El Secreto Del Dragón Colección romántica y erótica de libros en Español,sobre sexo y fantasía (Spanish Edition): El Libro De La Serie Del Clan, #2

Por Lea Larsen

Alana está convencida de que se está enamorando de Llewellyn Couch.

También está convencida de que hay cosas sobre su familia, sobre un misterioso ritual y sobre sí mismo que él le está ocultando.

Él todavía se niega a tocarla, aunque ella puede sentir que él tiene deseos de tocarla así como ella desea tocarlo a él.

Ella sabe que hay una razón por la cual él se niega, así como hay una razón por la que no se le permite vagar sola por los terrenos de la mansión. Ella percibe que El Clan alberga un secreto peligroso y potencialmente mortal. Y, ella está decidida a averiguar lo que es.

Llewellyn sabe que debe contarle la verdad a Alana antes de la luna llena. Hay cosas sobre su familia, sobre su Clan y sobre sí mismo que ella debe saber. Pero, con su hermano amenazando con separar El Clan y además con esa creciente incapacidad de Llewellyn para reinar en sus propios deseos con respecto a Alana, él mismo no puede evitar preguntarse si es mejor mantener ciertos asuntos en secreto.

• Idioma: Español
• Editorial: Vanilla Publishing company
• Fecha de lanzamiento: 29 oct 2018
• ISBN: 9781386833192

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Índice

Capítulo Uno

Capítulo Dos

Capítulo Tres

Capítulo Cuatro

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Capítulo Uno

Alana estaba más que un poco enferma de esta vida de lujo. Había estado atrapada en la habitación donde Llewellyn la había mantenido durante casi tres semanas. En ese momento, la única otra alma con la que se había encontrado (sin contar su acercamiento accidental con el círculo de dragones en su primer día en la mansión) era Llewellyn.

Una persona imperceptible siempre entraba en la habitación antes de que se despertara por la mañana para proporcionarle el desayuno, ropa nueva y toallas limpias para que pudiera ducharse. Los vestidos que le proporcionaba eran siempre hermosos; lindos vestidos de cóctel, de los cuales algunos eran de seda. Todos eran hermosos y tenía que admitir, se veían impresionantes en ella. Pero después de una semana de estar en batas de seda, empezaba a extrañar los pantalones deportivos y las camisetas.

Llewellyn vino a darle su almuerzo y cena.

No era como si a Alana no le importara ver a Llewellyn. De hecho, sus visitas se habían convertido en el punto más memorable de su día.

Para su disgusto, no la había besado, ni siquiera la había tocado de nuevo desde aquel primer día. De hecho, parecía estar evitando acercarse demasiado a ella.

Ellos hablaron, pero él siempre se aseguró de mantener una distancia segura. En lugar de sentarse a su lado en el asiento de la ventana, colocaba una silla al lado de la cama. Cuando dijo buenas noches, se aseguró de pararse a dos pies de distancia de ella. Y, desde esa primera noche, ella no había sentido nada de él como el beso abrasador que él le había puesto en la frente.

Por supuesto ella todavía anhelaba tocarlo y que él la tocara. Cada vez que él le daba esa media sonrisa que lo hacía lucir innegablemente sexy. Cada vez que él estiraba su mano para alcanzar su