno y enviarlos a la nueva prisión como una forma de control de población.

    Me río—. ¿En serio? ¿Una teoría de conspiración? Papá, nada de esto puede ser verdad. En mi trabajo, el 99% de los incidentes paranormales reportados son falsos, y el 1% que es real no se descubre. El sobrenatural real aprende a esconderse bien entre los humanos.

    —¿Como tú?

    —Sí. —Aprieto los dientes, odiando esta conversación y todo lo que me recuerda. —Respóndeme esta pregunta. ¿Cómo es que se las arreglan para encerrar a internos sobrenaturales en una penitenciaría común que no está preparada específicamente para mantenerlos como la nueva dice estarlo?

    —Ahí es donde tú entras.

    Retuerzo el cable del teléfono un poco más—. ¿Qué es lo que quieres exactamente de mí, papá?

    —Entra al equipo que investiga el asesinato. Infórmame de todo, y me refiero a todo. Ningún detalle es demasiado grande o demasiado pequeño. No puedo enfatizar lo importante que es esto, Divina.

    Pongo los ojos en blanco—. ¿Por qué no le preguntas al tío Carter? Sabes que estoy ocupada a tiempo completo con dos trabajos, ¿verdad?

    —Perro Rabioso se ha retirado desde que tiene el aspecto de un veinteañero, cuando se supone que tiene cincuenta años y lo sabes. ¡Y no me hagas empezar con tu segunda elección de carrera! —resopla—. ¿Por qué siempre buscas respuestas cuando están delante de ti? Eres una criatura sobrenatural, algún día lo aceptarás y acabarás con toda esta guerra estúpida en contra de la parapsicología.

    —¿Cuándo aceptarás que lo que hago en ese campo es importante para mí?

    —Cuando empieces a defenderla en vez de oponerte a ella, ni un segundo antes.

    Me duele la mandíbula de tanto apretarla. Se queda en silencio, pensando que yo seré quien ceda. Hoy no, Terror. Me quedo en silencio hasta que lo escucho. Su suspiro. Su derrota.

    —Nena, necesitamos saber quién es el verdadero asesino para poder protegernos. Si lo que sospechamos que el gobierno está planeando resulta ser cierto, nuestra especie está en riesgo, toda la familia, incluida tú. —El tono de su voz, la forma en que se quiebra con el miedo real me alarma.

    Puede que no tenga la mejor relación con la familia, considerando que tengo puntos de vista completamente diferentes a los suyos, y el hecho principal de que he negado mi lado animal en su totalidad. Sin embargo, al final del día, siguen siendo mi familia.

    Respiro profundamente, frunciendo los labios—. Veré lo que puedo hacer, pero no te garantizo nada. Lo más probable es que ya tengan un equipo asignado.

    —Estoy seguro de que encontrarás una manera de entrar. Y Divina... gracias.

    —No me lo agradezcas. Si hago esto, no es gratis.

    —¿Quieres algo a cambio? —, su voz se eleva con incredulidad y orgullo.

    —Sí.

    —¿Y qué es?

    —La promesa de que es lo último que haré por los Demonios de Sangre. Pase lo que pase, ninguno de ustedes me pedirá nunca que haga algo que tenga que ver con lo sobrenatural. Amo mi vida como humano y pretendo mantenerla así tanto tiempo como sea posible.

    Por unos segundos, todo lo que oigo es su aliento y el palpitar de mi corazón en anticipación. Luego suspira—. Lo prometo. Por favor, cuídate, nena.

    Cuelga.

    Miro fijamente el teléfono, mis cejas se levantan, una extraña mezcla de emociones me invade. Hablar con mi familia siempre me hace sentir mal, por eso no me gusta responder a sus llamadas. Pase lo que pase, la conversación siempre vuelve a mi trabajo como parapsicóloga. Nunca aceptarán lo que yo defiendo. Y yo nunca aceptaré su verdadera naturaleza aunque, la comparta con ellos. La maldición que me han dado.

    Ahora, acabo de hacer un trato que finalmente puede darme la paz que tanto anhelo. Lejos de todo lo sobrenatural. Del mundo y de la familia en la que nunca encajaré. Con mis bestias bajo control, puedo vivir mi vida como un humano. Completamente. En paz.

    Pero primero, tengo un último y extraño crimen que resolver y restregar las respuestas en la cara de Terror. Va a ser muy sencillo, ya que estoy segura de que no hay sobrenaturales involucrados y que solo se trata de otro psicópata común y corriente que se esfuerza por realizar lo que mejor sabe hacer.

    Hay un ligero golpe en la puerta cuando Derek entra con dos cafés. Luce una sonrisa perfecta. Con solo mirarlo me siento mejor.

    —Justo a tiempo. —Extiendo mi mano para tomar el café. Un agradable cosquilleo me recorre la columna vertebral cuando sus dedos tocan los míos. Pero, rápidamente, retiro mis dedos, recordándome todo lo que no puedo tener. No todavía.

    Espero a que se siente—. ¿Has oído algo sobre un asesinato en la penitenciaría Forest Grove esta mañana?

    Sopla el café y toma un sorbo antes de responder—. Sip. Alguien estaba diciendo algo acerca de formar un equipo. Es un caso prioritario, de la noche a la mañana. No estoy seguro de por qué. ¿Por qué lo preguntas?

    Me pongo de pie, encogiéndome de hombros dentro de mi chaqueta—. Me parece que es una noticia publicitaria.

    —Precisamente lo que pensaba. —Se ríe—. ¿Adónde diablos vas?

    —A la oficina del jefe. Quiero entrar.

    —¿Qué?

    Me apresuro a la puerta antes de que haga más preguntas, buscando la mejor mentira para silenciar sus dudas. —Ya me conoces. Me encanta exponer la mierda falsa. Me muero por entrar en esa penitenciaría en particular a entrevistar a algunos internos para mi próximo artículo, pero es casi imposible conseguir un pase. Deséame suerte.

    Al marchar hacia el despacho del jefe, disminuyo la velocidad. El entusiasmo que debería sentir se está desvaneciendo, reemplazado por algo más... oscuro. De repente, no sé qué desear. Que ya haya enviado un equipo o que no lo haya hecho.

    CAPÍTULO 2

    DIVINA

    El jefe Wainwright está sentado en su escritorio cuando toco la puerta una vez y entro. Levanta la vista como si no se sorprendiera de verme, le da la mano a los detectives Papadakis y Hobbs delante de él y me sonríe—. Beastly.

    Las luces que cuelgan del techo son demasiado brillantes e irritan mi vista sobrenatural. Mi mirada vaga desde las paredes blancas cubiertas de estadísticas de crímenes hasta el dúo que probablemente esté reuniendo para la investigación. Maldita sea, Papadakis y Hobbs son dos de los detectives más experimentados de la comisaría. Mis probabilidades se han reducido a cero.

    —Jefe —digo con un pequeño movimiento de cabeza, echando un vistazo a la foto de sus hijos en el escritorio. Son lindos, debo admitir. No sé cómo hace este trabajo con niños esperando en casa.

    —¿Me estaba esperando?

    Wainwright se ríe—. ¿Quién te lo dijo, Bright?

    Derek no me había dicho nada, pero no puedo decir la verdad—. ¿Decirme qué?

    —Sobre el misterioso asesinato en la cárcel. Sabía que eso pondría tus instintos escépticos al rojo vivo. Cosquillas en el huesito parapsicológico de la risa. Aposté con Tracy sobre cuánto tiempo tardarías en entrar a mi oficina.

    El jefe señala con la cabeza hacia la esquina, donde su asistente, Tracy, me observa por encima del trabajo que finge hacer. Apenas sonríe y me saluda. Me odia. No estoy muy segura de por qué.

    El jefe es totalmente opuesto a ella: tiene el cabello oscuro, mientras que ella es rubia; él es alto y ella mide un metro sesenta y cinco, como yo; las líneas de edad muestran su experiencia tanto como la piel lisa de ella refleja su juventud. Es al menos cinco años más joven que yo. ¿Eso la hace de cuánto? ¿Veintitrés, veinticuatro años?

    Me vuelvo a centrar en el jefe—. ¿Qué tan misterioso es lo que estamos hablando?

    —Dicen que un fantasma lo hizo.

    Quiero resoplar, pero me las arreglo para mantener mi expresión neutral. A la gente se le ocurre cada idea más ridícula—. ¿Estamos hablando del estilo de Gasparín o de Un Cuento de Navidad?

    Solo el jefe se ríe de mi broma.

    Me encojo de hombros ante los dos detectives. Ambos están en sus cuarenta, tal vez más cerca de los cincuenta. Hobbs tiene la piel oscura, con ojos marrones profundos y una permanente expresión seria. Papadakis parece tan griego como su nombre, con rizos salvajes y oscuros y una nariz tan recta que podría cortar el papel, justo por encima de su sonrisita arrogante. Devuelvo la mirada al jefe.

    —¿Por qué un fantasma?

    Gira un poco en su silla.

    —Nadie sabe quién entró o salió. No se dispararon las alarmas. Nada en las cámaras. Un fantasma. Pero si el fantasma de Jacob Marley ha estado moviendo sus cadenas, ciertamente hizo un desastre al hacerlo. La escena del crimen es un caos.

    Arqueé una ceja—. ¿Tiene fotografías?

    —Por supuesto que sí. Estos dos caballeros las tienen. Porque las necesitarán para investigar el asesinato.

    Abro la boca, pero él levanta una mano para detenerme.

    —Beastly, eres excelente en lo que haces. Pero ya tienes tres casos abiertos y no te veo mirando este objetivamente. Puedes entrar en él la próxima vez que uno de estos delincuentes se deshaga de su amigo, ¿de acuerdo?

    —Jefe...

    Levanta su mano, despidiéndome. El jefe Wainwright no es un mal tipo, pero puede ser tan terco cuando se le mete una idea en la cabeza. Si cree que no debo ir, se acabó el juego.

    Sutilmente, Tracy se levanta de su asiento y se acerca a abrir la puerta, mirándome fijamente. El lobo gruñe. Incluso mi reno quiere cornearla.

    Debería luchar por este caso. No puedo renunciar a aquel increíble caso tan rápido. Lo necesito.

    «Corre».

    Me pesa en el pecho la abrupta voz en mi cabeza. Aquella fastidiosa sensación que tengo al venir aquí vuelve a aplastarme.  ¿Son estos mis instintos? ¿Por qué me golpean con tanta fuerza?

    «Corre».

    Tracy se aclara la garganta y el jefe continúa con una orden de desdén. A la mierda. No es como si ahora pudiera cambiar su opinión. Papá tendrá que encontrar a alguien más para que sea su espía.

    Tendré que esperar a que otro acuerdo me saque de mi miseria.

    Puta madre.

    Mientras camino hacia la puerta, una inesperada ola de alivio me inunda. No necesito ese caso de mierda. Todo lo que necesito es volver a los humanos imbéciles y reales. Especialmente al asesino de novias sádico. Averiguaré por qué está mintiendo acerca de...

    Mis ojos se posan en una de las fotos de la escena del crimen que se asoman del expediente que Hobbs llevaba. Antes de que pueda detenerme, doy un paso adelante y cojo la foto. Wolf reacciona al instante, prácticamente esclavo de las fauces. Maldigo mi mala suerte mientras Hobbs me grita.

    Estoy acostumbrada a asesinatos horribles. He visto sangre en lugares donde nadie ha soñado. He visto decapitaciones, descuartizamientos, ahorcamientos, ahogamientos... Todo tipo de baños sangrientos.

    ¿Pero esto? Esto es una masacre.

    El cuerpo es apenas reconocible. La habitación parece estar pintada con la sangre de la víctima. Hay un lío de pasos confusos a su alrededor, y... ¿son esas huellas de cascos? ¿Huellas de patas? Está demasiado borroso y confuso como para decirlo. Su mano está sujeta alrededor de algo, que al examinarlo más de cerca parece un fajo de piel. El suelo está lleno de escamas. Su cabeza está a varios metros de su brazo. Su cara está delgada, como si alguien le hubiera quitado la vida antes de la matanza.

    Resoplo. Nunca había visto un escenario tan perfecto. Con toda esta evidencia. Alguien se ha pasado de la raya para convencer a la policía de que algo no humano está involucrado en esto.

    Mierda.

    ¿Acaso papá podría tener razón?

    Mis instintos son muy acertados con respecto a este tipo de cosas. Este caso no es para nada lo que esperaba.

    Miro a la puerta, maldiciendo mi suerte otra vez. ¿Por qué tengo que captar cada maldito detalle? Estaba a un paso de renunciar a esta mierda.

    Ahora, no puedo dejarlo. Tengo que estar en el equipo.

    Genial, simplemente genial.

    Aunque debería estar feliz. Conseguiré mi tan ansiada libertad de los Demonios de Sangre después de todo.

    Mi cabeza se dirige al jefe—. ¿Cuántos son en el equipo que está enviando?

    Señala la foto que tengo en las manos—. No es asunto tuyo. Devuélvele eso a Hobbs.

    —Con el debido respeto, señor, realmente me necesita en el equipo.

    —Te estás excediendo, Beastly. Estos detectives...

    —...puede cerrar crímenes pasionales de alto perfil desde tres ciudades de distancia, lo sé, pero ¿cuántos casos que involucraron rituales ocultos han resuelto o siquiera se han cruzado?

    La cara del jefe se retuerce con interés—. ¿Crees que esto es como... un sacrificio satánico?

    Me encojo de hombros y sigo mintiendo. Tengo que hacerlo. Si mi padre tiene razón, ninguno de mis compañeros detectives humanos puede meterse en la cabeza del supuesto sobrenatural como yo. Necesito descubrir la verdad por mí misma para proteger a mi familia... y quitármelos de encima. Por eso estoy haciéndolo.

    —No lo sé exactamente, pero esto —y golpeo la foto en el escritorio— es un asesinato ritual. Mire, ¿un fantasma tiene garras? ¿Pieles? ¿Le chupa la vida a una persona así? A menos que sea el fantasma de un lobo...

    Mis ojos se dirigen hacia Papadakis, cuya sonrisa arrogante lo ha abandonado. Sus ojos siguen mirando la foto que tengo en la mano y su garganta se balancea tras una deglución.

    Está asustado y sé lo que tengo que hacer—. Necesita a alguien en este caso que no le tema al diablo y sus demonios, alguien que sepa lo que hace. Alguien que exponga esta mierda para vivir.

    El jefe mueve la cabeza hacia Papadakis, frunce el ceño y se inclina hacia atrás en su silla. Luego juega con la corbata que descansa en su pequeña barriga; sé que lo está considerando.

    Esa ventana de duda que abro de par en par.

    —Papadakis y Hobbs son grandes policías, pero no estamos hablando de un idiota que asesinó a la novia de su amigo.

    —¿Qué más podrías saber del diablo de lo que ya sabemos, Beastly? —Hobbs se burla.

    Lo miro fijamente a los ojos.

    —Más de lo que se imagina.

    Es todo lo que digo, pero mi tono es firme y lo suficientemente grave como para marcar una línea de miedo que haga retroceder a Hobbs.

    No puedo decirle exactamente lo que sé sobre Damien Pattison. El mismísimo diablo que intentó matar a mi madre el día en que nací. Prácticamente me liberó, arrebatándonos a mí y a mi hermana de su vientre con el fin de robarnos para su novia estéril. Piensa que mi hermana y yo somos hermosamente malvadas y que deberíamos pertenecer a su reino para siempre.

    ¿Eso lo convierte en mi padrino? ¿O en el padrino malvado?

    —Tiene razón, jefe —dice Papadakis, bruscamente—. Si esto realmente es un ritual satánico, ella tiene más experiencia en ese campo. Y si lo del fantasma es un simple rumor, necesita a alguien que sepa cómo contenerlo.

    Presiono mis labios con una pequeña sonrisa, echando una mirada agradecida a Papadakis, aunque no me esté haciendo ningún favor. Se muere de miedo.

    El jefe sigue inquieto, así que juego mi carta de triunfo.

    —Esa soy yo. Una persona que puede acallar esos rumores. No querrá que se repita el escándalo de 'Soy un vampiro' de hace casi treinta años, ¿verdad?

    Los ojos de Wainwright se abrieron de par en par frente a mí.

    —¿Cómo sabes eso? Eso debe haber sido antes de que nacieras. Antes incluso de que tu tío se uniera a la fuerza.

    En realidad, sucedió el día que nací, pero no digo nada. Nadie necesita saber que un acólito del diablo casi expuso a todos los sobrenaturales del mundo la misma noche en que yo nací. Porque yo nací.

    Me estremezco al no poder reprimir el súbito sentimiento de culpa. Toda mi vida me han dicho que no era mi culpa, pero aún puedo ver las imágenes que he podido encontrar de esos cuerpos descuartizados. Nunca habrían muerto si el diablo no le hubiera ordenado a ese delincuente que creara una distracción para que todo el club motero fuera al rescate, dejando a mi madre sola y desprotegida.

    Todas esas vidas inocentes desperdiciadas, todo ese daño porque el diablo quería criarnos a mí y a mi hermana como sus hijas.

    No sé por qué. ¿Qué tiene de interesante un simple par de gemelos metamorfos Beastly?

    Papá y el club motero apenas consiguieron detener al vampiro a tiempo, hicieron parecer que era un lunático masacrando gente y volvieron para salvarnos.

    Debería estarle agradecido a él, a toda la familia, incluso a nuestro lado sobrenatural, pero no es así como me siento. Nada de esto habría ocurrido si fuéramos solo humanos.

    Wolf refunfuña una queja y el Jefe todavía me sigue observando.

    —Hasta puedo hacer horas extras este mes. —Sigo adelante, aunque solo quiero volver a mi escritorio y olvidar que mi padre me ha llamado esta mañana.

    —¿Qué dice, jefe?

    CAPÍTULO 3

    DIVINA

    Derek está esperando a que vuelva, aunque casi me tropiezo con él, ocupado hojeando el archivo que Tracy me ha entregado a regañadientes al salir. La única razón por la que no lo hago es su olor, ese delicioso olor familiar que hace que me detenga y me tome un segundo antes de que mis colmillos encuentren su cuello.

    Su sonrisa fácil hace que mis labios se estiren en respuesta. Me da el café que he dejado en el escritorio. Lo ha calentado para mí, mi corazón se agita con ese pequeño gesto.

    —¿Y bien? ¿Te han despedido? —pregunta.

    —Sip. Tampoco hay indemnización por despido. Solo Dios sabe cómo voy a evitar que mis doce hijos hambrientos se mueran de hambre.

    Sonríe—. ¿Así que estás dentro?

    —Y tú también. Wainwright insistió. Algo sobre tener a alguien que me impida usar esa bocota con el prisionero equivocado y ser apuñalada.

    Se ríe—. Está bien, entonces. Supongo que vamos a ver cuál de los asesinos es más asesino que el resto. ¿Cuándo?

    Miro las fotos en mi escritorio, pero no hay forma de que pueda concentrarme en la escena del crimen ahora. Tengo que ir a resolver el asesinato de la prisión antes de que empeore—. ¿No hay tiempo como el presente?

    Pestañea, pero va a por su abrigo—. Bien. Te compraré algo de comida para llevar en el camino. He tenido primeras citas aún más raras.

    —Esto es trabajo, Derek —digo con firmeza, ignorando la sensación de estrechez en mi estómago mientras agarro mi bolsa— no es una cita.

    —Solo te estoy tomando el pelo, Beastly.

    ¿Imagino el trasfondo de su voz? Tal vez. Lo saco de mi mente. Ahora tengo asuntos más urgentes en los que centrarme.

    Derek conduce. No presto atención a lo pequeño que es su coche, al que llama cariñosamente el Gorrión Milenario, en honor al Halcón Milenario de La Guerra de las Galaxias.

    Yo, especialmente, no presto atención a lo cerca que estamos el uno del otro en su interior. Su brazo sigue rozándome cada vez que cambia de marcha, por supuesto, el auto es mecánico; me cuesta no gemir cada vez que me roza. En cambio, me concentro en el archivo, estudiando las horribles imágenes y la información detallada que hay dentro.

    —¿Qué esperas encontrar cuando lleguemos allí, D?

    —Una confesión firmada estaría bien.

    Resopla—. Eso siempre sería agradable. ¿Qué piensas del rumor de los fantasmas?

    Pongo los ojos en blanco.

    —Aquí no hay ningún fantasma. Solo son unos psicópatas idiotas matándose entre sí. Las historias de fantasmas son para niños. Eso es justo lo que vengo a probar.

    Me da una mirada extrañada—. ¿Realmente crees eso?

    —¿Acaso

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