Crónicas de un viaje inesperado

Por Ivo Wolger

Pedro es un niño que vive en una pequeña ciudad. Un día de verano, aburrido en su casa va a la calle en busca de diversión. En la plaza central Pedro se encuentra con la doña Maga, una anciana conocida y muy especial, la que le pide ayudarle a llevar unas cosas a su casa. De esta manera Pedro llega al jardín de doña Maga, el mismo que resulta ser un lugar mágico y el comienzo de sus aventuras.

• Idioma: Español
• Editorial: ebooks Patagonia
• Fecha de lanzamiento: 7 sept 2015
• ISBN: 9789568992477

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IVO WOLGER

CRÓNICAS DE UN

VIAJE INESPERADO

CRÓNICAS DE UN VIAJE INESPERADO

© Ivo Wolger

© ebooks Patagonia

Junio, 2012

ISBN 978-956-8992-47-7

Ilustraciones: Tatiana Melnikova

Diagramación: Alexei Alikin

Prohibida la reproducción total o parcial de este libro electrónico, por cualquier medio, sin permiso por escrito de editorial ebooks Patagonia.

www.ebookspatagonia.com

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Índice

Un encuentro inesperado

Las sombras perdidas

La Casa de las promesas no cumplidas

La ciudad en el aire

La Fábrica de los juegos desaparecidos

El jardín de las fantasías olvidadas

El camino a casa

Un encuentro inesperado

Según las leyes de desgracia esto tenía que pasar, pero… no ahora, no en estas vacaciones. Pedro no podía creer que su tele de veras se había quemado. Aburrido, el niño cogió la patineta y salió de casa con la esperanza de encontrar algo afuera. En el parque, se topó con un arenero repleto de mocosos chillones y unos ajedrecistas más inmóviles que las estatuas al lado de ellos. El centro de la ciudad estaba más desierto que un panteón a medianoche. En la cafetería de la plaza central no se paraban ni las moscas, la fuente lucía apagada y ni siquiera un perro animaba el paisaje. Entre bostezos el niño se puso a contemplar el escaparate de una tienda de antigüedades. De pronto, le pareció ver a una persona enfrente. Se frotó los ojos y claramente reconoció a doña Maga, una anciana que vivía sola en un viejo casón detrás del templo.

Pepe Toño, un amigo de Pedro, solía ayudarle a esta señora con su mandado y contaba cosas extrañas sobre ella. Por ejemplo, que la había visto sacar caramelos del aire y comunicarse con perros y gatos; y que los pájaros de su jardín cantaban con voces humanas. De repente, el chavo vio una canasta llena de comida flotando en el aire, a un lado de la vieja. Doña Maga se apoyó con las dos manos sobre su bastón y se dirigió al niño:

—¿Me ayudas a llevar mis cosas?

En aquel preciso momento, la canasta aterrizó suavemente a los pies de Pedro.

—Sí —fue el único sonido que el asustado niño