Entre Acantilados y Aeropuertos: Causalidades en la vida o una vida llena de casualidades…

Por Maximiliano Mills

A través de oleajes impredecibles somos llevados hacia el laboratorio de la fe sobresaliente, planeando con zigzagueos lúdicos o cambios bruscos sobre objetivos de su imaginación en los que nunca claudicó. Esta colección de hitos personales te cautiva por lo bien hilvanado de su narración e hilarante suspenso ocasional, además de abrirnos más allá de puertas y ventanas, una dimensión paralela hacia como no desanimarnos jamás cuando nos fijamos un objetivo. El autor no aspira a crear literatura sino que indirectamente invita a reflexionar donde estamos ubicados hoy en nuestras vidas. También pretende compartir una trayectoria construida en base a rumbos testarudos, sabiendo siempre que los iba a bajar a tierra. Son veintitrés historias contadas durante un paseo cronológico que nunca decae en sus sorpresas, regocijos o triunfos, hasta llegar a rozar inusuales sensaciones metafísicas. Estos relatos nos mantienen expectantes y abarcan entre los años 1985 y 2008, con una vivaz y descriptiva pulsación en los tiempos, las personas y los paisajes a los que somos invitados. Teniendo en Maximiliano Mills a nuestro guía de vuelo, literalmente eres transportado dentro de esas cápsulas de vida sintiendo una deliciosa incertidumbre.

Enrique Courtin

• Idioma: Español
• Editorial: ebooks del sur
• Fecha de lanzamiento: 7 abr 2017

Vista previa del libro

Causalidades en la vida o una vida llena de casualidades...

Este libro esta dedicado a todos los seres que ven este planeta como un hogar y no como una mina.

Recuerdos e historias de vida por Maximiliano Mills (www.maxmills.com)

Concebido en aire marino y bajo el solsticio de invierno en la ciudad de Valparaíso.

Foto portada: ‘Laqui’ © Max Mills

Consultora Creativa & Diseño: Cecilia Fuentes Ibarburu.

Consultor Internet: Eduardo Silva Eddine.

Publicado por ebooks del Sur, 2015.

ISBN 978-956-332-447-1

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Este libro tiene su registro de propiedad intelectual bajo el número #178452, otorgado a Maximiliano Mills y efectuado en Santiago de Chile el día 17 de marzo de 2009, en la oficina del departamento de Derechos y Propiedad Intelectual ubicada en calle Herrera # 360 ( www.propiedadintelectual.cl ), organismo facultado según ley N° 17.336 sobre Propiedad Intelectual y que depende de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos del gobierno de Chile.

Este libro también se encuentra en trámite internacional de propiedad intelectual ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) con sede en Ginebra, Suiza.

Copyright © MMIX por Maximiliano Mills.

A Marina, Cobriza Lejanía...

Índice

Prefacio a la Tercera Edición

Introducción

Título

Obertura Para un Derrotero

El Sueldo de Chile es mi Cobre

Tras la Ruta de Policarpo Toro

La Gravedad Hecha Combustible

El Mejor no Trabajo de mi Vida

Un Trípode Rectangular

Ingeniería Social Líquida

El Herrero de Ventura

La Mujer es Argentina

En un 747 lo Sublime es Obligatorio

Año de Nieves, año de Bienes

Harem de los Andes

Aquí no es

El Valde de Madera

La Mañana Intacta

Bajo la Iglesia del Cielo Estrellado

La Bendición Escondida

El Portazo de los XIV Siglos

¡Oye Como Va!

Sube a Encontrarte Conmigo Hermano

Ergonometría Selk’nam

Marihuana por Esclerosis

Let’s Groove Tonight!

Epílogo

Agradecimientos

Foto de Portada

Sitios Recomendados en Internet

Prefacio de la Segunda Edición

Lo que le debes a la gente es que desarrolles tus habilidades

Leí esta frase hace ya bastantes años y de inmediato pensé que iba a actuar como un poderoso catalizador hacia la focalización en una de mis principales habilidades: escribir. Casi lo consiguió. Al poco tiempo, nuevamente me sentí envuelto y distraído por otras fuerzas del sistema, en particular la estafa de mi ahora falso abogado, tan recomendado por sus parientes (a quienes yo creía mis amigos). Con esta indemnización pensaba financiar y filmar mi primer documental sobre la Felicidad y también, probablemente, el tomar uno de mis cuentos de ciencia ficción para ser producido en formato de largometraje y dirigido por mí. Todos estos planes quedaron truncados y yo a la deriva a mediados de 2008.

La idea de escribir un libro, casi forzado por las circunstancias o sintiendo el sofocante pie del destino aplastando mi alma, permaneció rondando hasta fines de ese año. Ya hacía largo tiempo que había abandonado la fotografía, pues con el formato digital, el mundo estaba plagándose de fotógrafos aparecidos dispuestos a regalar sus imágenes a cualquiera con tal de ser publicados, o de editores arrogantes que creían que me estaban haciendo un gran favor al publicar mis fotos en sus prestigiosas revistas… ¡Gratis! (como si uno no tuviera una extensa y respetable trayectoria profesional que exhibir). En estos días, ya pensaba que podía haber varias fotos similares de un mismo acontecimiento compitiendo por ver quién las publicaba, pero si yo escribía un libro, éste resultaría único e irrepetible. Cambié de piel… y ahora para clientes sólo saco fotos muy específicas por encargo. También para mis amigos por entretención y para mi deleite (sin expectativas como lo fue desde un comienzo). Abocarme a mis pensamientos y plasmarlos a través de la escritura en cualquier momento del día, es como comencé a visualizar mi futuro cercano.

Pero aún continuaba necesitando de alguna sacudida externa que me estremeciera para finalmente hacer que… ¡¡¡Me sentara y escribiera!!! Y ésta llegó inesperadamente en el diario Las Últimas Noticias del lunes 26 de enero de 2009. La página 17 traía un reportaje sobre el sicólogo ciego llamado Claudio Gregoire y su libro Puede ser un Buen Día. Lo que me dejó avergonzado fue enterarme que escribió su libro gracias a un programa especial que le permitía escuchar todo lo que aparece en la pantalla de su computador. Lo sobrecogedor estaba en que debido a su alto precio no pudo comprar este programa, pero si tuvo acceso gratuito a una versión de prueba que duraba media hora. Así escribí mi libro. Cada 30 minutos tenía que reiniciar el equipo para poder seguir utilizando el programa ¿Pueden imaginar ustedes lo tedioso y lento que tiene que haber sido escribir un libro de esta forma? ¿Y todo el tiempo posterior invertido en su corrección? Estaba impactado y atónito… MUDO… ¡Y yo que pensaba que tenía dificultades para poder escribir tranquilo! Así que este fue mi punto de inflexión. Tracé un calendario de escritura entre mediados de febrero a mediados de marzo de 2009. Junté carácter y me zambullí entero, hasta conseguir pulverizar esta apología de la postergación, que me había carcomido la voluntad literaria por años.

Y ahora el tiempo ha transcurrido como gotas de una calidez inesperada y les estoy presentando la segunda edición… ¿Cuándo me lo iba a imaginar? …tan pronto. Sólo tengo infinitos agradecimientos para los primeros 50 amigos, conocidos y nuevos amigos por conocer que adquirieron el libro (o más de uno). Los mencionaría a todos pero quiero reflejarlos en tres de ustedes. Primero, Anita Yañez, quién al enterarse que había sacado un libro me escribió diciendo: no soy aficionada a la lectura pero sabiendo como eres me interesa leer tu libro. O de Ana María Salvatierra –amiga virtual en Facebook- quién se vio reflejada en el libro, compartiendo vivencias muy profundas. Y Eduardo Ergas, quien me respondió un correo electrónico con estas palabras: por supuesto que me interesa adquirirlo… y varios. Conociéndote, estoy seguro que será un lindo libro para regalar.

Ahora también se aproximan horizontes mayores después de esta segunda edición: subirlo a Internet, para que pueda ser comprado y bajado como e-Book y traducirlo al inglés, para que alcance su condición de universal. Así, mis amigos desde Moscú a Tokio, a San Diego, a Ciudad del Cabo y hasta Varsovia, podrán leerlo también. Una vez alcanzadas estas metas, quiero regresar a escribir pues el siguiente libro ya se encuentra con su esqueleto armado… y también otros cuatro más, los que no paran de germinar de manera intermitente y con vida propia dentro de mi cabeza.

Puedo decir que en este primer libro he vivido una transición mas gradual y menos extraña de lo esperado. Su publicación me ha proporcionado hasta ahora solamente alegrías y comentarios satisfactorios de quienes lo han leído. Me sigue fascinando su título por la forma en que me define y como estampa lo que ha sido mi vida en un solo reflejo. Y si le agrego el hecho de haber sido gestado e impreso en Valparaíso, la única ciudad del mundo que valoro, respeto y aprecio, estoy inmensamente feliz y realizado con la personalidad final que adquirió el libro.

Aaah… Valparaíso… mi familia de inmigrantes tiene su historia aquí. Mis padres se casaron en la iglesia San Luis del Cerro Alegre. Es probable que haya sido concebido frente a la gran bahía y estuve a punto de nacer en el Hospital Naval de Playa Ancha. Veo muy improbable que algún día me nombren Embajador de Chile en Valparaíso, pero la última decisión crucial de la vida aún esta en mis manos: después de donar todos mis órganos a los habitantes de La Joya del Pacífico ¡Quiero que mis cenizas descansen en el Cementerio de Disidentes de Valparaíso!

Introducción

Este no es un libro, un anecdotario o una guía. Es todo eso y aún más a pesar de su tamaño. Es difícil incluirlo dentro de una biblioteca, pero las historias y vivencias durante el derrotero que describe, hace imposible detener la inspiración que genera en sus recreaciones y anhelos, ante las decisiones ciegas tomadas en pos de lograr alguna de sus montañas personales fuera del camino trazado.

Este libro no surgió para fortalecer esa encandiladora piedra filosofal que dice lo recreado en tu mente es lo que uno consigue, ni el tan manoseado concepto de que los sueños se cumplen. En cambio, Maximiliano Mills se desarrolló planetariamente durante más de dos décadas a través de una prolífica carrera como cronista de viajes y fotógrafo, lo que ha decantado hacia transformarse en un ameno relator de historias con un pulso narrativo inconfundible. Aquí nos lleva hacia el laboratorio de la fe sobresaliente -planeando con zigzagueos lúdicos o cambios bruscos- sobre objetivos de su imaginación en los que nunca claudicó. Esta colección de hitos personales te cautiva por lo bien hilvanado, por su fuerza positiva e hilarante suspenso ocasional, además de abrirnos más allá de puertas y ventanas, una dimensión paralela hacia como no desanimarnos jamás cuando nos fijamos un objetivo. El autor simplemente imagina que estas historias no tendrían sentido alguno de no alcanzar a tocar el corazón de otras personas. No aspira a crear literatura sino que indirectamente invita a reflexionar donde estamos ubicados hoy en nuestras vidas. También pretende compartir