La fortuna de un estudiante
Por Charles Dickens
()
Información de este libro electrónico
"Aunque se ha hablado mucho de la sobriedad de los estómagos lacedemonios, de seguro que no hubieran podido resistir el sistema de alimentacion á que nos sujetaba el respetable doctor Glumpler en su colegio; de seguro que se hubieran insurreccionado..."
Charles Dickens
Charles Dickens (1812-1870) was one of England's greatest writers. Best known for his classic serialized novels, such as Oliver Twist, A Tale of Two Cities, and Great Expectations, Dickens wrote about the London he lived in, the conditions of the poor, and the growing tensions between the classes. He achieved critical and popular international success in his lifetime and was honored with burial in Westminster Abbey.
Relacionado con La fortuna de un estudiante
Libros electrónicos relacionados
La fortuna de un estudiante Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOliver Twist Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesShirley Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Regenta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa historia de nadie y otros cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi bastón y otras cosas por el estilo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa regenta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl señor doctoral Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesConfesiones de un granuja Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGracias y desgracias del ojo del culo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La edad de oro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTorquemada en el purgatorio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEstudio en escarlata Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las ilusiones del doctor Faustino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Regenta I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVivir Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cocina gallega tradicional. La cocina de Picadillo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRuinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Regenta: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Diario íntimo del mal amante Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBELARMINO Y APOLONIO: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl comedor de relojes: Uróboros: El curso de la filacteria, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi tio y mi cura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHoward el Alquimista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMemorias de un cortesano de 1815 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Regenta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl velo alzado Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Las tormentas del 48 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSobre la lectura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Arabella (traducido) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Clásicos para usted
El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Odisea Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El lobo estepario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Introducción al psicoanálisis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los hermanos Karamázov Calificación: 4 de 5 estrellas4/51000 Poemas Clásicos Que Debes Leer: Vol.1 (Golden Deer Classics) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Viejo y El Mar (Spanish Edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La casa encantada y otros cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La ciudad de Dios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL Hombre Mediocre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para La fortuna de un estudiante
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
La fortuna de un estudiante - Charles Dickens
OPU
LA FORTUNA DE UN ESTUDIANTE
*
Aunque se ha hablado mucho de la sobriedad de los estómagos lacedemonios, de seguro que no hubieran podido resistir el sistema de alimentacion á que nos sujetaba el respetable doctor Glumpler en su colegio; de seguro que se hubieran insurreccionado.
Los vencedores de los persas requerian una comida, algo más nutritiva que los resíduos de grasa que se desprendian de los huesos de ternera con que nos obsequiaba el doctor; y por otra parte, si Jerges se hubiera limitado á alimentar á sus innumerables huestes con un poco de arroz hervido, como nos sucedía á nosotros, los vasallos que en sus extensos dominios contaba, no lo hubieran ensalzado hasta considerarle como un Dios.
Sin embargo, importa decir que bajo este punto de vista el colegio del doctor Glumper no se diferenciaba de otros muchos colegios, en donde los escolares de mi tiempo, hijos todos de muy buenas casas, seguían sus estudios, pero muriéndose de hambre. Es verdad que con lo que nos daban teníamos, á no dudarlo, lo suficiente para vivir, mas en comerlo estaba la dificultad. La comida, que nada tenía de buena al comienzo de la semana, al final de ésta se hacia irresistible; de modo que cuando llegaba el domingo, nos parecíamos á un grupo de jóvenes viajeros perdidos en las soledades del mar á quienes salva de una muerte próxima el feliz encuentro de un buque cargado de rosbeaf y de pudding: este buque era para nosotros lo que llamábamos la banasta de Hannah.
Hannah nos lavaba la ropa, y el sábado por la tarde, despues de la entrega de las prendas, iba invariablemente al jardin y allí, descubriendo su providencial banasta, sacaba á la luz una infinidad de golosinas que nos parecían excelentes; por su calidad y por lo módico de su precio.
Entonces no se habia llegado, como ahora, á tanta elegancia ni á tanto refinamiento en el servicio de las mesas. Un alumno que se hubiese permitido el uso de un tenedor de plata, hubiera sido considerado como un ser estrambótico, y en cuanto á la cuchara y seis servilletas que segun los reglamentos del colegio Glumper debían formar parte inexcusable de una buena educacion clásica, la primera quedaba almacenada en una especie de depósito,