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Dos saltos al pasado
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Libro electrónico116 páginas1 hora

Dos saltos al pasado

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Dos saltos al pasado nace como un incomprendido viaje hacia nuestras raíces históricas. Una historia forjada desde la juventud, que se transformó en una necesidad durante solitarios días, lejos del terruño. Es una novela que realiza una interesante analogía entre dos personajes históricos (Arturo Prat y Salvador Allende, respectivamente), que, de una u otra forma han marcado el devenir histórico de Chile, generando sentimientos y posiciones de toda índole. Ambos personajes, irrestrictos en su actuar, escribieron con su sangre aquellos episodios históricos trascendentales para la vida del país, episodios que se recuerdan en rojo y que demuestran las paradojas de la historia.
IdiomaEspañol
EditorialMAGO Editores
Fecha de lanzamiento3 mar 2014
ISBN9789563172256
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    Dos saltos al pasado - Samuel Toloza

    Dos saltos

    al pasado

    1879-1973

    (Historia por dentro de la historia)

    Samuel Toloza

    © Copyright 2014, by Samuel Toloza

    Primera edición digital: Diciembre 2014

    Colección de novela: Viaje al fin de la noche

    Director: Máximo G. Sáez

    editorial@magoeditores.cl

    www.magoeditores.cl

    Registro de Propiedad Intelectual Nº 239.820

    ISBN: 978-956-317-225-6

    Diseño y diagramación: Catalina Silva R.

    Lectura y revisión: María Fernanda Rozas

    Edición electrónica: Sergio Cruz

    Imagen de portada: © Anna Che / flickr.com

    Derechos Reservados

    Dedicado a Sandra y a mis hijos Jorge y Constanza,

    quienes me han regalado el mejor de los sueños.

    Historia por dentro de la historia

    Desde muy pequeños, nuestros padres y más tarde nuestros maestros se esmeran en darnos a conocer los preciosos detalles almacenados a través de nuestra querida historia patria.

    Sin duda al momento de tener uso de razón, la mayor parte de las personas finalmente termina por saber con exactitud, parte de los capítulos que nos hacen alardearnos por tantas narraciones que nos hablan del orgullo combatiente y nacionalista de nuestros hombres y mujeres que ayudaron en los albores de nuestra vida republicana a ganar una merecida independencia del país ibérico. O más tarde, sumergidos en una cruel lucha fratricida que desembocó en la herida interna más grande que nuestra Nación tenga memoria.

    Pero durante nuestra época moderna, también han existido personas que intentando dar cumplimiento a sus propias creencias y obligaciones, terminaron cayendo o perdiendo su vida en ello.

    Lo que me interesa en el fondo es ir un poco más allá.

    Lo que realmente me seduce es intentar crear un viaje a nuestras raíces y lograr llegar a algunos capítulos que personalmente me han marcado y que de una u otra forma nos demuestra el amor, el patriotismo y el heroísmo de algunos personajes que dieron vida a pasajes tan heroicos y/o tristes de nuestra vida patria.

    Quiero, y es mi deseo, de poder imaginar situaciones para intentar, con mi mente, de establecer una póstuma comunicación con personas que dieron la lucha ante la injusticia o la opresión, ante el enemigo o los traidores. No importa que causó o que los motivó realmente a participar en aquellas gestas que escribieron páginas tristes o heroicas de nuestra amada e incomprendida historia.

    Incomprendida. Y aquí le pido disculpas a muchos nombrados historiadores por colgarme de sus nobles e importantes trabajos. No es mi interés faltar el respeto a sus obras. La única cosa que me importa en realidad es tratar de descubrir a aquellos seres humanos, a los cuales me refería anteriormente y conocer facetas que quedaron ocultas, a la vista de nuestros hombres que unieron el hilo conductor de tantos acontecimientos fidedignos.

    De dar juntos un increíble viaje a nuestro pasado próximo y conocer a personas. Personas comunes y corrientes que se enfrentaron a sus propias realidades en el mundo que a ellos les tocó vivir y relacionarse. Una especie de incomprendido viaje, muy apegado a lo que pudo ser el comienzo del viaje de J.J. Benítez con su caballo de Troya, pero a deferencia de aquel, éste es un patriótico traslado a nuestras propias raíces históricas pero sin participar directamente de la misión e intentar cumplir lo anterior a cabalidad... pero el destino muchas veces dice otra cosa.

    Conocer a aquellos seres humanos y entender sus sueños y sus miedos en momentos que intentaban dominar sus propios fantasmas alejando de aquella forma los nostálgicos recuerdos o esperanzadores sueños con sus familiares más directos.

    Conocer o imaginar qué pasó por la mente de aquellas personas en instantes tremendamente importantes para ellos, pero aún más para nuestro amado país.

    Los invito pues, a emprender un loco viaje en reversa e intentar conocer detalles o crear situaciones que pudieron quedar encubiertos a la vista y finalmente quedar olvidados para la posteridad.

    Elementos o situaciones que nunca existieron realmente o que si fueron verdad o no. Lo que interesa en esta ocasión, es tratar de encontrar una visión más humana con aquellas importantes personas que no vacilaron un momento en entregar su propia vida para el servicio de su cometido histórico. Y también por que no decirlo, los miedos y los sentimientos humanos que experimentaron en esos sublimes momentos.

    Los invito a cerrar sus ojos e introducirnos todos juntos en un inolvidable viaje a nuestras raíces patrióticas y lograr llegar a importantes fechas que marcaron el curso de nuestra Nación, debido al comportamiento irrestricto de seres humanos que se cegaron a su propio sufrimiento. Sólo miraron el futuro del país y el bienestar de las personas. El mejor regalo de nuestros bien llamados Padres de la Patria o de líderes, que con su actuar, nos regalaron la dicha de nacer en esta alejada copia feliz del Edén.

    Un viaje a las profundidades de aquellas fechas importantes que nuestro calendario se encarga de recordarlas y marcarlas con un rojo fuerte. Pues muchas de aquellas fechas fueron marcadas finalmente a sangre y fuego. Las paradojas de nuestra historia.

    El comienzo del viaje

    Un día cualquiera y mientras observaba el calendario para buscar la fecha exacta de un acontecimiento familiar, me quedé trabado más tiempo del necesario. Lentamente aquel noble elemento intentaba comunicarse conmigo, quería decirme algo.

    Trataba de establecer una comunicación que no respetaba espacio ni tiempo.

    Mucho me demoré en comprenderlo totalmente. No sabía qué era lo que intentaba aclararme.

    Mis ojos se hundieron aún más en el colorido papel colgado en la muralla y perfectamente alineado a la posición que tenía.

    Lentamente los meses se transformaban en mi mente y pasaban a ser verdaderos jinetes que cabalgaban hacia mí con una importante información. Los números que al principio pude mirar, eran precisamente los acontecimientos y situaciones que ellos deseaban transmitir. La importancia de entender corría por cuenta mía. Ellos siempre estuvieron ahí, el problema era sólo mío. Nunca antes me di el tiempo necesario para lograr entender los importantes acontecimientos, que a la vista de un neófito podrían ser sólo números.

    De pronto una gran bocanada de frío aire entró por la ventana. Éste, afectó directamente al nombrado anuario, haciendo que sus hojas sucumbieran al natural proceso.

    Frente a mí, las hojas se movieron, los meses y las semanas pasaban en un par de segundos. Después de un lapso de tiempo, quedaba indicando el quinto mes del año, pero de fechas muy anteriores: el sueño había comenzado.

    Me incorporé a mi propia realidad muy lejos de donde mi mente tenía el recuerdo de haber estado sentado. El lugar parecía totalmente nuevo, no conocía con detalles dónde me encontraba. De pronto, me dirigí a un gran ventanal de madera para lograr tener una percepción más cercana con lo que me rodeaba. Cual sería mi sorpresa de encontrarme en una gran casona antigua y en un lugar muy parecido a nuestra costa central. En el aire se dejaba oler el típico aroma de nuestro océano, con la especial brisa que el Pacífico deja a su paso en nuestro organismo. Todo era novedad, mi mente intentaba inútilmente de relacionar lo anterior. No entendía totalmente la sorpresa que el destino me tenía preparado. Atiné a lo primero y continué mi proceso de descubrir las novedades de mi nueva situación.

    De aquella forma y muy pegado al cubierto cristal, corrí una de las pesadas y preciosas cortinas que no dejaban traspasar ni siquiera un mísero haz de luz natural desde el exterior. Cual sería mi sorpresa cuando mis ojos tuvieron la especial vista de todo el contorno de la rada de Iquique. Corrían los años de la Guerra del Pacífico y en pleno conflicto, la historia caprichosamente me proporcionaba la especial misión de saber y tener detalles de lo que tendría que experimentar. Todo un gran sueño para una persona que dedicó gran parte de su niñez y más tarde su juventud en buscar en los libros y enciclopedias los importantes detalles que pudieran darme la información necesaria para lograr humildemente homologar la vida de héroes pasados.

    Me incorporé rápidamente a la vida en aquel tiempo. En el aire podía olerse la tirantez que el conflicto ocasionaba en las personas. El poco trámite

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