SOY EL PRIMERO EN APRECIAR UN SABROSO GUISO de legumbres, verduras, pescado, pasta o arroz (lo que no incluye las paellas servidas en locales para turistas, las que los angloparlantes llaman “payelas”). Me seducen las imaginativas recetas de los grandes chefs que potencian los aromas y las texturas de los platos (mientras no sea un hígado encebollado con perfume de aguacate y pera). Y me gusta comer sin exceso.
Para no morir es preciso alimentarse. Como