El Rescate de la Hada: Serie de Los Cazadores, Libro 3

Por Charlie Daye

Markus es el hijo mayor de los cazadores del clan Raydon y uno de los guerreros más feroces que los reinos han visto. Cuando una citación del rey Fayon es enviada por su ayuda para salvar a su hija, Markus no duda en ayudar.

Sariah es la princesa del reino de las hadas de la luz. Ella es querida por sus padres y amada por su gente. Su vida es muy feliz hasta que las hadas de la oscuridad la secuestran con la intención de forzar la mano de su padre a su voluntad.

En el momento en que Markus y Sariah se encuentran, hay una conexión instantánea. Es como si el destino los hubiera empujado a los dos para estar juntos, pero Markus no está dispuesto a aceptar su destino impuesto hasta que Sariah es arrancada de sus brazos y forzada a volver a la custodia de las hadas oscuras. Decidida a no perder la esperanza, Sariah se aferra a su creencia de que Markus vendrá por ella, pero cuando lo haga ¿serán capaces de enfrentarse a la magia del ejercito del reino de la oscuridad y aferrarse al amor que acaba de empezar a florecer entre ellos?

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 2 jun 2020
• ISBN: 9781071550359

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La triología de los Rompe Maldiciones

La casa

La Colonia

La Reservación

La Serie de los Cazadores

La Danza Egipcia

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La redención de Raziel

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Criadores 2: El Rescate

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Una Lección de Dominio

Los Niños de Kria

Furia

Raithe

Venganza

All Rights Reserved

Copyright © 2016 Charlie Daye

ISBN-13: 9798649763721

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, distribuida o transmitida en forma alguna o por ningún medio, incluidas la fotocopia, la grabación, u otros medios electrónicos o mecánicos, sin la autorización previa del editor, excepto en el caso de breves citas incorporadas en reseñas críticas y algunos otros usos no comerciales permitidos por la ley de derechos de autor.

Este libro es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o han sido utilizados ficticiamente, y no deben ser interpretados como reales. Cualquier semejanza con personas, vivas o muertas, eventos reales, locales u organizaciones son totalmente coincidentes.

Créditos por la imagen de portada: Charlie Daye y ID 141802934 © EllerslieArt | Dreamstime.com

Para Mark Brown...

No podría haber logrado pasar las secuencias de batalla sin sus locas habilidades. Su conocimiento sobre estrategia militar y su vida en el cuerpo militar valió su peso en oro.

El Rescate de la Hada

1

El rey Fayon estaba de pie en el comedor de su enorme Castillo y miraba su reino. Las madrugadas eran su parte favorita del día. Los cielos eran de un suave oro rosado con tonos púrpura cuando el sol comenzó a ascender en el cielo, los pájaros apenas comenzaban a cantar sus himnos diarios cuando todos comenzaron a levantarse para el día. 

Fayon respiró profundamente y sonrió. Detrás de él podía escuchar el suave golpeteo de los pies en el suelo de piedra y el movimiento de la ropa y antes de que ella lo alcanzara, olió el delicado aroma del perfume de su esposa. Buenos días, mi amor. Dijo volviéndose para saludarla. La visión de su amada Risa siempre le robó el aliento. Era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Tenía el cabello rubio fresa hasta el suelo que siempre mantenía trenzado, sus ojos eran como el tono más pálido del verde menta, su piel tenía un trasfondo dorado impresionante y a pesar del vestido que llevaba, Fayon sabía que había un cuerpo tentadoramente delicioso debajo de él que se curvaba en todos los lugares correctos.

Risa le sonrió cálidamente a su hermoso y masculino esposo. A la luz del día, su cabello a la altura de los hombros brillaba como los rubíes más oscuros y sus ojos como las esmeraldas más ricas, su piel era pálida y su cuerpo era pura perfección. Sus hombros eran anchos, su físico estaba bien cincelado y cuando Risa se envolvió en sus brazos sabía que nada podía hacerle daño. 

Risa se acercó a Fayon y se puso de puntillas para besarlo. Siempre sonreía sabiendo que él tenía que agacharse para recibirla, ya que la parte superior de su cabeza apenas llegaba a la clavícula. Buenos días, mi rey.

¿Cómo te sientes esta mañana? dijo Fayon frotándole la hinchazón de su vientre preñado.

Risa puso su mano sobre la suya: Estoy bien en cuanto tu hijo decidió finalmente irse a dormir después de levantarme de la cama.

Fayon empezó a reír: Ya está dando problemas y ni siquiera ha nacido todavía.

Risa sonrió: No pasará mucho tiempo. Se ha estado preparando para salir al mundo. ¿Has pensado en cómo deberíamos llamarlo?

Fayon arqueó la frente de forma divertida: ¿Es una pregunta capciosa? Por supuesto que se llamará como su padre.

Risa se rió: Me lo imaginaba, pero sólo quería asegurarme. También parece que le queda bien, ya se parece mucho a su padre.

Fayon se inclinó y la besó de nuevo envolviéndola suavemente en sus brazos para no lastimarle la barriga: Te amo Risa.

Risa sonrió devolviendo el beso: También te amo Fayon.

***

Sariah se levantó de su cama y se estiró. Al igual que su padre, le encantaba la madrugada. Caminó hasta la ventana de su dormitorio y se asomó al aire fresco de la mañana. Inhaló profundamente y suspiró antes de volverse para lavarse y vestirse para el día. Sabía que sus padres estarían despiertos y quería encontrarlos para el desayuno.

Sariah se cepilló su cabello rojo rubí que llegaba hasta su cintura y se lo trenzó por la espalda. Se puso un vestido sin tirantes color oro y verde que sabía que su padre amaba. A Sariah le encantaba simplemente porque hacía que sus ojos verdes esmeralda resaltaran aún más. Mirando en su espejo a lo largo del suelo, Sariah sonrió, era definitivamente la hija de su padre.

Dejando su habitación atrás, Sariah bajó las escaleras que la llevarían al comedor donde sabía que estarían sus padres. Cada mañana su padre bajaba y miraba por la ventana masiva a su reino y no mucho después su madre se unía a él.

Cuando Sariah entró en el comedor se detuvo y miró fijamente a sus padres, que quedaron atrapados en un abrazo muy íntimo. Era obvio lo enamorados que estaban y Sariah esperaba que ella fuera igual de afortunada algún día. Incapaz de contenerse, Sariah dejó escapar una risa de sus labios. Fayon levantó la cabeza y sonrió a su hija: Buenos días, Sariah.

Buenos días padre. Espero no interrumpir nada. Bromeó.

Buenos días cariño dijo Risa, todavía colgada de Fayon.

Buenos días, madre ¿Cómo te sientes esta mañana? preguntó.

Risa sonrió y se frotó la barriga: A pesar de que tu hermano me mantuvo despierta la mayor parte de la noche, me siento bastante bien.

La pequeña familia de tres miembros tomó su lugar en la enorme mesa. Fayon se sentó a la cabecera de la mesa y Risa y Sariah se sentaron a ambos lados de él. Mientras esperaban a que les sirvieran la comida, Sariah preguntó: Sé que parece una pregunta extraña, sobre todo porque llevas un tiempo embarazada, pero ¿Por qué esperaron veinte años para tener otro bebé?

Risa sonrió: Éramos muy jóvenes cuando te tuvimos. De hecho, fuiste concebida a la semana de nuestro matrimonio.

Y aunque se te esperaba continuó Fayon, Que tuviéramos un bebé a los dieciocho años era demasiado jóvenes.

No es que te cambiaríamos por nada, pero después de que nacieras, nos dimos cuenta de que queríamos pasar algún tiempo juntos y contigo antes de añadir más hijos a nuestra familia. Añadió Risa.

Pero ahora que has crecido, nos hemos dado cuenta que echamos de menos la risa de los niños que llenaban el castillo cuando eras pequeña. Así que decidimos tener otro. Dijo Fayon sonriendo.

Crees que tendrás más después de que nazca mi hermano? preguntó Sariah.

Risa miró a Fayon y él a ella. Tomó su mano en la suya y sonrió: Me gustaría tener al menos uno más después de que Fayon Jr. Nazca, pero dejaré esa decisión a tu madre.

Risa sonrió: "Eso requeriría que nos embarazáramos dentro del año del nacimiento de Fayon ¿Podrías manejar dos bebés en pañales tan cerca uno del otro en edad?

Fayon se rió: Con gusto asumiría la responsabilidad de más tareas de pañales si consideraras oportuno bendecirme así.

Risa se rió y luego hizo un gesto de dolor frotando su vientre: Tal vez deberías preguntar de nuevo después de que tú hijo salga de mi cuerpo y deje de jugar a la pelota con mis riñones.

Fayon le besó la mano y le guiño un ojo: Lo haré Luego se dirigió a Sariah: ¿Qué planes tienes para hoy?

Sariah se encogió de hombros: No estoy segura exactamente. Pensé que me gustaría ir a la ciudad y hacer un poco de compras hoy. Me he quedado sin pinturas y quería pintar un mural para el cuarto del bebé.

Eso suena encantador Sariah ¿Qué tenías en mente? preguntó Risa. El tema es bastante amplio, ya que aún no hemos elegido nada específico.

Pensé en crear para el pequeño Fayon su propio bosque mágico con animales. Me llevaría unos días, pero si te gusta la idea, podría empezar de inmediato.

Me encanta la idea dijo Fayon ¿Podrías hacer el cielo se vea como lo hace por la mañana temprano?

Sariah sonrió: Si puedo.

Entonces está decidido, será perfecto Sariah, gracias. No puedo esperar a ver el producto terminado. dijo Risa.

Después de desayunar, Sariah salió con su guardia para disfrutar de su viaje de un día a la ciudad para comprar lo que necesitaba para comenzar el mural. Sariah pasó más de dos horas en la tienda de suministros de arte asegurándose de que escogía los colores adecuados para la habitación de su hermano pequeño. En su camino de regreso al castillo, Sariah se detuvo en la panadería local para recoger algunos de los bollos de canela que tanto le gustaban a su madre. Su guardia esperó afuera mientras ella entraba a la panadería. Le sonrió a Jacque, el dueño: Buenos días Jacque 

Jacque le sonrió: Buenos días princesa ¿Cómo está la reina este día?

Sariah sonrió: Se ve bien cuando mi hermano no la está convirtiendo en gelatina.

Jacque se rió: Los niños pequeños tienden a jugar más duro que las niñas. ¿En qué puedo ayudarte hoy?

Esperaba que tuvieras algunos de tus bollos de canela que tanto le gustan a mamá. Terminó con el último lote que enviaste al castillo antes de que se enfriaran.

Jacque levantó un dedo: En realidad creo que acabamos de sacar un lote fresco del horno. Dame un momento para comprobarlo.

Gracias, Jacque Sariah le dijo en voz alta cuando Jacque dejó la parte delantera de la panadería.

Sariah caminó por la panadería buscando en todas las cajas. Todo lo que Jacque hacia era delicioso y estaba considerando conseguir algo para ella cuando sintió el cambio de aire. Sariah se dio la vuelta y se encontró mirando fijamente a los ojos negros y líquidos de un extraño. Su cara y su cuerpo estaban cubiertos por una larga y pesada capa. Sariah dio un paso atrás, sorprendida y luego le sonrió cálidamente, Hola.

El extraño gruño antes de lanzarse a por ella. Sariah fue capaz de sacar un grito a todo pulmón antes de que le colocaran un paño sobre su nariz y boca con un fuerte olor dulce.   

Sariah le clavó las uñas a la mano que le sostenía la tela en su cara. Lo último que vio fue a sus guardias entrando en la panadería antes de que todo se volviera negro.

2

Sariah se despertó de un sueño, sin sueños. Su visión se desdibujó y sus muñecas se sintieron como si estuvieran en llamas. Intentó sentarse e inmediatamente se vio invadida por las nauseas, así que bajó la cabeza de la cama en la que estaba tumbada. Se quedó donde estaba sin moverse durante unos minutos antes de intentar moverse de nuevo. Su visión parecía estarse aclarando y fue capaz de discernir su ubicación.

Mirando a su alrededor, se dio cuenta de que no estaba en una habitación, sino en un calabozo, encadenada en hierro a una pared y acostada en un viejo y sucio colchón. Sariah se puso de pie y se acercó a la puerta de su celda e intentó mirar hacia el largo pasillo, pero no vio nada más que oscuridad.

Miró sus muñecas, estaban rojas e hinchadas por el roce con el hierro y su piel estaba empezando a ampollarse. Ya podía sentir el hierro que le drenaba su magia de hada, su único medio de escape. Usando la poca magia que le quedaba, envió un grito de ayuda a su padre y esperaba que lo escuchara.

Fayon se sentó en una habitación llena de sus consejeros discutiendo sobre política e impuestos. Habían estado reunidos alrededor de la enorme mesa de roble durante más de una hora y aún no estaban cerca de tomar una decisión sobre lo que querían hacer. Queriendo aumentar los ingresos del reino, varios de sus consejeros habían recomendado abrir un acuerdo comercial con las hadas oscuras. Fayon y la otra mitad de los asesores estuvieron de acuerdo en que sería una mala idea. Las hadas oscuras eran conocidas por ser manipuladoras, poco confiables y engañosos y si a eso le sumas el hecho de que la magia oscura era una forma de vida para ellos, parece más fácil encontrar una solución alternativa. Seid, el principal asesor de Fayon, fue categórico en cuanto a que asociarse con las hadas oscuras no sólo aumentaría sus ingresos, sino que abriría todo un nuevo mundo de posibilidades para ellos. Incluso sugirió organizar un matrimonio entre Sariah y el príncipe hada oscuro para fortalecer esos lazos.

Fayon se levantó de su silla, No voy a casar a mi única hija con un indigno hada oscura, príncipe o no.

Señor... continuó Seid, No es su única hija, almenos no lo será, una vez que nazca su hijo y no veo cómo esto pueda ser algo malo. Las hadas de la luz y de la oscuridad unidos en matrimonio sería un evento verdaderamente bendecido.

Fayon golpeó la mesa con su puño haciendo que todos los presentes saltaran, Hay muchos otros reinos con los que podríamos aliarnos que son mucho mejores personas y mucho más fáciles de tratar. Ahora, te sugiero que empieces a buscar esas opciones y te olvides de las hadas oscuras, porque no va a suceder.

Las puertas de la sala de conferencias se abrieron y se estrellaron contra la pared. El jefe de la guardia de Sariah se inclinó y se arrodilló ante el rey, Señor... la princesa, se la han llevado.

¿Que? Fayon se enfureció, ¿Qué quieres decir con que se la han llevado? ¿Qué demonios ha pasado?

El guardia mantuvo su cabeza inclinada mientras hablaba, Señor, nos detuvimos en la panadería de Jacque para comprar bollos de canela para la reina. No entramos con ella, ya que sólo hay una entrada y salida en la panadería. No estaba sóla por más de cinco minutos cuando la oímos gritar. Entramos corriendo a la panadería para encontrar a un hombre vestido con una pesada capa que presionaba un paño sobre su nariz y boca y luego desaparecieron de la vista con Sariah en sus brazos.

¿Sabes quién era? ¿Cómo era? ¿Algo? preguntó Fayon con pánico.

El guardia sacudió la cabeza, No señor. Sólo puedo decerle que tenía ojos de color negro líquido. Su cara estaba cubierta y la capa lo cubría de pies a cabeza.

Fayon se dirigió a Seid: Llama a mi esposa y no le digas nada. Yo mismo le contaré la situación. Luego volvió a prestar atención al guardia: Contacte a los cazadores, informe que necesito sus servicios inmediatamente. No diga nada más en el mensaje que mi hija ha desaparecido.

El guardia asintió con la cabeza y se levantó: Si señor.

Seid se dirigió al rey: Su alteza ¿está seguro de que quiere informar a la reina de esta grave situación? En su condición, quizás sea mejor esperar.

Fayon se volvió hacia Seid y frunció el ceño, ¿Crees que no se dará cuenta del hecho de que su única hija está desaparecida? Traela, Seid... ahora... y no me hagas pedírtelo de nuevo.

Seid se incline y salió de la sala de conferencias sin decir una palabra más. Cinco minutos después regresó con Risa a cuestas. El hermoso rostro de Risa se enmascaró con preocupación, ¿Qué pasa, mi rey?

Fayon miró a Seid, Déjanos Seid se incline y dejó al rey y a la reina solos en la sala de conferencias.

Fayon tomó a Risa de la mano y la llevó a su silla y se arrodilló ante ella. Tomó ambas manos de ella en las suyas y las besó varias veces antes de hablar. Me temo que tengo una noticia horrible, mi amor y sentí que debía entregartela yo mismo y no uno de mis consejeros o la guardia o de los chismes del castillo.

Risa quitó sus manos de las manos de Fayon y le puso la cara inclinada hacia arriba para encontrarse con sus ojos. Podía ver el comienzo de las lágrimas que se formaban en sus ojos: ¿Qué pasa Fayon? ¿Qué ha pasado?

Fayon se tragó, Sariah, se la han llevado, mi amor.

Risa jadeó. Todo el color dejaba su rostro: No Fayon, dime que no es así, por favor, te lo ruego.

Fayon se puso de pie trayendo a Risa en sus brazos. Te prometo que la recuperaremos. Ya he mandado a llamar a los cazadores. Si alguien puede traerla, son ellos.

Risa comenzó a sollozar tranquilamente en el pecho de Fayon, "¿Por qué alguien se la llevaría? ¿Estamos en guerra con alguien?

Fayon pasó su mano tranquilamente por su espalda: No sé quién se a llevaría, pero encontraé al responsable y le quitaré la cabeza."

3

Markus y Kai se transportaron al vestíbulo del Castillo del rey Fayon. Fueron inmediatamente recibidos por un hombre con túnicas púrpuras que se presentó como Seid, consejero principal del rey Fayon.

Markus asintió bruscamente: Llévanos al rey Fayon.

Seid asintió con la cabeza e hizo un gesto con la mano para que lo siguieran, por favor, síganme.

Seid llevó a los cazadores al salón del trono donde se sentaron el rey Fayon y la reina Risa sin demorarse después de pasar el umbral. La habitación estaba vacía, excepto por los guardias que cubrían las paredes. Markus y Kai se acercaron al rey y a la reina y se inclinaron ligeramente, una vez que se pusieron de pie ante ellos, Rey Fayon, soy Markus Raydon y él es mi hermano Kai. Hemos sido enviados para ayudarles a localizar a su hija.

El rey Fayon se levantó de su silla y se acercó a los dos cazadores. Extendió su mano en un saludo que Markus aceptó, Aprecio que hayas llegado tan rápido. La reputación del clan Raydon se ha extendido por todos los reinos, sin embargo, la verdad es que conozco a tu familia desde hace años y sé que son los mejores en lo que hacen. Se detuvo con una sonrisa, De hecho, la última vez que te vi, eras sólo un niño.

Nos honra su alteza. ¿Cómo podemos ser de ayuda? le preguntó Markus.

Como saben por mi mensaje, mi hija ha desaparecido. Lo que no admití en el mensaje es que en realidad ha sido secuestrada. Sariah sólo lleva un par de horas desaparecida y preferiría que empezaramos la búsqueda inmediatamente antes de que pase demasiado tiempo.

Markus asintió: ¿Qué puede decirme sobre su secuestro?

Fayon suspiró: "No mucho. Sólo puedo transmitir lo que el jefe de su guardia